Mi Vida con Arturo 10
Segunda ocasión con Julio
Mi Vida con Arturo 10
Nuestro sistema de vida se volvió muy monótono, nos arreglamos, desayunamos, Arturo lleva a los niños al colegio yo bajaba a la papelería iba por los niños les daba de cenar y a dormir, pues entre semana llegaba Arturo muy cansado. Ya casi no me buscaba y para colmo cada día tenía más clientes en provincia por lo que salía mucho, por lo general de jueves a lunes, pero en ocasiones se iba por toda la semana.
Con mis hijas mi relación ya era más íntima, eran mis confidentes y yo de ellas ya que casi no podían hablar con Arturo, pues todo les criticaba y por cualquier cosa las regañaba.
La mayor con 14 años, Sonia con casi 9, y el niño 4.; Por las repetidas ausencias de Arturo y su poca atención para mí persona, retomé el meterme a internet y platicar por chat, contacté algunas chicas con quien platicaba cosas propias de mujeres y aceptaba algunas invitaciones para conversar con hombres.
Algunos los descartaba de inmediato por su vulgaridad y falta de tacto al abordarme, no es que me espante pero si vas a intercambiar ideas con alguien que sea de la mejor manera o no?
Mi amistad con Araceli seguía, platicábamos de nuestros sentimientos, y necesidades tanto sentimentales como físicas, seguido nos reuníamos a tomar café, ya fuera en su casa o en la mía, o pasaba a la papelería. Salimos un par de veces más con su amante y su primo Julio; aproveché que Arturo se fue a Veracruz con el niño, y que Don Luis fue a verme y se llevó el fin de semana a las niñas a su casa.
El viernes pasó Julio por mí a la papelería, fuimos a comer al centro unos ricos camarones con cervezas en el salón corona, escuchando música de trió, nos la pasamos muy bien, platicando amenamente, se portó muy caballeroso aunque con cualquier pretexto, tomaba mis manos o posaba las suyas en mi pierna o cintura, o me daba pequeños besitos cerca de mi oreja diciéndome lo guapa que me veía. Yo le agradecía sus piropos y en mi interior más el hecho de que no comentará sobre lo ocurrido en casa de Araceli.
Llevaba un conjunto de lencería negra de encaje, medias ajustables a medio muslo un vestido corto de tela elástica que me quedaba como pintado, resaltando mi figura y zapatillas de tacón alto.
Le llamó Rubén para avisarle que iba a recoger a Araceli y que nos viéramos ahí, para ver a dónde íbamos y solo llevar un auto.
Pagó la cuenta y nos fuimos a casa de Araceli, que en realidad nos esperaba a dos calles de su casa ya que le dijo a su esposo que iría a cuidar a su tía enferma. Cómo inventaba escusas ésta mujer que bárbara jejeje.
Fuimos a un antro, por el toreo, la música a alto volumen nos obligaba a hablarnos al oído lo que ellos aprovechaban para discretamente estar tocándonos, comenzamos a bailar separados Araceli y yo nos continuábamos sensualmente mostrando nuestros mejores pasos de baile, teniéndolos atentos a nuestros movimientos, me sentía muy bien y con ganas de pasarla súper ya que últimamente no salía a divertirme.
Terminó la última pieza y Ara y yo nos fuimos al sanitario , ahí me dijo que a Julio le habían prestado un departamento en Echegaray y que nos íbamos a divertir mucho, yo le comenté que no me sentía a gusto con lo acontecido la otra vez, que me gustaba más la intimidad que estar todos juntos, me dijo pobre de Rubén porque quería volver a estar contigo. Me encoji de hombros y ahí quedó la cosa.
Salimos y nos esperaba Rubén que de inmediato besó a Ara y nos cogió de la cintura posando su mano en mi nalga, que sutilmente se la retiré.
Nos sentamos quedando frente a frente, Ara Rubén Julio y yo, lo que nos permitía platicar entre todos y a la vez entre ellos. Rubén me sacó a bailar puso sus manos prácticamente en mis nalgas, le dije que esa no era mi cadera, se sonrió y puso una en mi espalda y la otra en mi cintura, seguimos bailando y me atraía cada vez más hacia él haciendo que sintiera su paquete y bajaba su mano para acariciar mi nalga y yo se la subía a mi cintura, sus escarceos hacían que me humedecieron, me decía al oído que no dejaba de pensar en mí y que quería volver a estar conmigo, yo no le contestaba, hasta que en láser una pieza volvió a acariciarle las nalgas apretándole hacia el, su miembro ya estaba bastante duro y me lo hacía sentir en mi pierna y entonces me dijo que sintiera cómo lo excitaba, que si no me había gustado estar con él. Le dije que si, que lo había disfrutado mucho pero me sentía rara por la forma en que se dio.
