Mi vida: mi primer lésbico

Continué dando rienda suelta a mi calentura, luego de chupar la verga de dos hombres de mi oficina, mi novio me propone un lésbico con una desconocida que no podía rechazar, sin darme cuenta que seria una de las mejores culiadas de mi vida.

Gracias por los comentarios anteriores, trato de que los relatos sean los más entretenidos posibles para que los disfruten, tienen que leer los anteriores para entender que me pasa, para mí es una forma de hacerme terapia, necesito contar todo esto que he vivido o voy a explotar; Creo que la cuarentena vino en el mejor momento posible, necesitaba detenerme, necesitaba contener mis deseos sexuales, estaba sobrepasando cualquier limite, así que el aislamiento me permitió a la fuerza bajar un poco la calentura.

Luego de aquel encuentro con aquel hermoso chico se sistemas, encontré mi vocación, seria puta de tiempo completo, nadie se enteró de aquello que paso ese día en mi oficina y así lo quería, no quiero ser la que todos tilden de perra, prefiero guardármelo para mi sola; los días siguientes la calentura de mi cuerpo fue calmándose, ya sabía qué hacer para tranquilizarme, pero tenía que tener precaución,  tendría limites, no quería una enfermedad o ganarme un problema bien grande por comerme a cualquiera; o bueno, eso pensaba mientras le chupaba la verga a esos dos jóvenes en mi oficina, en mi trabajo hay muchos jóvenes que cargan bultos, acá en Colombia se les dice “coteros”,  esa es su única función, por lo general son jóvenes con poco estudio y de bajos recursos, solo llevan y traen los bultos, algunos ya no son tan jóvenes, pero otros son vigorosos y acuerpados por las pesadas cargas que llevan todos los días, dos de ellos me llamaron mucho la atención en una charla que les estaba dando, así que decidí premiarlos, además que no me resistía las ganas de volver a tener una verga en la boca o dos.

Los había citado a mi oficina, creían que los iba a despedir, mi función solo es ver que no se accidenten, que porten bien el uniforme y los elementos de protección personal; así que no es normal que los llame a mi oficina a menos que sea para un llamado de atención; llegaron a la hora que les pedí, no los deje ni sentar, me puse en medio de los dos, me arrodille y les pedí que sacaran sus pollas y las metieran en mi boca, ninguno de los dos dudo por un segundo aquella petición, así que simplemente lo hicieron, cuando abrieron un poco su bragueta y sacaron sus penes, no estaban erectos, creo que todo fue muy rápido y de sorpresa, así que rápidamente me embutí ambas pollas en la boca, estaban muy flácidas así que cabían perfectamente, estaban sudadas por el trabajo, no sabían nada bien, además de oler un poco a orines, no me importaba en lo más mínimo, estaba segada por el deseo, babeaba esos chiches con rapidez para cambiar un poco el sabor, a los pocos minutos estaban duros como una piedra, ninguno de los dos era particularmente grande, pero cumplían su función, los masturbaba los dos a la vez mientras se tomaban turnos para enterrarme esas vergas en la garganta, echaba para atrás todo el cuero sobrante de sus penes para poder ver bien sus glandes, ellos solo gemían de placer sin hacer mayor movimiento siquiera como para preguntar que carajos estaba pasando, mamaba y escupía esas pollas con mucha pasión, hasta que uno de ellos no aguanto más y se derramo en mi cara, el muy hijo de puta no me aviso, apreté su polla con mi mano y con mi lengua limpie el poco semen que quedaba goteando de su pene, me di media vuelta y le pedí al otro que se viniera dentro de mi boca, apenas le dije eso se estremeció por completo y eyaculo toneladas de leche en mi boca, era demasiado pero me la tragaba con gran rapidez, se apartó un poco tratando de guardar su miembro en el pantalón, les pedí que se fueran y que si se quedaban callados tal vez la próxima vez los dejaba  que me culiaran, aparte que si hablaban iban a perder sus trabajo, contaba con ello, eran jóvenes de confianza; allí me quede yo, de rodillas, tratando de limpiar mi cara con mis dedos, mientras lamia la leche que escurría cerca de mi boca.

