Mi Vida con Arturo 25
Me acosté a dormir un buen rato hasta que mi hija mayor me llamó para que comiéramos, después nos pusimos toda la tarde a ver películas y a platicar, pues me preguntó si había visto a Eugenio y si me había quedado a dormir con él, le dije que si había estado en su compañía.
Mi Vida con Arturo 25
Me acosté a dormir un buen rato hasta que mi hija mayor me llamó para que comiéramos, después nos pusimos toda la tarde a ver películas y a platicar, pues me preguntó si había visto a Eugenio y si me había quedado a dormir con él, le dije que si había estado en su compañía.
Como a las seis le llamé y pasó por nosotras para ir al cine, nos fuimos a las salas del palacio chino, estuvimos muy a gusto viendo una película más en el día jeje, nos acariciábamos furtivamente y después nos fuimos a cenar los cuatro, cuando pasó a dejarnos mi hija Sonia le preguntó algo sobre su tarea y entonces lo invité a pasar, estuvo ayudándole a terminar su tarea y cómo ya era tarde y estaba lloviendo, le dije si quería quedarse, pues vivía hasta el estado de México y era riesgoso irse a esa hora, realizó una llamada y se quedó con nosotras, pusimos unas cobijas en el sofá de la casa, donde supuestamente se quedaría, pero la realidad es que yo quería estar en mi cama matrimonial con él.
Me fui a mi habitación para ponerme más cómoda, me puse una playera de manga corta sin brassier, un short que me cubría abajito de la nalga tapando apenas mis pantaletas y unas sandalias; nos sentamos en el loveseat escuchando música suave mientras mis hijas platicaban en su cuarto.
Eugenio comenzó a besarme y acariciar mi nuca, yo estaba sentada con las piernas recogidas, me acariciaba mis piernas y mis senos, le hice señas de que nos pusiéramos en la alfombra por si salían mis hijas de su habitación, ya que el loveseat era lo primero que se veía desde las habitaciones.
nos recostamos en la alfombra y seguimos acariciándonos me desabrochó el short , metió su mano entre mis pantaletas acariciando mi vagina a lo largo de mis labios que ya estaban hinchados de excitación, separándolos para llegar hasta mi clítoris y acariciarlo fuertemente, yo mientras tanto le desabrochaba y bajaba sus pantalones junto con su bóxer; se giró de manera que quedó su cabeza en medio de mis piernas, bajó mi short junto con mis pantaletas y comenzó a darme un delicioso sexo oral.
se puso encima de mi quedando en posición de 69, yo cogí su miembro con mis manos y me lo metí en la boca, chupándolo golosamente para después sacarlo y besar sus colgantes y gordos testículos, los que engullía con placer, metiéndome uno y después el otro en mi boca, chupando y lengüeteando su escroto, él continuó lamiendo mi clítoris succionándolo deliciosamente, metía dos de sus dedos en mi vulva y con su otra mano acariciaba mi nalga y mi ano furtivamente, nuestras respiraciones se entrecortaban por la excitación que teníamos y el nervio de que mis hijas nos escucharan.
así seguimos como unos 15 minutos mas dándonos placer oral mutuamente, hasta que gracias a sus lengüetazos recorriendo toda mi vagina de arriba abajo y entreteniéndose más en mi clítoris, con sus dos dedos dentro de mi vagina entrando y saliendo a una velocidad vertiginosa y yo chupando y acariciando sus testículos y perineo hasta sentir sus primeros chorros de semen que salieron disparados hacia mis senos y cuello sorpresivamente, logrando coger su pene e introducirlo en mi boca para terminar de succionarlo y exprimirlo con mis labios recibiendo su candente y espeso esperma en mi garganta, mientras apretaba mis piernas alrededor de su cabeza al alcanzar mis dos encadenados orgasmos que disfruté plenamente, aminorando mis gemidos al tener su palpitante miembro dentro de mi boca .
Seguí chupando su pene por un buen rato, logrando que su miembro no bajara de volumen y siguiera aun tieso como un tubo.
