Mi verdadero despertar sexual (el inicio con Beto)

Solo te digo antes que nada, que hice primero el sexo con mi hijo Beto el menor y después con mi hijo Lalo y sí ya lo realicé con los dos juntos y sí, me gusta hacer el sexo anal con ellos.

INICIO CON BETO

Hola por lo general he presentado mis relatos, publicando casos en su gran mayoría reales, narrados por los mismos protagonistas, quienes amablemente comparten con nosotros sus experiencias dando así un desahogo a sus inquietudes por comunicar de alguna manera su inquietante forma de vida, como es el caso de mi querida amiga María del Pilar originaria de un bello estado al sur de la ciudad de México, esta es su historia tal y como me la ha relatado.

Amigo te envió mi verdadera historia, te aseguro que lo que te comento es real y verídico de lo que le ha pasado a una madre y tú puedes comprobarlo fácilmente cuando así lo desees. Solo te digo antes que nada, que hice primero el sexo con mi hijo Beto el menor y después con mi hijo Lalo y sí ya lo realicé con los dos juntos y sí, me gusta hacer el sexo anal con ellos.

Yo era muy persignada y creada a la antigua educación de buenos modales y costumbres ancestrales, no sabes los problemas psicológicos y traumas que sentí después de la primera vez que tuve relaciones con uno de mis hijos, pero gracias a Dios y al bendito internet pude superar todo esto y vivir plenamente mi sexualidad, pues así como leí tus relatos, leí muchos otros relatos e inclusive obtuve ayuda psicológica por internet y comprendí que cada familia y cada ser humano tienen derecho de vivir y hacer lo que mejor le venga en gana, y para mí no es pecado ni vergüenza confesar aquí que tengo relaciones sexuales con mis dos hijos, y con esto empiezo a narrarte mi historia

Mi nombre es María del Pilar como nombre de cariño me dicen Pili tengo dos hijos uno de 22 años y otro de 19 años, tengo 41 años de edad y todo mundo dice que estoy muy bien conservada, y creo que es así, pues me gusta mucho ir al gym, salgo a correr todos los días, soy divorciada, viví varios años sola al lado de mis dos hijos, hasta que el mayor se fue a otra ciudad a continuar sus estudios y claro viene cada dos meses a casa, pero me quedé viviendo con Beto el más chico

Como ya te comenté, radico en México, en ciudad Puebla de los Ángeles a una hora y treinta minutos por carretera de la capital del país, la ciudad de México también que tengo dos hijos, el mayor se llama Eduardo (Lalo ) el menor Gilberto (Beto), resulta que en una ocasión al irse Lalo a la ciudad de Monterrey para ver lo de su ingreso al tecnológico, nos quedamos solos en casa Beto y yo, en lo personal te comento que tengo buen cuerpo, unas riquísimas bubis y unas pompis sabrosas y no es que lo diga yo, lo dice todo mundo que me trata, me conoce y me ve, en casa acostumbro andar siempre en fachas, o seas uso playeritas ombligueras y no uso brasier, me pongo pantaloncillos súper cortos o sea enseñando media nalga o alguna súper mini falda, mis hijos están acostumbrados a verme siempre así e inclusive sus amigos. También acostumbro a dormir siempre desnuda, después de que me divorcié dejé pasar dos años sin tener relaciones sexuales, y hace dos años conocí al hombre de mi vida que dejé ir por estúpida y tonta, al hombre que realmente me enseñó a gozar sexualmente, al que me enseñó a llegar al orgasmo y ser multiorgásmica, después te comentaré de él y por qué lo perdí.

Resulta que soy la tercera hija de una familia muy católica y con arraigo muy educacional, creo que esto influyó mucho en mi vida sexual, hasta que conocí al segundo hombre en mi vida. Mis hijos hacen mucho deporte y en su edad actual empiezan a tener un cuerpo exquisito, pues resulta que te comento que en esa ocasión me quedé sola en casa con mi hijo Beto, era mediodía y él llegó de jugar futbol, me vio con una blusita color blanca que solo medio cubría mis bubis pues las tengo grandes y obvio sin brasier y además estaba con una súper mini falda, que no dejaba nada a la imaginación pues con cualquier movimiento se veían mis nalguitas y mi tanga, todo iba bien , pero mi hijo llegó con cuatro amigos del juego y entraron hasta la cocina donde estaba yo.

