Mi viaje de placer (3): en el Río

Durante un paseo por el río mis amigos y yo damos rienda a nuestros instintos sexuales sin saber que somos vistos.

En El Río

Durante un paseo por el río mis amigos y yo damos rienda a nuestros deseos sexuales sin saber que somos vistos.

Si gustan seguir la saga lean mi viaje de placer 1 y 3.

Al día siguiente nos levantamos y fuimos a desayunar al pueblito cercano, en eso estábamos cuando se nos acercó una niña y nos dijo que su tío tenia una lancha que nos podía llevar a recorrer el río. Nos pareció una idea magnifica sobre todo cuando el tío dijo que podríamos hacer un día de campo y que él prepararía todo incluyendo una gran dotación de cervezas.

Regresamos poco tiempo después Prude y yo enfundadas en sendos mini bikinis yo lo "cubría" con una bata de red que en realidad dejaba verlo todo. Prude usaba una camiseta que le quedaba un tanto corta. El día era muy caluroso y a pesar del toldo de la lancha hacía mucho calor y empezamos a beber cerveza prácticamente desde que zarpó la lancha del pequeño muelle.

El paseo fue muy agradable Carlos, que así se llamaba el lanchero, nos llevó por varias partes, nos mostró la vegetación, las aves etc. Pasado el medio día y con el calor en su apogeo le pedimos que nos llevara a un lugar bonito para hacer el día de campo. Nos llevó a un lugar verdaderamente paradisíaco.

El sitio no sólo estaba apartado, era un pequeño manantial que se incorporaba después al río por lo que el agua era clara las rivera era de una gravilla fina con abundante vegetación, el agua fresca pero en el caluroso día era maravillosa. Carlos nos dijo que aunque era un lugar conocido por algunas personas era poco probable que alguien viniera pues sólo se podía llegar por lancha y era día de poco turismo.

Convenimos con Carlos que nos dejara y volviera en unas tres horas, descargamos la comida y la hielera con una buena dotación de cervezas, aunque ya habíamos consumido una parte.

Mis amigos entraron rápidamente en el agua yo me quedé en la orilla y pude ver que la lancha no se alejaba del todo sino que anclaba en una pequeña entrada casi totalmente oculta a nuestra vista como a unos 200 metros de nosotros.

Sin decir nada decidí dar a nuestro lanchero lo que deseaba, me quité el bikini y entre en traje de Eva al agua en donde rápidamente José empezó a acariciarme los pechos lo cual fue subiendo el calor del día a+un más.

Prude sentada en una rama que entraba y salía del agua recibía las caricias que Rubén le hacía bajo el agua en su pubis para luego hacer a un lado su tanga y meter dos dedos en la vagina de mi amiga, ella daba rienda suelta a su placer, pero en un momento se hizo tanto para atrás que cayó al agua. Todos reímos pero por supuesto que no fue gracioso para ella por lo que salió del río seguida por Rubén quién se recostó sobre una de las toallas y poco a poco convenció a Prude que se sentara sobre su polla que había respondido a la paja que él se había hecho.

Al cabo de un rato Prude aceptó aún enojada por haberse caído al agua. Primero terminó de hacer crecer la pinga de Rubén con una mamada muy buena y luego se sentó sobre la polla de Rubén y poco a poco empezó a cabalgarlo.

José y yo los veíamos desde el río comentando lo bien que se veían hasta que José comento lo bonito que se veía el culo de Prude y me preguntó si le gustaría una doble penetración; a lo que respondí que solamente había una forma de saberlo.

Entonces José salió del río y se dirigió a donde estaba la pareja que ya empezaba a generar calor. Poco a poco acarició las nalgas de Prude quien entendió lo que José quería y se inclinó sobre el pecho de Rubén. José mojo su mano con abundante saliva e introdujo un dedo en el culo de Prude, esto hizo que ella empezara a moverse en círculos montada en la verga de Rubén provocándole a éste un placer mayor. José metió un segundo dedo y finalmente detuvo las nalgas de Prude por un momento para meterle su propia pija en el culo de mi amiga.