Terminó la pieza y me fui a sentar, tome mi bebida, pues estaba muy acalorada y excitada, Ara lo notó y me dijo: traes las altas, no le entendí pero al fijar su vista en mis senos lo entendí, tenía mis pezones erguidos y nos reímos.
Julio empezó a meterme mano, junté mis piernas y puse mis manos en mi regazo evitando así, su avance y que comprobara la humedad de mi pantaleta, estaba muy receptiva, cualquier roce o caricia erizaba mi piel sobre todo en mi nuca era electrizante, acariciaba el interior de mi muslo haciendo círculos con su dedo medio. Apretó mi pierna y avanzó su mano hasta tocar el borde de mi media, abriendo sus ojos de sorpresa y volteando a verme.
Aproveché y tomando su mano entre las mías las puse sobre la mesa, acercando sus labios a mi oído me preguntó con excitación di traía liguero.
Entonces?
Con cara seductora le dije, es una sorpresa nene, me besó y me sacó a bailar, tomó mi mano y junto a la suya, la puso junto a nuestras piernas, y con la otra me agarró entre la cintura y el inicio de mis nalgas, comenzamos a bailar, me acercó más a él y con su dedo medio jugaba en la raya de mi culito que hacia se me enviara la piel, mientras con los dedos de su otra mano tocaba mi pierna como buscando si en verdad no traía el liguero, yo me sonreía, burlándome de su inútil búsqueda, que lo único que estaba logrando era excitarme más.
Con sus tiquetes entre mis nalgas y mi pierna el también se estaba motivando, se apretaba a mi, haciéndome sentir su erección, me empezó a besar mi cuello y cuando me hablaba al oído su bao me ponía a tono jejeje.
Puse mi cabeza en su hombro, disfrutando sus caricias y lo duro de su pene en mi pubis, ya que cómo éramos casi de la misma altura su paquete quedaba justo en medio de mis labios vaginales, nos movíamos al compás de la melodía, sostenía mi mano en medio de nosotros de manera que acercaba su pene ya bastante duro al dorso de mi mano, se sentía muy caliente y duro y moviendo mis dedos tocaba sus testículos pellizcándolos levemente.
Terminó la pieza y al sentarnos me abrazó y me beso metiendo su mano bajo mi vestido y poniendo sus dedos en mi vulva presionando a través de mis pantaletas mi clítoris, diciéndome: Estás mojadita hummm ya vámonos nena, quiero poseerte, yo gemí, y mirándolo a los ojos le dije que también quería estar con él.
Le dijo a Rubén que pidiera la cuenta y le dio las llaves del auto, al parecer ya sabía donde era, desde que nos subimos al auto me empezó a acariciar y besar, le decía que se esperara a llegar, pero me dijo que ya no aguantaba, acercó mi mano a su pene que estaba super duro y acariciando mis piernas fue subiendo mi vestido quedándose absorto al ver las medias que llevaba, siguió subiendo por mi piel desnuda hasta llegar a mi pantaleta que seguía húmeda del baile, pasaba sus dedos por mi vagina presionando mi clítoris, que empezaba a erectarse me recostó en el asiento, sobaba mis nalgas sin dejar de acariciar mi clítoris, yo estaba muy excitada con sus caricias y le besaba las mejillas y sus labios sacó su miembro de los pantalones, se puso en medio de mi y haciendo mi pantaleta a un lado, me lo metió se deslizó fácilmente en mi interior por lo mojada que ya estaba, lo besé para mitigar mi gemido comenzó a bombearme muy rápido metiéndomelo y sacándolo casi por completo, haciéndome terminar en un riquísimo orgasmo, Rubén volteó a vernos y le dijo a Julio que se detuviera porque ya estábamos llegando, se retiró de mi sacándomelo tan rápido que hizo un ruido que causó la risa de Ara y Rubén, yo me reacomodé la ropa, sentía mis mejillas arder de pena que al bajar del auto no podía mirarles a la cara.
Nos subimos al elevador, Julio me abrazó de la cintura haciéndome sentir su potente erección en medio de mis nalgas, Rubén y Ara se empezaron a meter mano, llegamos al departamento, Rubén sirvió algunas bebidas que Julio y yo ni tomamos ya que nos metimos directamente a una delas recámaras, me acariciaba mis redondas nalgas sin dejar de puntear las con su miembro, me bajó el cierre de mi vestido, dejándolo caer al piso, me volteó frente a él, levantó mis manos sobre mi cabeza, y me dijo “que rica te vez mamita”, se quitó la camisa y los pantalones, nos descalzamos, él se hincó en medio de mis piernas acariciando las de arriba abajo y separando las un poco subió sus manos por detrás hasta mis nalgas estrujándolas con gran excitación, besando mi pubis por encima de mí pantaleta, lamiendo mi rajita y presionando mi clítoris deliciosamente con su nariz.
