Mi vida con Abdel II El primo de Argelia
Tras vivir un tiempo en la casa de Abdel, llegó un nuevo compañero, su joven primo Tarek.
Mi vida con Abdel II – El primo de Argelia
Nos quedamos justamente cuando sonó el timbre, en el anterior relato.
Abdel abrió la puerta y el muchacho misterioso entró a la casa, iba con dos maletas algo viejas. Ambos se saludaron con tres besos (como manda la tradición en los países árabes) y continuaron con una conversación fluida en su idioma, al que yo no entendía ni papa, hasta que Abdel se digno a presentarme.
ABDEL – Éste es Christian, mi “compañiero” español de casa.
CRISTIAN – Hola ¿Qué tal?. Fui a darle tres besos, creyendo que sería lo normal.
ABDEL – No, no!!! Tú mano, tú mano.
CR - Ah perdón!!!
TAREK – Yo me llamo Tarek, el primo de Abdel. Encantado.
Me sorprendió su acentuación que era perfecta y me quedé embobado.
TAREK – ¿Estás bien amigo? Me preguntó.
CR – Sí. Sí. Perdona. Es que me ha sorprendido tu perfecto español.
ABDEL – Es que mi primo ve “mocho” la tv “españiola” y de “france”
CR – Ahhh. Eso lo explica todo. Reí.
Yo me fui a la cocina para sacar algo de picar y cervezas mientras ellos seguían hablando tranquilamente, aunque realmente me fui porque me estaba poniendo enfermo de mirar aquel bombón, era muy masculino, de buena presencia, moreno de piel y con una increíble sonrisa y con cara aniñada.
Al volver vi, a Abdel que le indicaba a nuestro invitado cual iba a ser su cuarto para que dejara las cosas y yo quede poniendo el picoteo en la mesa.
ABDEL – Cristian ven.
CR – Dime.
ABDEL – Dale a mi primo una toalla que se “quere” “dochar”.
Al llevarle la toalla me quedé de nuevo embobado al ver su torso, era increíble, fibrado sin vello, toda una delicia. Él se percató y yo no supe como reaccionar, a lo que él rió.
Yo esa noche dormí en el sofá, Abdel en nuestra cama y su primo en la otra habitación. Recuerdo que esa noche me quedé esperando a mi macho árabe a que me diera caña pero… nada de nada.
Los días fueron pasando y Tarek cada día estaba más cómodo en nuestro hogar, sobre todo con Abdel al que no se le despegaba, salían a tomar algo con frecuencia dejándome a mí en un segundo plano, cosa que no me importaba ya que sabía que iba a ser por poco tiempo.
Era viernes por la noche, yo ya estaba en el sofá durmiendo a pierna suelta cuando un susurro me despertó, era mi moro.
ABDEL – Sssss!!! “Desperta hombre”
CR - ¿Cómo? . Contesté medio adormilado.
ABDEL – “Vene” a la cama, tengo ganas de ti.
Y me cogió de la mano. Abdel estaba en calzoncillos con el rabo bien duro, con ganas de marcha.
ABDEL – Quería hacerte el amor antes de irme.
CR - ¿De irte? ¿A dónde? Pregunté sorprendido.
ABDEL – Mañana me tengo que ir a un recado muy importante y volveré el domingo por la noche.
CR – Pero… ¿A dónde?
ABDEL – No importa, tú “vene” y bésame.
Aunque realmente nunca le preguntaba por sus asuntos, ese “recado” me dejó con la mosca detrás de la oreja por unos instantes hasta que me dio un beso realmente intenso.
Hacía mucho tiempo que no me tocaba y los dos estábamos a punto de explotar tan solo con besarnos, me cogió por la cintura como si fuera una mujer, su mujer , mientras me acariciaba mi culito, yo estaba a mil, como nunca.
ABDEL – Ven, “tombate”. Me dijo.
Yo me tumbé boca arriba en la cama mientras seguía besándome con ternura, mmm que delicia.
