Mi vida en el internado x, ordenando la bogeda
El sexo se encuentro en los lugares mas inesperado. ¿por qué no en una bodega?, bendito flaite me toco
MI VIDA EN EL INTERNADO X, ORDENANDO LA BOGEDA
Gracias por la buena recepción de mis relatos, es importante tener un feedback de ustedes para ir viendo que permanece y que se cambia, pero sobre todo saber que disfrutan de una buena lectura y con ello un momento de calentura. Para ubicarse en contexto les recomiendo leer MI VIDA EN EL INTERNADO X, si bien este relato en su parte central se entiende por si solo hay elementos que entenderás si sigues mi consejo.
El despertar del sábado fue tranquilo, tuve un sueño reparador después de lo vivido la noche anterior. Lo que me sorprendió fue darme cuenta que era el único en el dormitorio, menos mal que los fin de semanas son más relajado con el tema de los horarios, por lo que me di una ducha, me vestí y rápidamente me dirigí a la cocina esperando que aún hubiesen porciones del desayuno.
Al llegar a la cocina me encuentro de frente con Julián, quien estaba tomando desayuno y con el vaso aun en la boca me recorre con su mirada, colocándome nervioso por dicha situación. No supe cómo reaccionar, quedando detenido en el portal de la entrada de la cocina.
Julián: Buenos días pequeño. Así que levantándose tarde, tendré que enseñarte los horarios jejeje. Vamos pasa, sino quedaras sin desayunar
Yo: Ehhh, gracias. Me quede dormido, estaba muy agotado.
Julián: Me pregunto qué tanto te tendrá agotado para pasar de largo con la hora de levantada.
El muy descarado me mira fijamente, sabiendo a la perfección él porque me acosté tarde, élvme había dejado así de agotado. Aunque no fue el único culpable jejeje. Solo atine colocándole una cara de pidiendo explicación.
Julián: ¿Acaso quieres repetición ahora?
Me puse rojo, mire a todos lados pensando que la cocinera se encontraba en el lugar, solo esperaba que no.
Julián: Tranquilo, la tía salió a buscar las cosas para preparar la comida. Ven, siéntate a mi lado.
Sin esperar mas obedecí a aquel macho, mientras tomábamos desayuno Julián me coloca su brazo por encima provocándome un escalofrió, mientras me decía pegado al oído.
Julián: Tranqui pequeño, se que estas colado por otro, pero aquí tienes un macho dispuesto a hacerte su putito, usando esa boquita y culito que te gastas. ¿O no te gusto lo de anoche?
Me toma una mano y la coloca en su verga que estaba durísima, uffff ese hombre no para nunca. Mas rojo no podía colocarme y muy avergonzado no me quedo más remedio que confirmarle que me gustaba.
Yo: Sí, y harto
Julián: Jajajaja no te dije yo que tengo buen ojo para darme cuenta de alguien como tú, ya verás que no te faltara verga que probar con este macho que tienes al lado. Debo irme, porfa lávame mis cosas que si no llego tarde.
Sin esperar respuesta aquel macho se levanta, me desordena el pelo y sale corriendo de la cocina guiñándome un ojo. Veo a mi lado la taza y el plato del desayuno de él, si bien no era mucho lo que debía hacer me ofuscaba sentir que aquel macho sabia que lo haría sin oponerme. Me había dejado acalorado con lo que me había dicho y ese abrazo apretado donde pude sentir su aroma y músculos como me acobijaban. ufff
Estaba en mis pensamientos cuando escucho una voz ronca inundando la cocina, al verlo pude notar que era el tío que nos cuidaba.
Tío cuidador: ¿Hey Teresa, te encuentras?
Yo: La cocinera salió a la bodega.
Tío cuidador: Lo que me faltaba, por la cresta.
Recién en ese instante me fije en aquel hombre de unos 38 años, 1.98 de altura, completamente musculado, una barba de dos días , mandíbula marcada, pelo castaño oscuro, una piel tostada, la polera que llevaba puesta con corte V dejaba todo a la vista, marcando sus abdomen y pectorales muy trabajados, le salían los pelos del pechos del mismo color que su cabello, los jeans oscuros que tenia puesto, eran súper ajustados lo que resaltaba sus piernas y sus muslos gruesos, un paquete que prometía para quitar el hambre. No sé cómo no me había fijado en él antes, sin duda es un tremendo hombre, no se comparaba a los machos que habían usado de mi hasta ese momento, buscando satisfacer el placer que cada uno tenía. Sin duda este macho podría llegar a ser el Alfa de toda esa manada de hombres que me han reclamado como suyo. Supongo que el delantal que ocupan a diario aquel macho, no deja ver nada de lo que me estaba perdiendo y me mostraba en aquel momento sin que él lo supiera, tener esa visión frente a mi hizo que mi culo palpitara sin poder controlarlo, debiendo moverme en el asiento para evitar gemir de lo sensible que aún lo tenia de la última follada recibida, estaba embobado con el tío que nos cuida, cuando le escucho decir
Tío cuidador: Hey tu, ¿escuchaste lo que te dije o aún estas en las nubes?
