Mi vida en el internado iv, un nuevo macho me mar
Empiezo a descubrir mi destino de estar en este lugar...
MI VIDA EN EL INTERNADO IV, UN NUEVO MACHO ME MARCA
Me alegra saber de algunos que siguen la historia, para ellos va especialmente esta parte, una de las tantas experiencias vividas e invitar a los nuevos lectores que se sumen a estas aventuras de experiencias para leer y disfrutar. Te recomiendo leer "MI VIDA EN EL INTERNADO III, En los dormitorios", podrás comprender mejor algunos elementos y situaciones de esta experiencia que te comparto y de paso también podrás calentarte mas...
Después de haber pasado mi primera noche en el nivel de los chicos grandes y haber despertado mas relajado, me dejo totalmente intrigado la mirada de Miguel en la mañana. El tiempo apremia así que me apure lo mas que pude para alcanzar a desayunar, teníamos un horario fijo y si me pasaba tendría que esperar hasta el almuerzo.
En la mañana nos distribuyeron nuestras labores, el lugar no se mantenía solo así que quienes vivíamos ahí debíamos hacer los aseos correspondientes, especialmente los lugares que utilizábamos a diario, todas las labores se distribuían entre 3 o 4, por el tamaño del espacio y cantidad de chicos que habíamos, cuando vi aquel listado no lo podía creer, los planetas se alineaban para no mantenerme tranquilo un momento del día, mis compañeros de labores eran Luis y Miguel, si tal cual ¡Miguel!, pero esto estaba de loco, esperaba que hoy fuera un día más tranquilo pero me tocaba apechugar en aquella situación y no colocarme nervioso haciendo el aseo junto a él ¿Me habrá descubierto?. En la entrada de dormitorio nos juntaríamos los tres según me indico Miguel cuando vio el listado, al llegar al lugar de la cita ya se encontraba aquel macho que inundaba todo con su aroma, sentía que me hacía cada vez mas adicto a la esencia que emanaba por cada poro de ese ejemplar, me acerque tímidamente a saludarlo, estaba totalmente hipnotizado.
Miguel: Hola pequeño
(esto era una broma, también me llama pequeño apenas habíamos mediados unas palabras y me llama así, bueno en ello soy culpable no solo lo había hablado con Miguel sino probado sus fluidos sin que él lo supiera). Me coloque rojo, por los nervios y por haberme apodado con tanta familiaridad.
Yo: Hola Miguel, veo que nos toco hacer equipo en esta ocasión.
Miguel: Así es, veras que nos toco fácil esta vez.
En aquel momento venia llegando un chico, supuse que era el otro integrante del equipo
Miguel: mira pequeño este es Luis ya lo habrás visto porque duerme en nuestro mismo dormitorio ahora sabes como se llama.
Mire a Luis y era uno de los hermanos que dormían el en el camarote de al lado. No supe distinguir cual de los dos era, su rostro emanaba una inocencia y calidez que me daba confianza, si bien Miguel era un potro de 1.90, Luis le ganaba por varios centímetros. Tímidamente le extendí la mano y lo salude.
Yo: Hola Luis.
Luis: Que vah no sirve con un simple apretón de manos, ven para acá por un verdadero saludo, ¡bienvenido y espero no te cueste adaptarte a este lugar!
Luis me acerco a su cuerpo y me dio un tremendo abrazo junto a su saludo, quede completamente bloqueado sin saber cómo reaccionar y sentí todo su cuerpo tenso en ese abrazo bien apretado, no quería echar a volar mi imaginación sino despertaría mi calentura y no era el momento, debo decir que estaba en plena etapa hormonal y eso no ayudaba, menos mal Miguel interrumpió el momento.
Miguel: Vale, vale ya está. Veamos como empezamos a ordena este chiquero. Tú pequeño recogerás la ropa sucia y la llevaras al canasto que está en la esquina, después ve por bolsas de basura y trapos, tu Luis corre los camarotes y yo me pondré a barrer.