Todos ellos me miraban mucho y hasta pena me dio pues sentía que mis pezones estaban rígidos por lo nerviosa que me puse y además sabía que se trasparentaban, esto muy a mi pesar me excitó de manera inexplicable, y pues total mejor ya no pensé en ello y les preparé agua fresca, mientras que ellos solo me observaban, pero vi que mi hijo Beto se molestó y como pudo logró que sus amigos se fueran, al irse ellos, me dijo,

  • — Mamá te pediría que no andes así por la casa pues llegan mis amigos y no me gusta cómo te ven—

Vi en su mirada enojo y celos y esto me inquietó mucho, mas tarde yo continúe vestida como estaba, lo llamé a comer y entonces al verlo a los ojos, me pareció que tenía una mirada de lujuria y deseo y que empezaba a verme diferente, como mujer y no como su Madre, no te niego que esto me excitó, pero más que nada me inquietó mucho, la prueba es que ya no comí y le dije que me dolía la cabeza y que iría a bañarme y así lo hice. Pero no podía quitarme de la mente la mirada de deseo que vi en Beto, y por primera vez me masturbé pensando en mi hijo menor.

Por la noche Beto me dijo que se bañaría pues iría al antro con sus amigos, cosa que acostumbran mis hijos los fines de semana y le dije que estaba bien, ahora estaba vestida con una especie de babydoll, cosa que mis hijos ya están acostumbrados a verme así, pero vi que esta vez Beto me veía de una forma erótica y me di cuenta en su pantaloncillo que tenía una excitación enorme, se metió a bañar y yo quedé espantada, pero inexplicablemente excitada a la vez, dejé pasar unos minutos y entré al baño con el pretexto de sacar la secadora y lo vi que se estaba masturbando, mas a pesar de la sorpresa me pareció que tenía una verga demasiado grande para su edad, pues calculé más o menos entre 20 y 25 centímetros, mi hijo se molestó y se volteó y me dijo.

  • — ¿Mamá que no puedes tocar? —

Y me salí toda apenada, ya no supe nada de él hasta que fue a darme el beso de despedida avisándome que ya se iría al antro, no sin antes decirme.

  • — ¿Sabes Mamá? estas súper y deberías de salir en lugar de quedarte como siempre en casa. Aprovecha tu belleza y sal a divertirte eres joven aprende a disfrutar tu vida

Y se fue, sus palabras, su porte su lindura de joven quedaron grabadas en mi mente y empecé a acariciarme, a sobarme las bubis a pellizcarme los pezones y comencé a sentirme húmeda y me masturbe. Tenia arremangado el babydoll en mi estomago, te comento que nunca uso ropa interior en la casa, y estaba sintiendo algo bello con la imagen y las palabras de mi hijo que no escuché que mi hijo Beto regresó a casa y entró a mi recámara encontrándome masturbándome, cuando yo reaccioné no sé que tiempo tenía observándome y solo me dijo,

  • — Perdón Mami, regresé por mi teléfono móvil y perdón ya me voy—

Como pude traté de tapar mi desnudez y solo acerté a decir

  • — Si hijo, cuídate mucho —

Oí cerrar la puerta de la casa y me asomé por la ventana viendo como su auto se perdía en la calle, me sentí muy mal, de que mi hijo me viera desnuda masturbándome y esto hizo que inexplicablemente para mí en ese momento, me sintiera más húmeda y me masturbara de nuevo pensando ya en él, en su viril miembro y en lo rico que sería sentirlo dentro de mí, hablé más tarde por teléfono, con una gran amiga psicóloga quien no radica en mi ciudad y la cual conozco desde años atrás y le dije que tenía un gran dilema y no sabía cómo ayudar a una amiga que se sentía atraída por su hijo, claro cosa que inventé para no decirle que era yo, me explicó que era lo más natural y que eran barreras que nadie nos obligaría a sobre pasar, pero tampoco que nadie nos obligaría a no pasarlas, que era lo más normal, siempre y cuando fueran secretos sagrados entre ambos y existiera confianza, dialogo, discreción y aceptación del hijo y de la Madre y que le dijera yo, que no lo viera como algo ruin y pecaminoso, me dio varias páginas en internet para que le dijera a mi amiga que se documentara sobre el incesto, sobre el amor filial, le di las gracias y los saludos y verbos de siempre y colgué, metiéndome inmediatamente a internet a investigar.

Una vez que estuve convencida empecé a pensar e imaginar lo rico que sería sentir un orgasmo provocado por mi hijo y empecé a fabricar la manera de exhibirme ante mi hijo para excitarlo y puse en marcha mi plan, por momentos me arrepentía, pero me ganaba el deseo, las gana de sentirme cogida y de gozar a mi hijo Beto, total que esa noche me masturbé, me metí a bañar, gocé un rico baño de tina y traté de relajarme. Salí del baño y estaba cepillando mi cabello cuando sonó el teléfono local y era mi hijo que me decía si estaba bien, que a lo mejor regresaría temprano a casa pues ya él y sus dos amigos habían recorrido varios antros y no encontraban ambiente, le dije que como quisiera y que solo se cuidara y pensé que era un buen momento y oportunidad de excitarlo para cuando llegara.