Nunca había visto a mi macho en ese plan. Notaba sus labios carnosos con los míos, mientras tocaba cada centímetro de mi cuerpo con las yemas de sus dedos. Acto seguido puso su cuerpo fibrado junto al mío y me introdujo su rabazo árabe, bufffffff – Que placer.
Lo hacía lentamente, con cariño, yo disfrutaba como nunca, no se si era por la falta de sexo o porque fue el mejor polvo con él, no lo se. Solo se que terminamos a la vez, llenándome con su varonil esencia dentro de mí.
Nos quedamos profundamente dormidos en la misma cama, abrazados pero al despertarme, a las 8h vi que él ya no estaba, se había largado y me quedé pensativo.
CR – ¿Habrá sido un polvo de despedida? No, no puede ser.
Cuando de repente llamaron a la puerta.
TAREK – ¿Primo? Preguntó mientras abría la puerta.
CR – No. No ha dormido aquí esta noche. Le contesté, mientras intentaba taparme.
TAREK - ¿Y tú que haces en su cama?
CR – Hombre mejor dormir aquí que en el sofá ¿no?
TAREK – Sí, la verdad. ¿Y estás desnudo?
CR – Yo casi siempre duermo así, duermo más a gusto.
TAREK – Vaya con las costumbres españolas. ¿Podemos hablar?
CR – Si, si… Dime. ¿Qué te pasa Tarek?
TAREK – Nada, a mi nada. Pero veo a mi primo raro estos últimos dos días, como preocupado. ¿Tú sabes algo?
CR – No, que va, no sé nada. Pero no te preocupes, imagino que será por sus asuntos, a veces esta así pero a mí nunca me cuenta nada.
TAREK – Puede ser…
CR – Anoche me dijo que se iba todo el fin de semana fuera por asuntos propios.
TAREK – No me dijo nada.
CR – ¿Bueno desayunamos? Le dije mientras me incorporaba.
TAREK – Vale.
Sin darme cuenta se me cayó la sábana con la que me tapaba el cuerpo y Tarek se me quedó mirando.
CR – Perdón. Se me ha caído.
TAREK – Tienes un cuerpo muy bonito.
CR – Gracias. Le dije sorprendido.
TAREK – En Argelia los chicos no se depilan, eso es de maricones, pero tú eres distinto.
CR - ¿A que te refieres? Le pregunté.
TAREK – Tú eres masculino, no eres como una mujer.
CR – No te entiendo.
TAREK – A ver… Yo sé que a ti te gustan los chicos.
CR - ¿Queeeé?
TAREK – No soy tonto, vives con mi primo.
CR - ¿Qué tiene eso que ver?
TAREK – Mi primo le gustan las mujeres, pero también los chicos que se dejan y tú tienes pinta de eso, me di cuenta el primer día en el baño.
Yo no sabía que contestar, porque realmente tenía razón, y me quedé sin contestar, sin saber que decir, como avergonzado.
TAREK – No pasa nada. Tú me gustas.
Y me plantó un beso en la mejilla.
TAREK – ¿Sabes qué? En los países árabes es muy común que los chicos mayores tengan relaciones sexuales con chicos menores que ellos, a mi me pasó.
CR - ¿Sí?
TAREK – Sí. Cuando yo era más joven, yo hacía cosas con Abdel y por eso se que a él le gustan los chicos como a mí. Él me penetraba, allí es normal que el más joven sea el que es penetrado.
CR- ¡Vaya! No sabía que decir.
TAREK – Mi primo es muy macho. Y me encantaba follar con él, pero un día nos sorprendieron. Allí es pecado mortal para el que recibe, pero mi madre me encubrió y aquí estoy, yo no quería seguir en un país tan retrograda y aunque eso pasó hace años tenía la esperanza de vivir en un país europeo.
CR – Y dime. ¿Te gusta España?
TAREK – Si!!! Me encantan las chicas y chicos son muy guapos.
Estuvimos horas y horas hablando del pasado, presente y futuro de Tarek. La verdad que nunca me imaginé que él y Abdel tuvieran esas experiencias, porque al venir de una cultura totalmente contraria a la europea no se me habría pasado por la cabeza.