Se incorporó y viendo hacia las habitaciones me dijo que la luz del cuarto de mis hijas ya estaba apagada, me incorporé y tomando una servilleta del comedor me limpie los senos y el cuello. ahí estábamos de pie entre la sala y el comedor medio desnudos, solo cubiertos de la cintura hacia arriba, por mis piernas sentía la humedad de mi corrida y él con su erección viendo hacia el techo, me sonreí por la apariencia sexy cómica que teníamos.
El estiró su mano hacia mí y me llevó hacia mi habitación, regresó a la sala por nuestras prendas y cerrando la puerta tras de sí, se acostó junto a mí en mi cama matrimonial.
Nos desnudamos por completo y nos abrazamos besándonos apasionadamente juntando nuestros sexos, sintiendo como palpitaba su erecto pene en mi pubis, recorríamos completamente nuestros cuerpos con las manos acariciando cada centímetro de nuestra piel.
Cogió su pene y colocándolo entre mis labios vaginales me masturbaba deliciosamente con su miembro, agitándolo presionando mi clítoris con su glande dándome un placer riquísimo, al friccionar constantemente mi excitado clítoris, haciéndome sentir unos electrizantes impulsos que recorrían toda mi espalda hasta mi nuca, volviéndome loca de excitación y placer.
Me colocó boca arriba en medio de la cama, poniendo mis piernas sobre sus hombros y agarrándome de las nalgas puso su pene erecto y grueso en la entrada de mi vagina y con un empujón seco y duro me lo metió hasta la empuñadora haciéndome sentir sus bolas golpeando mis nalgas y levantando mis caderas al tener incrustado su glande en el cuello de mi matriz, haciéndome pegar un ligero grito de sorpresa y placer al sentirme totalmente llena por su poderoso falo.
Empezó un constante mete y saca tan fuerte que la cabecera chocaba contra la pared emitiendo un excitante golpeteo pac pac pac; mis senos se balanceaban al ritmo de sus embestidas, me agarraba fuertemente a sus brazos enterrando mis uñas en ellos jadeando y gimiendo del placer tan enorme que me hacía sentir, logrando tener otro exquisito orgasmo; siguió penetrándome fuertemente en esa posición por un tiempo, bajando mis piernas alrededor de su cintura, puso sus manos por debajo de mi espalda y girándome quedamos de lado, él continuaba con sus constantes y profundas penetraciones golpeando con sus bolas en mis nalgas a cada embestida que me acercaba cada vez más a mi siguiente orgasmo, lo abrazaba y apretaba fuertemente hacia mí, sintiendo su pecho aplastar mis senos deliciosamente.
Giramos un poco mas quedando él acostado boca arriba y yo encima de él, ya podía controlar nuestros movimientos y sus penetraciones en mi ya más que rozada vagina, me apoyé en su pecho y comencé a cabalgarle rápidamente para acelerar nuestra venida, él acompasaba mis movimientos apretando mis nalgas en mi constante sube y baja sobre su falo y cuando sentí que empujaba su pelvis hacia arriba como queriéndome atravesar supe que estaba a punto de correrse y me recosté en su pecho moviendo con mas ímpetu mis caderas hasta lograr que termináramos juntos en un fuerte abrazo suspirando y gimiendo por mi parte y bufando por la suya, puso sus manos en mis glúteos abriéndolos y empujando su cadera hacia arriba incrustando en mi matriz su potente miembro que comenzó a expulsar una buena cantidad de esperma llenando mi sedienta vagina ricamente., nos abrazamos fuertemente besándonos apasionadamente entrelazando nuestras lenguas, sintiendo como mis labios se enfriaban por la excitación y el clímax conseguido. Permanecí un buen rato encima de él, cerrando mis piernas para sentir mejor su pene dentro de mí.
Me bajé de él y fui a tomar agua desnuda sintiendo como escurría su semen por entre mis piernas, regresé a su lado y prendiendo un cigarro me senté en la cama, observando su desnudez.
él se acercó a mí y abrazándome por la cadera recostó su cabeza en mi muslo muy cerca de mi ingle, dándome una sensación placentera al sentir su respiración entre mis piernas, mientras yo le acariciaba tiernamente sus cabellos.
Terminé mi cigarro y nos acostamos a dormir plácidamente.
