Mi vida con los hombres. 2 De cruising
Como ya os dije en mi primer relato voy a tratar de contaros mis encuentros con los hombres, encuentros que se te quedan grabados o que son muy morbosos. Me considero un chico casi adicto al sexo desde que lo descubrí, desde entonces no he parado en buscar y encontrar a chicos para tener relaciones.
Como ya os dije en mi primer relato voy a tratar de contaros mis encuentros con los hombres, encuentros que se te quedan grabados o que son muy morbosos. Me considero un chico casi adicto al sexo desde que lo descubrí, desde entonces no he parado en buscar y encontrar a chicos para tener relaciones.
Pese a ser gay abiertamente reconocido, no me suelo mover mucho por sitios de ambiente, me llama más los encuentros esporádicos con cualquier hombre y en cualquier situación. Es por eso que un día me dio por ir a zonas de cruising cerca de mi ciudad. Acababa de cumplir los 18 años y mis padres me habían regalado un coche, para mi se abría un mundo de posibilidades y opciones. Siempre había oído hablar de estas zonas pero por no poder ir hasta ellas no había probado, pero había llegado el momento.
Era primavera, el buen tiempo animaba a salir a buscar aventuras, tenía clases por la tarde en la universidad pero decidí no ir e irme a otro lado más interesante. Preparé mi kit básico con lubricante, pañuelos y condones y me puse en marcha hasta la zona de cruising. Llegué al acceso, había varios coches por allí, algunos con gente dentro otros vacíos, decidí aparcar allí. Llevaba puesto un pantalón tipo chándal ajustado marcando culo y camiseta de mangas cortas, fui adentrándome por los senderos entre los árboles y la maleza. Se veía cierta actividad, tíos que no dejaban de andar de un lado para otro, alguno que pasaba con la bicicleta y otros que iban corriendo. Seguí adentrándome entre los arbustos, ya había llamado la atención de algunos, que se tocaban el paquete cuando pasaba delante de ellos, pero todavía no quería pararme, quería tantear el terreno y hacerme ver.
Había tíos de todas las edades y de diferente físico, ya he dicho que me atrae el morbo no concretamente el físico de una persona. En los senderos más escondidos se veía a gente practicando sexo, mamando o tan solo haciéndose pajas. Ya había dado una vuelta a casi toda la zona, era el momento de encontrar a alguien. Uno de los primeros hombres que me encontré al principio se puso a hablarme, me preguntó si era nuevo en la zona que nunca me había visto, al parecer este señor sería de los habituales por aquí. Debía de tener por los menos 50 años, con pintas de casado, no paraba de sobarse el paquete delante mía. Me dijo que lo siguiera que allí estábamos muy a la vista. Lo seguí hasta detrás de unos arbustos, se sacó la polla morcillona de los pantalones, sin apenas bajárselos. No la tenía muy grande pero si tenía un buen capullo, se la cogí y empecé a pajearlo pero quería más, me agaché y me la metí en la boca, sabía a meada, el tipo era un guarro. Notaba la punta de su polla gorda en mi boca, el señor me apretaba contra ella, apenas llevábamos unos minutos cuando se corrió en mi boca sin avísarme ni nada, se guardo la polla y se fue por donde vino. Apenas me dio tiempo de reaccionar, me dejó con todo el calentón, me limpié como pude y salí otra vez al sendero principal.
Seguí caminado por el sendero, a un lado veía como un chaval moreno con un cuerpo musculoso se follaba a un hombre gordo. Volvía a estar cachondo y con ganas de rabo. Seguí andando hasta que me encontré a un chico de unos 30 años haciendo running, fui muy descarado mirando su paquete con esas mallas ajustadas que llevaba y eso debió de gustarle al chico que al momento se paró a mi lado. Me preguntó si le gustaba a lo que por supuesto respondí que si, le pregunté si podía ver lo que escondía ahí debajo y él accedió. Nos apartamos del camino, me dejó que le sobara la polla por encima de las mallas, se le iba poniendo dura.
Le dije que se la sacara y eso hizo, tenía un buen rabo, de unos 18 cms circuncidado, me arrodillé y empecé a comérsela, esta la disfrutaba más que la del hombre de antes, el chaval también disfrutaba. Le agarraba los huevos y se los comía a la par que lo pajeaba, le estaba dando un buen repaso a su rabo, tanto que apenas pudo aguantarse, pero este si me avisó y por cortesía lo deje que se corriera en mi cara. Otro que me dejaba sin follada, pero por lo menos este si se espero a que me limpiara y se despidió continuando su carrera.