Yo: perdón tío, no lo escuche, me quede pensando en algo que tengo pendiente.
Empezaba a sudar del calentón que me provocaba, de tan solo tenerlo al frente, aquel macho emanaba un magnetismo que me dejaba tiritón y el deseo de ser poseído por esa bestia, algo en él se me hacia conocido pero no podía explicarlo. Solo esperaba que mi respuesta le haya sido convincente.
Tío cuidador: Dale, acábate ese desayuno luego, que si no aún no despiertas.
Lo vi resoplar de resignación, moviendo su cabellera y haciendo una expresión súper sexy que me hizo escapar un suspiro, debiendo morderme el labio para simularlo. Sin darse cuenta, aquel macho estaba hablando en voz alta.
Tío cuidador: Creo que no será buen fin de semana, el colega que debía venir a tomar el próximo turno no vendrá, deberé hacer 3 turnos seguidos y además debo espera a Teresa para conseguirme ropa limpia de trabajo, la que tengo esta hecho un lío y si los otros dos colegas me ven así irán con el chisme a la directora y demás me gano una amonestación.
Yo: Pierda cuidado, de mi no saldrá una palabra.
Tío cuidador: Tú que te metes en cosas de adultos y pobre de ti en decir una palabra.
Yo: Perdón no fue mi intención entrometerme, solo quería quitarle lo ofuscado que esta.
Tío cuidador: jajajaj la manera, ya te enteraras como.
Se acerca a mí, me toman con un brazo y me raspa un coscorrón sin fuerza sino como un gesto amistoso, solo desordenándome el pelo. No podía creer tener ese hombre ahí presionándome contra su pecho y agarrándome con su brazo. Su olor, sus bellos, su dureza, su calidez, me tenían a mil, mi verga goteaba precum y mi culo palpitaba.
Tío cuidador: Listo ahí está mejor, ahora mejora el día. Ahí viene Teresa, mejor la salgo a buscarla para no perder más el tiempo. Y tú no te salvas, ya te cobrare la palabra.
Lo vi salir de la cocina, dejando a la vista esa tremenda espaldas ajustada a su polera, su cuello grueso que terminaba en unos hombros anchos y firmes, sus brazos duros y una piernas de infarto que eran coronada con un culo respingón, ese hombre estaba bueno por todos lados. Junto a su imagen, resonaban en mi sus últimas palabras, ¡Te cobrare la palabra!, ¿que habrá querido decir con ello?, con tan solo vislumbrar una leve posibilidad, mi cuerpo tirito por completo haciendo que mi culo se apretara y me arranca un leve gemido, me ruborice por lo sucedido. No sé cuánto tiempo habrá pasado cuando llego la cocinera.
Cocinera: Hey, tu por acá.
Yo: Si, me costó levantarme hoy, fue pesado el día de ayer. Pero ahora reponiendo energías.
Cocinera: Una pena, te pensaba pedir ayuda con la bodega, no alcanzo a ordenarla y quede con mi sobrino en hacer esa labor.
Yo: No se preocupe tengo tiempo de sobra hoy.
Cocinera: ¿Enserio?, gracias, mira que me sacas de apuro. En 10 minutos más llega, se llama Saúl, quedamos en encontrarnos allá mismo, cualquier problema me dices nomas. Deja las cosas ahí que yo las lavo.
Me tome el último sorbo de leche y salí corriendo a la bodega, tuve que esperarlo como 20 minutos, estaba por irme cuando veo que alguien se acerca corriendo. Al verlo me dio un poco de susto, el sobrino de la cocinera era un chico flaite de unos 28 años, no se veía de buenas migas, venia completamente sudado, un jockey puesto con la visera hacia la derecha, unos pantalones de buzo apitillado, una polera deportiva, zapatillas de marca y una cara de chico malo con ojos azules intensos.
Saúl: Hey compa, casi paso de largo, estaba en un trabajillo que no pude terminar.
En eso Saúl se agarra y aprieta la verga por encima del pantalón, la cual tenia semi erecta y un liquido asomándose por la tela, quede helado.
Saúl: Espero no le digas nada a mi tía, que si no te parto a palo.
