Mi Vida con Arturo 11
Tercer encuentro con Julio
Mi Vida con Arturo 11
Subí a mi casa me bañe y arregle muy bien, me puse brassier y pantaletas de encaje blanco, un suéter de cuello redondo rosa y una falda azul marino a medio muslo y mis zapatillas sin medias pues hacía mucho calor.
Fui a abrir la papelería y el vecino de junto me ayudó a levantar la cortina, él tenía una maderera a dos locales del mío, casi no le hablaba solo buenos días y buenas tardes; mientras quitaba los candados no dejaba de ver mis piernas y si le daba la espalda sentía su mirada en mis redondas nalgas, era un señor gordo y con una mirada libidinosa, de esos que te desnudan grotescamente.
Recogí la correspondencia y al agacharme vi como se inclinaba para ver algo más que mis piernas, abrió l puertita que tengo en el mostrador para que yo pasara, pero era tan justo el espacio que inevitablemente rocé su entrepierna que ya mostraba un considerable bulto, me disculpe y el con una sonrisa me dijo no hay cuidado vecina, y me espetó anoche no durmió aquí verdad?
Le contesté que fuimos a visitar a mi madre y que solo vine abrir un rato para después ir por mis hijas, socarronamente me dijo ah sí vi a su abuelo con ellas. Le volví a dar las gracias y que estaba algo atareada, el me miró de arriba abajo y se fue diciéndome “lo que se le ofrezca estoy para servirla” y se fue.
Me serví un café y encendí un cigarrillo, para quitarme de la mente a ese viejo grotesco.
Cerré la pape temprano y me fui a casa de mi madre por las niñas, tomé el camión iba bastante lleno hacia Rojo Gómez, ya que ella vive en la Agrícola Oriental, me tocó ir parada, dio un enfrenón tan fuerte que me solté del tubo y un señor me salvó de haberme caído cuan larga soy, me sujetó de la cintura y posó una mano en mi nalga, apretándola ligeramente, volteo para darle las gracias y zas!!! Ahí voy a dar caí sentada en el piso con las piernas de par en par, me quería morir, más de uno me vio los chones, pues no traía medias por el calor que hacía, me ayudaron a levantar, el mismo señor me dio la mano, preguntando si me había hecho daño, cogiéndome de la cintura le dijo a un joven que me cediera el asiento, me senté dándole las gracias, sentía mis mejillas hirviendo de la pena, una señora me dio mi bolso. Llegué a casa de mi madre, saludé a las niñas me platicaron lo que hicieron con los abuelos, comimos y nos fuimos a casa, de regreso preferí tomar un taxi.
Mi hija mayor ya tenía 14 años, platicábamos mucho de cosas de mujeres y nos fuimos identificando mucho, ella ya empezaba a salir con chicos, incluso se hizo de un novio lo que ocasionaba sus discusiones con Arturo. Llegamos a la casa y nos pusimos cómodas, yo me quedé en ropa interior con solo una bata corta y me puse a chatear con Araceli, comentando lo del viernes ella me dijo que pensaba que estaría con Julio, le dije que no porque tenía que abrir la pape e ir por mis hijas, entró al chat un chico con quien ya había hablado de nombre IGOR, era un joven de unos 27 años, con quien platicaba muy amenamente, era muy cortes y respetuoso al hablar me divertía mucho y me desestresaba, mi hija se dio cuenta y le comenté que tenía dos amigos por ese medio Igor y un señor de 45 años brasileño de nombre Mario.
Me preguntó que porque lo hacía, le comenté que para distraerme y me dijo algo que me sorprendió: porque no sales con ellos? Al fin mi papá no te hace mucho caso!!
No como crees, y me contestó si tienes miedo de ir sola yo te acompaño, eres joven y si Arturo no te hace mucho caso y siempre discuten, no le veo nada de malo. Le contesté: anda tú que ideas tienes, si mamá ya no soy una niña y comprendo que eres una mujer joven y guapa, no debes amargarte con mi papá. Le comenté que los dos y me habían invitado a salir pero que no me animaba, ya que no los conocía en persona y me repitió si te vuelven a invitar acepta y yo te acompaño, como ves? Y así quedó la cosa.
Seguí platicando con Igor que sutilmente trataba de seducirme con su conversación que se derivó en temas sexuales, le comenté lo sucedido en el camión y de ahí empezó a seducirme diciendo que le hubiera gustado verme, que como era mi prenda intima etc. Etc.
Su plática y seducción me comenzó a inquietar y al cerrar mis piernas sentí la humedad de mi pantaleta, no lo podía creer su conversación me estaba excitando, me despedí y me salí del chat.
