Mi vida en el internado vi, en la biblioteca

La biblioteca no solo me sirvió para estudiar sino para aprender nuevas cosas de la vida.

MI VIDA EN EL INTERNADO VI, EN LA BIBLIOTECA

Hola a cada uno de quienes siguen esta saga y a aquellos que se suman, agradezco que sigan valorando y comentando cada parte de estas vivencias que les comparto.  Espero seguir entregándoles momentos de placer y lectura con mucha imaginación.

Mi vida en el internado no ha sido tan mala como pensaba al momento de llegar, me fui adaptando mucho más rápido de lo que creía y haber pasado a nivel de los grandes acelero todo este proceso, gracias a los mementos vividos hasta ahora junto a mi personalidad tranquila y dócil para tratar con la gente, el apodo que mis dos machos me colocaron se hizo común y todos me empezaron a llamar así, no me disgustaba que me llamaran pequeño pero nunca pensé que aquello atraería la fantasía y el deseo de placer de más de uno que rondaba buscando a aquel que se lo entregara.

Después de la última follada que me dio Roberto, a mi culo le costó volver a su sensibilidad normal, esta híper sensible por todo, en cada roce, sentada y lavada que me daba explotaba mi sensibilidad, fue una semana difícil, no por el dolor sino por contener la calentura que me provocaba recordar su follada dura y furiosa reclamándome como suyo, en un par de ocasiones que me bañe buscando un espacio a solas para un relajo, me tuve que dedear el culo, cerrar los ojos y pajearme trayendo a la memoria todas las folladas que había tenido, Roberto era el centro de mis fantasía, su fuerza y deseo de tenerme me volvían loco, sin duda sabia como dejarme necesitado de él, pero lo genial era que se colaban los recuerdo de Miguel y su follada marcándome con todos sus fluidos ufff, los recuerdos de ambos se  turnaban en mi memoria y el autoplacer que me daba en las duchas, dedicado a mis dos machos.

Ahora, todo lo vivido no me hacia exento de mi deberes de estudios esto hacia que dedicara un buen tiempo en la biblioteca, debo confesar que me gustaba pasar tiempo en aquel lugar calmo y silencioso, me llevaba súper bien con la bibliotecaria y en un par de ocasiones me permitía quedarme con el compromiso de cerrar todo al irme.  Era sin duda un lugar poco visitado y se llenaba solo en épocas de exámenes.  Nunca pensé que este espacio de tranquilidad me lograría dejar más que agitado, me encontraba concentrado pasando mi horas de estudios que no me di cuenta que un par de puesto hacia mi izquierda se sentó un chico, solo me entere cuando le pidió un par de libros a la bibliotecaria, al verlo pude notar que era uno de mis compañeros de dormitorio, fue en el segundo que me fije aquella primera noche que me toco quedarme en el nivel grande, si bien de lejos era corpulento, de cerca se veía todo un mastodonte, su espalda extremadamente ancha acompañada con unos brazos y piernas gruesas, te hacían pensar dos veces antes de meterte en pleito con él, su porte de 1.95 metros de altura lo acompañaban para intimidarte, su voz calma pero profunda te sacaba más de un suspiro, su culo sin duda eran dos pelotas de futbolito, firme y respingón, daban ganas de saborear aquello, toda su ropa era ajustada por aquella musculatura que se gastaba, se vía totalmente bien.  Gracias a la tía de la biblioteca al momento de pasarle los libros e indicarle fecha de entrega de estos supe que se llamaba José.  Después de ese espectáculo proseguí mejor a centrarme en mis deberes, de lo contrario no avanzaría, me inunde en el silencio y tarea volviendo a la calma, estaba en ello cuando escucho a la bibliotecaria con una voz alarmada haber recibido una mala noticia.

Bibliotecaria: Hey chicos debo cerrar, tengo que retirarme de urgencia e ir a ver un familiar, lo siento.

José: Chuta y no nos puede dejar acá, debo entrega estas tareas pendientes sino  pierdo el año.

Bibliotecaria: Lo siento, no puedo. De seguro, hay más espacio donde las puedes hacer.

La situación no me complicaba, podía adaptarme de lugar pero ver la cara de preocupación de José hizo mover algo en mi interior y me motivo a que interviniera.

Yo: Tía, siento lo que le está sucediendo vaya no se preocupe deje todo tal cuál esta y yo me encargo de dejar ordenado y cerrado, se lo prometo.

En ese momento la bibliotecaria me miro fijamente, intentando buscar una respuesta en mi, luego de unos breves segundo respondió

Bibliotecaria: bueno qué más da, solo porque eres tú lo permito, se que cuidaras de este espacio y sabrán guardar el silencio respectivo. No dejen entran a nadie más, terminando lo tuyo José te retiras y no le compliques la existencia a tu compañero que queda a cargo.

José: Gracias!, mil gracias!...tiene mi palabra.

La tía tomo sus cosas rápidamente y salió volando del lugar, ahí caí en la cuenta que quede a solas con José, aquello hizo que se acelerara mi corazón y me pusiera rojo, ver ese tremendo hombre sentado unos puestos más allá  con sus labios carnosos, su cara de aniñado me hacía sentir muy pequeño.

José: ¿Hey, qué te pasa?, estas rojo y temblando.

Yo: nada, nada...solo me quede preocupado por la tía.