Yo: Pierde cuidado, vamos a lo que estamos acá.
Entramos a la bodega y Saúl cierra la puerta detrás de sí, lo miro extrañado como pidiendo una explicación.
Saúl: Es más tranquilo así, nos podemos enfocar en el trabajo y nadie nos molesta.
Me pareció razonable su respuesta, pero la mirada que deposito en mí, me dio cierto temor y escalofrió, quedándome grabado esos par de ojos azules que me penetraban. Nos distribuimos la labor en los diferente cuartos, ya había pasado un buen rato y por mi parte había avanzado bastante cuando escucho a Saúl gritarme.
Saúl: Hey, ven a ayudarme, necesito mover unas cajas pesadas.
Me acerco a donde estaba y al entrar lo veo completamente desnudo, solo con su jockey puesto y la verga súper tiesa
Yo: ¿Pero qué estás haciendo?
Saúl: No te dije que me quede con un trabajo pendiente, además no te hagas mira que vi como tu ojos brillaron al ver mi verga cuando me la agarre al llegar.
Yo: Creo te equivocas, no soy ese tipo de personas.
Me doy la vuelta para salir, cuando Saúl me toma de la muñeca y me pega a su cuerpo.
Saúl: Hey para dónde vas, debes hacer lo tuyo. Sé que te gusta, sino dile a eso que tienes ahí abajo que no te delate.
En ello basa su mano y me presiona mi verga la que estaba dura, tan solo verlo ahí con su piel blanca, su verga rosada y un glande goteando me había calentado sin darme cuenta. Saúl me toma por la nuca y me da un beso sin previo aviso, sin duda sabia besar haciendo que mi culo tiritara.
Saúl: Mmmmm veo que me saliste bien putito. Tan solo verte con esos short y ese culo bien parado que tienes, sabía que te iba a follar. Esos labios están mejor que la zorra de mi ligue que me dejo a medias
En eso pasa su otra mano por mi espalda y la ingresa por debajo del short, tocando todo mi culo mientras me besaba, tenía su verga hirviendo pegada a mí y su dedo anular se introducía llegando a la entrada de mi hoyito.
Saúl: Uff que hoyito mas calentito tienes putito. Ya verás los bien que la pasaremos.
A esas altura ya no podía negar que aquel flaite me tenía a mil y no sabía cómo reaccionar para no hacerlo enojar, solo atinaba a mirarlo suplicando que me ordenará sus intenciones. El no apartaba su mirada y relamía sus labios
Saúl: Veo que aparte de putito me saliste sumiso, ufff que bien me la pasare. Ve siéntate en ese zapallo para que mames a gusto.
Veo un zapallo camote y me acerque a él obedeciendo a Saúl, él se acerca y me deja su verga a la altura de mi boca, emana un olor a sudor y meados, una mezcla fuerte que me golpeo y me dejo en un trance hasta sentir como su glande se depositaba en mis labios, su sabor saladísimo me calentó y respondí abriendo mi boca albergando aquella verga bañada en sudor y restos de meado, a esa mescla de sabores se sumo sus salivas que dejo caer mientras los miraba cuando me metía su verga, hervía su carne, al parecer quedo sin descargar por como palpitaba dentro de mi boca. Con una mano tome su tronco que apenas podía abarcar y su largo estaría por los 19 centímetros, sus bellos era de un color dorado y recubrían la base de su verga, sus huevos guardando aquel olor de sudor y meados aun más intenso a medida que me acercaba a su huevos.
Saúl: uff que bien la comes, mmmm que rico. De haber sabido me vengo antes. Sigue no pares.
Levante mi mirada y pude notar que Saúl no apartaba su vista de la mamada que le daba y se mordía el labio inferior, aquella cara y actitud de chico malo, era un flaite bien machito en todos los sentidos y aquello me empezaba a volver loco y despertar mis ganas de complacerlo. Él se apoyo en la pared cercana y me empezó a follar la boca pausadamente rematando su metida de verga con un punteo fuerte y profundo, haciendome sacar varias lagrimas y un par de arcadas.
Saúl: Dale aguanta, eres una puta y debes complacerme, ¿no te gusto calentarme la polla?, quien te manda a andar con esos short que ofrecen tu culo, esa boquita que pide probar esto, mmm dale. Aprenderás a no andar mirando verga.
En ello saca su verga y empieza a golpearme la cara con ese fierro caliente y todo babeado, ufff ese machito me hacía sentir completamente suyo, la sensación de cada golpe con su verga me provocaban ganas inmensas de que entrara por mi culo.
