Mi verdadero despertar sexual (encuentro con lalo)

Le dije, hijo no tengas miedo, ahorita no soy tu Madre, soy una mujer y tu un hombre

MI ENCUENTRO CON LALO

Amigo Enryk, antes que nada te agradezco tu sinceridad y honestidad, me encantó que seas directo y explicito, así que yo también te confiaré que me encanta montarme en una rica verga, me encanta me la metan de perrito, me encanta mamar una rica verga y sentir el semen en mi boca, soy fogosa y golosa, creo que lo he sido desde niña, a pesar de venir de una familia mochilonga, mi matrimonio fue normal y nada del otro mundo sexualmente, creo y estoy segura que mi despertar fue con mi amigo intimo Ángel después de mi divorcio, fue el que me enseñó a gozar el sexo, a ser multiorgásmica, a sentir junto con el orgasmo una eyaculación femenina, es por eso que nunca lo dejaré, él respeta mi vida, nos vemos ocasionalmente.

Pero de él te hablaré más adelante y por lo pronto te contaré que fue así como me inicié con mis hijos. Besitos

Te continúo contado mi realidad, ahora con mi hijo Lalo. Después de haber disfrutado bastantes noches de placer con mi hijo Beto, bueno, pues te cuento que un día jueves me llamó mi hijo Lalo de la Ciudad de Monterrey, te digo que mi hijo se fue por sus estudios en el Tec de Monterrey, tiene ahora ya casi 23 años, me pidió que tendría que ir con él para firmar toda clase de papeles y el contrato del departamento, donde se quedaría a radicar para sus estudios. Total que esa noche, mientras nos preparábamos para acostarnos Beto y yo, le comenté que su hermano me había hablado y que al otro día me iría a Monterrey, que si quería acompañarme y me dijo que me fuera sola pues el tenia cosas por hacer, pero así mismo me dio una rica despedida.

  • Pues como no se cuanto tiempo estarás con mi hermano quiero darte una despedida muy especial mamá — me dijo acercándoseme lento y mirando a mis pechos y a mis ojos, tan solo de ver su mirada mi corazón empezó a latir más fuerte, y mi vagina se humedeció con mi jugo, estaba tan solo con mi bata y mi tanga de hilo dental, sabía que no retendría la cantidad de flujo que brotaba de mis entrañas — ven déjame acomodarte bien.

Me cargó en sus fuertes brazos con tanta facilidad que me sorprendió, era la primera vez que lo hacía y me sentí enamorada de mi hijo, tanto que lo besé apasionadamente en la boca al momento que mi bata se abría y dejaba desnudos mis senos, que temblaban de emoción por lo que iba a suceder, me siguió besando sin bajarme al piso o a la cama. Su boca fue saboreándome toda, me lamió y chupó la boca y mis labios, que también intentaban devolverle las caricias, besó, lamió y chupó mis mejillas, hizo lo mismo en mi cuello además de succionármelo y mordisquearme deliciosamente arrancándome gemidos de placer al tocarme los puntos sensibles que erizaban mi piel y ponían mis pezones duros y erectos.

Descendió a mis pechos llenos de rojo rubor por la excitación, combinándose con lo blanco intenso de mi piel, y haciendo un arrebatador contraste, con lo bronceado de su cuerpo. Lento lamió la piel de mi seno, que vibraba con cada lengüetazo, endureciendo mas mi pezón y dándole una forma ovalada a mi areola, desesperada tomé mi chiche con mi mano y se la ofrecí ansiosa, con un ademán seductor, él primero me miró a los ojos con esa mirada especial que me trastorna desde que era niño, y sin dejar de vernos a los ojos lamió deliciosamente mi pezón y me hizo suspirar de ansiedad, siguió otro lengüetazo mas y otro, mi vagina era un mar y sentía como mi flujo escurría por mi perineo y por mis nalgas macizas, suspendidas en el aire, imaginé que mis jugos estaban goteando pesadamente en la alfombra. Las lamidas pasaron a ser una mamada soberbia como jamás la había sentido por boca de nadie, ni aun por él mismo cuando era bebé.

