Mi viaje al norte I

Les contaré mis historias en un viaje laboral al norte de Chile, que me trajo muchas satisfacciones. Di riendas sueltas a mi gusto por el sexo con desconocidos

Hola, hace tiempo que no escribía, mi vida había estado muy tranquila por la pandemia, pero el deseo de sexo fue mayor, así que me arranque a la aventura

Como les he contado antes, me gusta el sexo con desconocidos, si son maduritos mejor

Esta historia ocurrió hace poco, por trabajo tenía que viajar al norte de Chile por unos días, así que aproveche que iba a estar solita y empecé a planear un encuentro, o lo que saliera, si no resultaba algo espontaneo buscaría por las aplicaciones de citas

Llegué a mi destino en la tarde, me bañé y salí a recorrer los alrededores, como estaba caluroso, me puse una mini de jeans, una camisa abierta y un bralette blanco de encaje, que marcaba a la perfección mis grandes pechos.

Era un sector residencial, muy tranquilo, con poca gente, por lo que me estaba desanimando y ya pensando en volver al departamento. En eso vi un negocio y decidí pasar a comprar algo para beber.

Era un lugar oscuro y en el mesón había un hombre de 60 años app, bastante bien mantenido, contextura normal, estaba con short y una polera sin mangas, sus brazos eran gruesos y tenía un tatuaje. Noté su mirada en mis pechos y luego me recorrió de arriba abajo.

Buenas tardes, le dije, que calor hace por acá

Hola soy Juan, me dijo, si… el día está muy caliente. No te había visto por estos lados, yo llevó harto tiempo en este negocio y conozco a todos por acá.

No soy de acá, le dije, vengo por algunos días, por trabajo y aproveché de salir a conocer los alrededores del departamento donde me estoy quedando, pero me canse por el calor que hace. Mientras me tiraba aire con la mano.

Por acá es muy tranquilo, se ve poca gente en las calles. Me encontraste justo, porque yo ya estoy cerrando. Pero no soy tan mal educado, descansa un rato, te atiendo enseguida. Mientras voy a cerrar la cortina, para no atrasarme. ¿Después sales por la puerta del costado, te parece?

Sí, no hay problema, le dije, me senté en un piso, como la falda era corta se subió bastante, abrí un poco las piernas, lo que permitía que se viera parte del colaless blanco que estaba usando. Y me puse a revisar mi celular como distraída, esperando que Juan volviera.

Escuché que cerró todas las cortinas, y que volvía, así que abrí un poco más las piernas. Sentí sus pasos, los que pararon de repente, me imaginé que me estaba mirando, ya que el lugar estaba oscuro, pero se iluminaba con un tragaluz, lo que permitía que él me viera sin problema.

Bueno mijita, en que te puedo complacer, me dijo, yo noté su tono coqueto.

Levante la mirada del celular, ando buscando unas cervezas heladitas, que me quiten este calor.

Si tengo, si quieres te tomas una acá, tengo una cerveza local muy buena. Pasa por acá, que acá tengo un lugar más cómodo.

Ya, me parece perfecto. Me levanté y fui a un lugar detrás del mostrador, una especie de bodega, pero con una mesa, sillas y al fondo un sillón grande, antiguo, pero se veía bastante cómodo, donde estaba prendido un ventilador.

La situación me tenía muy caliente, Juan no me quitaba la vista de encima y el notaba que yo estaba con buena disposición, pero se estaba yendo con cuidado. Creo que temía estar captando mal las señales.

Toma asiento me dijo, si quieres acá donde está la mesa o en el sillón de al fondo.

Al fondo, le dije, se ve más cómodo, además está el ventilador, y necesito un poco de aire.

Camine hasta el fondo, me sacaré un rato está camisa, le dije, la verdad que la caminata me cansó y me calentó demasiado.

Me imagino, me dijo, no te compliques, estamos solos y nadie va a molestar, así que relájate, ponte cómoda, ya te llevo algo para la calentura.

Me senté nuevamente con la falda bien subida y las piernas entre abiertas, para que entendiera que podía arriesgarse. Nuevamente me puse a revisar el teléfono y me hice la distraída.

