Mi vida de casado

La vida de Jose cambia, ya le había confesado a su mujer sus fantasías de dominación, en su noche de bodas Marta le tiene preparada una sorpresa que cambiará su relación hasta la actualidad en la que es su sumiso...

Me llamo José y siempre me han gustado las mujeres , estoy casado con Marta desde hace cinco años, mi mujer está en la treintena se cuida y se conserva muy bien, residimos en una ciudad pequeña , en las que sin llegar a conocer a todo el mundo cuando paseas por la calle casi todo el mundo te suena

Nuestra vida hasta la boda era como la de cualquier otra pareja, aunque yo desde siempre fantaseaba con la idea se estar sometido a la voluntad y los deseos de una mujer dominante, cosa que había comentado a mi mujer en varias ocasiones y en las que ella no me había hecho demasiado caso

La noche de bodas íbamos los dos bastante bebidos y cuando llegamos a la habitación comenzamos a besarnos y a jugar sobre la cama en un determinado momento en el que yo estaba acariciándola suavemente bajo el vestido y besándola el lóbulo de la oreja ella me susurro al oído:

Cariño esta va a ser una noche que no vas a olvidar

Tras decir esto me empujó contra la cama y se sentó a horcajadas sobre mí cintura me miro a los ojos y me dijo… bueno realmente sonó como una orden:

Ahora quiero que me desnudes lentamente, que me quites toda la ropa hasta que llegues a este precioso tanga que me comprado para ti y me lo quites con tu boca sin tócame con las manos

Me quede todo cortado, creo que me puse hasta colorado, ella me miraba y me grito:

Cuantas veces me has dicho que te excitaba la idea de que te dominase, era lo que querías ¿no? Pues esta noche te aseguro que lo vamos a pasar a lo grande, vas a ser mi juguete y me vas a obedecer en todo… O quieres que solamente follemos como todas las veces

Yo conteste dubitativo, quiero ser tu esclavo

Pues obedece y deja de hablar tanto

Comencé a quitarle el vestido de novia, se me hizo eterno el corpiño hasta que el deje en ropa interior ella me observaba con la mirada muy seria y pensativa, y de repente sin previo aviso me soltó una bofetada que sonó en toda la habitación y grito:

Vamos José como tardes más te doy otra

Agache la cabeza al tiempo que pensaba en la bofetada que acababa de darme y en que debían haberla escuchado en las habitaciones de al lado y en la recepción que estaba justo debajo.

Mientras seguía pensando en lo que estaba ocurriendo, comencé a morder con mis dientes el tanga de mi mujer para tratar de quitárselo, era difícil sin manos se me escapaba, lo sacaba de un lado y del otro se me atrancaba, ella me miro y me dijo:

Que torpe eres, espera que me siente en el borde de la cama, colócate de rodillas a mis pies y veras como es mucho más fácil

Sin pensármelo dos veces me coloque a los pies de la cama y conseguí agarrar el tanguita con mis dientes, a la vez que notaba el olor a sexo de mi mujer, conseguí bajárselo sin mucha dificultad y quitárselo como ella quería.

Me encontraba con la cara en los pies de mi mujer y ella acerco uno de sus pies a mi cara comenzando a acariciarme suavemente mi mejilla con la punta a de sus dedos hasta que llego a la altura de mi boca me introdujo su dedo gordo en mi boca, al tiempo que me decía

Tengo los pies cansados de toda la ceremonia así que ya sabes lo que me tienes que hacer

Yo seguí con lo que estaba haciendo, fui pasando dedo por dedo dentro de mi boca limpiándolos con mi lengua y acariciándolos suavemente con mis manos hasta que no deje ninguna parte de sus pies sin haber pasado por mi boca y mi lengua.

Yo notaba como mi mujer estaba disfrutando de la situación, y comencé a ascender lentamente por sus piernas, pasando por el interior de sus muslos hasta que llegue a la altura de su coño y dirigí mis caricias con la lengua hacia si clítoris.

En ese momento mi mujer se incorporó y sin mediar palabra me dio otra sonora bofetada que me dejo helado, y me dijo:

No se te vuelva a ocurrir tocarme el coño sin que yo te lo pida

Me quede parado sin saber que hacer uno instantes hasta que ella dijo:

Anda tontaina sigue con lo que estabas haciendo que es mi noche de bodas y me tengo que correr.

Volví a meter mi cara entre sus muslos y seguí comiéndola su coño que ya estaba completamente empapado dando vueltecitas con mi lengua alrededor de su "botoncito" y bajando por sus labios hasta el interior de su coño una y otra vez, mientras notaba como se estremecía de placer, y su respiración era cada vez más entrecortada hasta que entre varios chillidos de placer exploto en mi boca calándomela por completo con sus jugos durante varios segundos

Se quedó exhausta sobre la cama unos instantes con la respiración acelerada, para seguidamente incorporarse y sentarse mirándome en el borde de la cama con una sonrisa de placer y satisfacción en sus ojos, se arrimó a mi cara y me dijo:

Ha sido uno de los mejores orgasmos que me has dado con tu lengua cariño, y ahora que quieres hacer te doy a elegir follarme o que siga dominándote, porque también es tu noche de bodas.

Me quede un instante pensando en lo excitado que estaba, la mire a su cara sonriente y le dije:

Tengo más ganas que nunca de follarte pero quiero que me sigas dominando porque lo que me estás haciendo sentir es lo que siempre he querido

Ya lo tenéis un poco más largo, estoy con la continuación (si os gusta) espero seguiros contándoos cosillas de mi matrimonio estos cinco años