José: Tranquilo ya verás que será el susto y nada más.

Yo: Gracias!

Le dedique una mirada y sonrisa.

José:  No hay de qué pequeño. Además  somos compañeros de dormitorio y es bueno apoyarse entre sí. Mira que si he notado que llegaste, pero no hemos tenido oportunidad de cruzar palabras contigo.

Queeé! otro más que toma confianza y me llama así.  Bueno ya era muy común que me llamaran así, por lo que no debería sorprenderme.

Yo: Ya vale, ahora lo estamos haciendo.

José: Bueno así es, ¿vienes seguido a este lugar?

Yo: Si, me gusta y puedo hacer mis tareas sin tanta distracción.

José: Pero ahora yo te distraigo.

No puede ser ¿habrá notado que lo miraba más de lo que debía?, solo espero no despertar su enojo.

Yo: ¿por qué dices eso?

José: Porque te estoy metiendo conversa y no te dejo seguir, además no puedo seguir con estos ejercicios de matemáticas, no los logros entender.

Yo: ¿En serio?, si quieres te puedo ayudar, se que vas en un  par de curso más que yo, pero como me gusta esa materia me he instruido adelantando materia.

José:  Ya ¿enserio pequeño? no me lo creo, a ver arrímate para acá y me enseñas.  Mmmm lo malo que no podrás hacer tus deberes.

Yo: tranquilo, ya estaba terminando y no es nada tan encima como lo tuyo.

No podía creer que estaría tan cerca de ese tremendo hombre, me provocaba un cierto temor pero a la vez me surgía esa curiosidad que atraía mi calentura. Ver esas piernas grandes y fuertes me daban ganas de sentarme encima y dejar que José me usara a su antojo, pero baje a la realidad al ver que ese tremendo macho me mostraba la silla dando unas pequeñas palmadas en el asiento, por lo que me senté a su lado.

Yo: Bueno a ver, en que materias estas con problema... mmm...ya entiendo, manos a la obra... mira debes mover esta x para este lado...

Estábamos en eso cuando siento que José se acerca más para ver las explicaciones que le daba, sentir a ese tremendo montón de músculos tan apegado a mí, hizo que me colocara nervioso y acalorado, me invadían cada vez más aquellas sensaciones, me costaba centrarme en los estudios, hacia todo lo posible por no distraerme, es ahí que siento su pierna tocar la misa ufff,  por lo que bajo mi mirada y veo entremedio de las piernas de José un bulto enorme muy similar al de Roberto pero aun más grueso, si bien aún no estaba en todo su esplendor aquello prometía, esa visión me hizo nublar la razón que me quedaba y sin poder contenerme salive haciendo que cayeran babas sobre los short de José, en su pierna y llegando hasta su glande....

José: Hey que te pasa... mira como me has dejado...porque babeas...

Se  para a limpiarse, sobándose el charco de babas que se me había  caído, entre en pánico imaginando la golpiza que me llegaría.

Yo: perdón, perdón... me pasa sin poder contenerlo cuando me que pegado pensando, no fue mi intención, disculpa.

José: Mira no te muelo a golpes porque me has ayudado a entender la materia, además ya me imagino en que pensabas.

Apunta abajo y dirijo mi mirada viendo que mi verga estaba dura, no podía creer aquella situación embarazosa, me puse rojo como tomate.

Yo: hee..perdón no sé que me ha pasado, no vayas a pensar...hee perdón enserio...

José: jajjajaja, calma pequeño a todos nos pasa, mas estando encerrados acá, hay necesidades que no podemos reprimir, yo salgo con una chica en el instituto, pero hace tiempo no la veo y ya vez como se me ha puesto de tanto sin una debida atención.

Estaba mirando hacia abajo por la vergüenza que tenia, pero al escucharlo decir aquello me gano la curiosidad y levante mi mirada, ohhhh pero que cosa estaba viendo, si antes la vi grande, ahora la tenia completamente dura y se mostraba aún más grande presionando la tela del short.  Aquella visión me hizo abrir la boca y quedar embobado, eso estaba palpitando y mojando aún más la tela, trasluciendo cada surco de sus venas, glande, tronco y huevos uffff, quede hipnotizado.

José: Hey, para que con esa mirada me comerás entero...

Yo: Ehmm..he perdón, nunca había visto una así...

José: Jajaja, ósea has visto otras...

Yo: ¿Cómo? no, no..es lo que imaginas, es que me sorprende lo que tienes ahí.

Al verlo, vi que el brillo en sus ojos cambio, ya no tenía aquella mirada de niñato, sino era un chico calentón buscando satisfacer su sed de palcer, una sonrisa se dibuja en su rostro y me dijo.

José: Te sorprenderás mas si te acercas, vamos, no temas, pero antes nos debemos asegurar en algo.

Se dirige  a la puerta cerrándola con pestillo y colocando el letrero de cerrado, se da la vuelta y me mira recorriendo mi cuerpo, queriendo descubrir cómo me usuaria.

José: Creo que no será necesario hacerme de rogar con mi chica y esperar hasta la próxima semana, se me ha ocurrido como bajar este calentón.

Yo: ¿pero qué dices?

José: tu sabes bien a que me refiero pequeño.

Yo: no se, enserio. ¿qué tramas?

José: vamos, me he fijado como miras a los demás chicos y yo no soy la excepción.  Lo he dejado pasar porque nunca te insinuaste, pero hoy algo cambio.