Que rico sentía, hacia mi cabeza hacia atrás acariciándole los cabellos disfrutando de su caricia lingual; me bajó lentamente mi pantaleta sin dejar de besar mi ombligo bajando paulatinamente sus labios por mi vientre entreteniéndose en mi escaso vello púbico, abriéndose paso entre mi vagina con su húmeda lengua, besando y succionando mi clítoris, afloje mis piernas por el placer que me hacía sentir, mis suspiros y gemidos aumentaban en intensidad, apretaba con mis manos sus brazos, el apretaba y abría mis nalgas acariciando con sus dedos mi ano.
Ya no aguantaba más quería sentirlo dentro de mí inundándome con su espeso esperma, lo jalaba de sus brazos para que se incorporara, no dejaba de acariciar mis glúteos, me desabrochó el brassier arrojándolo a un lado y besando mis senos alternadamente, le bajé su bóxer a media pierna, saliendo su pene duro como resorte estrellándose entre mis labios vaginales, abrí un poco más mis piernas dándole libre acceso, comenzó un movimiento de vaivén delicioso rozando a todo lo largo de mi vulva hasta el inicio de mi culito, cerré mis piernas aprisionado su miembro intensificándose mi placer al sentir su exquisito roce que abría mis labios vaginales, sintiendo la presión de ese durísimo trozo de carne sobre mi clítoris.
Le dije al oído besándole: ya dámelo por favor, ya no aguanto más….
Me cargó sujetando mis piernas, las que enlace a su cintura, sintiendo la punta de su glande en la entrada de mi vagina, llevé mi mano hacia su pene dirigiéndolo dentro de mí impulsando mi cadera a su encuentro metiéndole la mitad de su potente pistón, acariciando ligeramente con mis dedos su escroto.
Me acostó sobre la cama y sosteniendo mis nalgas con sus manos, metió el resto de su duro pene en mi interior, yo movía mi cadera hacia su encuentro, sintiendo como topaba su glande en mi cuello uterino, y sus testículos se estrellaba en mi culito.
Besaba mi cuello, bufaba en mi oído eso me prendía más y aceleraba mis movimientos. Él seguía d con sus fuertes embestidas perforándome, sentía como estiraban al máximo mis pliegues, tuve dos orgasmos seguidos, enterrando mis unas en su espalda, continuó dándome duro durante unos minutos más hasta que en un fuerte empujón comenzó a eyacular dentro de mí, dejando completamente su miembro dentro, estrellando sus bolas en mis nalgas, me sentía plenamente llena, qué rico se sentían los chorros de esperma caliente y espeso entrando en mi matriz.
Apreté mis piernas sobre sus nalgas empujándolo hacia mi abrazándolo fuertemente uniendo mis jugos a su corrida y sintiendo cómo su pecho aplastaba deliciosamente mis senos, pegando mis erectos pezones con sus tetillas. Nos besamos apasionadamente viéndonos a los ojos con una gran sonrisa de plena satisfacción.
Seguimos moviéndonos hasta exprimir la última gota de semen, se recostó a mi lado boca arriba, le acaricié sus testículos y su pegajoso pene, me acosté boca abajo y el puso su mano en medio de mis nalgas acariciándolas, cerré mis ojos concentrándome en mis sensaciones, disfrutando sus caricias y sintiendo cómo recobraba vida su riquísimo órgano en mis manos.
Se puso sobre de mí colocando su pene en medio de mis piernas como masturbándose con ellas, besando mis hombros y mi espalda mientras acariciaba mis redondas nalgas; su pene se humedeció con lo que salía de mi vagina y lo pasaba de arriba abajo por entre mis glúteos, mojando la entrada de mi culito.
Metía su pene en mi vagina, bombeaba dos o tres veces, sacándolo embarrado de su semen y el excedente lo untaba en mi ano para lubricarlo bien metiéndome uno o dos dedos haciendo movimientos circulares.
De pronto puso su glande en la entrada de mi culito y presionando con su peso me lo fue encajando lentamente, haciéndome suspirar y gemir de placer; cuando ya lo metió completamente abriendo mis nalgas con sus manos, comenzó a embestirme, lentamente haciéndome sentir un placer indescriptible al entrar y salir de mi ano, que rico era sentirme totalmente llena con el grosor y dureza de su miembro, invadiendo mis intestinos, le tomé su mano y lo atraje hacia mi, disfrutando de su peso en mi espalda, yo movía mi cadera hacia atrás saliendo al encuentro de sus embistes, me estuvo dando por atrás durante un buen rato ya que con su corrida anterior tardó mas en terminar y eso hizo que mi placer se multiplicara apretando sus manos fuertemente en dos ocasiones al sentir como llegaba mi orgasmo con una fuerza tal que humedecí totalmente la colcha de la cama.