Esa misma tarde después de comer y tomar el café nos acostamos en la cama, la cama de Abdel, yo estaba muy cachondo por lo que me había contado.
Eran las 5h de la tarde y Tarek me despertó con una caricia en la cara.
TAREK – Cariño… ¿Estás despierto?
Yo abrí los ojos y le miré fijamente y nos fundimos en un beso eterno.
Me puse encima suya, besándole como nunca antes lo había hecho y él me respondía con sus manos acariciándome todo mi cuerpo. Yo estaba muy excitado y le toque el calzoncillo, estaba totalmente empalmado, calzaba por lo menos 20cm y muy gruesa la verdad, vaya rabazo se gastaba el Tarek éste, cuando sin previo aviso bajo la cabeza hasta mi cintura y me quito mi calzoncillo y empezó a chupar mi miembro. Nunca un moro me había chupado la polla y yo estaba enloqueciendo de placer.
TAREK - ¿Te gusta?
CR – Muchoooo. A lo que él sonrió y prosiguió con su tarea.
Luego comenzó a besarme de nuevo mientras me susurraba palabras en árabe, yo cada vez estaba más excitado, estaba a punto de correrme.
TAREK - ¿Quieres follarme?
Yo me quedé mudo y pensativo, nunca me había follado a un moro, todo lo contrario, ellos eran quien me habían penetrado.
CR – Vale.
Tarek que estaba tumbado en la cama, se abrió de piernas ofreciéndome todo su manjar, yo comencé a chupar delicadamente su ano, mmmmm ¡que delicia!, Cuando Tarek me preguntó…
TAREK - ¿Tienes condón?
CR – No, no tengo. Con Abdel no uso.
TAREK – ¿Sólo lo haces con él?
CR – Sí claro, sólo con él.
TAREK – Ok. Pues adelante. Fóllame.
Se la metí mientras continuaba besándolo, él gemía y gemía y cuando me di cuenta ya tenía dentro todo mi rabo en su culo. Poco a poco aumenté el ritmo, mientras le masturbaba, cosa que hizo que él se retorciera de placer hasta que corrí en sus adentros y él en mis manos.
Nos duchamos y decidimos dar una vuelta por la ciudad, al volver a casa pusimos la tele, abrazados, cosa que nos volvió a poner cachondos.
Esta vez Tarek, era el que tenía ganas de metérmela y como no, yo quería aquel trozo de carne mora. Me coloqué encima suya y me la clavé sin previo aviso.
Ufffff ¡Como me estaba dejando el ojete el morito! ¡Joderrrr…!
Como cabalgaba encima suya, estábamos disfrutando de lo lindo, Tarek quería cambiar de posición.
TAREK – Ponte como un perrito.
Y cambié la posición, estuvo media hora dándome con sus 20cm, cuando de repente oímos la puerta de casa abrirse, era Abdel.
ABDEL – Vaya, vaya… ¿Ya te has follado a mi “potita” primo? Muy bien.
Tanto Tarek como yo, nos quedamos fijamente mirándonos, como avergonzados, sin saber muy bien como actuar.
ABDEL – Continuar, yo me voy a la cama. Cris tú y yo hablamos luego.
CR - ¿Qué querrá de mí? ¿Será por esto? Me quedé pensativo, mientras Tarek continuó fallándome.
Pasados 5 minutos escasos sentí la lechada mi otro moro, que gusto. Recuerdo que ni me hizo falta tocarme para correrme.
Tarek me dio un pico y se fue para la ducha sin decir nada, yo fui a ver a Abdel que ya estaba en la cama.
CR – Abdel. ¿Estás bien conmigo?
ABDEL – Sí, sí, amigo, no pasa nada.
CR – Entonces. ¿Que querías de mi?
ABDEL – Estoy casi sin dinero, he ido ha hablar con Mohammed y tengo un negocio para ti y mi primo.
Pero eso lo contaremos en el próximo relato. Mi vida con Abdel III – Los negocios de Abdel y Mohammed.
Espero que os haya gustado esta tercera parte y espero nuevos comentarios. Adiós.