Sonrió encantador mostrando su hoyuelo coqueto en la mejilla y, sin dejar de mirarme a los ojos, abrió su boca para recibir en ella mi anhelante teta, temblorosa por la mano que la sostenía, posó sus labios húmedos y tibios en toda mi areola sujetando mi pezón firmemente entre el paladar y la lengua, me ha dado tal sorbida que reventó mis entrañas arrancándome un orgasmo casi inmediato, dejándome anegada por dentro, hecha un lago de viscoso néctar que brotaba de mí, entre gemidos y suspiros agradecidos, me depositó en la cama delicadamente sorprendiéndome con su fuerza pues me hacía sentir ingrávida.

Con una lentitud desquiciante se paró al lado de la cama, él ya solo vestía su pantalón, y sin abandonar mi mirada pasó sus manos por el tremendo bulto que se marcaba bajo la gruesa tela, orgulloso de poseer semejante verga, pasaba sus manos por toda ella, estrujándola y marcando su grosor para que mis ojos se deleitaran con el potente tronco que iba a clavarme en unos momentos más.

Dócil esperé a que me atendiera

Desabrochó el cinturón y con pausas y caricias, giraba y se acariciaba también sus redondas y firmes nalgas enloqueciéndome de deseo, ya mis manos estaban impregnadas de mis fluidos pues me acariciaba inconsciente al admirarlo como me seducía, como estaba seduciendo a su propia madre, exponiéndome su cuerpo para que me deleitara con él.

Zafó su botón y bajó el cierre, no llevaba mas ropa así que al liberar la prenda su verga cayó campaneando pesadamente, orgullosa y retadora buscando todos mis orificios para penetrármelos sin piedad, solo con el deseo de satisfacerse y lanzarme dentro de ellos su candente semen, se acercó a mi cara, resuelto tomando su verga enorme y erecta por el tronco y moviéndola seductoramente frente a mi cara, mi boca se abrió en círculo pidiendo muda esa reluciente cabezota que se meneaba cada vez mas cerca, a pocos centímetros de mi. Me volvió a sonreír y apoyándose en la cama puso su caliente pene en mi boca.

Al sentir mis labios la ardiente cabeza, me penetró la nariz su delicioso aroma a esmegma, fuerte pero delicioso, tuve que abrir mi boca por completo para poder meter en ella el tremendo glande que me llenó con su penetrante sabor a hombre, me acomodé levantándome un poco mientras él sostenía mi cabeza metiendo lo más posible de su falo en mi boca. Comencé a mamar delirante su increíble barra de carne y piel, tomándolo ya con mis manos que se veían pequeñas al sujetarlo. Mamaba yo a mi hijo y movía mis manos rítmicamente desplazando su piel suelta de arriba abajo, oyendo a mi hijo gemir y resoplar por el placer de tener a su madre mamándole con ahínco su descomunal verga.

Al poco se movió y solté su verga, observando ansiosa cual era lo siguiente que me iba a hacer, me dijo que me pusiera en cuatro patas y de inmediato le obedecí, con mi vulva manando ríos de néctar que mojaban ya la parte superior de mis muslos y mis ingles, me sacó la tanga de un tirón y me acomodó en el borde de la cama, lo sentí acercarse y apoyar su glande contra mi vulva, seguramente observaba esa inquietante imagen, ya que buscó su teléfono en su pantalón y me tomó fotos cogiéndome en esa posición, pasó su glande por toda mi vulva desde el ano hasta el mechoncito de mis pubis, de ida y vuelta una y otra vez enloqueciéndome de deseo, por fin mis labios se separaban anhelantes por recibirlo, cuando posó la cabeza en mi entrada aguanté el aire en mis pulmones y sin aviso alguno me dio la estocada hasta en fondo haciéndome exhalar en un pujido sonoro todo el aire contenido ante la tremenda embestida, metió toda su verga en mi vagina y sin esperar se puso a bombearme desenfrenado.

