Mi verdadera historia.

Después de los años, Juan Carlos se transformó en mi mejor amigo, mi confidente, mi amante. Con él fue con quien comencé a serle infiel a mi marido. Espero no me juzguen, espero que comprendan por que soy infiel y por que me he transformado en una verdadera ninfómana.

Hoy les voy a contar mi verdadera historia.  Necesito contarla para que comprendan los relatos que he publicado y los que iré publicando mas adelante.

Solo dos personas conocen mi historia a fondo, una de ellas es Marcela, mi mejor amiga desde la adolescencia y Juan Carlos, un ex compañero de la universidad, con el cual,  en su momento, teníamos relaciones de vez en cuando.  Después de los años, Juan Carlos se transformó en mi mejor amigo, mi confidente, mi amante.  Con él fue con quien comencé a serle infiel a mi marido.

Espero no me juzguen, espero que comprendan por que soy infiel y por que me he transformado en una verdadera ninfómana.

Entre los 18 y los 24 años no tuve novio,  pero si bastantes relaciones ocasionales, con chicos que conocía cuando iba a bailar, que me presentaban mis amigas, compañeros de la universidad,  etc., en fin, digamos que en esa época, el sexo era parte cotidiana de mi vida, pero nada espectacular.

A los 24, comencé a trabajar como secretaria administrativa en una Empresa Constructora, era mi primer trabajo formal.

El dueño de la constructora era un señor mayor, de 50 años, divorciado y muy bien conservado. A pesar de su edad, estaba muy atractivo, llamaba mucho la atención de las mujeres,  tenía una manera de ser muy encantadora, culto, amable, elegante, educado, simpático y alegre.  Quedé embobada desde el primer día en que lo vi., me enamoré perdidamente de él.  De mas está decir, que ese señor mayor del que les estoy hablando, es mi esposo en la actualidad, hoy ya con 65 años lo sigo amando como el primer día, siempre ha sido un excelente esposo y un padre excepcional.

Ahora bien, se preguntarán por que si lo amo tanto y tiene tantas cualidades le soy infiel, bueno, ahí comienza mi verdadera historia.

Nos casamos por lo Civil cuando yo tenía 25 y el 51. Teníamos una vida sexual plena, ni punto de comparación con mis anteriores relaciones con chicos de mi edad.

Con él, realmente disfrutaba del sexo, pasábamos horas haciéndolo, no nos cansábamos nunca, a toda hora, en cualquier lugar, en la casa, en la oficina, en el auto.  Con él aprendí realmente a disfrutar del sexo.

Fue pasando el tiempo, quedé embarazada a los 26 y mi primer hijo nació a mis 27 años.

Todo iba normal, hasta que quedé embarazada de mi segundo hijo.

Al tercer mes de embarazo, mi marido comenzó con ciertos problemas de salud, hipertensión y temas relacionados con el corazón y la circulación, a raíz de eso, inició el problema de falta de erección.  En su momento fuimos juntos a buscar ayuda médica para ver que se podía hacer al respecto.  La respuesta de los especialistas y digo especialistas porque fuimos a mas de uno, fue que no tenía suficiente irrigación sanguínea en el pene.  Ante la pregunta si podía tomar alguna pastilla como el viagra por ejemplo, la respuesta fue unánime, NO,  ya que podría ser contraproducente y muy perjudicial. Su problema, mas allá de solucionarse, se fue acrecentando con el tiempo.

Exactamente ahí comienzan a ocurrir los cambios en mi persona.

Como no tenía erección suficiente, todo se limitaba al sexo oral, cosa que en un principio me dejaba satisfecha, pero después comencé a desesperarme porque no podía llegar al orgasmo, recuerdo que le pedía; ¡por favor, méteme algo, necesito algo adentro!  Él se ponía muy mal por la situación y lo que hacía era meterme los dedos, pero no era suficiente, no lograba acabar, quedaba cada vez más y más insatisfecha y estaba de muy mal humor.

Además de no tener erección, mi marido poco a poco fue perdiendo el interés en el sexo, yo sentía que no me deseaba, pero no era eso.  Como no se le paraba y no podía satisfacerme, dejó de intentarlo, dejó de buscarme.

En muchos momentos de calentura,  yo tomaba la iniciativa y lo obligaba para que me hiciera sexo oral.

Un día de tantos, después de cenar y mientras yo lavaba los platos, se levantó, salió al patio y encendió un cigarrillo, era algo que generalmente hacía, hasta que por su salud, tuvo que dejar de fumar.

Cuando vuelve a entrar a la cocina, veo que traía un paquete en la mano y me lo entrega.  Te compré un regalo me dijo…… Gracias mi amor, que es?... y comencé a abrirlo.   No, no lo abras todavía, espera a que se duerma el bebe. Yo no entendía el por que, pero no le di mayor importancia, lo dejé arriba de la mesa y seguí con lo que estaba haciendo.