Eso calmo un poco la calentura que recorría mi entrepierna por un tiempo, sabía que tenía que ser más cuidadosa y planear muy bien mis aventuras.

  • Ya tengo la víctima – me escribió mi novio una mañana.

  • Victima de qué? De que me hablas – conteste sin saber a qué se refería.

  • La chica, ya conseguí una chica para que lo hagan – mientras leía su respuesta, empecé a morder mis labios, se me había olvidado por completo la idea del lésbico, aunque aún estaba dispuesta.

  • Quien es? La conozco? – pregunte

  • No creo que la conozcas y quiero que sea una sorpresa, pero después de tu fracaso con la gorda lesbiana de tu universidad, supuse que cualquier mujer serviría, así que le pregunte y estuvo de acuerdo, te espero esta noche antes de las 7 en mi apartamento, ponte algo lindo – escribió finalizando la conversación.

Tenía un poco de nervios pero la idea me dañaba mucho la mente, jamás había estado con una mujer, pero realmente quería, prefiero mil veces las vergas, pero excitaba la idea de besar y tocar a otra chica, sin hablar de que se me hacía agua la boca el pensar en que chuparía una cuca. El día paso volando, tenía muchas ansias de comerme una chica, cuando salí del trabajo fui rápidamente a mi casa para bañarme y cambiarme, me puse una lencería blanca muy sexy, quería humillar a cualquier perra que hubiera conseguido mi novio, me puse un short en el cual si me inclinaba un poco se veían perfectamente mis nalgas y mi entrepierna, también me puse una blusa ajustaba en la que se notaba el tipo de sostén que tenía, un poco de maquillaje ligero con labial aprueba de todo, una moña en el pelo y salí pitaba al apartamento de mi chico; él estaba un más casual, solo tenía una sudadera larga con la que a veces hacia ejercicio, le queda muy apretada marcando todo pero estaba limpia por lo menos, no tenía ropa interior debajo y tenía puesta una camiseta de algún equipo de futbol; cuando me vio se me tiro encima.

  • Que rica te vez – me dijo apenas entre.

  • Todo esto es tuyo amor – le dije mientras me besaba.

No pude notar que su verga se puso dura al instante, era muy notorio con esa sudadera, se veía perfectamente su grosor y su largor, mientras tocaba su paquete seguí insistiendo que me contara quien y de donde había conseguido una chica dispuesta a nuestra locura.

  • No la conoces creo, o pues dudo que sepas su nombre – dijo con una sonrisa pícara.

  • Solo dime de una puta vez a quien me voy a comer – dije mientras me agachaba para chuparle la verga.

  • Aguanta que no quiero venirme rápido, quiero que la noche sea larga – dijo mientras tomaba mis hombros y me ponía nuevamente de pie.

Nos acostamos un rato en su cama, nos besábamos y hablábamos de lo nerviosos que estábamos, el como es costumbre me describía con lujo de detalles lo que tenía que hacerle a aquella desconocida, no le estaba prestando atención, iba a hacer con aquella chica lo que yo quería, así como lo había hecho con los anteriores hombres. Al rato sonó la puerta, el bajo a abrir, yo estaba aún más nerviosa, no sabía quién carajos iba a asomarse o si por lo menos me iba a gustar, pero la idea me dañaba mucho la cabeza, sentía mucho morbo de saber que iba a comerme a alguien completamente desconocido, nunca lo había hecho, si bien había estado con los hombre anteriores, los conocía de algo o por lo menos los había visto; la idea me estaba poniendo muy arrecha, “a la mierda mi novio y sus protocolos” pensé, de un momento a otro me había quitado la ropa y estaba en ropa interior, me había sentado en la esquina de la cama con las piernas abiertas y poco reclinada hacia atrás, tenía una mano en mi cuca que se humedecía a cada segundo y con la otra me sostenía para no tumbarme en la cama, quería ver perfectamente quien era apenas entrara.

  • Mira a quien te quiero presentar amor – dijo el cornudo de mi novio apenas entro y se quedó boquiabierto al verme.