Yo: Creo que te equivocas.

José: Para nada pequeño, algo de ti hizo despertar esto, mira como lo tienes babeando.  Cuando entre a la biblioteca sentí tu olor, tu presencia que clama por un macho, no lo dirás en palabra pero tu cuerpo habla por ti.  Mientras me enseñabas y al tenerte cerca, tu olor se intensifico, tu calor, tu voz, ver tu piel, todo me decía algo, no sabía que era, pero ahora entiendo. ¡Necesitas de un macho! de eso no me equivoco, además me la debes por babear mi short favorito.

Yo:  Hummm...no sé qué decir.

José: Nada, solo ven y termina de babear lo que iniciaste, pero como veras lo mío tiene su propias babas, creo que le falta otra cosa.

Me acerque a José paso a paso y tremendamente nervioso sin saber si era una broma o si realmente estaba viviendo aquella situación, ver a aquel macho imponente invitándome a tocar su tronco que palpitaba y expulsaba una cantidad de precum impresionante no se daba todos los días, cuando ya me encontraba a unos paso frente a él, me toma de una muñeca dirigiéndola hacia arriba levantando su brazo, si bien me dolió un poco su brusquedad, compensaba poder palpar su cuerpo con el mío, aquel macho aspiro profundamente y paso su lengua por mi cuello,  degustando lo que se vendría.

José: Uff que rico hueles y sabes, mejor que mi chica, no sabes las ganas que me despiertas, debo confesar que hace día he notado que expeles un aroma que pide a grito que te follen, dale no seas tímido toca lo que quieras.

Si bien no soy femenino pero si tímido y quitado de bulla, la sensación de hacer despertar aquellos instintos en un macho como José alimentaba mi lado morboso y sumiso que Roberto y Miguel ya habían probado.  No me hice de rogar y menos hice esperar a este nuevo macho que me reclamaba como suyo, por lo que me empecé a sobar con su cuerpo, con mi mano libre toque sus pectorales duros y grandes pase a su abdomen un poco inflado, aquello era puro musculo, no podía creer lo firme que podía ser, fui bajando de a poco mi mano hasta llegar al culpable de hacerme babear en aquella situación, era enorme, recorrí aquella verga con mi mano, sobándola de la base hasta la punta de su cabeza, el short estaba completamente mojado lo que me permitía sentir la viscosidad que lo rodeaba, el grosor me impresiono, pude notar que alcanzaba sus 4 dedos de ancho, sus venas uff como palpitaba y sus huevos colgando que apenas me cabía uno de ellos en la mano, todo eso me hizo emitir un gemido que José tomo como triunfo.

Yo: Mmmm.

José: Jejeje, ves pequeño que no me equivoco, tu hueles como hembra en celo, buscas machos como yo para satisfacer tus deseo de una buena verga, pero lo que debes aprender es que los hombres como yo gozamos de chicos como tú, nuestras vergas buscan poder ser complacidas y saciar nuestros deseos y morbos más profundos, no me esperaba encontrar este tesoro en la biblioteca, pero veras que lo pasaremos bien.

No podía creer lo que escuchaba, todo mi cuerpo reacciono con un escalofrió alejando con ello el temor que me quedaba, mire fijamente a José esperando que me indica que orden seguir, él me responde con una mirada profunda y completamente fuera de sí acompañado con un brillo de lujuria, al parecer aquella bestia había salido de su jaula, me soltó la muñeca, gesto que agradecí, posa su mano sobre mi hombro y me ordena.

José: Pequeño, quiero que la saludes, haz gozar a tu macho y sabré compensarte con un buen premio.

Lo miraba embobado y baje apoyado en su cuerpo sin oponer resistencia a la orden que me daba, quedando de rodillas, el olor a José era espectacular, a hombre bañado y ejercitado recientemente, uff me encantaba ver lo que tenia al frente, la visión de todo su precum traspasando la tela de su short me invitaba a probar, saque mi lengua y la deposite en la base del la verga de José por encima de la tela, la pase hasta la punta de su glande y así seguí por cada centímetro que se le marcaba y recogí todo ese liquido el cual tenía un sabor de acides y dulzón que me fascino, mi labor fue acompaña por bufidos de goce de mi nuevo macho, que me calentaban y me incentivaban a colocar mas esmero y deseo en ello. Mire a José, quien tenía una cara de salido caliente, se fijaba en mi labor sin perder detalle.

José: Pequeño, tu si sabes prender a un hombre, tienes una lengua bien golosa... ufff  ¿te gusta la leche que bota?

Solo atine a mirarlo y afirmar con mi cabeza que su sabor me gustaba, lo quede mirando y le pase nuevamente la lengua por toda su verga sin apartar mi mirada de deseo y sumisión, a mi macho le calentó aquello y sujeto mi cabeza presionando con su verga.

José: Eso siente su calor, siente como palpita, ufff que rico.