Me llamó Arturo para decirme que llegarían el domingo por la tarde-noche ya que iba a llevar a Fer a la playa y al acuario, le dije ok, con cuidado, me puse a ver la tele con Brenda, y como a las 9 de la noche me llamó Julio que me invitaba a tomar un café, le dije que estaba sola con las niñas y me comentó las invito a desayunar a las tres. Se lo comenté a Brenda diciéndole que era un primo de Araceli y me dijo vamos así se te van quitando los miedos de salir.
Julio llegó temprano por nosotras y nos llevó a la Blanca en el centro, estuvimos muy a gusto, hizo reír mucho a las niñas se portó como un caballero, solo cuando las niñas se fueron al sanitario, me besó y me dijo que quería volver a estar conmigo, le dije que yo le avisaba pues Arturo regresaba hoy. Le comenté que me sentía un tanto estresada con dolor de cuello y espalda, me dijo que porque no tomaba un baño de vapor que eso me relajaría, le comenté que nunca había ido a uno, y que me daba pena estar en un baño público, me dijo que había privados y nadie te molestaba.
Regresaron las niñas y nos fuimos hacia la casa, pasamos al parque un rato para que jugaran las niñas, más bien Sonia, me volvió a insistir sobre el baño de vapor, le comenté que estaría bien pero luego lo veíamos, en eso llegó Brenda y me preguntó de qué hablábamos, le dije que me estaba recomendando un tratamiento para relajarme y él le dijo que me preocupaba con quien dejarlas porque solo daban sesión los domingos, lo miré y moví la cabeza como diciendo que desfachatez!!! Brenda me dijo no hay problema ve mamá y yo me quedo con Sonia terminando nuestra tarea.
Las dejamos en la casa y me llevó a unos baños en Isabel La Católica, “Señorial” se llaman, muy limpios y discretos, yo iba algo nerviosa pues no sabía cómo eran, entramos al privado, tenía un espacio con un locker y una banca donde te cambiabas y pasando un pequeño pasillo entrabas tras una puerta de cristal al baño, cubierto todo de azulejo blanco, nos pusimos nuestras toallas, él regulo la cantidad de vapor para que no sintiera que me asfixiaba, nos sentamos y empecé a sudar, me estaba relajando muy bien, él me ponía agua en los hombros y me los sobaba, al igual que las piernas, me empecé a excitar con sus caricias, las que también lo estaban motivando a él, pues ya se apreciaba una buena protuberancia en su toalla, comenzó a besar mi cuello por detrás, diciéndome que subiera las piernas dándole la espalda, abrió mi toalla, dejando mis senos libres y los comenzó a masajear, suavemente, sin dejar de besar mis hombros, yo recargué mi espalda en su pecho, me sentía tan a gusto…., él bajaba su mano hasta mi pubis y jugaba con mis insipientes vellos, me hice más hacia adelante de manera que me recosté entre sus piernas, cerrando los ojos disfrutando sus caricias por mi piel, él recorría mi cuerpo con sus manos desde mis senos, pasando por mi vientre y posarse en mi vulva, introduciéndome un dedo en mi vagina y acariciaba mi clítoris, para continuar su viaje hasta mis piernas, besando mi frente y mi boca, yo pellizcaba sus tetillas ligeramente y abriendo su toalla, cogí su duro y potente miembro totalmente erecto, lo recargaba en mi mejilla se lo besaba y acariciaba su escroto, jugando con sus testículos, nuestras respiraciones se fueron entrecortando, dando paso a mis suspiros y gemidos cuando sus dedos incursionaban dentro de mi vagina que ya se encontraba bastante mojada; él se despojó totalmente de su toalla, dejándome ver su hermoso mástil en todo su esplendor, con su glande brilloso por sus secreciones, se lo acaricie y masturbé un poco, mientras el chupaba mi clítoris con avidez, así estuvimos como 5 minutos en los cuales sentí como se erizaba mi piel y una corriente eléctrica subía desde mi columna hasta mi nuca anunciando la llegada de mi primer orgasmo.
