Mi vida escandalosa

Una nueva aventura de mi vida escandalosa.

Esta semana recordaba mis principios como mujer salvaje y dominante. Recuerdo que ya de niña gustaba de usar a los demás en mi beneficio. Nací egoísta y lo sigo siendo. El egoísmo junto a mi salvaje vanidad es lo que me trae tanto placer físico. De mi enorme clítoris ni hablar, siempre desnudo y siempre expuesto pues me afeito el pubis, para estar constantemente mojada.

A mi padre lo tenía loco usándolo para que me complazca en todo. Era muy niña y ya sentía calores "abajo" cuando estaba en brazos de mi padre.

En mi vida normal soy una mujer muy agradable, cariñosa y simpática. Solo me vuelvo fiera cuando se trata de obtener placer sexual y dinero. Van juntos. Nada es más placentero que el dinero. Me gusta masturbarme muy a menudo con los billetes que le quito a los hombres o mujeres. Lo hago en su presencia. Soy tan descarada en mis conductas que mis pobres víctimas se quedan paralizadas ante mi arrogancia y la desfachatez con que exhibo mis corridas frente a ellos y ellas.

Siempre tuve más de un novio para la atención de mi persona. Puro egoísmo.

Los hombres me son fieles totalmente, pero yo no. Ellos están atrapados por las cadenas invisibles de mi poder sexual.

Solo busco mi placer. Ponerles los cuernos a los hombres forma parte de ello. Además no les oculto nada. Me excita contarles como los engaño. Que lo sepan así aumenta mi placer…Total…¿Qué pueden hacer conmigo..? Solo les queda el camino de someterse para que me los siga montando. Es un placer inmenso.

Cuando lo saben intentan hacerse los mandones conmigo como que me "perdonan" pero no …"lo vuelvas a hacer,"…. Yo me les río en la cara y les digo que su vocación a mi lado es ser cornudos siempre. Que un hombre solo no me basta.

Cuando estoy deseosa de sexo necesito devorarme por lo menos a dos. Uno se agota muy rápido conmigo. Tengo muchos orgasmos y no los dejo en paz hasta que me satisfago por completo. Les manoseo su polla blanda hasta que se les vuelve a endurecer y me la vuelvo a tragar con mucho deleite. Por eso cuando tengo a dos juntos –que suele suceder- salto de uno al otro y me cabalgo a cada uno por turno. Me gusta montar a los hombres así me muevo a mi antojo y me paseo la polla por donde mas me gusta. En cambio cuando los hombres tienen la iniciativa solo se saben mover en un sentido y carecen por completo de imaginación para transformar un acto sexual en un poema de amor y placer.

Por eso me los monto. Cuando tengo una víctima nueva al principio lo dejo que actúe a su manera y me monte. Pero cuando ya lo tengo encima mío y con la polla bien dura entonces doy la vuelta de improviso y paso a dirigir el operativo antes que tenga tiempo de reaccionar. Cuando estoy encima los aprisiono con los muslos y le clavo los codos para inmovilizarlos mientras comienzo con mis frenéticas galopadas gozando a lo bestia.

Cuando me casé estaba muy enamorada de mi esposo y también de mi amante. Siempre estaba con dos a la vez.

Fui muy agradable con mi marido. Lo seduje completamente. Lo elegí por su mansedumbre a sabiendas que lo convertiría en un perro total a mi servicio. Cosa que sucedió en breve tiempo y lo estoy disfrutando ahora.

La primera vez a los dos días de casados que le dije que lo llamaría a July porque estaba con calores de otro hombre, se enfadó conmigo y empezó a criticarme que eso no era "decente".

Yo lo dejé hablar un rato mientras abría las piernas con mis tacones y me erguía más alta que él. Me acerqué lentamente mientras hablaba y me daba recomendaciones.