Tal vez la imagen de su madre entregada a él y a su majestuoso pene lo hacían arder de lujuria, ay Señor, que manera de cogerme, que forma de cogerse a su madre, provocándome un orgasmo tras otro hasta dejarme exhausta, sin fuerza, sudada, y anegada de mis piernas, por fin su coger se volvió frenético y gritaba emocionado y lascivo, empujando su verga aun más gorda y dura dentro de mí, frotando todas mis paredes con fruición, arrancándome otro intenso orgasmo que me hacia estremecer por lo violento e intenso, mis piernas temblaban sin fuerza y se doblaban, solo la fuerza de sus brazos y manos me mantenían en posición para que pudiera seguir cogiéndome.

Su ritmo se volvió frenético y la fuerza con la que me atenazaba me lastimó la cintura estaba yo sin fuerzas y completamente abandonada a su voluntad sentí como sus manos me levantaban con facilidad y me penetraba hasta el fondo entrándome hasta su raíz, para soltar un rugido de triunfo al descargarme ríos en chorros candentes dentro de mí. Zangoloteándome como si no pesara nada, lo sentí venirse con chorros y chorros calientes y espesos que rebasaban mi capacidad y salían escurriendo por mi vagina junto con mi flujo.

Sacó su verga de mi vagina, solo para meterme sus dedos, tan pronto lo hizo supe que aun no habíamos terminado de coger, me sentí maravillada por eso y a pesar de estar agotada, mi libido no se había calmado aun. Relajé mi ano al sentir sus dedos introduciéndose mojados en mis jugos y semen que escurrían de mi panocha abundantes y espesos, metió primero un dedo y mojó mi interior y la entrada, para después meter otro dedo y ensancharme el ano. Una vez que entraban y salían con facilidad sentí la poderosa cabeza apoyada entre el canal de mis nalgas pujé para que al regreso del reflejo mi ano se distendiera mas y en cuanto entró la cabeza resbalando lenta le dije que empujara fuerte al mismo tiempo que yo reculaba contra él quedando ensartada de un solo envite, solo le pedí esperar un momento para acostumbrar a mi intestino a su tamaño. Al poco le di la señal con apretones y movimientos de mi culo para que me disfrutara a placer. Me bombeó por más de media hora y me puso en todas las posiciones imaginables sin dejar de culearme, por higiene y prevención no le permití en ese momento volver a penetrarme la vagina. Igual me baño el culo con otra descarga tan copiosa como la primera, ya estábamos de cucharita así que el cansancio nos venció y nos dormimos con él detrás de mí y su hermosa verga aún dura dentro del culo de su madre.

Al día siguiente que era viernes a primera hora salí rumbo al aeropuerto, mi hijo me fue a dejar en su auto y me fui a Monterrey a ver y solucionar los problemas estudiantiles  de mi otro hijo Lalo.

Al llegar al aeropuerto de Monterrey ya me estaba esperando mi hijo Lalo y lo primero que me dijo, Mamá que bellísima estas, me pues ese día llevaba un vestido escotado de tirantes y medio corto que no dejaba nada a la imaginación, te he dicho que casi no acostumbro a usar brasier.

Nos fuimos directamente al Tecnológico y solucionamos la firma de todos los papeles, fuimos a firmar el contrato del departamento que rento mi hijo y como es amueblado pues no había problema de nada, era pequeño con una recámara ideal para estudiante, vi el reloj y le dije es buena hora e inclusive me puedo ya regresar a Puebla, mi hijo Lalo puso su carita triste y me dijo, Mami, quédate el fin de semana conmigo, ya es viernes y así te llevo a lugares lindos de aquí, le comenté que solo había una cama y me dijo yo me duermo en el sillón, ándale quédate Mami, llamamos a su hermano por teléfono avisando me quedaría todo el fin de semana.