En eso momento me suelta, se levanta la parte frontal de la polera y la pasa por detrás de su nuca, se baja los short y me muestra todo lo que podía probar, ver a ese macho de pie apoyado en el mesón y yo de rodilla contemplando ese espectáculo hizo que babeara y mojar los pies y chalas de José, mi cola se movía de un lado a otro pidiendo acción y mi hoyito empezaba a palpitar.  Sus huevos sin duda eran enormes, tenía todo depilado, notaba su piel clara, su capullo rosado y las venas que rodeaban la verga un color grisáceo, todo aquello emanaba un halo de vapor y solo atine a aspirar y lamer cada parte de lo que me ofrecía José, lamí sus huevo, abril mi boca lo mas que pude para meter de a uno esos huevo que colgaban y empezaban a sudar, ya no podía mas, por lo que di un último recorrido a la verga de mi macho, presionando mi lengua con su tronco, llegue a punta del glande, lo mire y empecé a introducirme su verga poco a poco, José abrió  los ojos de sorpresa y gusto, mi comisura se tensionaban y pude llegar hasta la mitad de su verga, aquello era muy gordo y grande, me tire hacia atrás y volví a la acción, solo escuchabas bufidos de placer, mi deseo era poder comerme todo ese pedazo de carne y no podía perder esa oportunidad, por lo que respire profundo, prepare mi boca junto a mi garganta, apoye mis manos en los muslo de José, levante mi cola y empecé a introducirme cada centímetro de esa verga que me palpitaba en la boca cuando llegue a la mitad me empezó a costar pero me forcé para complacer a mi macho y seguí introduciendo, sentí como esa verga entraba por mi garganta inundando toda mi boca y por fin sus huevo chocaron con mi barbilla, uff fue lo máximo, me vino un caletón y se me soltaron las babas, mojando la base de su verga, sus piernas y pies, José no aguanto más y me presiono fuerte la nunca, empecé a colocarme sumamente rojo y perder el aire, cuando pensé que me ahogaba me soltó y me salí, tosiendo, babeando y con los ojos llenos de lagrimas, estaba en otro mundo.

José: ¿por qué lloras?

Yo: de gusto, no pensé que podría probar todo eso... ufff

José: Veo que pudiste y te debo confesar que eres el primero, nadie ni siquiera mi chica ha llegado tan al fondo, ya deseo probar otra cosa jejeje.

Yo: Me partirás con eso tan grueso y grande.

José: No lo sé, mi chica tampoco lo aguanta, pero te preparé para eso y recuerda que estas para complacerme.

Yo: Ufff, espero poder hacerlo.

José: ¿Qué esperas? ven y recoge esas babas que te hizo sacar mi verga.

Lo mire, estaba todo chorreado con mis babas mesclado con el precum de su verga, me desnude completamente para él mientras nos mirábamos con deseo, me acerque gateando y dirigí mi boca a los pies de José, nunca antes había experimentado el deseo de lamer pies, pero los de ese hombre provocaban y mas con todo eso chorreando, saque mi lengua y lamí lentamente captando la textura y el sabor, ufff me éxito tanto que me desaforé lamiendo hasta llegar a chupar su dedo gordo, lo que a José le provocó una ola de placer y gusto animándome a seguir y turnando sus pies...

José: uff vamos pequeño, eres todo un vicioso, me gusta...ufff comete mis pies....lame a tu macho, eso mmm, lléname de deseo de follarte.

Una vez que deje limpio los pies de José subí por sus piernas recogiendo todo el liquido que le caía, su piel firme y suave me tenían loco, no deje espacio sin repasar, mi macho apoyado en el mesón disfrutaba de su nueva adquisición, repase sus huevos y su verga que ardían como fierro recién salido del fuego y que no dejaba de borbotear ese liquido que me gustaba cada vez mas. En ese momento José se agacha me toma de los costados elevándome y apoyándome con su pelvis, que sensación más rica de piel me calentaba a mas no poder, me toma de mi culo con sus dos manos y yo me afirmo de su cuello musculado y firme como cada fibra de su cuerpo, con sus manos abarcaba mis glúteos y los empieza a masajear queriéndolos arrancar de su lugar, los extiende hacia afuera, dejando entrar el aire en mi hoyito y yo solo me apoyaba en el pecho de mi macho gimiendo de placer, mientras José extendía su dedo más largo a la entrada de mi orifico.

Yo: hugg...ufff...mmm que rico...

José: eso mi putito, así me gusta, apégate a mi...tócame...deséame... uff que culito te gastas, esta calentito y pidiendo un macho como yo.

Yo: Hayyy que rico tu dedo...tus manos, tu piel...tu...uff

En eso José se acerca y me besa, quitándome el aliento y casi arrancando mi lengua de lo profundo y fuerte de su succión en mi boca y labios.

José: Uff pequeño que boquita más rica tienes, pero deseo probar otra cosa, hace un buen rato.

Me toma con sus dos tremendas manos y sin darme cuenta me tenia apoyado sobre el mesón ofreciéndole mi culo, él bufaba y sentí como el aire de sus bufidos se apegaban cada vez más a la entrada de mi culo y una  vez más sin percibir el tiempo y espacio metió toda su lengua en mi culo, me arranco varios alaridos que fueron tapados con los short de José quien me los coloco en la boca, me tenia completamente sujeto con sus manos en las caderas y su cara repasaba cada centímetro de mi culo, me lo dejo completamente mojado y mi hoyito palpitaba con vida propia, turno su lengua con sus dedos, sentía lo áspero que eran, se notaba el efecto de tanto hacer pesas, eran gruesos y abrían mi culito de una forma que me hacía temblar, cuando empezó por el segundo me impresiono como me tensaba mi orificio y ya en el tercero estaba a tope, José no dejaba de lamer y dedearme el culo, yo me afirmaba al mesón extendiendo mis dos manos a cada costado, la fuerza que aplicaba para comerme el culo era brutal.

