Mi vida en el internado ii, en las duchas

Las experiencia en el internado recién inician...

Muchas gracias por los correos recibidos y valoraciones otorgadas, espero sigan disfrutando de mis relatos y compartan sus fantasías y más.

Después de la experiencia con Roberto, nunca pude imaginar lo que se me venía por delante, un mundo completo a descubrir.  Hay un dicho que retrata bien lo que me toco aprender, "la necesidad, tiene cara de hereje", con el tiempo comprendí que no necesariamente debes ser gay para tener sexo entre hombres.

En el internado fui generando una rutina de acorde a los horarios establecidos en este, pero una de las cosas que más me costaba controlar era el tiempo en las duchas.   Este era un espacio común junto con los baños, su entrada quedaba por el pasillo que daba a la sala común y dormitorios, al ingresar llegabas a un espacio donde en ambos lados había una hilera de lavamanos continuos, de frente te topabas con una gran muralla y por ambos costados habían unos pasillos, el de la izquierda daba a las duchas y el de la derecha a los baños, al final de estos pasillos se unía el espacio, pudiendo ver desde los baños las duchas; había un urinario alargado que quedaba entre ambos espacio, se imaginaran "todo un espectáculo", ya les contare que otras experiencia me toco vivir acá.

Cuando nos bañábamos íbamos en grupos grandes de puros hombres, tenias que ser astuto para agarrar un cubículo ya que eran una hilera de duchas que se encontraban separadas entre sí pero no tenían puertas, por lo que veías literalmente todo.  Siempre los más grandes del grupo haciendo alarde de su fuerza y musculatura las ocupaban primero y teníamos que pasar largos tiempos esperando que la desocupen.  Por ello preferí siempre ir de los últimos, cuando quedaba menos gente pero a la vez me di cuenta que los chicos del nivel grande preferían también ese horario, puedo decir con franqueza que me encantaba poder esperar ahí, ver como esos cuerpo tensos, musculados, ya desarrollados eran recorridos por el shampoo y jabón desde la cabeza a los pies, me calentaba un montón y era una lucha constante para no excitarme, tenia para todas mis fantasías y gustos, siempre pensando en lo inalcanzable que eran.  Estaba en mis pensamientos hasta que una voz ronca inundo el espacio y me aterrizó, era Roberto entrando a las duchas, verlo fue todo un poema, un toro de tomo y lomo, por donde lo miraras, moreno, con sus bóxer ajustados y toalla al hombro, mostraba cada facción de su cuerpo y un paquete que marcaba y resaltaba por sobre todo, verlo así me dejo pasmado y una corriente paso por todo mi cuerpo, desde la vez que me desvirgó y hace varios días solo cruzábamos saludos pero nunca se genero un espacio de encuentro más cercano, sabía que él me buscaría cuando me necesitara, por mi parte solo esperaba con ansias aquel momento satisfaciendo mi calentura de púber a pajas y sueños húmedos.

Roberto: hola pequeño... ¿y tu ha estas horas por acá?

Yo: hola, Roberto... me gusta este horario para bañarme hay menos gente y me desconecto más de la rutina.

Roberto: Ya, pero veo que te toca esperar para tu turno.

Yo: si, pero ya queda poco.

Roberto: Bueno, pero me dejas pasar antes que ando apresurado con algunas cosas que debo hacer...

No me quedo más que darle mi turno, aquello era una orden, si bien no como tal, pero él sabía que era suyo y yo cedería a lo que me pidiese.

Yo: dale me toca espera un rato mas, no hay problema.

Cuando fue el turno de Roberto justo quedo en uno de los cubículos de las últimas duchas pero aquello era la visión perfecta... vi como Roberto sacaba sus boxer y colgaba la toalla, su verga quedo colgando junto a dos huevos grandes y apetitosos, eso me hizo traer el recuerdo de cuando me hizo suyo en las canchas.  Todo era un espectáculo y al parecer Roberto le gustaba ser el centro de mis fantasías, dejo correr el agua por su cuerpo y se fue jabonando por todos lados, ver como pasaba el jabón por sus brazos, sus axilas, su pectoral, sus piernas y pasar por sus huevos y verga me tenia ganoso de abalanzarme ahí mismo, cuando veo que Roberto me pilla mirándolo y me lanza una mirada morbosa e invitándome entrar junto a él, se me subió la sangre a la cabeza colocándome rojo y  aproveche la oportunidad de entrar a otro cubículo que se había desocupado recientemente, esto me sirvió para bajar la erección y pensar bien las cosas, habían mas compañeros en las duchas y seria arriesgarme a que nos pillaran, pero por otro lado sabía que debía satisfacer a mi macho, aquel que me introdujo al mundo del sexo entre hombres.

