Mi viaje al norte II

Continuo con mis aventuras calientes en el norte de Chile, el segundo día empezó con una doble sorpresa

Hola amores

Continúo contando mis historias en el viaje laboral al norte de Chile

El día jueves todo había resultado bien, se cumplieron mis propósitos de encontrar algún desconocido para dar riendas sueltas a mis fantasías

El viernes desperté temprano, eran las 7 am, había dormido muy bien, el estar en otra ciudad donde nadie me conoce me ponía cachonda. Tenía el número de Francisco el administrador, que ya había visto mis atributos y se ofreció para atenderme cuando yo lo necesitara. Tenía una reunión a las 11 am, luego a las 15 pm por lo que tenía tiempo para desordenarme.

Tome el celular y le envíe un mensaje a Francisco.

Buenos días Francisco, como amaneció, quería disculparme con usted por lo de anoche, la verdad que me dejé llevar y no medí los riesgos. Además de infringir las reglas del edificio.

Buenos días Pilar, es verdad, a cualquier otro arrendatario le hubiese pasado una multa, pero como usted no sabía lo dejaré pasar.

Gracias, es usted muy amable, estaré hasta el domingo por acá y no quiero que estemos enojados, creo que partimos mal, así que para reparar mi mal proceder lo invito a tomar desayuno, tengo una reunión a las 11, hay tiempo para conversar y arreglar los malos entendidos.

Me parece perfecto, a las 7:30 estaré en su departamento.

Muy bien, lo espero

Me bañé rápidamente, me puse una camisa larga, abotonada adelante, pero sólo con 4 botones cerrados, lo que dejaba a la vista mis piernas y gran parte del escote, sin ropa interior por supuesto. No había que fingir mucho, ya que Francisco sabía que era una mujer morbosa.

Como les he contado anteriormente, yo no soy muy alta, tengo pechos grandes, y un culo gordo y parado, media gordita después de tanto encierro, pero a los hombres les gusto, sobre todo porque soy muy sensual, me gusta la ropa apretada y corta y mis labios carnosos siempre los pinto de rojo.

A las 7:30 sonó el timbre, Francisco era delgado, media como 1,70 , tenía 40 años app. Bonita sonrisa y 17 cms de amabilidad, jajajaj. Venia vestido con buzo deportivo y polera de esas musculosas.

Hola, como estas, pasa, ya tengo todo listo para desayunar

Hola, me dijo, me dio un beso en la boca, hoy no trabajo por eso ando sport, así que después del desayuno te puedo ir a dejar a tu reunión.

Los dos sabíamos a que venía. Así que el desayuno sería muy rápido.

Tomamos café, mientras conversábamos, me contó en detalle lo que había visto la noche anterior, nos reímos bastante con su relato. Estábamos los 2 calientes. Se notaba su bulto en el delgado buzo deportivo. Y yo disimuladamente había desabrochado 2 botones de mi camisa, por lo que al moverme se veían mis pechos. Las piernas como siempre abiertas, lo que dejaban a la vista mi depilada concha.

Francisco me tomó la mano, me llevó hacia él y me empezó a besar, el sentado y yo de pie. Abrió mi camisa y amaso mis pechos, los besó, mordisqueó y tiró suavemente mis pezones. Luego apretó mis glúteos, los abrió, paso sus manos por mi raja y agarró mi concha.

Que rica que estas, quiero estar así contigo todo el día. Metértelo por todos lados.

Empecemos entonces, le dije

Me agache, saque su pene y empecé a chupar. Sus manos se pusieron sobre mi cabeza y la empujaban suavemente. Espera, me dijo, se paró, se sacó los pantalones y se sentó en el sillón, un poco tirado hacia atrás, con las piernas bien abiertas y el pico parado, para que yo pudiera disfrutar y chupar cómodamente. Me arrodillé y me dispuse a disfrutar de ese miembro que tan amablemente me ofrecían.

Así estuve unos cuantos minutos, luego él se paró y cambió a mi posición, yo me senté en el sillón dejando mi concha a su disposición para que chupara cuanto quisiera. Su lengua caliente me tenía loquita, sus manos apretaban mis pechos, apretó con fuerza mis pezones, y puso su lengua a mi clítoris, lo que hizo que me corriera, chupando él mis jugos.

Metió su mano en mi chorito, para mojarse los dedos y luego los metió en mi ano. Estuvo así un rato, jugando con mis 2 hoyitos, logrando que me corriera nuevamente.

Me tomo de la mano y me llevó al dormitorio, me puso en la cama boca abajo, con unos almohadones en la guata, y empezó a penetrarme por el culo.

Que ganas tenía de probar este culito, me dijo, ayer me pajee mientras te veía en el estacionamiento, como parabas el culo, se nota que te gusta mucho que te lo abran.

Me encanta que me den por el culo, déjame bien abierta y llénalo de semen.

Francisco, me empezó a embestir con fuerza, su pene grande entraba cada vez más, abriendo mi ano poco a poco.

Toma putita, comételo todo, siente a tu macho, toma, toma. Que rico culo.

Sus manos afirmaban mis caderas para ayudar a sus embestidas. Mis nalgas sonaban.

Sentía cada vez más fuerte su ritmo, yo estaba a punto de explotar, su grito ronco era señal que iba a acabar, por lo que apure mis movimientos para acabar junto con él. Fue un orgasmo largo, nuestros gritos de placer se confundían. Hasta por fin reinó el silencio. Él se separó, se tiró en la cama.