A la mañana siguiente me levanté a poner el boiler, al regresar a la habitación Eugenio ya me esperaba completamente desnudo y con una muy buena y excitante erección, le dije que mejor nos metíamos al baño ya que podrían salir mis hijas del cuarto y no quería nos vieran en mi habitación.
Nos metimos en el baño, se sentó en el inodoro me jaló hacia él sentándome en sus piernas a horcajadas, besando ávidamente mis senos y acariciando mis piernas, yo acariciaba su pene con mis labios vaginales, restregándome en él hasta sentir como se humedecía mi vagina con mis fluidos.
Tomé entre mis manos su miembro y poniéndolo en la entrada de mi vulva me lo fui introduciendo poco a poco hasta sentarme por completo, dejando únicamente sus testículos pegados a mis nalgas, haciendo un movimiento de vaivén con mis caderas, sin dejar salir ni un centímetro de su pene, besándolo en la boca y entrelazando nuestras lenguas mientras el posaba sus manos en mis senos, acariciándolos y apretando mis pezones entre sus dedos.
Comencé a subir y bajar en su pene controlando la penetración, sintiendo como entraba y salía de mi vagina proporcionándome gran placer.
Seguimos en esa postura copulando a un ritmo constantes mi respiración se aceleraba al ritmo de la copula alcanzando nuevamente un orgasmo que me hizo besarlo fuertemente para no gritar, él acariciaba mis nalgas y metía en mi ano su dedo medio, masajeando mi esfínter y tratando de dilatarlo, lo sacaba, recogía los líquidos que salían de mi interior y volvía a meterlo en mi culito dilatándolo cada vez mas.
Acercando sus labios a mi oído y besando mi lóbulo me dijo que quería venirse dentro de mi culito, me zafé de él y volteándome dándole la espalda abrí mis nalgas, él colocó su erecto pene en la entrada de mi ano y con su glande mojado con mis jugos lo metió lentamente, distendiendo mi esfínter al máximo, que iba cediendo el paso a su grueso miembro hasta alojarlo en el fondo d mis intestinos, cuando lo sentí que estaba completamente dentro de mi culito, puse mi mano entre mis piernas acariciando su escroto y sus testículos que quedaron pegados a mí, los sopesaba entre mis dedos, mientras mi culito se adaptaba al grosor de su pene; nos quedamos así unos segundos disfrutando nuestra unión y mi caricia en sus testículos para lentamente cogiéndome de las nalgas comenzó a subirme y bajarme, sintiendo como entraba y salía de mi culito su miembro, que se sentía muy duro y grueso , que placer tan exquisito sentir como se abre mi culito al paso de su inhiesto pene, sentir sus vellos rozar mis redondas nalgas y como palpita su falo en mi interior es una sensación indescriptible y muy placentera y excitante, comencé a subir y bajar mas rápidamente, hasta sentir como se inflamaba su pene y comenzaba a eyacular dentro de mi ano inundando copiosamente mis intestinos con su esperma tan cálido y espeso, me senté completamente en él y cerré mis piernas disfrutando como llenaba mis intestinos con su semen, me quedé pegada a él hasta que sentí como su pene se minimizaba por entero y saliendo de mi culito quedaba entre mis nalgas , yo seguía restregándome en su pene sintiéndolo pegajoso en medio de mis nalgas, hasta que ya nos tranquilizamos, me volteé lo besé en los labios y agitando su pene levemente los sostuve entre mis dedos mientras besaba sus testículos, para luego meterme en la regadera seguida por él.
Nos bañamos uno al otro, nos vestimos y arreglamos, en lo que yo preparaba el desayuno él fue por pan, cuando regresó mis hijas ya se habían levantado, nos sentamos a la mesa y desayunamos los cuatro platicando amenamente, hicimos algo de sobremesa y después se retiró, me sentía muy relajada y satisfecha.
Fui al tianguis con mis hijas, curioseamos un poco me compre unos mayones y a mis hijas les compre una blusa y pulseritas de fantasía. Después comimos, llamó mi hijo y Arturo que llegaban el lunes temprano y vimos la tele hasta la hora de dormir.