Ya con ambas vergas en su interior Prude empezó a producir ruidos que dejaban ver que se encontraba cerca del orgasmo. Me di cuenta que estaba yo sentada de espalda a donde se debía encontrar Carlos por lo que me cambie del otro lado así Carlos no sólo podía ver como la doble penetración de mi amiga producía movimientos armónicos entre los tres involucrados sino que me podía ver de frente con todos mis encantos al aire.

Los movimientos y ruidos que hacían mis amigos, obviamente disfrutando el momento, me excitaron también a mí. Tomé mi clítoris entre mis dedos índice y pulgar y empecé a jugar con él excitándome cada vez más. Poco antes de que yo llegara al clímax, mis amigos lo hicieron. Primero Prude con un gran grito precedido de muchos jadeos y palabras como ¡Que delicia! ¡Háganmela más! ¡Que equipazo son! Etc. Luego José que al soltar una gran cantidad de Semen en el culo de mi amiga el cual rebosó la capacidad y salió por ambos lados de la verga que perdía turgencia dio también un gran grito. El último, sin mucha diferencia, fue Rubén quien dejó ver con sus movimientos pélvicos que descargó más de una vez en la cuevita sexual de Prudencia.

Después ambos hombres cayeron rendidos jadiando y quedándose ambos dormidos pocos minutos después de terminar su maravillosa actuación sexual. Prude también descansó por unos minutos pero luego se metió a nadar para lavarse el semen esparcido tanto por su culo como por su vagina.

Mi paciencia tendría su recompensa un poco más adelante, al cabo de un hora ambos chicos se despertaron y después de comer un poco y beber más cerveza los devaneos sexuales continuaron.

Ambos me dijeron que si me había gustado ver a Prude mas me gustaría disfrutarlo yo misma. Dije que estrían cansados y que no se les pararía "ni con el himno nacional" ambos rieron y dijeron que lo internarían y que si les hacia una buena mamada seguramente que lograrían darme el placer igual que mi amiga. Salimos del río y yo me hinque frente a ellos. Sin decirles nada escogí una posición en la que Carlos podría vernos.

Mamando alternadamente cada verga y pajeándolas al mismo tiempo con un poco de esfuerzo (de ellos y mió) logramos el objetivo. Las pijas se volvieron duras y ahora fue José quien se recostó para que yo recibiera su miembro en mi cueva del sexo mientras su tío me sodomizaba.

El chico hacia un gran esfuerzo en mantener su erección aunque yo me movía mucho, Yo ya había tenido en mi culito el rabo de Rubén y sabía que me causaría mucho placer lo cual hizo que mi vagina se lubricara de manera impresionante, José tuvo que usar sus manos varias veces para reubicar su arma dentro de la funda cada vez más húmeda.

La ventaja de ser segunda en la relación fue que los chicos tardaron más en venirse mientras que yo alcance una serie de orgasmos repetidos cuando finalmente sentí el chorro débil en mi culo y otro, casi no sentí cuando se José se vino, pero al pasarme los dedos por mi vagina note el inconfundible color y olor del semen.

O bien se habían retirado de mí los chicos cuando oímos a lo lejos el ruido del motor, apresuradamente nos pusimos los trajes de baño e hicimos como que arreglábamos las toallas y la comida.

Llegó Carlos - ¿Qué tal nadaron?- Preguntó al parar el motor.

Muy bien, muy a gusto- contestamos todos.

Subimos a la lancha, yo fui la primera y Carlos amablemente me ayudó a subir, diciéndome al oido –Tu traje esta seco-

Ambos nos miramos y sonreímos sabiendo que éramos cómplices. Alcance a ver un par de binoculares ocultos bajo algunas cosas debajo del asiento delantero.

Regresamos al muelle en donde encontraríamos más sorpresas.