Mi vida como Sugarbaby -1

Después de eso cogió lo que había sobrado de su copa de champagne y me lo roció por encima del escote, comenzó a lamer mis montañas suavemente, mientras con las manos me atraía hacia él, cogiéndome del culo.

¡Hola! Mi nombre es Carla y hace algunos años que soy sugarbaby. Todo empezó cuando yo vivía con mis padres y mis dos hermanos pequeños; mis padres siempre han sido personas muy humildes hasta que hace unos años ascendieron a mi padre en su empresa y empezó a ganar más dinero. Desde ese día nos mudamos a un chalet de tres plantas y empezamos a tener un mayor nivel de vida. Cuando yo empecé la universidad mis padres se ocuparon de que yo estudiara lo que quisiera y me matriculé en la mejor universidad de Madrid. Mis dos hermanos pequeños son gemelos y muy odiosos así que cuando entre en la universidad fue un sentimiento agridulce porque me tenía que separar de mis padres, pero a la vez no volvería a ver a esos dos mocosos en mucho tiempo.

Cuando llegue a Madrid estaba supernerviosa porque no conocía a nadie. Mis padres me consiguieron un piso que se alquilaba, para que todo el dinero que consiguieran mis padres no fuera todo para mi decidí compartir piso con una chica de la misma universidad que yo llamada Andrea, que venía desde Valencia. Andrea era una chica muy guapa, de piel blanca pero muy sexy, de cabello rubio; era el prototipo de chica sexy del norte de Europa (ya que su madre era de Noruega). Por mi parte yo era todo lo contrario, también muy guapa y sexy, pero con la piel un poco más morena y el pelo castaño, castaño y ondulado, y los ojos marrones.

Los tres primeros meses fueron geniales, me iba muy bien en la universidad, había hecho nuevas amigas y con los chicos me iba muy bien también. Hubiera sido todo perfecto de no ser por mi odioso casero. Se llamaba Pedro y debía tener alrededor de unos 50 años, era un señor asqueroso gordo, calvo y salido, una vez me llego a decir que si no tenía forma de pagar mi alquiler podía hacerle "un trabajillo" como los llamaba él.

Esas navidades llegó la llamada que nunca me hubiera imaginado, a mi padre le habían degradado de puesto y ya no cobraba lo que antes, con lo cual no me podían mandar tanto dinero si quería seguir estudiando en esa universidad y me dijeron que me tenía que ir del piso porque era demasiado dinero, aunque lo estuviera compartiendo con Andrea. Yo en un primer momento me asusté porque me encantaba mi vida y todo lo que tenía en Madrid, consultando el tema con Andrea me dijo que porque no nos poníamos las dos a trabajar así ella también le quitaba algo de responsabilidad a sus padres, a mí por supuestos me encantó la idea.

Tras unos días buscando trabajo, no encontrábamos nada, pero un día vimos como un hombre maduro que parecía tener mucho dinero, recogía una chica muy guapa en uno de los bares que hay enfrente de nuestra universidad. La chica no debía tener más de 25 años, iba vestida con vestido negro y largo impresionante que la quedaba muy bien. Las dos nos quedamos estupefactas al ver a esa belleza con aquel hombre.

Andrea: Guau, ¿qué hace esa chica con ese hombre tan mayor?

Carla: No lo sé, es muy extraño

Andrea: Alomejor es una de esas sugarbabys

Carla: ¿Una sugarbaby? - la mire con cara de no saber de lo que hablaba

Andrea: Si, son unas chicas jóvenes a las que algún hombre maduro contrata para ser sus novias

Carla: ¿y tú como sabes eso?

Andrea: Lo vi en un documental de Netflix

Al llegar a casa, seguía dándole vueltas al tema de la sugarbaby. Tras sopesarlo toda la noche, estuve investigando toda la mañana acerca de las sugarbabys y vis que se habían creado hasta agencias y que se ganaba mucho dinero. Por la tarde, lo hable con Andrea

Carla: Sabes Andrea, ayer le estuve dando vueltas al tema de las sugarbabys y esta mañana he estado investigando acerca de ellas, ¿sabías que hay agencias para que los clientes puedan saber cómo son?

Andrea: Es increíble, ¿estuviste buscando eso?

Carla: Si además ganan mucho dinero

Andrea: ¿Escribimos a alguna agencia a ver si nos contestan y nos apuntamos?