Saúl: Uff veo que te gusta, mmmm dale lame.
Saque mi lengua y recorrí cada parte de sus huevos y verga con ella, no aparte mi mirada de aquel macho, para que supiera que me tenia para lo que él quisiera. Su sabor salado y a meado me gustaba cada vez más y se impregnaba en cada lamida que le daba.
Saúl: Date la vuelta y muéstrame ese culo.
Sin levantarme del zapallo me di la vuelta dejando al aire mi culo y mi hoyito el cual se contrajo al recibir una corriente de aire. Apoye mis manos en unos cajones que tenia al frente y mire hacia atrás para ver que paso daría aquel macho. Saúl solo se relamía y pajeaba mirando mi culo, disfrutando lo que pronto probaría. Tomo su ropa y la tiro al suelo cerca donde estaba sentado, se agacha, sacando su lengua y la pasa por la entrada de mi culo, probando su textura y sabor, aquello me provoco un escalofrió y gemí sin poder controlarme.
Saúl: Uff que culito mas delicioso te gastas, el sabor que tienes es de una putita, no te muevas para que pueda disfrutarlo.
Empezó a lamer sin parar, escupía y lamia, uff mi culo palpitaba en cada lengüeteada que le daba, respondía a su trabajo parando aún mas mi culo para que él pudiese tener acceso libre, no aguantó más y metió su lengua queriendo llegar al fondo, a esas alturas solo quería ser follado, pero debía esperar a que mi macho disfrutara.
Saúl: Uff no quiero despegarme, pero llego la hora de descargar esto que esta como palo.
Saúl se arrodillo y escupió una buena cantidad de saliva sobre su verga esparciéndola con su mano y apunto su glande directamente a la entrada de mi hoyito y sin previo aviso metió de una su verga, uff aquella brusquedad sí que me dolió.
Yo: Hayyyy...
Saúl: Tranquilo, ya está todo adentro. Relájate y disfruta.
Se notaba que estaba desesperado por meter aquella verga en un hoyito y haber quedado a media con su ligue no sirvió de mucho, solo me toco respirar profundo y empezar a sentir esa verga albergándola en mi interior. La saliva hizo su trabajo y empezó a deslizarse despertando la sensibilidad en mi culo. En ello Saúl me toma de la cintura y empieza a acelerar su follada cada vez mas y su fuerza con ello, sentía como su pelvis chocaba con mis glúteos y sus cocos con el zapallo en el que me encontraba sentado, ufff no podía creer como ese pedazo de carne que hervía entrando y saliendo sin parar. Saúl solo bufaba y me insultaba del placer que se daba.
Saúl: Buffff, que culo más apretado tienes, eso mi putita para tu culito, ufff. Toma verga, come, come.
En una metida que recibí, siento un palmazo fuerte en mi culo, me provoco un sobresalto apretando mi culo.
Saúl: uff como te gusta, me estrujaste la verga.
Yo: hay, eso me dolió, porfa no seas tan bruto
Saúl: Eso lo decido yo.
Siento otro palmazo dejando acalorada la parte del mi glúteo que recibió su mano y su otra mano se deposito en mis hombro, acompañado su verga de una estocada que me hizo ver estrellas.
Yo: Uffff, que ricoooooo.
Saúl: Te dije que te gustaría.
Aquel macho me muerde la oreja, lamiéndola y pasando a mi cuello, no dejaba de follarme, ufff no paraba en ningún momento de darme, sin duda se había quedado con las ganas y se estaba desquitando conmigo. Cada vez me follaba mas rápido y empezó a palmearme el culo más seguido aquello me empezó a gustar y pedía más.
Yo: Uff dale, dame, castígame, eso, mas fuerte, no pares, dame mas nalgadas. Hay...mmm.ggg. Que rico se siente, déjame rojo el culo.
Aquello le calentó aun mas y me empezó a taladrar sin detenerse, buffando aun más fuerte y queriéndome romperme en dos con las ganas que me follaba, sin darme cuenta acompañe su follada con saltos sobre el zapallo para sentir su verga chocar aun más adentro, ambos gemíamos y sentíamos como llegaba el climax, como si hubiésemos ensayado nos fuimos al mismo tiempo.
Saúl y yo: Haggggggg......mmmmmm
Sentí 5 chorros de semen explotar en mi interior y me vine sin tocarme. Nos quedamos pegado un rato y Saúl empezó a follarme lentamente, sacando la leche que le quedaba hasta dejarme el culito sin verga.
Saúl: Que gusto me diste, ese culo sí que es hambriento. Hey mira rompimos el zapallo.