La mujer subió las escaleras y me vio en esa pose tan sugestiva, tenía una risa picara, llevaba puesto un jean (vaquero) muy apretado, en el que se resaltaban esas gruesas piernas y ese culo descomunal, una blusa semi-transparente y debajo una blusa negra de tiras para tapar sus pechos, no tenía sostén, apenas me vio sus pezones se pusieron duros dejándolos ver a través de las trasparencias.

  • De donde sacaste una mujer tan hermosa – dije mientras acariciaba mi chocho suavemente, y era verdad, era una mujer muy hermosa, tenía sus cuarenta y pico de años, un poco obesa, lo normal para su edad pero con un rostro precioso, como podría yo domar una señora como ella, pensaba.

  • Mucho gusto, mi nombre es Stela – dijo mientras se acercaba a darme la mano.

  • El gusto es mío - dije mientras tomaba su mano y metía algunos de sus dedos en mi boca.

  • Vaya que es lanzada – dijo Stela volteando a ver a mi novio con cara de bobo al no poder creer la actitud que tenía.

  • Ni yo la reconozco – dijo mientras veía como su verga estaba por romper su sudadera.

  • Olvídate de el – dije mientras me ponía de pie y buscaba besar la boca de Stela – siéntate ahí – le grite a mi novio, mientras obedecía instantáneamente.

Nos dimos un largo y profundo beso, Stela era muy buena besando, jamás había besado a una mujer y menos a una señora, pero su experiencia resaltaba, movía su lengua dentro de mi boca con una precisión quirúrgica, yo era un poco más alta que ella, pero nuestras bocas encajaban perfectamente, nos fundíamos en saliva, cuando mordió mi labio sentí nuevamente como mis pantis se mojaban, tocaba su enorme culo y sus manos no dejaban de masajear mi espalda, vaya que una mujer si sabe dónde se debe tocar a otra.

  • Quítate toda la ropa lentamente – le pedí a Stela mientras me dirigí hacia mi novio.

Mientras ella se desnudaba tratando de resaltar cada uno de sus atributos, yo me senté sobre la verga de mi chico, estaba dura como una piedra, ambos mirábamos a Stela mientras se despojaba de todas sus prendas, no le podíamos quitar los ojos de encima, mi rostro estaba pegado al de mi novio y mi mano derecha sobaba su cara, pero él tenía sus manos sobre mí, con una apretaba mis pezones que se podían ver perfectamente a través de mi bralet de encaje y su otra mano sobaba mi panocha suavemente buscando juntar mis jugos vaginales para después llevárselos a la boca; Stela era un monumento de mujer, como lo supuse no tenía sostén, apenas quedaba en tanga que escasamente tapaba su cuca, era un hilo muy delgado que se hundía entre sus gorditos, no era la mujer más atlética, pero era muy curvilínea, cuando joven debió ser un mujeron, aunque a esta edad aun lo era, se notaba una cicatriz por encima de la tanga, era una cesárea, era una MILF muy deliciosa.

  • Eso no te lo quitas tu – dije rápidamente apenas vi que se iba a bajar la tanga – date la vuelta – añadí mientras se acercaba.

  • Quítasela amor – le dije al oído a mi novio antes de morder un poco su oreja.

Ella se acercó a nosotros e inclino un poco su cuerpo dejando en nuestras narices su enorme culo, mi novio hundió sus dedos entre su carne para poder tomar el pequeño pedazo de tela de sus tangas, apenas las agarro las jalo y las fue bajando lentamente, sus nalgas eran enormes y carnudas, por lo que no podíamos ver realmente su ano, así que tome con ambas manos ese señor culo y lo abrí, dejándonos ver por fin su ojete, además de su cuquita que ya empezaba a mostrar signos de humedad, el tosco de mi novio me tomo del cabello y enterró mi cara en medio de esas nalgas, empecé a chupar y succionar ese culo con fortaleza, forcejeaba tratando de sacar mi nariz de vez en cuando para poder respirar; me levante como pude.

  • Quédate ahí sentado – le dije a mi chico mientras empujaba a Stela contra la cama.