José: Pequeño, te lo has ganado ahora viene tu premio, espero te guste.

En ese momento sentí  el glande de José, se asimilaba a un zapallo italiano, diría un par de centímetros más delgado.

José: No te niego que te dolerá, pero el trabajo que te he hecho ufff, ese culo pide a gritos ser llenado, si vieras como palpita.

Sentí una presión en mi hoyito, cada pliegue se adhería al glande de José, debo confesar que la entrada de ese glande fue dura y dolorosa.

Yo: hayy..me duele...me arde...ufff me romperás entero.

José: Vamos aguanta por tu macho. ¿No querías uno?

Yo: ufff...si, sigue...rómpeme, haz lo que quieras.

Recordé una vez más los consejo de Roberto, mi primer hombre; por lo que respire profundo y pausado aflojando la tensión en mi culo, lo que permitió a José dar un empujón que introdujo todo su glande pero no se conformo con eso sino que siguió lentamente presionando, lo que me provocó un dolor. Había estado con dos machos anteriormente, si bien tuve dolor no era comparable con esto y como caído del cielo broto en mi el aroma de Miguel que me hizo traerlo al recuerdo y aflojar cada poro de mi cuerpo, permitiendo que la verga de José fuera entrando lentamente como mantequilla en mi culo, no supe cuanto tiempo tardo en llegar al fondo, solo volví en si cuando sentí los huevos de José chocar con la entrada de mi culo y estaba completamente sudado y babeando por ese macho.

José: Ufff...que pasada, realmente eres goloso, la tienes toda adentro pequeño....ufff, como aprietas.

Solo podía sentir el palpitar de aquella verga, me ardía, me dolía pero aquello paso a segundo plano al sentirme lleno, sin siquiera moverse removía todo mi interior con placer, estuvimos un rato así acostumbrándonos el uno al otro y  una vez ya sincronizados, José empezó a moverse.  Con cada centímetro de su verga estremecía mi culo y cuerpo, el movimiento empezó a acelerar y el calor invadía cada vez mas mi cara, mi cuerpo y culo, la delicadeza dio paso a lo salvaje como en un inicio de esta situación, José empezó a golpearme con su pelvis súper fuerte en cada embestida, el mesón se corria hacia delante en cada entrada de su verga, mi cuerpo se sobaba con el mesón provocando una fricción y placer al sentirme poseído por ese macho. José apretaba aun mas mis cadera y las elevaba obligándome a levantar mi torso y afírmame con mis manos y brazos extendidos en el mesón, el se inclino hacia atrás y me empezó a darme como metratella, uff no podía dejar de estar ensartado por esa verga, se daba harto vuelo y volvía a atacar, di vuelta mi cara sonrojada y sudorosa y veo como los brazos y piernas sumamente tensas de José combinaban con los pectorales que rebotaban en cada medita que me daba, sin duda este hombre sabía mover sus caderas. A esas alturas me había sacado lo short de la boca y gemía descontrolado sin preocuparme de nada más.

Yo: hay..hay.. uqggf que gusto...uff....mi macho..rompeme...llename...acá tienes a tu putito, tu culito..cuando quieras.. no me deje con ganas...úsame..ufff...hagg

José: Ufff pequeño....mmm..mi putito.. toma...recíbela... me vengo...toma mi leche putito goloso...

Siento como José se tensa llenando mi culo y quemándolo por dentro, provocando que me viniera sin tocarme, no paraba de follarme con fuerza y llenando de leche mis piernas y mesón, poco  a poco bajo el ritmo y su verga aun hinchada palpitaba, la saco con todo mi pesar, estaba feliz sintiéndome lleno por él y al parecer José vio aquello.

José: tranquilo pequeño, no será la última vez, ya encontré a mi perrito que me hará gozar siempre que lo desee y no pretendo dejarlo partir. Vamos te queda por tomar leche.

Ambos miramos el mesón y entendiendo la orden de mi macho subí el resto de mi cuerpo sobre este y lo lamí recogiendo toda la leche, saboreando y recodando su aroma, gusto y textura, de este nuevo macho que me hizo suyo. José recogió el semen que tenían mis piernas y me lo ofreció con su mano a lo  que lamí su palmas y su dedos con gusto, haciendo que me empezara a calentar aun estando exhausto, me sonrió, se vistió y me desordeno el cabello.

José: Ya pequeño, terminamos la tarea por hoy, gracias por la materia repasada  y a ponerse las pilas mira que botamos varios libros de los estantes por la emoción.

Mire y me tocaba trabajo, no sé en qué momento cayeron tantos libro, vi a José salir de la biblioteca cerrando la puerta, me tome un tiempo para procesar lo ocurrido y recobrar el aliento, no podía quitarme la sonrisa de la cara y mi culo me lo recordaba.

No fue lo único que me coloco contento, al otro día la bibliotecaria me conto que su familiar lo dieron de alta.  Le sonreí y me fui a disfrutar de mi rato libre perdiéndome en mis pensamientos recordando en como fui usado por José en aquel lugar. Un macho más que me hizo suyo, me preguntaba ¿dónde irá a parar todo esto?