Que gran culeada, me dijo, estuvo buenísima. Nos besamos, unos minutos, nuestras lenguas jugaban, estábamos calentándonos mutuamente.

En eso sonó el timbre, era el conserje

Hola señorita Pilar, disculpe la moleste, pero sus gritos se escuchan un poco fuerte, nadie ha reclamado, pero está por bajar el administrador y no quiero que tenga problemas. Yo acabo de dejar el turno, mi colega no escuchó nada, así que no se preocupe.

Me puse una bata corta y trasparente para abrir, estaba desnuda abajo, no quedaba nada a la imaginación, lo hice a propósito porque me gusta provocar.

El conserje era un hombre de 50 años app, robusto y bajo. Era muy amigo de Francisco por lo que él me contó el día anterior.

Francisco gritó desde adentro. Raúl no te preocupes, yo ya hablé con la señorita Pilar. Raúl miró sorprendido y entro al departamento. Llegó hasta la puerta de la pieza y vio a Francisco desnudo en la cama.

Hola Pancho, disculpa que te interrumpa, no sabía que eras tú el del desorden

No te preocupes Raúl, Pilarcita necesitaba ayuda, estaba tan caliente que perdimos un poco el control, además que le encanta que le den por el culo, por eso tanto grito, jajaja.

Pilarcita, venga….mira Raúl que cosa más rica, se quedará hasta el domingo por acá, los dos cruzaron miradas, yo había entrado a la pieza y estaba casi desnuda delante de los 2, lo que me calentó mucho y me hizo desear tener dos pijas dentro mío.

Francisco, ya estaba duro nuevamente, tirado en la cama desnudo con su pija parada, me sonrió. Mira, todavía tenemos tiempo para un polvo más.

Me saqué la bata y caminé hasta Francisco, mientras él se ponía un condón, me subí a la cama y me monté en su rico pene. Que rico papi, le dije.

Raúl, dijo que se iba, yo besé a Francisco y con mis manos separé mis nalgas, mostrando mi ano abierto a Raúl, las amase, las volví a abrir y me metí dos dedos. Quería que Raúl  entrara en mi culo.

Con Francisco, nos miramos de manera cómplice, sabiendo que Raúl seguía ahí, mirando la escena.

Que rica Pilarcita, eres toda una putita, como te gusta la pija. Estás ardiendo

Si, papacito, estoy tan caliente que me comería dos pijas, mi culito sigue hambriento. Con sus manos Francisco amasaba y separaba mis nalgas, metía sus dedos en mi ano, primero uno, hasta que sentí dedos. Que rico se siente papi.

Yo escuchaba la respiración de Raúl, sabía que Francisco le había realizado una seña para que se uniera, supuestamente sin que yo supiera, por lo que Raúl ya se había sacado la ropa y venia sigiloso hacia mí.

Los dedos de Francisco seguían en mi ano abriéndolo, sentí que los sacó y la pija de Raúl se posó sobre mi ano, sus manos agarraron mis caderas y empezó a hacer fuerzas para entrar

Sentía una pija gorda penetrando mi ano, mi calentura estaba al máximo, ya no podía pensar solo quería comerme esas dos pijas. Sentí un empujoncito y Raúl ya estaba completamente adentro, su cuerpo caliente pegado a mi cuerpo.

Que putita más rica encontraste Pancho, llegó justo para la junta de la noche, yo la apruebo, creo que se la puede con 5 pijas, jajaja

Ya casi no escuchaba, las sensaciones me tenían nublado cualquier pensamiento, solo estaba entregada al placer, todo lo que decían me calentaba más. Esas dos pijas perforándome me tenían a punto de explotar, no pude más, solo sentí la mano de Francisco tapando mi boca, Raúl pellizcaba mis pezones, mientras yo acababa de forma explosiva, mojando a mis dos compañeros. Ellos reían y decían groserías, que yo ya no escuchaba.

Me acosté en el pecho de Francisco, el me besó, ahora nos toca a nosotros putita. Sentí como Raúl empezó a moverse, entrando y saliendo de mi culo como bruto, sin ninguna delicadeza, por suerte yo estaba bien abierta y lubricada, pero igual sentía un poco de dolor, porque su pija era muy gorda.

Me apretó los pechos, me mordió el cuello y me siguió embistiéndome, mientras Francisco me afirmaba las caderas y se reía. Te vamos a romper el culo putita. Sentí que Raúl se pegaba a mí, a pesar del dolor no aguante más y me corrí, él también se corrió dando un grito ronco y largo.

Raúl se separó de mí, luego Francisco se puso en su lugar, embistiendo nuevamente mi culito, que ya no sentía dolor, solo placer. Estábamos tan calientes que acabamos de inmediato, con un gran grito, que Raúl acalló metiendo su lengua en mi boca.

Mis nuevos amigos se vistieron, me dijeron que me invitarían a una junta de amigos que tenían en la noche, que eran 5, habían arrendado una casa alejada, para poder meter ruido y que nadie los molestara, que les avisará si quería ir, ellos pasarían por mí.

Así empezó mi segundo día en el norte, me bañé, me vestí y esperé el auto que vendría por mí para la reunión

Otro día les cuento más sobre ese segundo día, parece que andaba en celo, emanando un olor especial, porque sentía que todos los hombres con que hablaba me miraban con deseo.

Un beso amigos