  • Ponte en cuatro, hoy vas a ser mi perra – le dije tirando de su cabello y con la otra mano apretando sus tetas.

  • Hazme lo que quieras hermosa, pero necesito que me metas algo – dijo con voz de excitación.

La empuje con fuerza contra la cama, se acomodó en cuatro (doggystyle) pero puso la cara contra las sabanas y con sus dos manos abrió sus nalgas para mí, la perra sabia como hacer las cosas, metí mi cara allí y empecé a chupar su culo, lo succionaba con tanta fuerza que creí que iba a sacar mierda de allí, lamia y chupaba, como si fuera una paleta que se derrite en mi mano, parecía loca, Stela se estremecía de placer, sus dedos y sus largas uñas se enterraban en la carne de sus nalgas para mantenerlas abiertas, solo así podía chupar con aquella intensidad sin necesidad de tomar respiros cada cuanto tiempo, supongo que siempre ha tenido ese problema al tener ese culo tan grande.

  • Chúpame la cuca mi amor – suplico Stela

  • Cállate perra – conteste mientras le daba una nalgada tan fuerte que quedo marcada en su blanca piel.

Ella grito de placer, el sonido de la nalgada retumbo la habitación, a lo lejos podía sentir a mi novio que ya estaba desnudo, tratar de arrancarse el chiche mientras se masturbaba, también podía escuchar su respiración acelerada, pero yo estaba pegada de ese culo, me tenía boba ese olor, ese sabor, no podía parar de comerme ese ano, era delicioso, tome dos dedos y lo enterré en su cuca con sevicia, sin saliva, sin preguntar, sin apuntar, entraron tan fácil por lo mojada que estaba, que los saque y decidí meter mi mano completa, la cesaría en su abdomen me decía que tenía hijos, pero no sabía cuantos, tal vez tuvo algún hijo por parto natural, así que mi mano no sería nada comparado con eso, mi mano era delgada, enterré mis dedos dentro hasta llegar a la muñeca, era impresionante, en ese momento soltó sus nalgas, se estaba viniendo a chorros, trataba como podía por seguir chupando su culo, y metía y sacaba mi puño de su chocho, de un momento a otro empezó a retorcerse, sus rodillas que estaban al borde de la cama se cayeron al piso, quedo tumbada y saltaba sin poder contenerse, de aquel brusco movimiento caí también a su espalda, verla era increíble, se tocaba la cuca tratando de apretar su clítoris para prolongar su orgasmo, mordía las sabanas para no gritar tan fuerte, los vecinos podrían pensar que la estaban matando.

  • Vaya orgasmo perra – dije mientras veía a mi novio que tenía una gran cara de asombro.

  • Cállate niña estúpida y chúpame la cuca – Dijo Stela mientras se componía y se acomodaba patas pa’ arriba, dejando ver perfectamente su vagina hinchada y empapada.

  • No, aquí mando yo perra asquerosa y me vas a chupar la cuca a mi primero – respondí.

Me subí a la cama de un brinco, me di media vuelta y me agache mirando a mi novio, corrí un poco mi tanga hacia un lado y puse mi cuca en su cara, ella solo sacaba la lengua, no era muy buena, pero lo hacía medianamente bien, yo movía mi culo de atrás para adelante, simulando estar sobre una verga, rozaba mi cuca sobre su cara, con rapidez, prácticamente la estaba aplastando la cara, gemía demasiado, veía a mi novio jalarse el ganso y me ponía aún más arrecha, en esas ella se paró bruscamente, caí tendida en la cama boca arriba, ella puso su humanidad sobre la mía.

  • Que me chupes la cuca, pequeña puta – dijo ferozmente.