Empezamos nuestras labores, el tiempo paso volando si bien era grande el espacio, entre el que hacer y la conversa no me di cuenta. Quedo todo reluciente y solo faltaba volver los camarotes y camas a su lugar original después de ello quedaríamos libre hasta el almuerzo. Es en aquel momento que Luis ve la hora y nos dice preocupado
Luis: Que!!!, no puede ser, quede en juntarme con mi hermano para retirar un envío de nuestros padres, chicos debo irme, por favor excúsenme se los compenso en otro momento, esto es urgente.
Miguel y yo lo quedamos mirando, mientras Luis nos colocaba una cara de niño bueno que me derritió por completo, eso hizo que se me fuera el enojo inicial y cediera a su petición, en cambio a Miguel no lo vi para nada molesto por el contrario vi un cierto brillo en sus ojos que estaría pronto a descubrir el por qué.
Luis: Se los debo, enserio, ya me voy sino me matan, nos vemos mas tarde.
Luis salió corriendo hacia el pasillo y lo perdí de vista al dar la vuelta a la salida, sin duda esto me hacia ir esfumando mi inseguridad en aquel sitio y ganando confianza con otro chico mas de mi dormitorio, que me empezaba a caer súper bien.
Migue: Ya pequeño terminemos esto que si no nos da tiempo a descansar...
Yo: Espero poder mover estos camarotes, mira que son pesados y no sé si pueda hacerlo solo.
Miguel: Mira, corramos las camas primero y después te ayudo con los camarotes.
Cuando llego el momento de colocar los camarotes a su lugar me coloque al medio, haciendo toda la fuerza posible para moverlos, apenas se movieron unos centímetros, ya iniciando el segundo intento, note un aroma fuerte e hipnotizador detrás mío, sin duda era Miguel.
Migue: Bueno, vamos empujemos los dos.
Sentir a Miguel detrás mío, respirándome cerca con fuerza por el esfuerzo que hacíamos y su aroma invadiendo todo el entorno me tenia súper nervioso y caliente, nunca pensé tenerlo tan apegado a mí, sentía como me surgía un calor que no podía controlar y mi respiración se empezaba agitar, todo eso chocaba con el aroma y calor que transmitía Miguel, ambas cosas me envolvían por completo, estando en ese transe moviendo el camarote y ya llegando al final siento que Miguel se apega completamente a mi cuerpo y rosa mi culo con su pierna y parte de su rabo, no supe como encajo eso ahí ufff, supongo por la postura para aplicar la fuerza de dicha labor, solo sentir aquel tacto mi cuerpo reacción con un escalofrió y un gemido que tuve que contener mordiéndome el labio.
Miguel: ¿Qué te pasa pequeño?
Yo: heee, nada, nada solo me mordí el labio, soy un poco torpe lo siento.
No sabía como reaccionar solo agache la cabeza de la vergüenza que tenía.
Miguel: Dale, ten más cuidado que para la otra pierdes la cabeza.
Nos quedaba el último camarote que colocar en su lugar y para mi mala suerte Miguel se volvió a colocar detrás mío esta vez mas pegado que la vez anterior, eso no ayudo mucho. Ya llegando al final siento por completo el cuerpo de Miguel pegado a mí y me transmitía un calor que me quemaba y a la vez me encendía por dentro, esta vez no se movió eso hizo que mi cuerpo respondiera con una corriente y dos tiritones que recorrieron todo hasta la entra de mi culo, no pude contener un leve gemido que intente ahogar
Miguel: ¿Pequeño, nuevamente te mordiste el labio?
Me da la vuelta y veo que lo tengo súper cerca, mirándome fijamente con sus ojos azabache, que literalmente penetraban todo, transportándome a un lugar en el que estaba solo él y yo, volví a la realidad cuando siento su dedo posándose en mi labio, no podía creerlo, su tacto era increíble, mi única reacción fue salivar, mire su dedo hasta llegar a su rostro y aspirar todo su aroma que me tenia súper caliente. Miguel sique tocando mi labio son su dedo y me apega aun más a su cuerpo con su brazo izquierdo de forma firme pero lenta. Con su voz grave y un tono bajo me dice.