Cuando, quienes se estaban bañando se fueron yendo y solo quedamos los dos, escucho...

Roberto: ¿Aún sigues acá?

Yo: Si me queda un rato...

Roberto: ¿A caso no entendiste la invitación?

Yo: No supe que hacer, nos pueden pillar...

Roberto: Eso déjamelo a mí, cuando te invite o diga algo tu solo hazlo.    Hey aún espero... y no es bueno dejarme esperando.

Quede paralizado frente aquella afirmación e invitación, en mi interior resonaba aquella voz ronca y profunda que me penetraba por todos lados...todo mi cuerpo temblaba de nervios pero me subía un calor que automáticamente salí de mi cubículo dejando mi ducha abierta y me dirigí a su ducha...pasaba por mi cabeza muchas imágenes y pensaba que ya no tendría más a ese macho por desobedecerle.

Roberto: Entra no te quede ahí parado.

Yo: bueno.

Al momento de ingresar Roberto me tomo por la cintura y me apego a su cuerpo mojado y lleno de jabón, aquel tacto con la piel hizo que temblara.

Roberto: Veo que necesita de tu macho, te emocionas con tan solo sentirme cerca.

Yo: En verdad lo espere todo estos días, pensé que ya no querías más.

Roberto: Pequeño, no sea tonto ya te dije que eras mío desde aquella vez y te falta mucho que probar.

Mientras decía aquello me miraba con una cara de lujuria y poco a poco se acerco a mi dándome un beso suave y profundo, fue invadiéndome con su lengua y mordiendo mis labios, me tenia bien firme, apegado a su cuerpo y sus manos empezaron a recorrer mis nalgas, las abrió y dejo que el agua escurriera hasta llegar a mi hoyito, fue una sensación nueva de placer que me hacia experimentar y le respondí con un pequeño gemido

Roberto: vez como debes aprender, tu machito te enseñara cosas que pedirás repetir.

Yo: Ufff..aghh no sé que me haces, pero siento la necesidad de que me llenes y enseñes más.

Roberto: Ese culito tendrá lo suyo... date vuelta y apoya tus manos con la pared.

No me quedo otra respuesta que obedecer, siento una pequeña mordida en la oreja por detrás..

Roberto: ahora aprenderás a entregarle tu culito a este macho y obedecer cuando te diga algo.

Fue bajando por el cuello, saco la lengua y la recorrió por mi espalda lentamente hasta llegar el inicio de mi culo, se abrió paso por mis nalgas y las abrió ayudado con sus manos que abarcaban gran parte de cada glúteo, resoplo y bajo con su lengua hasta mi orificio, el tacto de su lengua con la entrada de mi culo hizo que levantara de forma automática mi culo, a Roberto le gusto aquello y empezó a contornear su lengua por mi hoyito, lo alternaba mordiéndolo y chupándolo, queriendo sacar el mejor manjar desde el interior, lo que hacía Roberto me tenía en la gloria, el calor era insuperable y mis jadeos iban en aumento y ritmo acelerando... En aquel momento descubrí una parte de Roberto que aprendería con gusto, su morbo por comer un buen culo, los lametones, chupones y mordida inundaron el espacio y se ahogaban con el sonido del agua de ambas duchas, eso era una alivio para mí porque en cualquier momentos nos pillaban pero no podía negarme a las necesidades de mi macho.

Roberto: No sabes cuánto espere probar este culito nuevamente... ve baja que ahora te toca darle un cariñito a esto que te espera...

Baje hipnotizado por su herramienta, su verga gruesa (no podía abarcar su diámetro con la mano), morena con las venas marcadas, acompañada de dos bolas grandes que colgaban y que esperaban a ser succionadas, pero lo mejor de todo era ver su glande, brillante y con agua corriendo por su contorno mesclado con precum que le salía a montones.  Lamí cada centímetro de su verga, me afirme a sus piernas y Roberto apoyado en una costado de la ducha presionaba mi cabeza para hundirla completamente en la mamada que le daba, pase de su cabeza a su tronco, llegue a la base y baje a sus testículos, los sentí mas grande que la última vez, los lamí, los olí, los metí en mi boca, apenas me alcanzaban los dos.

Roberto: Veo que tenias ganas, mira que no me he pajeado solo para llenarte ese culito y dejar mi leche en tu interior.

Me levanto y me comió nuevamente la boca, esta vez no perdió el tiempo y empezó a meter sus dedos en  mi culo, reaccione con un sobresalto a lo que Roberto aprovecho para apegarme mas a su cuerpo, estuvo un buen tiempo disfrutando su juego pero yo no daba más..