Acá está tu cerveza, me sentaré acá al lado a acompañarte.

Estuvimos tomando cerveza y conversando un rato, Juan era un hombre muy entretenido, yo me relajé bastante, estaba tan cómoda que me despreocupé de mi falda, la que ya estaba muy arriba, con mis piernas abiertas, que no dejaban nada a la imaginación. Me sentía muy puta, en esa situación, con la falda arriba, solo con el bralette blanco de encaje para arriba, que marcaba mis pechos, mis pezones se traslucían, lo que hacía que la situación estuviese muy caliente.

Algo dijo Juan muy divertido, nos reímos mucho, lo que hizo que se me cayera un poco de cerveza en el pecho, él se acercó a ayudarme, secando con su mano, lo que nos dio mas risa y yo le dije, está muy buena la cerveza, no se puede perder. Claro que no mijita, y me paso la legua por el pecho.

Al ver que no hubo oposición, siguió con su lengua secando la cerveza y con sus manos agarró mis 2 pechos, amasándolos, los liberó, los besó, mordisqueó mis pezones y siguió amasando. Sus caricias hicieron que me mojara más de lo que ya estaba. Sentí su mano correr el colaless y un dedo se introdujo en mi vagina.

Estas muy rica, me dijo, que caliente y mojada, te quiero chupar enterita. Me beso, un beso largo y mojado, sus manos me recorrían entera. Me tiro hacia atrás en el sillón, desnúdate me dijo. Yo obediente me saque toda la ropa. El de pie me observó, luego se agachó y me besó. Sus labios bajaron a mi cuello, a mis pechos, y siguieron bajando. Llegaron a mi concha, su legua experta jugaba con mi clítoris, me chupaba, y recorría mis rincones. Siguió bajando por mis piernas hasta los dedos de mis pies. Los chupó uno a uno, luego la planta de los pies y subió nuevamente a mi concha, succionando mis jugos. No aguante más y acabé en su boca. Su boca caliente recogió todos mis jugos. Me volteo y siguió con su lengua recorriendo mi cuerpo. El cuello, la espalda, los glúteos, el ano, me dio una cosquilla exquisita cuando se detuvo en mi ano, él lo noto por lo que amasó mis glúteos, los abrió y metió su legua caliente, logrando un nuevo y rico orgasmo.

Siguió por mis piernas, para terminar nuevamente en mis pies. Luego se paró, se desnudó. Su pene era grueso, moreno, duro. No tan grande, pero ancho, eso me aseguraba sentirme llena, me aseguraba el placer.

Él se acercó, me tomó de la mano para que me sentará, se puso de rodillas en el sillón y puso su pene entre mis pechos, empezó a masturbase, mientras aprisionaba mis pechos, apretando mis pezones. Yo amasaba sus testículos con una mano, con la otra lo ayudaba a amasar mis pechos y con mi legua rozaba la punta de su pene, la imagen era muy morbosa y caliente. Juan gemía y apuraba el juego de su pene en mis pechos, yo sentía que estaba a punto de acabar.

Dame tu lechita, le dije, quiero tragármela toda, mmm que rico.

El me miró sonriendo y metió su pene en mi boca, yo chupe con ganas, succione, y jugué con mi lengua, mientras seguía amasando sus testículos. Sentía su respiración muy agitada, unos pequeños grititos de placer, por lo que supe que ya estaba listo para explotar, chupé con ganas, apretando su pene y succionando para sacar toda su leche. El agarró mi cabeza y empezó a acabar, llenando mi boca de su tibia lechita. Yo seguía chupando y tragando. Hasta que pegó un gran grito y su pene lanzó los últimos restos de semen. Obviamente me trague hasta la última gota.

Eres muy puta, me dijo, eso me encanta. ¿Hasta cuándo estarás por acá? Porque quiero meterte la pija en tu concha y el culo, pero ahora no puedo tengo que volver a la casa, si no me van a retar.

Mientras me vestía, le di mi número, era jueves y le dije que el domingo volvía a mi casa, que me avisará con tiempo cuando podría para venir a comprar cerveza, jajajaja.