Yo la mire con cara extraña porque no sabía si me estaba tomando el pelo o me lo decía en serio, ya que era una chica que no sabía si te lo decía en serio o te estaba vacilando.

Carla: Podríamos probar

Después de esa frase, nos pusimos las dos a buscar agencias para contactar con ellas, una que nos llamó especialmente la atención era Afrodita Agency, según ponía en su página web era una de las mejores agencias de sugarbabys del país y que sus clientes y las chicas siempre terminaban muy contentos los servicios. Nos decimos a escribirles un email para saber que teníamos que hacer para poder ser una de sus sugarbabys.

Pasaron unos días y no nos contestaron a ninguna, un día al llegar a casa recibí un email en el que se podía leer Afrodita Agency y en el que se podía leer lo siguiente:

Buenas Carla, hemos visto que te has puesto en contacto con nosotros para saber si puedes ser una de nuestras sugarbabys, lo malo es que como no sabemos cómo eres no podemos decirte si puedes entrar en nuestro programa o no.

Te proponemos que vengas a la siguiente dirección: Calle Castillo de Plata Núm. 4, mañana a las 18:00 para que te conozcamos y podamos ver como eres física y mentalmente.

Al ver el email, fui corriendo a enseñárselo a Andrea, a quien también le habían enviado el mismo email junto con la misma dirección y a la misma hora. Las dos nos alegramos y estuvimos toda la noche hablando sobre lo que podríamos ver en aquel lugar.

Al día siguiente al llegar allí, vimos que era una mansión muy grande, con un jardín muy amplio donde había un jardín donde estaba trabajando un joven que nos sonrió al pasar a su lado. Cuando llegamos a la puerta de la mansión llamamos al timbre y nos recibió una mujer rubia que debería tener unos 40 años, tenía una figura espectacular, con unos pechos bastante grandes, vestía de forma muy elegante, se podía observar que manejaba bastante dinero. Al pasar a la mansión fuimos a un salón a la derecha del hall donde había dos sillones grandes y uno más pequeño para una persona de color verde oscuro donde se sentó ella, nosotras nos sentamos en el sillón grande que queda al frente de ella.

Julia: Buenas tardes señoritas, mi nombre es Julia y soy la directora de reclutamiento de Afrodita Agency, fui yo la que respondí a vuestro email. Ahora os hare unas preguntas para saber más sobre vosotras

Durante 15 minutos nos estuvo haciendo preguntas rutinarias sobre nuestro nombre, aficiones y como somos durante el día a día. Cuando llego a preguntarnos sobre nuestra edad se sorprendió cuando le dijimos que teníamos 20 años cada una.

Julia: Sois bastante jóvenes

Carla: ¿Eso es malo?

Julia: No, que va preciosa, al revés a nuestros clientes le gustan jóvenes, además no aparentáis tan poca edad yo os echaba unos 25-26 años.

Conforme siguió la entrevista nos íbamos soltando más y las preguntas empezaron a ser más personales y relacionadas con el sexo, que contestamos sin problema alguno.

Julia: Bueno pues esto es todo, si queréis uniros a nosotros solo tenéis que firmar este contrato ya seréis una de nosotros-nos puso dos contratos enfrente de nosotras sobre una mesa de cristal que teníamos a la altura de nuestras rodillas.

Tras revisar el contrato vimos que estaba todo bien y firmamos.

Julia: Perfecto chicas, ahora tenéis que i cada una a las dos habitaciones más cercanas que hay subiendo las escaleras.

Nos dirigimos a esas habitaciones que había mencionado Julia, cada una a la nuestra, dentro de ellas había un hombre con una cámara de fotos muy profesional y en la pared había una sábana blanca muy grande colgada de las esquinas superiores de la pared. El fotógrafo me dijo que tenía que hacerme tres tipos de fotos una con ropa, en la que tenía que posar sonriendo y muy alegre, las otras dos fotos tenían que ser en ropa interior y desnuda.

Carla: ¿Me tengo que desnudar entera?

Fotógrafo: Claro, los clientes quieren ver como eres en todas tus formas, pero no te preocupes que las fotos no se pueden filtrar tenemos un gran sistema de seguridad con las fotos de nuestras chicas.