Yo: No aguanto más... dame..

Roberto: Debes aprender a pedir las cosas...

Yo: Por favor, hazme tuyo...quiero ser tu putito...lléname, quiero sentir que me quemas....

Roberto: vez como cambian las cosas.

Me giro y empezó a rozar su verga entre mis nalgas, llegando a la entrada de mi culo... presiono con ayuda del jabón que recorría nuestros cuerpos, experimentando una sensación de suavidad en esa fricción..

Yo: Ouchh, ufff, duele.

Roberto:¿Te hace daño?, ¿quieres que pare? Mira que no pretendo detenerme, me tienes caliente y quiero dejarte bien lleno y marcado con mi leche.

Yo: Dale Roberto, me gusta, se que duele pero eso pasara... solo quiero que te guste mi culo y me llenes seguido...

Roberto: Ufff ya decía que tenias una cara de goloso... me tope con un rico putito y no pretendo dejarlo partir....

Yo: uff eso dale...haggg me gusta sentir tu verga...tus venas en ella, como me quema..... has hecho que mi culo cobre vida.

Roberto: Pequeño mmm..., así lo siento, mi verga no deja de arder, tu culo la presiona cada centímetro que entro....

Estar con el agua cayendo, sentir que la verga de Roberto entraba cada centímetro hasta llegar a su bello de la base me volvía loco... mi macho sabia eso y cada vez me lo metía mas profundo y fuerte, me gustaba sentir la fuerza con la que ingresaba... Me agarro fuerte de la cintura y como si se trata de un siwcht de la luz, empezó de un momento a otro darme frenéticamente, atine solo a afirmarme de las llaves de la ducha, el sonido plof plof plof sonaba cada vez más fuerte, Roberto se volvió aquel toro que veía en él y mi culo y cuerpo lo sentía todo, volvió a surgir aquella sensación en mi interior en donde su verga tocaba aquel interior que hacia soltar lo más caliente de mi... ya más estable abrí mis nalgas para que mi macho entrara todo lo que él quisiera..

Roberto: uff veo que quieres recibirme, quieres este machito todo adentro...

Yo: solo hazme tuyo, como tú sabes. Me tienes loco y no quiero que pares.

Roberto: No hace falta que me lo digas, se que eres mío y ahora te dejare todo esto que cargo adentro....

El agua hacia un juego donde salpicaba entre mi espalda y culo junto a la verga y abdomen de Roberto.. Sentía como sus cocos chocaban frenéticamente en mi culo, se empieza a hinchar su verga y a hervir, sentía el calor por el interior de mi culo, partía de la base de su verga y llegaba a la punta de su cabeza, eso fue en aumento hasta que Roberto en una última embestida con toda su fuerza me toma firme, me apega a su cuerpo y me muerde fuerte mientras invade mi interior con 8 chorros de semen, espeso, caliente y abundante, esa sensación hizo que me fuera y apretara mi culo con más ganas.

Roberto: Uff veo que tenias hambre, tu culo no quiere soltar mi verga.. Ve vuelve a tu ducha, te lo mereces....

Doy vuelta mi cabeza mientras aun estaba ensartado de la verga de Roberto, me da un beso caliente y  lento, cerré mis ojos para disfrutar esa ultimó liquido que mi macho me dejaba, su saliva que dejo caer en mi boca mientras separábamos nuestras lenguas y labios. Es en aquel momento que abrí mis ojos y en los WC que daban a la parte de esas duchas, veo pasar a alguien de forma silenciosa hacia la salida... no pude identificar quien era, pero de seguro disfruto del espectáculo por el charco de semen que dejo en el suelo...

Ya sin la verga que tanto me gustaba adentro, obedecí a mi macho y me dirigí a mi ducha... Estando en ella lo veo pasar...

Roberto: Chao pequeño y apura que quedaras sin cenar por la hora...

Deje que el agua cayera sobre mi cuerpo calmando aquel momento vivido, me sentía en la gloria poder dar placer a mi macho y sentir que me quería para él, no me hacía ninguna ilusión, solo sabía que estaba para satisfacerlo y que me diera todo el placer que él quisiera...

Junto a ello me surgió la pregunta...¿quién será aquel que me vio siendo follado por Roberto?

Continua....

Gracias  a todos los que me escribieron a mi correo, me ánimo a seguir en esto y ya verán ellos una que otra sorpresa que conversamos.   Espero sus comentarios y valoraciones en esta nueva experiencia vivida....