Me arreglé como acostumbro y me puse solo una bata semitransparente con escote generoso y corta que apenas me alcazaba tapar media nalga, bajé a preparar unos bocadillos que sé que a mi hijo Beto le encantan y puse a enfriar una botella de vino, nunca había tomado una copa de vino a solas con mi hijo y empecé a preparar un plan de por lo menos seducirlo, pero más que nada excitarlo, pasaron como cuarenta minutos y oí que abrían la puerta de la cochera y pensé llegó mi hijo y me sentí como una niña colegiala de secundaria sintiendo hasta mariposas en el estomago, estando yo en la cocina oí la voz de mi hijo a mis espaldas diciendo.

  • — ya Llegamos Mami —

Y cuál fue mi sorpresa verlo acompañado de dos amigos y los tres se me quedaron viendo y yo desnuda solo tapada con mi batita trasparente, me apené y me puse colorada, pero a la vez me sentí muy molesta y solo pude decir.

  • — Beto, te he dicho que cuando vengas con amigos me avises —

Salude dándome la vuelta y salí para subirme a mi recámara, al estar en mi recámara me sentí húmeda, y humillada conmigo misma, tenía vergüenza, coraje y me sentía estúpida, pasaron cerca veinte minutos y oí que tocaba a mi puerta y me decía.

  • — ¿Puedo pasar Mamá —

Le dije si y mi hijo entró y me dice.

  • — Ya se fueron Carlos y Ángel, perdón Mamá por no avisarte —

Pero su mirada no dejaba de observar mis pezones rígidos y mi cuerpo semidesnudo, solo le dije.

  • — Hijo solo avísame por favor, mira como ando y que van a pensar tus amigos —

A lo que él me contestó,

  • — mis amigos dicen que estas buenísima Mamá —

Y se dio la media vuelta y salió, al rato me gritó.

  • — Mamá no vas a bajar a tomar tu café y cenar, bajé tal y como estaba vestida —

y pensé llevar a cabo mi plan de solo excitarlo, me sentí y vi que estaba bien húmeda, mis pezones los sentí bien paraditos y me armé de valor yendo a verlo, lo encontré solo vestido con un pantaloncillo corto y desnudo del torso, me excitó mucho mas verlo así, ver su cuerpo ya fornido y le dije.

  • — ¿Qué vas a cenar Beto? —

Caminando a la cocina y alcancé a observar cómo me miraba de arriba abajo, cosa que me humedecía mas y mas, le pregunté si quería una copa de vino y extrañado me dijo.

  • — Si Mamá ¿Qué vamos a festejar?

Y le dije.

  • — Nada, pero se me antojó —

Él se levantó de la sala y entró a la cocina y me ofreció ayudarme, lo que nunca. Vi sus claras intenciones al pasar junto a mi acercando su cuerpo para rozar el mío, tomó dos copas y la botella de vino y salió para la sala, yo lo alcancé llevando la charola con bocadillos y nos sentamos a degustar el vino y los bocadillo, yo traté de medio taparme pues el batita casi no me cubría nada y del escote ni se diga, a cada rato al tratar de alcanzar la copa o el bocadillo se me salía una u otra bubis, yo veía que mi hijo se puso el cojín del sillón en sus piernas y platicábamos de cosas triviales, cuando nos dimos cuenta nos habíamos terminado la botella de vino espumoso y creo que los dos ya nos sentíamos mareados o medio mareados, me dijo.

  • — Mamá ¿Y ahora que hacemos? ya no hay vino y cuando me mareo a medias me gusta bailar, así le hago en los antros sabes que no tomo a emborracharme, pero hay unas cervezas en el refri que sobraron y dejaron mis cuates del fut bol en la mañana, ¿Quieres una?

Y le dije.

  • — Betito eso me va a emborrachar, ¿Te imaginas cerveza y el vino que hemos tomado?

Y me dice.

  • — Ay Mamá, si nos emborrachamos estamos en casa y nos dormimos y ya.

A lo cual le dije.

  • — Bueno si quieres ve por las cervezas.

Se levantó y vi que trataba de disimular la erección tan grande que tenia, y eso me excitó mucho, y no como Madre, si no como hembra en celo, se llevó la charola de bocadillos y las copas y botella, regresando con dos cervezas y yo traté, supuestamente distraída, que me viera mas la entre pierna, mi cosita semi rasurada y mis pezones bien parados, me dio la cerveza y tomamos un trago y se levantó para poner música suave y romántica, diciendo casi al oído,

  • — Señora Bella, ¿Me permite bailar con usted? —

Me tomó de la mano y me ayudó a levantarme, entonces me observó diciéndome.