De improviso le apliqué un sonoro bofetón que estalló en la sala. El se quedó mudo y pasmado de la sorpresa. Entonces sin darle a tiempo a reaccionar lo tomé de los cabellos y lo arrastré al dormitorio. Lo arrojé sobre la cama mientras le abofeteaba en la cara y le daba puntapiés. Perdí las sandalias mientras le pegaba. Entonces seguí haciéndolo con los pies desnudos. Una vez en la cama me subí encima de él y le manoseaba los hombros y el pecho con mis pies. Le puse un pie en el rostro y se lo sobaba con los dedos desnudos para humillarlo por completo. Es notable el efecto devorador de los dedos de mis pies. Son fuertes y agresivos. Mientras me quitaba la poca ropa que llevaba.

La expresión de miedo y terror en sus ojos me excitaba cada vez más.

Me agaché y le quité su ropa con violencia mientras me sentaba de espaldas con mi culo en su rostro. Frotaba mi culo contra su cara y comenzaba a correrme encima de sus ojos y su nariz y su boca. Mientras le quitaba la ropa. Su polla estaba endurecida como si fuera de acero.

Al ver las pollas duras siempre sé que estoy en el camino acertado. Dominar y gozar. Los hombres son todos iguales. Esclavos de la mujer cuando ésta los sabe utilizar. Yo los utilizo sin clemencia.

Una vez que lo tuve desnudo y le aplastaba el rostro con mis orgasmos de culo y veía su pene alto y erguido que me saluda como un soldado, entonces me di la vuelta y lo enfrenté cara a cara y me senté sobre su polla y me la devoré en un segundo y la introduje en mi vagina.

Comencé a sobarle su polla sin mover el cuerpo, solo con los movimientos de los labios vaginales. El se retorcía bajo mi cuerpo. Yo me sentía en la gloria cabalgándolo como un perrito.

  • Aprenderás quien manda putito …! ¿Sabes quien manda..? Mi culo manda…putito mío..! …Yo saldré con quien quiera y tendré amantes para completar tus servicios. Debes esmerarte en atenderme lo mejor posible para que te conserve a mi lado como esclavo…! Mira como me corro encima de tu sufrimiento…! …- Le soltaba un orgasmo

  • Tu polla estará mi disposición para que la use cuando yo quiera y no cuando tú quieras. La tendrás siempre dura y tus huevos hinchados de leche para que te devore cuando me apetezca. Me serás fiel aunque no quieras pues no podrás evadirte de mi poder. Yo por el contrario te pondré los cuernos cuantas veces se me antoje. Y dejaré tus huevos secos como pasas de uva….!

Así comenzamos este matrimonio donde lo fui convirtiendo en un esclavo total. No solo le ponía los cuernos y salía con quien quería y volvía tarde a casa sino que lo obligaba a entrenar a mis amantes y exhibirse dominado frente a mis esclavas mujeres. Me servía para todo. Me esperaba cuando salía por las noches recostado en la alfombra del suelo para recibir mi puntapié de bienvenida y fuera a prepararme la cena y atender mis necesidades.

Lo mas excitante fue cuando lo dominé para que absorba mi meada sin dejar caer ni una gota. Quería mear en cualquier momento sin necesidad de ir al lavabo. Nada mejor que usar a mi marido. Le enseñé a que debía tragarlo todo pues si dejaba caer una gota lo abofeteaba con fuerza de manera de humillarlo con el ruido del bofetón. La primera vez me monté sobre él en la cama y le puse mi vagina en la boca mientras le tomaba su cabeza con fuerza y la oprimía contra la vagina.

-Respira por la nariz…perrito ,…! Te tragarás todo mi meada y debes hacerlo rápido para no derramar ni una gota. Cada vez que tú tragues yo tendré un orgasmo en tu boca….¡ Empezamos ahora…!

Comencé a mearlo despacio dentro de la boca mientras el se retorcía y hacia esfuerzos para no tragar,….entonces yo le oprimía cada vez mas fuerte contra mi vagina y le apretaba el cuello, hasta que no daba mas y tragaba y se atragantaba y quería toser pero yo no lo dejaba oprimiéndolo con fuerza contra mi vagina. Cuando terminaba de mear se lo había tragado todo. Su aliento olía a mi orina. Yo me corría.