Gracias a cada lector que se ha animado en leer, valorar y mandarme mensaje por correo o esta plataforma. Espero esta parte de la historia los anime a seguir disfrutando.

El haber conocido un segundo macho a la altura de Miguel fue un gusto inmenso, estuve toda la semana con su olor por todas partes una mezcla a semen, sudor y saliva, todo ello fusionado con su aroma era un perfume que me tenia completamente ido, esto me hacia estar con mi verga dura y mi culo palpitando en varias ocasiones, ese aroma me recordaba cada momento vivido en los dormitorios mientras Miguel me hacia suyo y me marcaba para siempre (debo confesar que dormía con la ropa usada en aquella ocasión, la cual guardaba el olor de ese macho en su pleno apogeo), además no ayudaba mucho en que Miguel fuese cercano y me bromeara en cada momento que nos encontrábamos en algún lugar.  Por otra parte de una u otra forma sentía nuevas miradas sobre mi y  habían chicos que dirigían su mirada cada vez que pasaba cerca de ellos y más de alguno me regalo una cara de calentura y deseo por descubrir porque mantenía aquel aroma por mi cuerpo y a unos cuantos les mire una erección que se me hacían apetitosa

Frente a lo vivido y el aroma con el que fui marcado (sin contar la mordía en mi hombro) me moría de miedo que Roberto, quien me inicio en este mundo de calentura, descubriera que había sido usado por otro hombre, me aterraba la idea de que me pegara o peor aun me dejara de usar a su entero placer, solo me calmaba mi angustia todos los recuerdo vividos por este par de machos.  Si bien los primero días esquivaba encontrarme con Roberto mi cuerpo y mi ser me reclamaban por él, aquel que se llevo mi virginidad y me enseño nuevas cosas.

Como tengo "tan mala suerte" me toco quedarme un fin de semana en el internado sin ir a casa, en esos días la cantidad de chicos disminuía y solo quedamos muy pocos además que te dejaban libre para poder salir fuera de este y volver en los horarios establecidos.  Estaba disfrutando de mi espacio de libertad y aproveche de visitar la lavandería (esta quedaba al final del pasillo que da hacia los dormitorio) para dejar mi ropa sucia, saliendo de regreso choco con un chico a la salida del primer dormitorio, antes de levantar mi vista reconocí de inmediato ese cuerpo, !era él¡, Roberto, no podía creerlo lo trate de evitar todos estos días y me lo topo de esta forma, quede totalmente embobado viéndolo, su sonrisa, su porte, su brazos fibrados, sus piernas gruesas,  su color de piel morena, sus labios, todo de él me atraía, pero su paquete era lo que más se marcaba y eso me fascinaba, estaba en ese transe cuando lo oigo.

Roberto: Hola pequeño, tan desaparecido que andas.

Yo: Ehh, Hola Roberto!

No supe que me paso pero atine a abrazarlo, con ganas de sentir su cuerpo tocando el mío.

Roberto: Vaya, vaya, calma que me quitaras el aire...

Yo: Perdón, fue una reacción sin pensarla..

Roberto: Vale, pero dime ¿por qué has estado tan lejano estos días? Pensé que me deseabas ¿o me equivoco?

Yo: Me he estado acostumbrando a este lugar y se me ha ido el tiempo...perdón.

En ese momento se me acerca, me toma de la cintura y me apega a su cuerpo colocando sus labios muy cerca de mi boca...

Roberto: ¿Y si aprovechamos este espacio a solas?

Yo: ufff.... lo que tu digas... sabes que me tienes.

Sin más, Roberto me muerde el labio inferior y me da un beso que me quita el aire... pero no solo le basto aquello con su dos manos grandes y fuertes me toma mis glúteos y me los masajea de una forma intensa que mas da de un gemido me arranco...

Yo: Uff,, uff Roberto... se siente rico...aghh

Roberto: Tendrás que compensarme todos estos días sin tu boquita y ese culito que pide a gritos ser devorado, mira como me colocas.

Aquel macho toma mi mano y la aprieta contra su paquete, aquello hervía, sacando su calor por sobre el short, simplemente me derritió e hizo que levantara mi cola afirmándome de su abdomen.

Roberto: Eso me gusta de ti pequeño, siempre deseoso de satisfacerme...

Sin soltarme y como si fuese una pluma me lleva para dentro de su dormitorio, cierra la puerta y me dirige a su cama...

Roberto: Bajaremos el colchón, porque las ganas que tengo de follarte hará que desarmemos la cama.

Escuchar esas palabras, hizo que se me erizara la piel...me sonroje pensando en cómo aquel macho me haría suyo con su fuerza, su presencia y esa voz ronca que invadió el dormitorio haciéndome temblar por completo... De rodilla, me coloco delante de él dándole la espalda, me abrazo e introdujo sus manos bajo mi polera, bajo con sus manos recorriendo mis costados hasta llegar a mis short, los tomo y me los saco rozando mis piernas, después subió por ellas y se detuvo en mi culo, ufff sentir sus manos firmes y calientes junto a ese rose era genial.

Roberto: Veo que no aguantas sin tu macho...me encanta tu piel, suave y tierna... ese culo me llama a que te folle ahora mismo....

Yo: uff.. tus manos...te echaba de menos...

Roberto: ¿Entonces por qué no me buscaste?

Yo: Te había dicho que se me fue el tiempo...