Me di cuenta que Lalo no me quitaba la vista de encima y en verdad no le di importancia, salimos a comer, regresamos le comenté que me daría un baño y procedí a bañarme, pero me di cuenta que la puerta del baño era trasparente y desde la recámara se veía al regadera y el interior del baño

  • Le dije — Lalo, mejor me voy a un hotel, mira nada mas todo se ve —

  • Mamá ni modos que te este espiando, ándale báñate — me contestó.

Me entró la idea de seducirlo al igual que a su hermano, pero con Lalo me daba miedo pues es de carácter muy fuerte y tiene un concepto de la Mamá bueno, y con él me daba más pena, me metí al baño y me desnudé, al voltear para abrir las llaves de la regadera, vi que Lalo me estaba mirando descaradamente

  • entonces dije — ya verás canijo ya te vi —

  • y con disimulo me dijo — no te estoy espiando Mamá — me metí bajo la regadera y comencé mi plan de seducirlo, empecé a bañarme muy eróticamente procurando darle una exquisita función de acuerdo a lo que podía ver por el vapor del agua y al terminar me sequé con toda la calma del mundo dándome cuenta que mi hijo me veía, me enredé la toalla y Salí, diciéndole,

  • — metete a bañar para irnos  a dar la vuelta — el con disimulo se levanto y pude observar una erección entre sus piernas, se fue para el baño y lo vi que se desnudo y fui al baño a darle la toalla y le vi una rica erección una verga de joven apuesto no tan grande como la de su hermano, pero sabrosa y,

  • ¿Mamá porque entras? —me dijo molesto

  • y le dije, —pero Lalo si de todos modos todo se ve — y me salí.

En Monterrey hace mucho calor, y me puse un halder sin brac y un pantaloncillo que solo me tapaba las nalgas, unas sandalias y cuando Lalo salió del baño solo me dijo estas súper Mamá. El se puso una playera y un shorts y nos salimos, anduvimos toda la tarde noche en la calle, compramos despensa y dos botellas de vino espumoso y todos acalorados y cansados cerca de las diez de la noche regresamos al departamento,

  • le dije — pon la despensa como mejor quieras en su lugar y enfría el vino, me voy a dar una ducha y te preparo de cenar — mi hijo quería volver a salir a algún antro y le dije — mejor mañana sábado, hoy estoy muy cansada

Y comencé a desnudarme a propósito casi delante de él, mi hijo se fue a la cocinita y me metí a bañar, me di cuenta que ya estaba en la recámara observándome y me dije, quieres verme pues me veras, salí del baño secándome y caminando como si nada y

  • me dijo — Mamá porque sales así, aquí estoy —

  • y le dije — pues si todo el día me has estado viendo pues mírame bien —

Se puso colorado y apenado y se fue al baño, me puse solamente un camisón trasparente y me fui a la cocina a preparar la cena, al rato llego Lalo solo con un pantaloncillo corto y vi su torso un poco más marcado que el de su hermano.

  • me dijo — que bueno que estas así, pues hace mucho calor —

Nos sentamos en la salita comedor a cenar y a tomar nuestro vino, y yo empecé a mostrarme ante mi hijo Lalo, con cualquier pretexto me estiraba dejando ver casi mis bubis o que me viera mi cosita semi rasurada y me sentí humedad y ya con Lalo sin ningún pudor decidí hacerle el amor, claro ya había pasado mis traumas con mi hijo Beto, vi a mi hijo Lalo con una gran erección y todo turbado, después de platicar de su Colegio y cosas triviales y casi con la botella de vino vacía le dije, "¿Qué aquí no hay un caballero que me invite a bailar?" y se levantó con una gran erección a poner música en una pequeña grabadora que el tenia