Así lo fui entrenando para mearlo en todo momento incluso estando vestida. Como nunca uso bragas solo me bastaba llamarlo, abrir las piernas y mearlo mientras seguía con mis tareas. Era muy excitante llamarlo cuando me estaba maquillando para salir con otro y entonces el venia sumiso a mi cuarto de maquillaje con los olores de las cremas y perfumes tan excitantes. Yo estaba de pie mirándome al espejo y de espaldas a él. Abría las piernas y le indicaba con un gesto que quería mear y entones el pegaba su boca contra mi vulva y se chupaba toda mi meada, mientras yo no dejaba de maquillarme.

Otras veces, cuando estaba sentada me levantaba ligeramente para que el pueda poner su rostro bajo la vulva y entonces me volvía a sentar y con todo el peso de mi cuerpo en la cara le echaba encima mi meada y mis orgasmos.

Así es como lo tengo a mi marido hoy en día.

Mi jugada más excitante de eso años fue cuando me devoré a su propio padre. El abuelo de mis hijos. Seduje a mi suegro sin ninguna compasión. Lo hice para tener dos hombres en casa sin dar explicaciones a nadie y gozar con los dos.

Mi suegro me andaba siempre espiando pues como ustedes saben soy muy alta y provocativa. Yo ando dentro de la casa con sandalias de tacón que dejan el talón desnudo y mi suegro se la pasaba mirándolas.

Estaba al tanto de mis andanzas porque era mudo testigo de mis aventuras. Incluso presenciaba cuando abofeteaba su hijo y se quedaba callado sin decir nada. Yo me tomaba todas las libertades. Le daba órdenes a su hijo en su presencia para que me tenga la casa limpia y arreglada. Estaba siempre en casa con cualquier excusa. Era testigo de mi temperamento fuerte.

No obstante se esmeraba en atenderme y hacer las cosas a mi gusto. Un día lo sorprendí olfateando mis zapatos.

Entonces decidí por fin someterlo y usarlo para mi placer. Los chicos estaban arriba en sus cuartos y mi marido en la cocina fregando los platos. Entonces lo llamé.

Yo estaba parada. Alcé una pierna y le puse el pie en la boca que él abrió de inmediato cuando vio que se acercaba mi pié. Una vez dentro de su boca hice fuerza hacia abajo y lo obligué a ponerse de rodillas ante mis tacones. Retiré el pié de la boca y se lo puse en el cuello y le hice lamer el piso donde había pisado.

El pobre hombre estaba desesperado. Lo humillé hasta cansarme pues lo tenía a mi antojo. Ya eran padre e hijo que estaban a mi servicio como perros totales.

Le dije que lo esperaba por la noche en mi habitación y le dije lo que debía hacer. El se avergonzó y me respondió que yo dormía con su hijo. Todavía estaba de rodillas besando el suelo. Le di un puntapié en el culo.

-Obedece mis órdenes…!

Esa noche mandé a mi marido a ducharse y esperarme en la cama. Lo dejé un rato esperando para tenerlo más dócil. Entonces entré a la habitación desnuda con mi altura impresionante. La sombra de mi cuerpo se cernía sobre el pobre hombre en la cama. Me sentí como un vampiro acechando a su víctima.

Después de obligarlo a que me acaricie y me masajee todo el cuerpo y de obtener mis orgasmos preparatorios y hacerle chuparme los pies y los muslos y frotarme con crema mi cuerpo entonces pasé a la acción. Soy muy calculadora para sacar el máximo provecho de los hombres.

Me coloqué a horcajadas encima de él y lubriqué mi vagina con saliva y me introduje la polla en la vagina lentamente saboreándola. Mi vagina es como una ventosa que chupa y chupa hombres enteros.

Comencé a cabalgarlo con parsimonia.

Entonces mi suegro entra a la habitación de puntillas y se acerca al borde la cama y comienza a chuparme los pies por turno, mientras yo me devoraba a su hijo.