Ya mas tarde, después de dormir a mi hijo, nos fuimos a acostar.  No te olvides de traer el regalo, exclamó.

Ya en el dormitorio, mi marido se acostó y antes de que yo lo hiciera me dice… ahora si podes abrir el regalo.

Cuando abro el paquete, con sorpresa veo que en su interior había un consolador/vibrador.   Y esto?, le dije…..  Es para que lo uses cada vez que lo necesites, espero que lo disfrutes, me contestó.   Al ver tan inesperado regalo, comencé a sentir ese cosquilleo que se siente cuando una tiene ganas de cojer.

Me desvestí totalmente y me acosté con mi nuevo compañero en la mano.

Dale…. Úsalo…., a ver que te parece, me dijo.

Lo prendí y mientras él me miraba, comencé a masturbarme .  Nunca había tenido ni usado una cosa así, me gustó mucho.  Habré estado jugando, no se…, una hora tal vez, logré  varios orgasmos y estaba feliz. Ya cuando terminé, me preguntó si me había gustado, a lo que le respondí que si, que muchas gracias por pensar en mi. Recuerdo que le dije, lo único malo es que es un poco chico, estaría bueno uno mas grande, no ¿?

No me contestó nada, se sonrió, me dio un beso, se dio vuelta y se quedó dormido.

Cada vez que me daban ganas, acudía a mi nuevo compañero y a medida que pasaban los días, es como que cada vez lo necesitaba más.

A los diez días de ese primer regalo, se apareció con otro más grande, tal cual yo se lo había pedido, me dejaba mas satisfecha….. Poco a poco me fue trayendo más juguetes, de todos los colores y tamaños. Hoy, con todo lo que me ha regalado y con los que yo misma he comprado, podría poner un Sex Shop bien surtido, jejejeje.

Ya de cinco meses de embarazo, fui a control ginecológico de rutina, ese día mi marido no pudo acompañarme porque tenía mucho trabajo, así que mi mamá se quedó cuidando al bebé y fui sola.

Cuando salí del control y como tenía un poco de hambre, entré a una cafetería a comer algo.  Pedí un tostado y una gaseosa y mientras estaba comiendo, veo con sorpresa que un ex compañero de la universidad acababa de entrar y estaba buscando una mesa libre.  Inmediatamente levanté la mano y le grité….. Juan Carlos…Cuando me vio y con una sonrisa de oreja a oreja se acercó hasta donde yo estaba.  Hola Vicky… ¡! Como estás tanto tiempo, que sorpresa volver a verte….

La verdad que si, es una linda sorpresa, le contesté, después de casi cinco años nos volvemos a encontrar.

Agarró una silla y se sentó frente a mí.   Como estás Vicky?, que ha sido de tu vida?, que haces por acá.?, me enteré que te casaste…., en un minuto lanzó un montón de preguntas.

Si si, me casé, tengo un bebe, estoy esperando al segundo y precisamente vine a control medico le decía mientras acariciaba mi panza de 5 meses.  Soltando una carcajada me dijo, que bueno, ustedes si que no pierden el tiempo, jajaja, a lo que respondí muy seria y en voz baja…. Y…. mas o menos…… Inmediatamente y para evitar la respuesta, le pregunté yo a él…. Y vos te casaste….,? …….  Si también me casé hace un año, pero no tenemos hijos todavía.

Como se dio cuenta de mi evasiva, replicó… Che Vicky, por que dijiste mas o menos en ese tono ¿?, te pasa algo malo¿?, hay algo que quieras contarme ¿?

Y bueno, como yo estaba ahogada, comencé a contarle a Juan Carlos con lujo de detalles, lo que estaba ocurriendo en mi matrimonio.

Me dejó hablar sin decir ni una palabra, dejó que me desahogara y al final tomó una servilleta y me la dio, para que me secara las lágrimas, ya que había comenzado a llorar.

Que mal Vicky, me dijo….  Y como para cambiar el tema y hacerme reír, exclama, pero el embarazo te sienta muy bien, te vez hermosa con esa panza, te vez muy sexy, como en la época en la que salíamos, te acordás, eras la mas sexy de la Universidad…a lo que contesté….. Claro que me acuerdo, en esa época la pasaba muy bien.

Empecé a notar que Juan Carlos había cambiado la manera de mirarme, me había clavado la mirada en el escote, luego me miró fijamente a los ojos y tomándome las manos me dijo,…. aquí estoy otra vez Vicky, para lo que necesites, para eso somos amigos.

Como otra vez para lo que necesite, no te entiendo Juan Carlos……, le contesté.

Suspiró y me dijo…..Vicky, te acordas cuando íbamos a la Facultad, cada vez que vos tenías ganas, me llamabas para ir a coger y luego ni bola me dabas, bueno a eso me refiero, podríamos ser amantes otra vez, te parece ¿?

Me quedé helada, muda, mirándolo fijamente.  Fueron unos segundos en donde por mi mente pasaron un montón de cosas del pasado y del presente y por supuesto comencé a excitarme.