Roberto: No me mientas....

Yo: ¿Por qué me dices eso?... sabes que soy tuyo y tú eres mi macho.

Estaba aterrado, ¿habrá  descubierto que fui follado por Miguel?...no lo sé pero a esa altura solo temía a ser rechazado por Roberto.

Roberto: Pequeño, reconozco tu aroma y lo que huelo aquí no es solo el tuyo, si bien se ha intensificado tu olor y eso me gusta pero sé que alguien más disfruto de ti y eso no me gusta.

Estaba paralizado... perdería a Roberto, mi primer macho y del quien deseaba tanto aprender.

Roberto: ¿Que te sucede?

Yo: Creo que me dejaras...

Roberto: ¿Quien te dijo eso?, yo soy el que decido aquí, soy tu macho y lo debes saber... pequeño no soy tonto y sé que muchos de te desean, los he visto como te miran y a varios he pillado como se soban el paquete mientras pasas por el lado de ellos.  Solo que no esperaba que tan pronto uno ya haya tenido ese gusto de probarte.

Yo: ¿Qué me quieres decir?

Roberto: Que si me da la gana les rompería a más de uno su madre porque tú eres mío, pero veo que la mejor forma es que sepas quien es tu verdadero macho, fui el primero en tenerte y los demás deben entender que no habrá otro como yo, que se enteren de que me deseas con tan solo verme, que tu culo se mueva y palpite por mí. Además no me gusta que esta marca en tu cuello sea de otro y ya sé como remediarlo.

Di vuelta mi rostro, lo vi con una mirada llena de lujuria y una sonrisa de placer disfrutando con antelación lo que haría pronto, aquello me hizo sentir completamente a su disposición. Roberto me toma firme presionándome con su pecho y músculos que estaban completamente tensos y calientes, se encontraba lleno de deseo y empieza a besarme el cuello dándome una mordida fuerte dejando una segunda marca más grande que la de Miguel, fue un dolor inicial que no podía soportar y entender pero que se volvió placer al sentir a Roberto como hurgaba con su dedo húmedo por la entra de mi culo y pasaba su lengua por su marca, reclamando lo que es suyo. Con su voz ronca que me dejaba completamente indefenso y deseoso de él, me dice.

Roberto: Pequeño entenderás que no hay otro macho a parte de mi, desearas darme placer en cada momento, me suplicaras que te folle una y otra vez, que te enseñe aquello que aun no has descubierto y estarás para mí cuando yo quiera.

Saco su lengua, bajo lentamente por mi cuello, paso a mi espalda mientras sus manos me afirmaban por el costado, su lengua llego hasta el inicio de mi cola, se detuvo un momento, suspiro profundo como el bufido de un toro y siguió abriéndose paso firme sobre mis glúteos se detuvo en la entrada de mi culo reconociendo lo que era suyo, con una mano presiono mi espalda para quedar en cuatro ofreciéndole completamente mi cola en primer plano, abrió mis nalgas y repaso con su lengua cada centímetro de la entra de mi hoyito provocándome gemidos guturales, pero no quedo ahí, sin previo aviso introdujo su lengua dándome remolinos que explotaba mi interior con placer...

Yo: Ohhh, ufff ¿Que me haces?

Roberto: Enseñándote lo que es hacer gozar  a  tu macho..

Yo: Por favor sigue...ahgg ufff.

Roberto: Yo decido cuando seguir y cuando parar....

Siguió dándome lametones e introduciendo su lengua la cual empezó alternar con sus dedos húmedos y calientes, realmente me encantaba ese hombre, sabía lo que hacía.... Paro de una y empezó a morder mi hoyito lo que me provoco una corriente por todo el cuerpo y levantar mi cola al máximo, Roberto no desaprovecho aquello y hundió su cara aún más en mi culo, lamiendo, chupando y mordiendo todo lo que era suyo.

Yo: uff...haagg... haaam que rico como me comes...ahggg

Roberto: Esto es la preparación para lo mejor que viene...

Se levanto apuntando su verga a la entrada de mi culo, lo mire deseando poder probarla degustándola junto a sus dos inmensos huevos que colgaban de una forma sensual. Roberto solo miro y sonrío...

Roberto: Como castigo no lo probaras y quedaras sin su sabor, seré yo quien disfrute ti y tu solo ofrecerás aquello que te pida y lo que deseo ahora es tu cola...

Me tomo la nunca y la presiono con su mano sobre el colchon y con su otra mano me dio un nalgazo que retumbo por el dormitorio dejando mi piel roja y sensible, me provoco una mescla de dolor y placer, sabía que mi macho es aquello lo que quería y debía obedecerle... Se acerco a mi oído y con su voz firme y ronca penetro mi interior...

Roberto: Eso fue porque no me buscaste y dejar que otro te use.... pero lo que viene será para que me pidas que te folle siempre...

Es ahí que sentí el glande de Roberto, me quemaba la entrada del culo y este le respondía palpitando clamando que entrara, mi macho fija sus manos en mi cadera empinándome más el culo, deja caer su saliva directo sobre mi hoyito el cual ya estaba rojo y palpitando de tanto ser comido... en un segundo siento como empieza a ser presión sin parar, cada vena de su verga se hace sentir mientras bombean sangre a aquel pedazo de carne hirviendo, haciéndome caer a un estado de placer que exploto al sentir los pelos recortados de Roberto en la entrada de mi culo y sus huevos chocar con mi culo.  Roberto solo resoplo e inicio su movimiento acelerando cada vez mas, inundando el lugar con bufidos y sonidos de choques de su verga con mi culo....