Volvía a buscar un hombre que me follara, ya me había comido dos pollas pero necesitaba que me aliviasen mis necesidades. Caminé dirección a la playa, ya que se encuentra cerca de esa zona, con toda esperanza perdida y con la intención de quedarme allí un rato, estaba casi llegando a la arena cuando vi a un hombre algo misterioso meterse tras unos arbustos. Lo seguí por ver si lo alcanzaba, llevaba gorra y no le podía ver la cara, cuando llegué a su altura le hablé. Parecía extranjero apenas hablaba español, era un hombre de unos 40 años, iba en pantalones cortos y blusa desabrochada enseñando su torso muy peludo, eso me llamo la atención, apenas se le veía la piel de la cantidad de vello que tenía.
Entre su español y mi poco inglés descubrí que era de Irlanda, estaba de vacaciones por la ciudad y se estaba quedando con su caravana en un parking que hay cercano a la zona donde estábamos. Sabía perfectamente que donde estábamos era zona de encuentros entre hombres, él a igual que yo ya había desistido de encontrar algo que mereciera la pena. Todo esto me lo decía mientras me miraba de arriba a abajo, pasando sus manos por mi espalda, acercándose cada vez más.
Me decía que era un chico muy lindo para estar en un sitio así, que solo había hombres pervertidos, yo le decía que los hombres tuvieran cuidado conmigo mientras reíamos.
El tema se iba calentando, ya había conseguido tocar ese torso peludo del guiri, lo veía algo tímido así que tomé yo la iniciativa. Me puse frente a él sobandole la entrepierna, le quité la camisa, manoseé bien su torso y barriga. Brian, que así se llamaba, me agarraba del culo, me metió las manos por debajo del pantalón, se dio cuente de que llevaba puesto un suspensorio, cosa que lo puso a mil. Se puso a desvestirme como un loco, dejándome solo con el suspensorio, aproveché y yo también lo desvestí, le bajé los pantalones juntos a los boxer que llevaba dejándolo desnudo, pero que barbaridad, menuda polla tenía el guiri, entre una espesa mata de vello le erguía un nabo gordo y venoso acabando en dos buenas pelotas.
Lo miré embobado y no le hizo falta darme permiso para mamar esa delicia de polla, me arrodillé frente a ese pedazo de carne y agarrándome a sus peludas y fuertes piernas empecé a mamársela, no quería darle muy fuerte como a los anteriores, pero si lo hacía disfrutar con mi lengua en su capullo. Al rato Brian me incorporó, me hizo que me colocara en pompa apoyado en un tronco que había en el suelo, se agachó detrás de mí y abriéndome las nalgas metió su cara, sacó la lengua y me dio tal comida de culo que esta vez el que casi se corre fui yo. Sin quitarme el suspensorio, se puso de pié, se escupió en la punta del rabo y la empujó contra mi culito. Me estaba dando tal follada que los cachetazos se tendrían que oír es toda la playa. Me tenía agarrado por los hombres sin apenas soltarme y sin bajar el ritmo, mi culo estaba abierto con el rabo gordo del guiri, lo notaba atravesarme.
Como estaba en éxtasis y de espaldas a Brian no me percaté que teníamos un mirón viendo nuestra escena, un viejo canoso con la polla fuera pajeándose. Al guiri parecía no importarle y yo con lo a gusto que estaba tampoco, seguía inmerso en las embestidas que me estaba dando. A la siguiente vez que me giré para atrás vi que el viejo se había acercado hasta donde estábamos nosotros y ahora era Brian el que lo estaba pajeando mientras el viejo le sobaba el culo a este. Cuando empezó a hablar en inglés muy rápido supuse que se iba a correr, así fue, me dio varios trallazos de leche dentro de mi culo dejándomelo bien empapado. El viejo seguía allí, había visto como el guiri se corría en mi culo y fue rápido al meter sus manos en mi raja, recoger la lefa y llevársela a su boca. Pero Brian no había acabado con nosotros todavía, se agachó entre el viejo y yo, me sacó la polla y empezó a chupármela mientras seguía pajeando al viejo, para después mamársela a él y pajearme a mi. Con tal calentón no aguante mucho y me corrí casi en las manos de Brian, el viejo tuvo mejor suerte y le soltó toda la leche en la boca.
El viejo se guardó la polla y se largó, Brian y yo nos quedamos vistiéndonos y charlando. Al día siguiente volví a verlo, me había invitado a su caravana, era el último día que estaría por aquí, volvió a follarme y nos despedimos.
El día anterior, saliendo de la zona de cruising me topé con alguien conocido...os lo cuento en otra.