El sentía que alguien había entrado y estaba nervioso, pero yo estaba bien montada y lo aprisionaba con los muslos y le clavaba los codos en sus hombros para mantenerlo quieto.

-Es tu padre que me esta chupando los pies…quédate quieto putito mío….que esta noche me los follo a los dos…!

El se avergonzaba de saber que su propio padre estaba allí chupándome los pies.

Yo continué mi cabalgata y mi suegro su chupada.

Cuando ya había tenido varios orgasmos levanté el torso y me di la vuelta buscando con la mano la polla de mi suegro. El adivinó mis intenciones y se acercó. Entonces le cogí su polla durísima, la acerqué a mi culo y comencé a fregársela contra mi culo. Lo hacía con mucha fuerza y sin miramientos. Aplicaba un movimiento circular y me pajeaba el culo con la polla de mi vencido suegro.

Lo hice con tanto salvajismo que no se pudo reprimir y terminó expulsando su leche sobre mis nalgas y sobre mi culo. Mi orgasmo fue inmediato. Yo sentía el semen caliente que me corría por el culo y descendía pegajoso hasta mezclarse con la polla de su hijo al que me estaba follando.

Cuando la leche alcanzó la polla del hijo, la sentí en mi vagina pues cada vez que la succionaba estaba más húmeda. Otro orgasmo de inmediato.

Entonces le exprimí la leche al hijo con la ventosa de mi vagina y sentí el calor de la leche de los dos hombres que me mojaban el cuerpo. Uno por fuera y el otro por dentro,. Mi placer era tremendo y mis orgasmos en esos momentos fuertísimos. Los dos hombres se quedaban paralizados de los espasmos con que yo me corría una y ora vez. Estaba enloquecida de placer.

Cuando estuve satisfecha le indiqué con un puntapié a mi suegro que se fuera mientras yo seguía oprimiendo a mi marido con el cuerpo para que no pueda ver nada.

Cuando nos quedamos solos retiré mi vagina y expulsé su polla blanda y mojada y dejaba caer sobre su cuerpo el resto del semen mezclados, padre e hijo.

Le miraba su expresión de perro apaleado y no pude evitar un último orgasmo placentero sobre tan desdichados hombres dominados por una bruja lujuriosa como yo.

Lo mas excitante fue durante el resto del día. Mi suegro buscaba mil excusas para dejar a su mujer y venirse a casa. Mi marido sabía que su padre engañaba a su madre con su esposa dueña y señora de todos. Yo me paseaba oronda frente a los dos mirándolos a los ojos con fuerza y gozando la vista de sus miradas humilladas y obedientes que se turbaban en mi presencia.

Así vivimos muchos años. Entrené a los dos a perfeccionar la técnica de darme jugos sabrosos para mi culo y mi vagina. Gocé mucho tiempo con sus eyaculaciones.

Mi marido fiel. Mi suegro fiel. Mis hombres fieles. Todos los hombres con los huevos hinchados de leche al acercarse a mí, y todos los huevos vacíos cuando los dejaba. Mi cosecha de esperma era tan abundante que me untaba la piel con la leche de ellos y eso me hace más bella y ardiente. Cuantos más hombres me monto mas deseo siento de cabalgarlos.

Estas relaciones de padre e hijo continuaron así por las noches que yo lo deseaba. Cuando no tenía deseos no aceptaba a nadie y los echaba a golpes si era necesario. Siempre dominando. No gastaba en personal de servicio pues mi suegro y mi marido hacían todas las tareas y me limpiaban mi ropa y cuidaban de mis zapatos de tacón.

Les contaré en la próxima como me follé a los dos por el culo armada de una prótesis adecuada y los sometí mas aun a mis deseos. Tanto que hasta la madre de mi marido (la suegra) percibió que algo sucedía en mi casa y se abstuvo de venir de visita. Mejor, así yo gozaba sin prejuicios. La expulsé de mi vida y de mis hombres. Los había devorado a todos.

circelamalvada@hotmail.com