Asentí y me dio una bolsa donde había una camisa blanca, una falda corta negra y un conjunto de ropa interior muy sexy con sujetador de encaje y un tanga negro. Cuando termine de cambiarme el fotógrafo empezó a hacer y su trabajo y al cabo de 20 minutos ya habíamos terminado. Me dijo que tenía que tenía que dirigirme a donde había ido Andrea a que me tomaran medidas. En ese instante entro Andrea sonriendo, el fotógrafo le doy la misma bolsa que a mí. Me dirija hacia la habitación donde había un hombre que me hizo una serie de pruebas para comprobar que no tuviera ninguna enfermedad confiesa y me tomara medidas. Al terminar baje al hall donde nos esperaba Julia.

Julia: Bueno chicas, por último, hay que decir que vuestros clientes no harán nada que vosotras no queráis y que le sueldo oscila entre los 30000-55000 euros según quiera el cliente. Por los demás hemos terminado, cuando os salga algún cliente os llamaremos y os daremos un número de teléfono para que contactéis con ellos.

Andrea: Una cosa más Julia, nosotras somos estudiantes y tenemos clase entre semana, ¿eso supone un problema?

Julia: No no tranquila, antes de contactar nosotros con vuestros clientes, les contaremos vuestra situación y ellos elegirán.

Andrea: Vale, perfecto, muchas gracias Julia

Las dos nos despedimos de Julia con dos besos y nos fuimos para seguir con nuestras vidas de universitarias. Pasaban los días y no teníamos ningún indicio de la agencia.

Una semana después de estar con Julia, Andrea vino muy contenta a casa de clase tras haber recibido un mensaje de un numero desconocido:

Hola, muy buenas mi nombre es Alejandro y soy un cliente de Afrodita Agency, vi tus fotos y tus aficiones y tengo que decir que me has encantado. Julia me ha contado que eres estudiante y no puedes estar disponible las 24 horas del día. ¿Qué te parece quedar para hablar de tu situación esta tarde en una cafetería del centro?

Andrea me dijo que había aceptado la invitación y que iba a arreglarse para quedar con Alejandro en el centro. Yo me ilusioné por ella, pero también pensé que a mí todavía no me había escrito nadie.

Los días seguían pasando y Andrea ya había firmado su primer contrato como sugarbaby, en el que cobraba 35000 euros al mes y tenía que estar disponible siempre que no tuviera clases. Un miércoles lluvioso, yo estaba sentada en el sillón de nuestra casa cuando me llego un mensaje al móvil de un numero desconocido:

Buenas tardes, mi nombre es Arturo y te he visto en la página de Afrodita Agency. Te tengo que decir que me has gustado mucho y quisiera conocerte en persona, Julia me ha dicho que eres estudiante y que no estarías disponible las 24 horas del día, eso a mí no me importa. Si quieres te paso a buscar y hablamos en persona para conocernos.

Tardé en responder unos segundos porque estaba pensando en el vuelco que daría mi vida a partir de ahora si aceptaba, pero pensaba en Andrea y lo contenta que se la veía, cuando venía de quedar con su sugardaddy, y acepté al momento. Arturo me dijo que pasaría a recogerme en 2 horas para ir a cenar a un restaurante. Estaba tan ilusionada que tardé menos de 1 hora en arreglarme completamente. Iba con un vestido corto negro que me llegaba hasta un poco por encima de la rodilla, también llevaba unos tacones de aguja y una lencería blanca que hacía resaltar mis hermosos pechos. Estuve la hora restante esperando a que me llamara para que bajara mirando la tele, pero estaba tan nerviosa que no me fije en que estaba apagada.

Cuando Arturo me llamo al móvil para que bajara enseguida cogí mi bolso a juego con el vestido y baje. Allí había un Mercedes negro con las lunas traseras tintadas y al lado un hombre vestido de traje y con una gorra de chofer, el me abrió la puerta y me dejó pasar en la parte trasera del coche donde había un hombre canoso, pero con abundante pelo, se notaba que hacía deporte y que se cuidaba porque tenía un buen cuerpo para la edad que tenía, que deberían ser unos 50 años.

Arturo: Muy buenas Carla, estas preciosa- Me dio dos besos y le dijo al su chofer el nombre de un restaurante.

Carla: Muchas gracias

Arturo: ¿Quieres algo de beber? - sacó una botella de champagne y dos copas de un compartimento que había entre los dos asientos traseros del coche.

