Mi vida con los hombres. 4 El profe de la Uni
Continúan mis historias con los hombres
Segundo año de carrera, mi vida iba estupendamente, disfrutaba con unos y con otros, algunos se habían convertido en estables como mi vecino. Pero yo no me ataba con nadie, me gustaba probar cosas nuevas y retos. Por aquel entonces iba a la universidad de mi ciudad, era mi segundo año allí, ya había tenido algunos rollos con compañeros, pero nada relevante que tenga que contar. Por aquel entonces mis ojos se había fijado en uno de los profesores que me daban clases, levantaba en mi cierto morbo. Yo intentaba llamar su atención, me acercaba mucho a él guardando las distancias, siempre solía llevar ropa ajustada y le hacía ver mi culazo cuando salía a la pizarra o agachándome en las primeras bancas. Intuía que era soltero gay o al menos bisex porque no veía anillo en sus manos, también sospechaba porque era bastante coqueto, cuidaba su imagen e iba siempre perfectamente vestido y conjuntado.
Tendría entorno a 40 años, no era muy alto, siempre afeitado y perfectamente peinado, se le veía cierta clase, muy educado y correcto hablando, vestía de marca, pero lo que más llamaba mi atención era el paquete que se le formaba cuando se sentaba, no podía quitarle ojo. Varias veces fue el motivo de mis pajas. Me traía malo y no sabía como conseguirlo.
Llegó la época de exámenes, y por lo consiguiente las tutorias y revisión de notas, vi el momento perfecto para poder tener un encuentro a solas con él. Yo estaba aprobado pero me dio igual y fui a revisar mi nota como escusa. Ya sabéis que yo soy muy lanzado y me da igual como pueda salir las cosas. Cuando entré al despacho allí estaba el sentado en su sillón, lo primero que me fijé fue en ese paquete que me traía malo. Me senté y fui directo al grano, le dije que no estaba allí por mi nota, solo estaba para acercarme a él, le confesé que me parecía muy atractivo y que no me importaría tener un encuentro con él. El profesor se mantenía callado, con cara de asombro, cuando acabé de hablar empezó él, me dijo que lo que estaba haciendo no podía ser, estaba mal no era lugar ni momento, si tan solo nos pillaran hablando del tema ya supondría motivos suficientes para expulsarnos a los dos, me explicaba mientras escribía algo en un papel. Me dijo que me marchase y que me olvidara de todo esto, pero antes de que abriera la puerta para salir me dio el papel en el que estaba escribiendo. Se podía leer: "nos vemos en la esquina de calle tal (no doy nombre) en 2 horas".
El lugar estaba próximo a la universidad, allí estaba yo como un reloj, nervioso, mirando de un lado a otro. Delante de mí se paró un coche, era él, me indicó que me subiera. Condujo un buen rato, hablamos de que allí en la uni no se puede hacer nada, ni tan solo hablar con los alumnos a solas. Me dijo que me llevaba a un lugar tranquilo y apartado donde poder estar a gusto. Parecía saber muy bien donde ir, seguro que habría llevado allí a otros alumnos. Llegamos al lugar, era una especie de descampado y basurero, lleno de escombros, aparcó al lado de una nave medio derruida. Me dejó claro que solo era por placer, que no quería historias raras, y mucho menos que se fuera contando por ahí.
Yo no puede aguantar más y mientras el seguía hablando le agarre todo el paquete, me dijo que me esperase, se quería quitar la camisa para no mancharse, se la quito y después se bajó lo pantalones hasta los tobillos quedándose en boxer. Volví a la carga sobándole el bulto, ya la tenía dura el cabrón, acerque mi cara a su entrepierna, le olía a perfume caro, casi se le salía la punta por debajo de la tela. Se la saqué y empecé a pajearlo, él se pellizcaba los pezones. Vamos cómetela putito, me dijo con voz de salido, me sorprendió y me puso muy cachondo, no esperaba ese tono por su parte. Me la comí con ganas, era una polla bastante ruda, con mucho pellejo y doblada a la derecha, me daban mucho morbo las pollas así. Me agarró de la cabeza y me marcaba el ritmo de la mamada, hacía que me la clavase hasta la campanilla. Cuando se cansó me dijo que quería follarme, que nos fuésemos al asiento de atrás, pero antes abrió la guantera y sacó un bote de lubricante y condones. Se que la seguridad e higiene es lo principal pero me flipan que me follen a pelo, le dije que el lubricante si pero los condones no. Accedió, nos bajamos del coche, él en pelotas y el rabo tieso y yo aún vestido. Me agarró por detrás y me bajó los pantalones lo justo para ver mi culo, me decía que lo tenía muy cachondo que me follaba fuera del coche, no paraba de decirme el culazo que tenía, metiéndome las manos entre mis nalgas, me sobaba y me guanteaba los cachetes. Me empujó contra el coche poniéndome de espaldas a él, se roció con lubricante la polla y me puso un poco en mi agujero. Apuntó su polla a mi ojete y empezó a follarme, me decía que era toda una puta traga pollas, que tenía un coñito muy estrechito. Me estaba dando de lo lindo, me ponía muy cachondo sentir sus huevos chocar en mis nalgas en cada embestida. Me metía los dedos en la boca para que no gimiera de gusto, me tenía totalmente sometido. Sacó su polla de mi culo y me dijo que me fuera al capo del coche y me quitase los pantalones, me colocó boca arriba encima del capo, con mis piernas en sus hombros y volvió a ensartarme con su polla, así durante un rato en el que no paró de decirme guarradas y guantearme la cara. Se corrió parte en mi culo y parte en mi polla y huevos, me ayudo a incorporarme y me pidió que le limpiara la polla. Como curiosidad me pidió por favor si podía hacerle una foto a mi culo para tenerla de recuerdo, no me importo y me la hizo, muchos tienen foto de mi culo. Nos vestimos y me volvió a dejar cerca de la universidad.