Roberto: uff pequeño que apretado lo tienes...esto es lo que quiero... toma, toma, recíbelo entero..

Yo: Hayyy Roberto lo siento todo, si hazme tuyo... lléname...es todo tuyo...hagg uff...mmm...

Roberto: Toma fuerte, pafff... Cometelo todo... aprieta rico...si.... sabes que me necesitas....sabes que quieres mi leche... toma mierda... no me dejes esperando más....

Yo: hagg...uff..hay...

Estaba completamente rojo apoyando mi cara en el colchón con el culo empinado y ardiendo por la follada que recibía de Roberto quien no paraba, sus embestidas eran cada vez más fuertes y sus manos me sostenían sin poder liberarme. Soltarme es lo que menos quería en ese momento, deseaba hundirme por completo en esa verga y no salir más de ahí, aquel macho estaba enojado, con ganas de destrozarme el culo y lo estaba haciendo...mis cola chocaba con su cuerpo y rebotaba haciendo que Roberto me diera más fuerte y llegara a remover todo mi interior...en cada embestía sentía un placer que me nublaba la vista...solo atinaba a gemir y empezar a babear por lo que estaba sintiendo... estaba totalmente indefenso al placer que Roberto sacaba de mi... El colchón se movía del suelo por la fuerza que aplicaba Roberto en cada estocada que me daba con su verga, era todo un semental y su calor corporal me invadían por completo.  No supe que me había hecho ese macho pero me tenia completamente dilatado, no solo mi culo sino cada poro de mi cuerpo...deseaba con no parara nunca... que me llenara por todos lados, Roberto me levanta de mi hombro con una mano arqueando mi espalda y levantando mi cola, me apega a su cuerpo caliente me abraza fuerte, bufando en mi cuello y acelerando su embestida aun más haciendo elevar mis rodillas con cada metida de verga que recibía....

Roberto: Pequeño, ahora te llenare...ufff...te dejare mi leche...mmm, ahgg.... y quiero que te la guardes por todo el día...aggg que culo...  toma pequeño....recíbela...

Siento en ese instante como la verga de Roberto quema y se hincha empezando a botar una cantidad de leche que me hace desfallecer y gracias a mi macho no caí, lo último que sentí fue como la leche salía por mi culo con su verga aún adentro de mi hoyito y de reojo vi como en el ventanal del dormitorio alguien se alejaba silenciosamente, después me desvanecí..

Al abrir mis ojos me vi tendido con Roberto encima de mi, llamándome...

Roberto: Pequeño, pequeño, despierta... ¿Estás bien?

Yo: ahh, ¿Que paso?

Roberto: Uff... que me dejaste preocupado, te desmayaste....

Yo: ¿Queeeée?

Roberto: Así es... pegaste un gemido fuerte y te desplomaste en mis brazos mientras aun te llenaba con mi leche...

Yo: uff lo siento, sentí muchas emociones...no pude aguantarlas...

Roberto: Jajajaja veo que no solo yo disfrute...pero no lo hagas más que me preocupaste y mira que no te quiero soltar aún...

Yo: Jejejjeje gracias... Roberto aunque otro me posea debes saber que siempre serás mi macho y estaré para lo que tu desees y digas.

Roberto: Lo sé pequeño. Mira como me la tienes de nuevo...

Yo: Ufff tu nunca paras...

Roberto: Bueno para que te mejores dejares que la limpies.

Yo: Sin pensarlo dos veces, me relamí e inicie mi labor limpiando toda la  leche de su tronco y verga dejándola reluciente, pasando mi lengua por cada centímetro de esa verga y huevos.

Roberto: Veo que quedaste con hambre.

Sin avisarme empezó a follarme la boca como desenfrenado, sacándome lagrimas y varias arcadas, no sé si me acostumbraría al tamaño de esa verga pero me encantaba, acelero el ritmo acortando mi momento de placer, descargando una segunda tanda de leche... Roberto solo bufaba como me gustaba escuchar su voz ronca y profunda. Se lo limpie nuevamente y junto a ello sus dos bolas que colgaban triunfante y mas descargadas.

Roberto: No se me ha olvidado que estas en capilla, jejejeje así que no disfrutes tanto.  Ya vamos a tomar once que si no se nos pasa la hora.

Roberto dejo el colchón en su lugar, nos vestimos pasamos a los baños pero yo cumplí mi deber de mantener su leche en mi culo. Camino al comedor sentía como mis piernas se mojaban con su leche, pero lo mejor fue que al sentarme pude sentir como mi culo reaccionó adolorido y caliente por mas leche, haciendo que mi verga nuevamente se pusiera dura, se me escapo un pequeño quejido de dolor y placer al tacto de mi culo destrozado con el asiento, me sonroje, sonreí tímidamente y empecé a tomar mi once pensando que nuevas experiencias me depara este internado...

Gracias una vez más por su paciencia en su espera por una parte más de esta saga, si bien lo vivido es real me ha costado rememorar cada detalle y poder adaptarlo a un relato ameno y caliente para ustedes.  Espero en cada parte publicada, su parecer y su valorización.