Vi hacia abajo y este estaba trisado de los golpes que recibió de tanto saltar, nos miramos y reímos por la situación.
Yo: solo es un rajadura, ya lo ocuparan esta semana.
Nos dimos cuenta de la hora así que nos vestimos súper rápido para ir a la cocina entregar las llaves. Antes de salir y abrir el portón Saúl me toma acercándome a él.
Saúl: Hey la despedida, mira que ese culito me dejo contento.
Me da un beso masajeando mi culo, ufff si que era caliente y eso me gustaba. Estábamos en ello cuando golpean el portón, reconocí la voz y quede paralizado.
Tío cuidador: Hey Teresa, ¿estas acá?
No sabía qué hacer, pero Saúl fue más ágil, respondió.
Saúl: No, me encuentro ordenando esto junto a un chico de acá, ya vamos en salida. Mi tía tuvo que quedarse en la cocina.
En aquel momento abrió la puerta, yo hice que terminaba de ordenar unas cosas antes de salir. El tío cuidador miro con cara de pocos amigos a Saúl y me miro fijamente como queriendo sacar una respuesta más convincente diciéndome.
Tío cuidador: Vamos, no deben estar con la puerta cerrada
Saúl: Ya vale, fui yo que le pedí cerrar la puerta para estar más tranquilo y ordenar esto rápido. Vamos saliendo ya. Oye tú, deja eso ahí que ya terminamos, vamos a dejar las cosas a donde mi tía.
Salimos dejando cerrada la bodega, durante el camino sentía el ambiente un poco tenso y el tío cuidador detrás de nosotros siguiéndonos.
Tío cuidador: Hey pequeño, ven para acá
Yo: Si dígame.
Acercándose y bajando la voz me pregunta
Tío cuidador:¿Todo bien?
Yo: Si, por
Tío cuidador: nada, por mas sobrino que sea de Teresa, no me da confianza
Yo: No se preocupe, es solo impresión. Además la tía de la cocina me pidió el favor de ayudarle. No me pude negar
Tío cuidador: mmmm, tú siempre tan servicial. Ya veremos que tanto lo eres cuando te pida ayuda.
Llegamos a la cocina, le entregamos las llaves y Saúl le dio el reporte de todo lo que hicimos, bueno casi todo jejejeje.
Cocinera: Que bueno, avanzaron bastante y gracias a los dos por todo.
Saúl: De nada tía, además el chico que enviaste fue de gran ayuda. Ya nos vemos, no te demores en llegar hoy a casa.
Saúl pasa por detrás de mi y sin que el tío cuidador y su tía se dieran cuenta, paso su dedo por la raja de mi culo, haciendo que pegara un sobresalto y colocándome rojo. Muy cerca del oído me dice
Saúl: Repetiremos putita.
Tío cuidador: Hey Teresa, me demore, tuve que lavar, no había recambio listo. Menos mal que este delantal me queda, la mayoría de la ropa me estrangula.
Cocinera: Si con el porte que te tienes, es de esperar. A ver si te animas compras telas y te hago unos a tu medida.
Tío cuidador: Tú siempre como una madre Teresa. Gracias!
Solo atinaba a mirarlo, sin duda el delantal no estaba a la altura de tremendo hombre, pero el haberlo visto sin él había cambiado mi forma de fijarme del tío que nos cuidaba.
Tío cuidador: Hey pequeño ve a jugar, aprovecha tu rato libre que pronto estará el almuerzo.
Cocinera: Hey Javier, que el crio tiene nombre.
Tío cuidador (Javier): jajajaja, aquello ya lo sé pero todos le llaman por su apodo y le viene como anillo al dedo.
Me coloque rojo como un tomate, me sorprendió que supiera mi nombre pero más aun que a pesar de ello me llamara por mi apodo. Me despido de la cocinera con un beso maternal y del tío cuidador con una despedida al aire.
Tío cuidador (Javier): Ya dale pequeño, y avísales a tus compañeros que en 30 minutos almorzamos. Nos vemos y no te distraigas con tus horarios.
En aquel momento cruzamos las miradas y un escalofrió helado recorre por completo mi cuerpo, un flash back de aquellos ojos: enormes e intenso de la noche anterior. ¡No puede ser! ¡No lo creo!, debe ser un error. Solo atine en salir corriendo del lugar directo a mi cama a pensar las cosas más calmado. En el trayecto mi culo palpitaba a cada salto que daba y saliendo un hilo se semen de aquel machito flaite que me acababa de coger, aquello no ayudaba a tranquilizarme.
Esperando les guste esta parte de la historia, sus valoraciones y comentarios son siempre importantes. Armando el próximo.