Miguel: Hey pequeño, tus labios se ven bien. Creo que tienes otra cosa...
Yo: Mmiimmiguel, ¿ppepero que dices?
Se acerco a mi cuello, teniéndome agarrado firme de la cintura, apoyo su nariz entre mi hombro y oreja, la recorrió lentamente inhalando llegado a mi oído, aquello me tenía en otro mundo, no podía moverme, el magnetismo y aroma de ese macho me tenia completamente a su merced.
Miguel: Pequeño, a ti falta un macho...mmmm hueles rico...
Yo: que estás diciendo, creo que te equivocas..
Miguel: Vamos no niegues que te gusto, desde que entre al dormitorio ayer fuiste al primero que viste.
Yo: ¿Queeeé?
Miguel: Así es, note como me mirabas y pegaste un recorrido a unos cuantos de aquí.
Yo: solo veía quienes serían mis compañero..
Miguel: bueno ya te la sedo, pero acaso no te diste cuenta que la paja que me corrí ayer fue para mí espectador furtivo.
Mientras Miguel me iba dejando al descubierto empezó a pasar su barba suavemente por mi cuello mientras pegabas su labios a mi piel, hizo que se erizara toda mi piel y gimiera una vez mas...hablándome bajo y pausado me seguía envolviendo con su aroma y esencia.
Miguel: Pequeño, se que te gusto verme como expulsaba esa leche, te ofrecí un trofeo antes de dejarlo en el suelo mostrándote el bóxer y hoy al despertar pude ver que no quedaba leche en mis bóxer, solo la mancha en estos, eso lo supe cuando cruzamos miradas al momento que ingresabas después de bañarte y yo veía extrañado que había pasado.
Habiendo sido completamente pillado no me quedo otra más que aceptar mi destino y esperar no ser golpeado por ese macho.
Yo: Perdón, no sé que me pasó, favor no me pegues o acuses... vengo recién llegando y no quiero tener problemas.
Miguel: No te preocupes, no se me paso eso por la cabeza, al verte en la mañana y haberte ofrecido mis bóxer anoche pero tendrás que convencer a alguien que está deseoso de que lo saludes.
En ese momento Miguel me toma la mano, la coloca en su pecho y fue bajando lentamente por su abdomen hasta llegar a su miembro, estaba duro y emanaba un calor que hizo que mi mano se entibiará al instante, apretó mi mano para que presionara su verga y empezó a sobarla por encima de su short.
Miguel: Eso pequeño presiona mas, siéntelo, es tuyo si lo quieres, ¿Esto es lo que veías anoche? no sabes cuánto disfrute sentir que me mirabas, que me deseabas... Necesitas un macho que te enseñe, que te llene, al cual desees, que recorra cada parte de tu cuerpo. Ese puedo ser yo si te lo ganas. Dime ¿qué hiciste con la leche que te deje en el bóxer?, no te guardes nada.
Escucharlo fue recibir una orden firme, sin gritarme y sin enojo, solo una orden que esperaba ser respondida por mí, aquel macho necesitaba satisfacer la curiosidad y yo solo debía complacerlo.
Yo: Me la comí...
Miguel: ufff, quiero detalles pequeño.
Yo: Miguel, anoche te saque el bóxer, me fui a los baños sin saber porque, cerré mis ojos y empecé a oler tu aroma, eso hizo que extendiera mi lengua y probara tu liquido, no me di cuenta cuando ya no quedaba nada, eso me llevo a....
Miguel: a que..sigue..
Yo: Me da vergüenza
Miguel: ¿acaso no quieres a este macho?¿deseas satisfacerlo? ¿quieres que te fuerce?
Yo: ...me llevo a imaginar que me follabas por todo lados, que me llenabas y te satisfacías de mi.
Mientras le respondía aquello Miguel sobaba todo mi cuerpo con el suyo, poso sus manos sobre mi culo y los apretó de una forma súper sensual, acariciando por encima de mis short, amasando y abriendo mis glúteos cada vez en cuando. Su nariz apoyada en mi cuello respirando súper agitado y profundo...