Estaba haciendo mi primer 69 lésbico y era genial, chupaba su cuca con mucha lujuria, estaba tan mojada que me ahogaba con sus jugos, ella ahora si chupaba mi cuca con más profesionalismo, lamia mi clítoris con fuerza, succionándolo de vez en cuando como debe ser, además había medido dos dedos en mi cuca, lo que me ponía a mil, lo hacía muy rápido y muy bien, no podía concentrarme, no podía hacerle sexo oral a ella, mis gemidos me impedían controlar mi lengua y parte de mi cuerpo, estaba segada por el placer, estiraba mi rostro para alejarlo de su panocha, necesitaba respirar y sus jugos escurrían por toda mi cara, me sentía plena, no podía respirar, ni moverme, pero jamás me había sentido tan viva; como si fuera poco cuando me di cuenta mi novio se acercaba a mí con rapidez con su verga en la mano, de un solo envión metió su polla muy profundo en mi garganta, puto cabron, yo buscando respirar y el tapando mi garganta; después empecé a sentir toda su leche bombeando en mi boca, el culero estaba por venirse al ver dos hembras darse placer y vaya que se vino, jamás lo había sentido así, se venía a chorros y no parecía parar, sus testículos que estaban en frente de mis ojos solo se comprimían para expulsar más y más leche, y las venas de su verga se brotaban más cada vez que expulsaba más semen, era increíble, todas esas sensaciones y placeres me hicieron venir también a chorros, me estaba meando, todos los líquidos de adentro de mi salían expulsados.

  • Que delicia – gritaba mi novio mientras eyaculábamos al mismo tiempo. (El usualmente se queja y gruñe durante el sexo, no es muy callado).

  • Quien es la perra ahora – Me decía Stela riéndose al verme como me venía.

  • Sigues siendo tu vieja puta – dije apenas pude mandarme todo el semen que tenía en la boca para poder respirar y hablar bien – entiérrale esa verga en el culo amor – le ordene a mi novio.

  • Con gusto bebe – respondió.

  • Si papi, métemela, entiérrame esa verga hasta el fondo, párteme el culito – decía la perra de Stela suplicando por pene.

Por alguna mágica razón, mi novio aún tenía esa verga tan dura como antes de venirse, cosa que no es muy común, siempre necesita unos minutitos para recobrar resistencia, tal vez estaba también muy arrecho por todo lo que había visto; Puso una mano en el culo de Stela y de un solo envión metió su verga hasta el fondo, no sé si ella antes había tenido sexo anal, pero ese culo estaba muy dilatado con mi chupada de hace unos minutos, apenas la metió, Stela se retorció nuevamente de placer.

  • Métesela hasta el fondo mi amor, desgarra ese culo sucio – decía yo encarnizada esperando que Stela sintiera más placer que dolor, solo yo podía tener placer.

Metí mis dedos nuevamente en el coño de esa señora, le daba dedo fuertemente, subí un poco mi cabeza para chupar los huevos de mi novio que estaba penetrando con sevicia el culo de Stela, lo hacía tan rápido que sus pelotas solo rebotaban contra mi cara, era muy divertido, así que solo estiraba mi lengua para lamer lo que alcanzara, me aburrí de estar en esa pose, pero quería volver a chupar un culo.

Me levante de debajo de Stela, sin que ellos pararan de culiar, cuando estuve apartada de ellos, ella cerro las piernas para que el pudiera montarse mejor sobre ella.

  • Jálale el pelo a esa zorra – dije a mi novio.

  • Te gusta amor? – pregunto el mientras hacía lo que le pedí – te gusta verme culiar a esta perra? – añadió.

  • Claro que si amor, pero dale bien duro, que lo sientan hasta sus hijos, que sientan que le están clavando a la mama, que sepan que son unos hijos de puta – dije al borde de la locura

  • Si mi amor!, dame, dame bien duro con esa verga deliciosa – dijo Stela gimiendo fuertemente – quiero sentir ese todo ese chimbo bien adentro – retomo dándose nalgadas.

Tome muchas fuerzas y le di una nalgada muy fuerte en el culo, luego me acerque por detrás a mi novio, le hice abrir las piernas para que se montar muy bien sobre ella y le hice empujar su verga tan adentro que casi sus testículos entraban también en su culo, en ese momento, me agache y empecé a chupar el culo de mi chico, lo hacía de la misma manera que con Stela, lamia y succionaba, era aún más delicioso el culo de un hombre, como lo pude probar antes.