  • — Qué sabrosa estás Mamá, eres toda una gran mujer.

Y me di cuenta que ya no se preocupó por ocultar la erección tan grande que tenia, me abrazó pegándose a mi cuerpo y empezamos a dejarnos llevar por la música, sentí su gran miembro pegado a mi entrepierna y me pegué a su torso para que sintiera mis senos y mis pezones parados, sentí sus grandes manos recorrer mi espalda y llegar hasta el nacimiento de mis nalgas y bailamos y bailamos, hasta que de repente me dijo.

  • — Mamá es hora de dormir —

Se separó de mi, se tomó su cerveza y me dio la mía e hice lo mismo sin dejar  de observarnos, yo su erección y el todo mi cuerpo, mi bata ya se encontraba desabrochada y no me importó que me viera ya casi desnuda, me tomó de la mano caminamos apagamos la luz y subimos a las recámaras, al llegar a mi recámara me dio un beso en la mejilla y solo me dijo, gracias Mami y se dio media vuelta y se fue a su recámara, entré a la mía toda descontrolada y excitada y me quité la bata sintiéndome húmeda, muy húmeda y enojada conmigo y estúpida por no saber qué hacer, me recosté prendiendo un cigarrillo y tocó Beto la puerta diciendo.

  • — ¿Mamá puedo entrar?

Y ya no me importó estar desnuda le dije.

  • — Si pasa.

Entró y me vio acostada desnuda fumando y vi su excitación y me dijo.

  • — Mami vine para que me regales un cigarrillo —

Y como si nada tomó la cajetilla y le tomé su mano dándole el mío, dio una fumada y me dijo.

  • — Qué bella eres Mamá, ¿Te puedo dar un beso? —

Y se acercó, pero le puse la boca y nos fundimos en un rico beso de macho y hembra en celo, metiéndonos las lenguas, explorando nuestras bocas y él con miedo me tomó un seno y empezó a acariciarme yo le desabroché su pantaloncillo y salió dando un brinco una rica verga de 23 centímetros cabezona y gorda, a la cual me prendí y empecé a masturbarlo sin dejar de besarnos, de repente se acostó sobre de mi y le dije déjame probarte y le besé su torso bajándome hasta darle una rica mamana, así estuve un rato hasta que me dijo.

  • —Mami me voy a venir y le dije si hijito hazlo échame tu lechita, llena mi boca con ella—

Tuvo una gran venida y bendita juventud su miembro continuaba firme y parado, me subí sobre de esa rica verga y me la fui metiendo poco a poco disfrutando su introducción, gozando cada centímetro que entraba en mi vagina húmeda, sintiendo cómo se abría paso hasta quedar bien sentada sobre ella, él me besaba los senos, me acariciaba mis nalgas, me besaba y juntos tuvimos un orgasmo de ensueño, nos dejamos llevar por la pasión y la lujuria sexual, al momento me empezó a besar en la boca y así estuvimos un rato y sentí su miembro nuevamente rígido y se lo volví a besar pero le dije.

  • — A que chico tan travieso pero hoy aprenderás algo nuevo —

Lo dejé besarme mis bubis y se fue bajando hacia mi vagina y empezó a darme unas ricas chupadas en mi clítoris y en mi ano, sentí unas ganas enormes de sentir por primera vez una verga en mi ano y lo dejé que me lo besara para lubricarlo y yo misma empecé a meterme un dedo. De repente me puse en cuatro patas y le dije.

  • — Mételo por aquí —

Y al sentir su cabezota en mi ano me dio miedo pero traté de relajarme y empezó a empujar y meterlo sentía que me moría, me sentía desgarrada y lo que hice es dar un empujón hacia él para que entrara de una sola vez al sentirlo todo dentro de mi, sentí la gloria y yo misma comencé a moverme y a masturbarme locamente, teniendo otro orgasmo como nunca en mi vida y así fue la primera vez con mi hijo Beto.

Esa noche dormimos juntos y lo admirable es que al otro día mi hijo se levantó como si nada me besó y me dijo.

  • — Buen día Mamá me voy a bañar pues juego a las diez —

Y se fue a bañar quedándome con mis recuerdos y con mi inquietud de que si había hecho bien o mal, Beto llegó a mi recámara y me dijo.

Me voy Mamá, duerme otra vez —

Y salió como si no hubiera pasado nada, me entró la depresión, la culpa, pero al igual me llegó el recuerdo y la excitación. Y después de días de incertidumbre logré superar todo esto y volverme una Madre al Cien por ciento complaciente y sexualmente atendida por mis propios hijos y por un Amigo de ellos, todo esto te lo contare paso a paso.

Amigo después te envió la continuación de todo esto y como lo hice con Lalo mi otro hijo.

Besitos de tu amiga Pili.