Miguel: uff pequeño, me tienes duro. Esto no debe quedarse así...
Se aparto me miro intensamente y se saco su polera, no podía creer lo que veía, su torso, sus abdominales y su axilas, cubiertas por aquella capa de vello súper excitantes y que te invitaban lamerlos, el aroma de Miguel rompía toda barrera de mi cuerpo llegando a mi culo, el cual lo hacía palpitar. Se acerca mirándome fijamente, sabiéndose deseado y yo mordiéndome el labio sin poder creer en la situación que me encontraba.
Miguel: Ahora sabrás lo que es tener un macho y el placer que le harás tener.
Dicho aquello Miguel me tira en la cama inferior del camarote, y me sujeta las muñecas firme sin hacerme daño pero si haciéndome saber que él era dueño de esa situación, pero por sobre todo mi dueño. Al colocar sus manos sobre mis muñecas, mi cara quedo a la altura de sus axilas y llego a mi nariz aquel aroma de forma tan intensa, lo que me traía loco y caliente, ese olor hizo brotar de mi interior un gemido, una especia de llamado para aquel macho invitándolo a que hiciera conmigo lo que quisiera.
Se apego mas a mi cuerpo y lentamente me dio un beso profundo y apasionado, mojando por completo mis labios y boca, hundía su lengua recorriendo cada parte de mi interior y dejando caer su saliva mientras se separa de mi mirándome fijamente, le respondí mirando fijamente esperando la siguiente orden de su parte con mi boca abierta recibiendo cada liquido que me daba.
Yo: ¿qué acabas de hacer?, me gusto...
Miguel: Te marco, recibirás de mi cada fluido que mi cuerpo te entregue. Así lo sabrá cualquiera que se te acerque que yo te he hecho mío y tu estas para darme placer.
Yo: ¿Y eso por qué?
Miguel: Pequeño, no soy tonto, ¿no te has visto?. Tus ojos, tu cara, tu color de piel, tu olor y tu culo ufff atrae a los machos como yo, naciste para darnos placer. Espere bastante tiempo para disfrutar de alguien como tú, de darme placer con tu cuerpo y ser, enseñándote casa pose y sensación nueva.
No podía creer que un macho como Miguel me viera de esa forma, me dejo completamente derretido a sus pies. Al ver a Miguel ahí mirándome con deseo de devorarme y sus axilas extendidas sobre mi rostro mostrando su vellos y emergiendo en estos unas gotitas de sudor, no tenía otra forma más que responder a mi macho con la sumisión que él quería. Sin apartar mi mirada de él, me acerque a su axila izquierda, aspire el olor profundamente y saque mi lengua para recibir cada gota de sudor que tenia para mí. Me encontraba oliendo y lamiendo sus axilas, no daba más, mi culo se empezaba a mover solo, mi macho se dio cuenta de ello y entro en acción.
Miguel: Ven levántate, ahora probaras esta vez con mi permiso aquello que sacaste ayer de mis bóxer, aprenderás a pedírmelo.
Miguel extendió sus manos y me saco lentamente la pólera observando cada parte de mi cuerpo, yo súper rojo solo lo miraba avergonzado, después siguió con el short y el bóxer a la vez, no pensaba estar completamente desnudo frente a él, mi macho mirándome resoplo moviendo el pelo de su frente y con una sonrisa triunfante se acerco tomándome la cintura y aprisionándome a su cuerpo tocando los vellos de su abdomen y pecho mientras me besaba y babeaba. Bajo sus manos por mi espalda llegando a la entrada de mi cola, sentí su mano húmeda, pero no solo eso sino su brazo y su cuerpo, el calor que emanaba de él se solidificaba en cada gota de sudor sobre su cuerpo, esa sensación fue espectacular, sentir esa transpiración acompañada del aroma de Miguel y los pelos que se pegaban a mi piel, sin duda me marcaba de una forma nunca antes pensada para mí. Poco a poco metió su dedo entre mis glúteos y llego a la entrada de mi hoyito el cual se movió al momento de sentir la yema del dedo de aquel ejemplar, a mi macho le gusto, porque bufo y jugó un buen rato rodeando la entrada de mi culo, disfrutando cada momento, mientras me apretaba con más fuerza con su cuerpo.