  • me dijo — Mamá me da pena pues mira casi estas desnuda y me da pena —

  • le dije — soy tu Madre ¿O no? —

Me lo abracé para bailar, me pegué a él lo más posible y sentí su duro miembro entre mis piernas y el sentía mis pezones en su torso, bailamos dos melodías

  • Y me dijo — Mamá esto no es posible, sabes, mejor vamos a costarnos —

Se dio media vuelta y me dejó parada, se fue a la recámara, yo me puse apenada, pues Lalo es muy difícil y diferente a su hermano, levanté lo de la cena y lavé los trastes, al irme a la recámara el venia con unas cobijas para dormir en la salita, me dio un beso en la mejilla y me dijo, "Buenas noches Mamá", me acosté toda descontrolada y apenada y me sentí además de húmeda, muy sucia, traté de dormir y repito yo duermo desnuda, me levanté inquieta y me di una ducha, cuando vi, Lalo estaba sentado en la orilla de la cama viéndome, salí así desnuda dispuesta a todo.

  • Y le dije — y no dejas de espiarme —

  • me dijo — que va, me estoy orinado — se le notaba su erección y se fue al baño, salió del baño

  • Le dije — por favor ponme crema en la espalda que la tengo un poco quemada por el sol — le di la crema y me recosté boca abajo desnuda y empezó a ponerme la crema y yo a excitarme.

Me di la vuelta y le dije ahora en el pecho y comenzó a hacerlo y poco a poco sus manos me acariciaban mis senos y mis pezones que estaban a punto de reventar de la excitación, lo deje hacer y le bajé sus manos sin decir nada a mi vientre y fue poniéndome crema hasta bajar a mi cosita, me abrí de piernas dejándole observara todo.

  • Le dije Hijo no tengas miedo ahorita no soy tu Madre, soy una mujer y tu un hombre.

Se inclinó sobre de mí y me besó y comenzó a besarme todo mi cuerpo bajó a besar mi cosita y me produjo un orgasmo tan intenso que lloré y no sé si de placer de pena o de satisfacción, lo jalé y me di cuenta que tenia puesto todavía su pantaloncillo se lo quité y saltó su gran verga, al verla tan hermosa con su cabeza brillante y sus venas marcadas en el tronco, la tomé en mis manos y me le pegué a ella, mamándosela desesperada como si llevará años deseándolo con un placer que solo lo siente la Madre y el hijo, no sé cuanto estuve mamándolo lamiéndolo y chupándolo pero solo volví a la realidad cuando sentí que la verga engordaba mucho mas y se ponía increíblemente dura, la sentí vibrar en mis manos y preparé mi boca para recibir su leche, se vino en mi boca, eran tan fuertes los chorros que se iban directo a mi garganta pero fue tal la cantidad de semen que algunos hilitos corrieron por entre mis labios cayendo en mis senos, no lo solté hasta comprobar que ya estaba vacío, me bebí golosa todo ese primer semen que me daba, se la chupé y lamí hasta dejársela limpia de semen, buscó mi boca y me besó largo, saboreando su sabor en mí, me acurruqué a su lado y descansamos un rato acariciándonos.

Vi que nuevamente que ya estaba otra vez listo, lo acosté boca arriba y besé todo su cuerpo hasta sentarme en su verga y sentirme penetrada por mi otro hijo, lo cabalgué así y gozamos también de varias posiciones más hasta que el cansancio de tanto coger nos venció por fin y nos quedamos dormidos.

Al otro día mi Hijo Lalo fue más cortante conmigo, como apenado, como sintiéndose culpable, trataba de evitarme y de verme a los ojos, así pasó todo el día, hasta ya cerca del anochecer me dijo,

  • — Mamá vamos a ir al antro, ¿Quieres ir?

  • — Si, esos eran los planes o no — le dije.

  • — Claro vamos ponte bella y perdón — me dijo y me besó en la boca en ese momento me di cuenta que habían terminado sus complejos y que esa noche lo gozaría nuevamente y así fue.

Pero eso te lo seguiré contando muy pronto.