Me levantó de las caderas dejándome empinada con mi cabeza recargada en la almohada y viendo a través de un espejo que estaba en la pared lateral cómo entraba y salía de mi su poderoso mástil y el excitante balanceo de sus testículos al golpear mi vulva, lo que me excitaba sobremanera, y empecé a acariciarme con una de sus manos mi clítoris, él acelero sus movimientos de mete y saca hasta que ensartándomelo por completo explotó dentro de mi culito llenándomelo con su esperma, siguió acariciando mi clítoris recargando su peso en mi espalda; metí mi mano entre mis piernas para acariciar su escroto y sobar sus testículos, mientras se vaciaban en mi interior.
Sin zafarse de mí, nos acostamos de lado, puso su mano sobre mis senos y yo lo jalé hacia mí de sus nalgas hasta que disminuyó de volumen su miembro, abandonando tan ajustado recinto. Quedándonos dormidos así abrazados.
Me desperté temprano para arreglarme e irme abrir la papelería, pero Julio me tomó de la mano y me dijo que a donde iba, que si no íbamos a estar todo el fin juntos?, Le dije que tenía que abrir mi negocio ya que no podía dejar de ir a mi casa para evitar murmuraciones.
Es muy temprano quédate un rato mas, yo te llevo para que abras a tiempo y se destapó acercándose a mí, cogió mis senos sentándose atrás de mi, apoyando su pene erecto entre mi cintura y mis nalgas, dejándome sentir su escroto en medio de ellas.
Besaba mi cuello, jugaba con mis pezones y acariciaba mis piernas, me excitaba sobremanera sentir su duro y caliente pene entre mis nalgas y sus testículos subiendo y bajando de su escroto pegados a mi trasero, giré mi cara para besarlo y nos rodamos sobre la cama, quedando él encima de mi y yo boca abajo en la cama, mis piernas colgaban él las separó y me puso mas a la orilla de forma que quedé hincada en la alfombra y mi dorso sobre la cama, se colocó atrás de mi y ensalivando mi vagina, cogió su miembro y lo acomodó en la entrada de mi vagina y de un solo empujón me lo metió completamente hasta sentir sus vellos rozar mis nalgas y sus bolas chocar contra mi pubis, levanté la cabeza gimiendo de placer al sentirme penetrada de esa forma y que mis pliegues vaginales se estiraran al máximo, me lo estuvo metiendo y sacando repetidamente mientras con sus manos acariciaba y abría mis nalgas, diciéndome lo “rica” que estaba que le gustaba mucho hacerlo conmigo.
Se salió de mi y sentándose en la cama, me hizo que lo montara de espaldas a él, me fui sentando en su erecto y poderoso pene, hasta dejar solo afuera sus escroto, con sus delicioso testículos colgando , me apoyaba en sus piernas y comencé a subir y bajar en su exquisito mástil que me estaba abriendo más que nunca, haciéndome destilar mis jugos en gran cantidad, mojando sus bolas que ya brillaban por ello.
Volteé a verme al espejo y la imagen que vi, me excito muchísimo, verme totalmente abierta y penetrada totalmente, con solo sus testículos fuera de mi, y su glande golpeando fuertemente mi cuello uterino, que delicia!!!
Esa imagen me enardeció a tal grado que comencé a cabalgarlo frenéticamente, él acompasaba mis movimientos cogiéndome de las caderas, nuestros gemidos se escuchaban en toda la habitación, hasta recibir cuatro fuertes disparos sintiendo cómo golpeaban sus chorros de esperma dentro de mí inundando mi vientre con su caliente semen. Apreté mis labios vaginales alrededor de su duro pene, contrayendo mis músculos para exprimirle hasta la última gota de su preciado liquido, que se mezclaba con mis jugos que salían como si mi vagina fuera un grifo.
No dejaba de masajear mis senos apretando mis pezones tan erguidos que hasta me dolían, por la excitación y sus caricias los refrescaban. Cuando dejó de palpitar dentro de mí y comenzaba a reducir sus dimensiones, desmonté a Julio y zarandeando su pene le dije: a bañarse niño que se hace tarde. Saqué una toalla y me envolví en ella dirigiéndome al baño.
Nos bañamos juntos enjabonándonos uno al otro, él quería volver a penetrarme pero le dije que no había tiempo que lo recompensaría después; nos vestimos y me fue a dejar a la papelería.