Miguel: Pequeño, me tienes a mil.... ofréceme tu colita....
Lo mire y vi como Miguel se baja el short y ver que venía sin bóxer me dejo helado, soltó de una aquello que vi anoche, su ¡verga!, era genial con 19 cm de largo un grosor de 7 cm, con vello en la base, unos huevos del tamaño de unas pelotas de tenis colgando en cada lado acompañados con más pelo, todo mojado a su alrededor, abrí la boca de forma inconsciente a ver tremendo macho ofreciéndome su verga, su sudor, su experiencia todo ahí para hacerlo disfrutar.
Miguel: Veo que te gusta lo que ves, ven saluda...
Me arrodille sin pensarlo dos veces, pose mis manos sobre sus muslos tensos y firmes, haciendo tacto con su piel y vellos, mire un instante sin poder creerme lo que tenia adelante, si el olor en las axilas era genial, esto era de otro mundo, me dejo completamente loco, reaccione automáticamente moviendo completamente mi cuerpo con una corriente que llego hasta mi culo, mire tímidamente hacia arriba y vi a mi macho de pie, fijándose en aquella situación, lo mire esperando una orden y él sabiendo aquello me ofreció su saliva continua cayendo de su boca a mi boca, esperaba con la lengua afuera aquel fluido de ese macho después de ello me guiño un ojo, aquella era la señal para proseguir, así que acerque mi rostro la base de su verga, olí un buen rato ese aroma dejándome toda la cara mojada los vellos de sus huevos, extendí mi lengua y los lamí, subí después por el tronco de su verga el cual terminaba en un glande extremadamente mojado y brilloso, lo vi deseable, hermoso, apuntando a ser recibido por mi boca, en aquel instante salto a mi mente la primera vez que Roberto me enseño a mamar, sonreí y aplique todo los consejos que mi primer macho me enseño y sume a ello las ganas que tenia de Miguel. El sabor era salado como su semen, pero me encanto y poco a poco la verga de Miguel desaparecía en mi interior, mi macho se volvió loco, tomo mi nunca y empezó a follarme de una forma brutal, sacándome arcadas y lagrimas, me sujetaba hasta el punto de estar rojo y me soltaba para respira, bufaba con ganas.... Saque varia lagrimas, pero no se comparo con las babas que me hizo producir, pero no basto eso Miguel dejaba caer su saliva cada cierto tiempo en su verga para yo recibirla en aquella mamada, así me tuvo mi macho durante 15 minutos.
Miguel: Ya pequeño, no dejes esperando a tu macho, dame tu colita... apoya tus manos en los casilleros...
Me levante obedeciéndolo sabía que estaba para él, apoye mis manos en el costado de los casilleros, lado que daba hacia el camarote y espere que mi macho gozara, no sentía nada así que mire hacia atrás y vi a Miguel mordiéndose el labio mientras miraba mi cola y se pajeaba, me miro con su cara de caliente que sinceramente me derretía, se acerco y poso su verga en la línea de mi cola, eso hervía y la transpiración que caía de su pecho y abdomen estaba súper tibia, me miro con un sonrisa de triunfo, empezó a jugar rozando su verga por mi culo mientras afirmaba mi cintura con sus manos, me hacia sufrir quería sentirlo adentro, no aguante más.
Yo: Miguel, por favor hazme tuyo, quiero que seas mi macho, enséñame, márcame como quieras.