Carla: No, muchas gracias estoy bien

Arturo: Tranquila mujer no pasa nada, no vamos a hablar de nada serio hasta llegar al restaurante, ahora quiero que me cuentes cosas de ti

Carla: Bueno, creo que una copa sí que me tomaré

Mientras nos tomábamos las copas nos contábamos cosas sobre nuestra vida. Él era un importante socio de un bufete de abogados, además me dijo que nunca había estado casado y que no tenía hijos. Se podía ver que era un hombre bastante inteligente, así que me abrí un poco más con el contándole cosas de mi vida que no habría contado a cualquiera. Cuando llegamos al restaurante pude ver que no era un restaurante cualquiera y que no cualquiera podía pagar ese tipo de platos, cuando entramos había un señor trajeado, que le pregunto a Arturo que si le ponía la misma de siempre a lo que Arturo contesto afirmando. Se trataba de una mesa en la terraza alejada del resto y con unas vistas de la ciudad impresionantes.

Como buen caballero, Arturo me invito a sentarme. Durante la cena seguimos hablando de nuestras vidas y cuando llegamos a los postres ya se puso más serio.

Arturo: Veras Carla, cuando te vi en la página me pareciste muy guapa, por eso contacté contigo. Además, dices que res una chica superalegre y que siempre tienes una sonrisa para todo el mundo. Quiero que sepas que apoyo firmemente que estés estudiando y quieras ayudar a tus padres ahora mismo, por eso te propongo este trato, siempre que no estés en clase tienes que estar libre para mí, tranquila que no soy pesado y tendrás tiempo para ti, y los findes de semana te dejare uno libre para ti sola para que hagas lo que quieras. Por otro lado, esos fines de semana que estés conmigo dormirás en mi casa.

Carla: Me parece bien y ¿cuándo podría empezar?

Arturo: Hoy mismo vendrás a mi casa y nos tomaremos la última allí, si estas preparada claro está

Carla: Si, si me parece bien

Cuando terminamos el postre Arturo y yo nos fuimos a su casa, era una casa enorme, parecía una mansión con amplios jardines y me pareció ver una piscina en la parte de atrás. Cuando entramos dentro de lo primero que me percate fue del gran recibidor que tenía, con fotos suyas y de lo que parecían ser sus amigos, también había unas escaleras a los lados que daban al segundo piso de la casa. Entre las dos escaleras había una puerta blanca grande que daba a un salón inmenso, con una tele que debía tener al menos 60 pulgadas, dos sillones de color negro muy elegantes y una pequeña mesa de cristal donde había varios papeles. En la parte izquierda de ese salón se encontraba la cocina, que se podía ver ya que era como un loft.

Cuando entramos en aquel salón Arturo cogió mi abrigo y lo dejo en una gran mesa que alrededor tenía ocho sillas de color negro, acorde con el color de la mesa. Sirvió dos copas de champagne. Continuamos hablando, pero esta vez de cosas más personales, yo iba un poco bebida y notaba como se acerba y me acariciaba la pierna, eso a mí me pone a mil y estaba deseando acabar la noche con sexo.

Arturo se dio cuenta de que no rechistaba ni aparataba la pierna cuando me tocaba, así que produjo a besarme. Sus labios sabían al champagne que nos habíamos bebido. Me puso una mano en el culo mientras yo me inclinaba hacia delante poniéndome encima de él, empecé a tocar su cuerpo, estaba duro y se le notaban los músculos que ocultaba ese traje. le quite la chaqueta mientras el besaba mi cuello, mi vagina ya empezaba a humedecerse con el roce de sus labios y mi cuello. El mismo se quitó su corbata de color azul para después esposarme las manos con ella, mientras me seguía besando metió sus manos por debajo de mi vestido y empezó a tocarme por encima de ropa interior. Yo no quería gozar muy fuerte por pura vergüenza, pero en mi interior se había desatado el mismísimo infierno. Cuando estaba apunto de correrme Arturo paro de tocarme, yo le miré con cara de que quería más, pero vi en su mirada que me tenía preparado algo mejor. Me desató las manos y me quito el vestido, se quedó unos segundos contemplando mi cuerpo adolescente. Después de eso cogió lo que había sobrado de su copa de champagne y me lo roció por encima del escote, comenzó a lamer mis montañas suavemente, mientras con las manos me atraía hacia él, cogiéndome del culo. Cuando terminó de lamer todo el liquido que habia por mis tetas, se dirigió a mi oido:

Arturo: Vamos a la habitación, estaremos más cómodos.