No sabía que decir, estaba confundida, inquieta.  Lo primero que me salió fue hacerle la siguiente pregunta….. Y si yo te pidiera que me llevaras a un hotel ahora mismo, lo harías ¿?

Por supuesto que si Vicky, ahora y las veces que me lo pidas, me dijo, sin soltarme las manos y mirándome fijamente.

Ya no hubo mas intercambio de palabras, en silencio nos levantamos de la mesa, salimos y nos subimos al auto que estaba justo en la puerta del restaurante.

En los 20 minutos que tardamos en llegar al hotel, ni él ni yo nos dijimos nada, solo intercambiábamos algunas miradas de complicidad, yo estaba un poco nerviosa por el temor que alguien me pudiera ver.  Me sentía como cuando era adolescente.

Después de cinco años, volvía a estar en la habitación de un hotel alojamiento y estaba engañando por primera vez a mi marido.

Ni bien entramos, Juan Carlos, comenzó a besarme de una manera muy suave, mi cuerpo se estremecía y comencé a mojarme más de lo que estaba.

Poco a poco me fue quitando la ropa, hasta que quedé totalmente desnuda frente a él.

Que hermosa estas Vicky, como me gusta tu panza, esta va a ser la primera vez que voy a estar con una embarazada.

Me pidió que me acostara y mientras se quitaba la ropa, no paraba de mirarme y yo a él.

Cuando se terminó de desvestir, le dije…..  Cuanto hace que no veía una pija bien parada y dura…. Apenas se acostó, se la agarré y se la comencé a chupar mientras él me acariciaba.

Luego me pidió que me acostara boca arriba, comenzó a besarme y poco a poco fue bajando hasta llegar a mi vagina.  El solo echo de sentir como alguien que no era mi esposo me chupaba la concha, provocó que tuviera un orgasmo muy intenso.

Que caliente que estas, me dijo……….  Si Juan Carlos, tengo muchas ganas de que alguien me coja, por favor métemela, quiero sentir una verga bien adentro.

Y así fue. Que placer sentir y disfrutar otra vez de una buena verga, que ganas que tenía. Hacía mucho tiempo que no tenía una relación con un hombre de verdad, últimamente solo me complacía con mis juguetes.   Estuvimos cojiendo casi las dos horas que duró el turno de la habitación.

Que relajada y que bien me sentía, otra vez estaba viva, contenta, feliz.

Nos bañamos juntos y me llevó hasta mi casa.

Cuando íbamos llegando, veo que la camioneta de mi marido ya estaba dentro del garaje, uuuuyyy, ya regresó mi marido, no pares, me voy a bajar en la otra esquina.

Antes de bajarme del auto, lo besé muy suavemente y le dije, gracias Juan Carlos, me hiciste volver a vivir….  Te voy a tomar la palabra al pie de la letra, cada vez que te necesite te voy a llamar, gracias por todo.  Intercambiamos teléfonos y quedamos de acuerdo de cómo nos teníamos que enviar los mensajes para que ni su esposa ni mi marido se den cuenta y se fue.

Cuando entré a la casa, mi marido estaba tomando mate en la cocina y mi mamá en el dormitorio del bebé tratándolo de dormir.

Como te fue mi amor, que te dijo el Doctor, se te ve muy contenta….  Si mi amor, me dijo que esta todo bien, que el embarazo va sin problemas, por eso estoy contenta.

Y esta es mi verdadera historia o por lo menos así inició.  Como les dije en un principio, Juan Carlos fue el primer hombre con el que comencé a serle infiel a mi marido, fue mi único amante durante el embarazo, lo hacíamos dos o tres veces a la semana hasta unos días antes de dar a luz a mi segundo hijo.

Todo eso que viví mientras estaba embarazada, provocó que descubriera muchas cosas que llevaba muy adentro, pasiones ocultas y sobre todo, mucho morbo,  con decirles que en varias ocasiones, después de haber estado con Juan Carlos o con otros chicos que vinieron después, llegaba a mi casa y obligaba a mi marido a que me hiciera sexo oral, el solo echo de ver como mi amado esposo se tragaba el semen de otro que yo traía adentro mezclado con mi propio flujo, me ponía a mil.  Esto es algo que sigo haciendo en la actualidad, pienso que en cierta forma es una manera de seguir compartiendo con él, algún tipo de relación sexual, aunque no haya penetración.

Después de Juan Carlos, con el cual nos seguimos viendo de vez en cuando, vinieron muchos más.

Han pasado 11 años desde esa primera infidelidad, he tenido y sigo teniendo muchos amantes.

Con el pasar de los años, mis deseos se han ido incrementando, hoy en día el sexo es una obsesión para mí.  Mi liberación total, creo que inició cuando comencé a ir al gimnasio, hace ya ocho años y precisamente en el Gym es en donde he encontrado a la mayor parte de mis amantes,  pero esa es otra historia que ya les contaré.

Vicky