Estaba con mi cara acalorada y enloquecido con el aroma de Miguel, cuando siento en un instante la punta de su verga, estaba húmeda y me hacía sentir cada contorno de su verga y la textura de su glande, tenía mi hoyito mojado con el sudor que me daba mi macho, quien poco a poco empezó a presionar su glande abriendo lentamente mi hoyito, se sentía caliente y se derretía mi culo como mantequilla a sentir aquella verga, al inicio sentí una punzada que fue aplacada con el aroma que me envolvía, sin detenerse siguió entrando, era un gusto sentir aquello sudado entrando en mi, gemía por cada centímetro que entraba hasta llegar a topar con los vellos de los huevos que tocaron mi culo erizando por completo mi piel. Miguel se detuvo apretándome firmemente, traspasando su sudor a mi espalda y su aroma a mi cuerpo, por su altura tiene sus pierna flexionadas y eso me hace sentir cobijado, me abraza haciéndome sentir suyo, su posesión y el mi macho, descubrí que no solo podía tener a un macho como Roberto a quien darle placer, quien me enseño un nuevo mundo, podía tener también a Miguel, estaba hecho para otorgar placer y con ello llenarme de la esencia de ese par de machos.
Miguel empezó a mover sus caderas pausadamente y podía sentir como salía por completo su verga y volvía entrar hasta chocar sus huevos con mi culo, bufaba con un potro mientras las gotas de su sudor empezaron a caer por mis piernas, en ese momento siento como clavo sus dedos más profundo en mis caderas y acelero a un ritmo de forma salvaje, iniciando un sonido como pluf pluf pluf por toda la habitación haciendo rebotar en mi interior aquello que explotaba en mi mil emociones por lo que me hizo gemir...
yo: hagg hagg uff uff
Miguel: toma, toma todo pequeño... recíbeme por completo... ¿no quieres leche?...eso me pedias ayer mirándome... vamos haz gozar a tu macho... toma mierdaaa..
Me dio un empujón con su verga que me hizo colocarme en puntilla con mi dedos de los pies, alcance a afirmarme bien en los casilleros, se me colocaron los ojos blancos, me saco una lagrima de gozo... son muchas las sensaciones, ya no daba más.
Yo: Siii...Miguel, mi macho, rómpeme el culo, es tuyo, enséñame, lléname...
En ese momento abre mi culo con sus manos, deja caer su saliva y me empieza a follar frenéticamente acercando su cadera y cuerpo a mí, se acerca a mi oído aplastándome con su cuerpo y los casilleros...
Miguel: Pequeño, así quería tenerte, desde que te vi moví todo para que quedaras en mi dormitorio y que quedaras en mi mismo grupo de aseo de hoy, no contaba que quedáramos solos pero vino como anillo al dedo... te marcare para siempre, eso te pasa por calentarme.
Miguel depositó su labios entre mi cuello y hombro, soltó mis glúteos los cuales presionaron parte de la verga que no estaba dentro de mi hoyito, me abrazo firme y fuerte dando varias estocadas profundas llenando por completo mi culo en lo más profundo a la vez que mordía mu cuello... el dolor y placer de ese momento marco por completo mi relación con Miguel. Todo mi cuerpo tembló y apreté mi culo, presionando cada centímetro de la verga de mi macho, quien bufo como un potro mientras me mordía, por mis pierna bajaba una gran cantidad de leche, me encontraba marcado con su saliva, sudor y semen, no podía estas mas feliz. Exhausto me di vuelta, me afirme en mi macho y fui cayendo de rodillas al suelo, ahí tirado miro a Miguel y lamí sus piernas sudorosas, su huevos y su verga, comiendo cada rastro de su semen, él me mira con sus ojos de azabache penetrando mi ser y en esa mirada decía, serás mío como yo quiera.
Vimos la hora que era y había iniciado el almuerzo por lo que nos apresuramos vistiéndonos, limpiamos todo el sudor y salimos corriendo camino a los comedores. En el recorrido Miguel me saca varios metros y me levanta la mano diciéndome
Miguel: Vamos pequeño, apúrate..siempre tendrás que alcanzarme...
Solo lo mire, sonreí y mi culo chorreado con su semen me recordaba que era suyo, mientras corría detrás de él
Muchas gracias por llegar hasta este punto, espero hayan disfrutado de como mi segundo macho me ha marcado, sus valoraciones, comentarios y mensaje me animan a seguir.