Con el cual apreté el tronco de su pene fuertemente, emitiendo mis gemidos y chillidos sin reserva alguna, él siguió chupando mi vagina y metiendo su lengua en ella por un rato más, hasta que me relajé, entonces, me levantó mi pierna derecha y la puso en su hombro, agarró su miembro y lo puso en la entrada de mi vagina empujándolo lentamente me lo metió, mas de la mitad, comenzando un delicioso mete y saca, besando mi pierna y acariciando mi vientre y mis senos, así me estuvo cogiendo, durante un buen rato, entre mis sensaciones y el vapor sentía que me faltaba la respiración y aumentaba yo también mis movimientos de cadera saliendo al encuentro de sus embestidas, me lo sacó, se sentó y me puso de espaldas a él y me hizo que me sentara en su exquisito trozo de carne que estaba super caliente y duro, y así me penetró diciéndome que le fascinaba verme las valgas mientras me lo metía, yo me apoyé en sus piernas, y comencé un sube y baja frenético sintiendo como su glande topaba en mi interior sintiendo riquísimo, mis gemidos no dejaban de oírse haciendo eco del sonido de nuestra piel al chocar mis piernas con sus testículos, plap, plap,plap…., sentí como se inflaba su pene dentro de mi vagina, anunciando su próxima corrida, aceleré mis movimientos y él jalándome de las caderas, me lo metió hasta adentro que me hizo emitir un ligero grito, apreté mis piernas y soltando mi segundo orgasmo, recibí su potente y caliente esperma que salió fuertemente disparado hacia mi matriz, inundándola deliciosamente. Subía y bajaba sobre su miembro apretando mis nalgas para exprimirle hasta la última gota y que no saliera nada de mí, él suspiraba, me abrazaba por la cintura y sobaba y apretaba mis redondas nalgas, giré mi cara y nos fundimos en un delicioso beso, llevando su mano a mi seno derecho y apretándola hacia mí. Sintiendo cómo iba disminuyendo su pene en mi vagina, moviéndome en círculos sobre de él.
Me senté a su lado, cerramos la llave del vapor un poco más, nos besamos nuevamente, acariciando su miembro, lentamente se lo jalaba y apretaba, hasta que después de varios minutos se empezó a poner duro y rígido otra vez; con una mano lo masturbaba y con la otra sobaba su escroto, acercó su boca a mi oído y me pidió que lo dejara entrar en mi culito como el otro dia, me levante sin dejar de acariciar su pene y le dije que como quería tenerme, me hizo recargar mis manos en el asiento de mosaico, abrió mis piernas y poniéndose, detrás de mi, metió sus dedos en mi vagina sacando un poco de semen y embarrándoselo en su pene, comenzó a penetrarme analmente, agarrándoselo y presionando mi esfínter que poco a poco iba cediendo ante su potente invasor, emití u chillido y suspiro de placer al sentir como se abría mi culito al paso de su grueso trozo, distendiendo al máximo mis pliegues anales hasta depositarlo completamente dentro de mis intestinos, comenzó un riquísimo mete y saca hasta el fondo de mi golpeando con mi pubis sus testículos en cada embestida profunda que me daba. Se afianzaba de mis nalgas y aumentaba la velocidad de sus penetraciones bufando del placer que sentía diciéndome que estaba delicioso y que lo apretaba riquísimo, yo hacía mis nalgas hacia atrás para sentirlo profundamente metiendo mi mano entre mis piernas acariciando sus bolas cada que chocaban con mi vulva. Me estuvo perforando de esa manera como 15 minutos, hasta que le dije que sse me dormían las piernas, sin sacármelo, nos giramos quedando sentada sobre de él y con su pene hasta dentro de mi culito, dejando pegados a mis nalgas sus testículos, comencé a menearme en forma circular sin sacar ni un milímetro de su rico y durísimo miembro de mi ano, él solo suspiraba y acariciaba mis senos pellizcando levemente mis erectos pezones, luego agarrándome de las nalgas empezó a subirme y bajarme diciéndome que lo hiciera más rápido ante su inminente corrida, me apoyé en sus piernas acelerando mis movimientos, le dije que acariciara mi clítoris para terminar junto a él, así estuvimos subiendo y bajando rápidamente en tan delicioso mástil, con sus dedos presionando mi clítoris hasta que al unisonó emitimos un grito de extremo placer derramando nuestras mieles, yo mojando copiosamente sus dedos y él inundando deliciosamente mis intestinos con su pegajoso y caliente espera. Fue delicioso volver a sentirlo dentro de mi culito y así s lo hice saber. Reposamos un ratito, nos bañamos rápidamente y me fue a dejar a mi casa, justo a tiempo ya que como a los 10 minutos de haber llegado escuche a Arturo abrir la puerta y al niño correr a mi encuentro.
Arturo me saludo con un beso y una leve caricia en mis nalgas, desempacó sus cosas dándole a las niñas sus regalos y a mí me obsequió un cenicero de Veracruz, lo puse en la mesa de centro dándole las gracias.
Fer nos comentó entusiasmado su experiencia en el acuario, cenamos, acosté al niño y mis hijas se fueron a su cuarto, quedándonos en la sala Arturo y yo viendo la tele; comenzó a acariciarme los hombros y las piernas, sabía que querría estar conmigo, pero recordando mi experiencia pasada con él cuando me iba a hacer un oral y se incorporó tal vez al oler el esperma de Alfonso, comencé a acariciarle la entrepierna sobre el pantalón con movimientos masturbatorios, su pene reaccionó mi estimulo y poniendo sus manos en mis pechos saque su miembro del encierro en que estaba, y comencé a masturbarlo más rápidamente hasta hacerlo venirse en mis manos, lo limpié, él se metió al baño y yo aproveche para acostare a dormir.