Cuando salía del negocio, con mi pack de cervezas heladitas, paro un auto, se bajó un tipo como de mi edad, era bajo, un poco pelado, grueso, no gordo. ¿Está atendiendo don Juan?, me dijo. No, ya cerró, me atendió a mí y se fue.

Que mal venia por unas cervezas, ¿me vendes las tuyas?

Si quiere te regalo dos, yo estoy sola y no me las tomaré todas, mañana compro más.

Hagamos un trato, yo te voy a dejar y tú me regala las cervezas. Así no andas sola, que ya está oscuro

Ya le dije, me parece un buen trato

Yo me había quedado con ganas de un pene en mi concha, así que subí al auto de forma descuidada para que se subiera mi falda, la camisa la llevaba abierta y con el aire fresco de la noche y las cervezas heladas que llevaba, mis pezones estaban parados y se notaban bastante. Lo que mi compañero notó a penas me subí, también miro mis piernas y como tanteando hasta donde podía llegar, toco las cervezas que llevaba, mientras con un dedo rozaba mi pierna. Están heladitas, que ricas, que ganas de probar.

Mientras avanzábamos, le dije, pero prueba no más, aprovecha que están heladitas.

El detuvo el auto, y se acercó para sacar una cerveza, hizo que le costaba un poco, lo que dio oportunidad para que pusiera su mano completa sobre mi pierna, mientras con la otra trataba de sacar la cerveza del pack.

Yo te ayudo, le dije, y puse mi mano sobre la de él, ayudando a romper el envoltorio. Su otra mano seguía en mi pierna, y poco a poco la subía más, como de forma descuidada. Como yo no decía nada, y seguía, según yo, distraída tratando de sacar la cerveza, el siguió subiendo, llegando casi hasta mi entrepierna. Voy a afirmar el pack por acá abajo para ayudarte, está complicado de abrir.

Yo haciéndome la inocente, le dije, siii, que buena idea, con tu mano ahí se abrirá súper fácil.

Su mano estaba caliente. Noté que la abrió un poco como para acercarse más, uno de sus dedos estaba casi rozando mi colaless. Como yo no decía nada, el fingiendo que afirmaba el pack, seguía acercándose, ahora su dedo llego a mi concha, él lo movía acariciando suavemente mi concha sobre el colaless, y miraba de reojo para ver si yo decía algo.

Ya está, le dije, mostrando la cerveza fuera del pack. Quieres que la abra, para que pruebes como está, le dije con una sonrisa pícara.

Sí, me dijo, ábrela bien, debe estar mojadita.

Dejé el pack en el suelo, su mano seguía en mi entrepierna y abrí las piernas. El me corrió el colaless y metió un dedo en mi concha. Está mojadita y caliente, que rica. El echó a andar el auto y entró al estacionamiento de un edificio, bajamos hasta el menos dos y nos estacionamos en un sector muy oscuro. Acá no hay cámaras me dijo, yo conozco este lugar.

Nos cambiamos al asiento de atrás, me tomo la mano y la puso sobre su pene. Es todo tuyo, esa concha caliente tiene hambre de pico, así que comételo todo ricura.

Me saque la falda y el colaless. Luego bajé su short, su slip y saqué su pene. Era bien grande y grueso, estaba durísimo. Le puse un condón que me pasó y me monte arriba, el dejo mis pechos al aire, mientras yo me entrega al placer de esa pija, el me chupaba los pechos y con sus manos apretaba mis glúteos, metiendo de a poco su dedo en mi culo.

Que mojada estás ricura. Mis jugos salían en cantidad, los que el usaba, para seguir jugando con mi ano. En esa posición, acabe varias veces, él logró meter 2 de sus gruesos dedos en mi ano, lo que provocó en mi un orgasmo explosivo, él no aguantó más mis envestidas y acabó junto conmigo. Cuando logré recuperarme, el seguía con sus dedos en mi ano, y con su otra mano apretaba mis pezones.