Yo asentí, porque tenía muchas ganas de ser penetrada por aquel hombre que perfectamente podría ser mi padre. Me ato otra vez las manos con su corbata a y me dirigió hacia las escaleras del recibidor. Tras subir esas escaleras nos dirigimos hacia un largo pasillo en el que había varias puertas a los lados, pero nosotros entramos en la del fondo. Era una habitación bastante grande con un gran armario empotrado negro y unas mesillas de noche a cada lado de la cama. la cama era bastante grande como para hacer cosas interesantes allí. Cuando llegamos me tiro a la cama y me bajó el tanga. Lo miro detenidamente y empezó a lamer mis labios vaginales poco a poco, mientras hacía eso dirigió una mano hacia mi clítoris y la otra hacia mi pecho derecho. Cuando aumento la velocidad, yo alternaba suspiros con morderme el labio inferior del placer que estaba recibiendo en ese momento, hasta que no pude más y empecé a notar como mi vagina se contraía y mis muslos empezaban a temblar, me corrí en su cara, pero en ese momento no le importó ya que me besó y pude comprobar como sabían mis propios jugos. Mientras nos estábamos besando apasionadamente lleve mi mano a su entrepierna donde pudo notar que Arturo estaba bastante bien dotado, me miro con una sonrisa juguetona y yo le puse ojitos de chica inocente, eso hizo que se bajara sus pantalones y sus calzoncillos hasta los tobillos. Me puse de rodillas delante suya y le lamí el capullo como si fuera un cono de helado, note que se había depilado para la ocasión porque cuando le chupe los huevos no tenía nada de pelo, me pareció bien porque yo había hecho lo mismo con mi coño. Empecé a subir por la polla y cuando llegué al capullo me metí ese pedazo de carne en la boca hasta el final de mi garganta. Cuando saqué su pene de mi boca le mire y vi que le había encantado, así que lo repetí pero esta vez el me cogió del pelo y me apretó hasta que solté una arcada, estuve mamándosela un rato hasta que me cogió del culo y me posó sobre la cama bocarriba, acto seguido poso el glande de su pene en la entrada de mi vagina, mientras acariciaba la entrada a mi jardín de las delicias me besaba apasionadamente, como si fuéramos una pareja, el adentró su pene sin darme cuenta pero eso no em importaba ya que mi vagina estaba pidiendo que la metieran algo desde hace un rato. Comenzó la penetración lentamente, pero una vez mi vagina ya se acostumbró as u polla aumentó el ritmo, eso me encantó y comencé a gritar como una loca, si hubiera habido alguien en la casa me hubieran escuchado seguro, Tras 10 minutos de sexo, me hizo cambiar de posición me puso a cuatro patas y sin esperar un segundo se puso detrás mía y me la metió hasta el fondo. Se agarró a mis caderas mientras yo gozaba como si no hubiera un mañana, estaba tan cachonda en ese momento que dejaría hacer lo que fuera.

Arturo: ¡Carla me voy a correr!

Carla: ¡Yo también! Ahhhhh…

Mis piernas empezaron a temblar y mi vagina expulsó mi jugo de comer empapándole todo su pene, acto seguido el saco su polla de mi coño y se corrió en la parte baja de mi espalda.

Arturo: Tienes ahí unos pañuelos con los que te puedes limpiar, y recuerda que hoy te tienes que quedar a dormir

Tenía razón era sábado y me tenía que quedar con el allí, no me importó ya que me hizo pasar unas de las mejores noches de mi vida, y además él era muy amable conmigo. Así que me di una ducha para limpiarme el sudor y el semen de mi cuerpo. Cuando salí le pregunté si tenía algún pijama con el que podía dormir, pero el tenía otros planes.

Arturo: Mejor quédate así desnuda y luego mañana cuando te levantes te pones una de mis camisas para estar por casa.

Asentí y me metí en la cama con él. Se acomodó y se quedó dormido abrazado a mí, mientras yo sentía su pene entre las nalgas de mi culo y una de sus manos en mi sobre mi plano vientre. Yo me dormí inmediatamente después.

Continuará...