Me acorde del consolador que tenía en el cajón, un vibrador de tamaño normal que habíamos comprado con mi novio para jugar, lo encendí en la velocidad máxima y lo enterré en el coño de estela tan al fondo que casi parecía desaparecer, luego retome mi trabajo de chuparle el culo a mi chico, decidí apretar sus bolas un momento y me pareció curioso ver como su ano se dilataba tanto como el mío cuando quiere verga, llene de babas uno de mis dedos y se lo metí en el culo, entro muy al fondo, debió estar muy excitado, no opuso ninguna resistencia, solo gemía un poco, no sé si de placer o dolor, no me importaba, no paraba de darle dedo a mi hombre, y el al mismo ritmo, clavaba su dura verga en el culo de esa señora aún desconocida para mí, que junto con el vibrador, estaban matando a Stela de placer, los gritos no se podían disimular, llenaban toda la habitación, creo que toda la cuadra, gritaba realmente como una perra en celo, mordía las sabanas y se retorcía de placer, ella se vino al poco tiempo y le pedí a mi chico que se viniera en su culo, el orgasmo de Stela fue magnifico, estallo en placer, el vibrador salió despedido de su coño mientras su Squirt salpicaba todo, además del agua que salía, emergía de su cuca una leche espesa, era poca comparada con el Squirt, pero tanta como para caer por sus piernas, luego de que mi novio terminara de eyacular en el culo de esa mujer, saco su verga roja por las embestidas, tenía un poco de mierda en su polla, pero yo sin asco metí mi cara nuevamente en el culo se Stela y empecé a comerme todo lo que salía de ahí, toda la leche que había bombeado mi hombre en ese culo salía junto con mierda y yo la succionaba, con una mano trate de recoger todo lo que pude de los jugos que salían del coño de Stela, me puse de pie, me acerque a su rostro que aún tenía los ojos volteados por el orgasmo, y metí mi mano cubierta con su leche en su boca, ella la lamio como si fuera chocolate, metía esos dedos muy al fondo de su garganta para que lo probara todo, luego de eso puse mi cara encima de la suya y lentamente empecé a escupir toda la leche que había sacado de su ano, la dejaba caer encima de su boca, ella la abría con mucha hambre para comer su propia mierda y el semen de mi hombre, el cual estaba atónito viendo toda esa escena porno.

Los tres caímos rendidos, a los pocos minutos ella se puso de pie como pudo y miro el reloj en su celular, habían pasado como dos horas, se asustó y se empezó a vestir rápidamente, se tenía que ir, cuando ya estaba completamente vestida se me acerco y me dio un beso, fue corto, pero con mucha pasión.

  • Lo pase increíble – dijo Stela – aún me tiemblan las piernas – añadió.

  • Cuando quieras – dijo el cabron de mi novio

  • A mí también me encanto, pero jamás va a volver a pasar – Les recalque

  • Es una lástima, de verdad me gustaste – Dijo Stela antes de marcharse.

  • Ahora si me puedes decir de donde sacaste esa puta? – le pregunte a mi novio alzando un poco la voz.

  • Ahora te cuento, pero primero me voy a limpiar la verga, aún tengo un poco de mierda – contesto.

Mientras él se metía al baño a limpiarse, encontré donde había caído el vibrador, lo tome y seguía encendido, lo acerque a mi nariz y aún tenía el olor a la cuca de Stela, olía delicioso, lo saboree un poco y lo metí en mi coño, a mí no me habían metido mucho esa noche, aun esta cachonda y quería más, cuando salió mi novio del baño me vio ahí, pati’ abierta y masturbándome con el vibrador, escupió un poco en su mano y se mojó la cabeza del pene, se acercó y de un estartazo metió su verga dura en mi culo, culiamos toda la noche hasta caer rendidos, lo amaba, más que nunca.

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Gracias por leer mis historias, agradezco sus valoraciones, me gustaría saber les gusta y que quieren que cambie al narrarlas, también como favor especial, quiero que me digan si se excitan al leer esto tanto como yo al escribirlo, antes de publicarlo lo leo nuevamente y me masturbo al hacerlo, me gustaría pensar que alguien también hace lo mismo.