Mi vida con la familia L - Parte 1

Necesitaba un trabajo, y el de puta particular para una familia completa, no se veía nada mal.

Capítulo 1 -

  • Hola, mucho gusto, mi nombre es Sergio -. Me saludó el señor de la casa, dándome la mano. - Es la primera señorita que se presenta por el anuncio.

Sonreí con nerviosismo sin saber que decir al respecto, mientras me sentaba en el sofá, justo al frente de él.

  • Bueno, verá. El anuncio especifica que buscamos a una mucama, pero que también se dedique a hacer otras cosas. ¿Está de acuerdo con eso?

  • Sí -. Respondí, estando de acuerdo con eso.

  • Bien, antes de especificar nada, necesito que firme este contrato de confidencialidad, que estipula que todo lo que sea revelado, usted no dirá nada a la hora de salir de acá.

Me entregó tres documentos similares, que leí con atención, y aceptando todos los términos y demás, firmé los documentos, y una copia me la quedé yo.

  • Procedamos. Somos una familia especial, unida. Siendo más específico, somos sexualmente activos. Nos gusta el sexo y prácticamente lo estamos haciendo todo el tiempo, incluso con nosotros mismos. Sí, somos incestuosos y todo eso.

Por un momento me quedé dura, tratando de procesar eso, pero después me calmé.

  • Entonces, ¿cuál sería mi trabajo?

  • Mira, nuestra última empleada se acaba de ir, porque cuestiones familiares. Así que necesitamos a una mucama que realmente limpie la casa, y además... que se convierta en el juguete sexual de la familia cuando sea requerida. Si acepta, sepa que se le va apagar por ambas cosas.

Sabía que esto podía ser una locura total, que no debería aceptar por nada del mundo, pero la paga era genial, y la necesitaba con urgencia... y en cuanto al sexo... realmente eso me interesó y me calentó.

  • Acepto. Todo. ¿Cuándo empezaría?

El señor sonrió con satisfacción y se acomodó mejor en el sillón.

  • En este instante -. Respondió, mientras se tocaba la pija por encima del pantalón. - Veamos en que eres buena.

Me mordí el labio inferior y me levanté de mi lugar para arrodillarme al frente de él.

Era buena en el sexo, porque realmente lo hago desde que tengo 15 años, y la verdad, amo chupar pijas, por eso, no esperé más tiempo, y sacándole la pija fuera del pantalón comencé a mamarla como una profesional.

Era grande, como 20 centímetros y muy gorda. Pasé mi lengua a todo lo largo de ese pedazo de carne, que se ponía a cada segundo más duro.

  • Oh, sí, así... como te gusta la pija, ¿no puta? Desde el primer momento en que te vi en la puerta, supe que te encanta que te cojan, ¿no?

  • Sí, patrón, me encanta que me den bien duro -. Dije, mientras me sacaba la blusa, para poder dejar al aire mis tetas.

  • Vaya, que par de tetas grandes -. Me dijo, estirando sus brazos para empezar a amasarlas y apretarlas.

Gemí ante su rudeza, pero no dejé de comerme ese palo.

  • Metete en la boca mis pelotas.

Y así lo hice, comencé a succionar esas bolas sin compasión.

  • Párate, quiero verte la concha -. Prácticamente me arrancó el pantalón. - Si serás puta, ni siquiera te pusiste tanga -. Me dijo, mientras me metía la mano, y me pellizcaba el clítoris, y me metía algún que otro dedo en la vagina.

  • ¡Ah! -. Suspiré, al sentir un placer riquísimo.

  • Estás muy caliente y mojada. Dime, ¿ya te rompieron el culo?

  • Sí, ya me lo rompieron...

  • ¿Quién?

  • Mi primo, el año pasado... ah, no pares -. Le dije, abriendo más las piernas e inclinándome hacia adelante.

  • Ve al sillón y ponte a cuatro patas. Vamos a ver que tan bien te lo abrió.

Me dirigí al sillón, y me puse de espaldas a él, abriéndome bien para que tenga fácil acceso.

  • Que culo...

Grité al sentir su lengua recorrer desde mi concha hasta el agujero de mi culo.

  • Que ricura.

Estuvo mamándome la concha y el culo durante un largo rato. Metiéndome los dedos y de ves en cuando me pellizcarme el clítoris, haciéndome gritar de puro placer.

  • Meteme la pija, por favor, ¡ya hazlo!

Se levantó y sin previo aviso, me mando toda su pija hasta el fondo de mi concha. Empezó a darme duro, sin compasión, tomándome de la cintura. Podía sentir y escuchar como sus pelotas golpeaban mi culo, y me encantaba.

  • Así, sí... más duro... ¡ah! -. Le grité, mientras arqueaba mi espalda. Estiró sus brazos, hasta llegar a mis tetas, y comenzó a apretarlas, haciéndome gritar aun más.

  • Sí nena, grita, grita mucho para que todos vengan a ver como te rompo toda.

Tuve una serie de orgasmos, uno tras otro, como nunca lo tuve, y es que me llenaba por completo. De pronto sacó su pija de mi concha, y me la metió de lleno en mi culo, que se encontraba totalmente estimulado y abierto, por lo tanto, entró sin problema.

  • Estás muy buena, tan apretadita como a mí me gusta.

Me jaló del pelo, y me tiró hacia él, sintiéndolo aún más adentro. A pesar de que me producía cierto dolor, me encantaba, no quería que pare.

Y la verdad, no lo hizo, hasta que al final, ambos llegamos al más riquísimo orgasmo.

Sentí como me llenaba el culo de leche, y apreté mi esfinger, sin querer soltarlo, hasta que largara toda la leche que tenía contenida.

  • Sí, sin duda vas a ser una buena empleada... pero, déjate crecer los pelos de la concha, nos gusta más las concha así de peludas.

  • Sí señor -. Respondí, aún sin poder moverme, con los ojos cerrados, y es que persistía en mí aquel calor de placer.

  • Vamos niña. Debes prepararte para conocer a la familia -. Me dijo, mientras me daba una nalgada bien fuerte.

Sin duda me iba a gustar trabajar para esa familia.


La segunda parte la pueden encontrar en mi perfil... gracias por leer :)