Que rico, le dije, tomémonos una cervecita

Ya, me dijo. Y nos bajamos a tomar apoyados en el capot del auto. Mientras tomábamos, nos besamos, el abrazándome desde atrás, amasaba mis pechos. Luego volvió a meter sus dedos en mi ano. Sentí que su pene se estaba recuperando, así que me agaché a dejar la cerveza en el suelo, parando bien la cola.

El aprovechó esa posición y metió más al fondo sus dedos. Así te ves exquisita, me dijo. Quiero comerme ese culito.

Yo me levante, pegue bien mi culo a su cuerpo, pase la lengua por su boca y le dije, este culito quiere pija y la tuya esta riquita mi amor.

Tomando del pelo, tiro mi cabeza para atrás y me dio un gran beso, muy húmedo y caliente. Me puso sobre el capot con la cola parada y empezó a penetrar mi ano. Con sus dedos gruesos, lo había abierto bastante, por lo que no costó tanto que entrará la cabeza de ese grueso pene. Poco a poco fue dando pequeños empujones para avanzar en su cometido. Yo sentía como se abría mi culito, me dolía un poco, pero hace tanto tiempo que no me comía una pija por ahí, que no importaba, el placer que vendría después, me haría olvidar cualquier molestia.

Mientras empujaba, me decía palabras obscenas, que me calentaban más todavía.

Rica puta me encontré, te voy a llenar de leche tu culo, gime putita rica, mira cómo te culeo, te la voy a dar todita, te la meteré hasta el fondo, gime putita que me calientas, acá va otro empujón en tu culo estrecho, te voy a dejar muy abierta putita.

Dio un empujón y su pija llegó hasta el fondo, sentí su cuerpo pegado al mío. Di un grito de dolor, que a él le causo placer, porque siguió empujando, jugando con mi culito, hasta que se acostumbró a esa pija grande y gruesa.

En esa posición estuvimos unos buenos minutos, ya no sentía dolor, solo placer. El me tapaba la boca para que no gritara tan fuerte, igual se me escapan algunos gritos. No se cuántas veces acabe, estaba olvidada del mundo, no importaba que me vieran o escucharan solo quería seguir disfrutando de su pene.

Sentí que cambió su ritmo, empezó a entrar y salir más rápido, me apretaba los glúteos, y me pegaba algunas palmaditas. De pronto lo sentí pegarse a mí, y un calor recorrió mi culo, sus gritos daban señal que estaba acabando, así que me dejé llevar, apretando y soltando mi esfínter para que su orgasmo fuera genial. Eso me provocó un nuevo orgasmo y por su grito ronco, a él le provocó gran placer.

Sentí sus labios en mi espalda, sus manos apretaron mis pechos, mientras se apartaba de mí. Me besó largamente. Luego me dijo al oído, gracias putita, estuvo todo genial, cuando quieras lo repetimos.

Yo lo besé y me fui a vestir, le dije que me estaba quedando en ese mismo edificio así que subiría por el ascensor. Nos besamos nuevamente y me fui.

Cuando estaba esperando el ascensor, escuché que alguien tosía, miré y era el administrador del edificio, que conocí cuando iba saliendo, ya que le pregunté algunos datos.

Como le fue en el paseo, me dijo, parece que muy bien por lo que alcance a ver . Si le dije, por acá las personas son muy amables.

¿Siempre anda mirando en la oscuridad?

No, baje a ver un auto desconocido que entró al estacionamiento, como soy el administrador tengo que verificar que pasa. Debería haber llamado a carabineros, pero al percatarme de que era usted, no quise interrumpir, esperé paciente a que acabará, para avisarle que no está permitido entrar autos que no son de acá, para la próxima le dice su amigo que estacione a afuera.

No se preocupe, no volverá a pasar. Me quedaron claras las reglas del edificio.

Bueno, yo vivo acá en el edificio, tengo estacionado mi auto en ese mismo sector, si necesita ayuda me avisa, también me puede ir a ver al departamento o a mi oficina. Me tomo la mano, la puso sobre su pene, si le sirve está a su disposición, 17 cms de amabilidad.

Eso me dio mucha risa, apreté su pene, para tantear bien, anote su número y le dije que lo llamaría

Otro le día les cuento más sobre mi viaje, fueron 4 días intensos

Un beso grande a todos!!