Mi verano mas caliente, fue con Lucas

Le deseaba desde siempre y ese verano Lucas por fin me miro como yo queria, con deseo. llevaba tanto tiempo esperando eso...

Hoy estoy contenta, es un gran día para mí, Lucas vuelve a casa, a mi vida. Me llamo Miriam, dejadme que os resuma como conocí a Lucas. Cuando tenía doce años mis padres se separaron, mi padre se mudó a otra ciudad y si durante el matrimonio, por su trabajo ya apenas paraba en casa, tras el divorcio pase a no verlo casi nunca.

Me quede por supuesto con mama, las dos vivíamos solas, hasta que apareció Alfonso en nuestras vidas, sobre todo en la de mi madre. Se habían enamorado, me lo explico el día antes de presentarme a Alfonso, el cual adore desde el principio, fue más mi padre que el auténtico. Los dos se adoraban y nos trasladamos a su casa, de repente me encontré en una vida mucho más cómoda, Alfonso era más pudiente que nosotras. Unos meses después de vivir los tres, en verano como ahora llego Lucas.

Me quede prendada del desde el primer instante, el tenia veintitrés años, al principio fue distante con las dos, pero al final de ese mes ya se había adaptado y se había doblegado al amor que había entre nuestros padres.

Si, Lucas se convirtió en algo así como mi hermano mayor, el solo me toleraba, mientras yo le adoraba, desde el primer momento busque sus mimos, su cariño y más adelante sus caricias. Para el solo era su hermana pequeña impuesta en vacaciones y solo buscaba perderme de vista, cuando volvía del colegio y regresaba con sus amigos y amigas le obligaban a entretenerme y el, creo que hasta me odiaba un poco, los dos primeros veranos me huía, pero el verano de mis quince empezó a salir con una chica de allí y se volvió más cariñoso conmigo, no le disgustaba tanto tener que llevarme y yo procuraba no molestar, les dejaba espacio, aunque a ella la odiaba, por quitarme tiempo de mi adorado hermanito Lucas. Aun así callaba, salíamos juntos de casa, me dejaba con mis amigas y desaparecía con ella. El ya a sus veintiséis años ya sabía lo que quería y ese verano se lio con varias, eso solo me hizo desearle más, y verle aún más imponente. Además sabía que también era un ligón en la uni.

Al final de ese verano ocurrió algo que cambio mi tranquila vida, una de las chicas con las que alternaba, se quedó embarazada, las familias se enfadaron, su padre se enfadó muchísimo con Lucas por según el tirar su futuro por la borda, al final dos semanas después la chica aborto naturalmente y todos se sintieron aliviados, pero Lucas y su padre se pelearon de nuevo y el desapareció de nuestras vidas.

Han tenido que pasar diez años para que volviera a la casa donde paso todo, aunque hace dos años que hizo las paces con su padre no había vuelto. Ellos dos si se habían visto, pero no nosotras.

Hoy viene Lucas a pasar un mes a la casa de la playa, viene solo, pero en dos semanas vendrá la que será su mujer el año que viene.

Suena el timbre y sé que es el, voy abrir y me quedo parada en la puerta.

-hola Lucas? –Está aún más guapo diez años después, le ha pasado como el buen vino-

-Miriam? Estas increíble, donde esta esa niña que deje?

-ya no está, ahora solo quedo yo

-qué edad tienes ahora Miriam?

-veinticinco

-te has convertido en un jovencita guapísima, hermanita.

Vinieron nuestros padres y no volvimos a quedarnos a solas, beso a mama y a su padre. Este estaba emocionado de tenerle de nuevo.

Ya muy tarde nos quedamos solos en la terraza, lo puse al día con los amigos que quedaban por ahí y deje caer varias de mis conquistas que él conocía también, para dejarle claro que ya no era una niña. Al despedirnos para irnos a la cama, me beso la mejilla, nuestros cuerpos se rozaron y note como seguía atrayéndome como siempre, a todos mis novios los compare con él, era mi listón y todos perdían en la comparación.

Me desnude y me metí en la cama, me quede dormida enseguida, estaba agorada con las emociones del día.

Al día siguiente me ponía crema para luego ir a la playa, había quedado con mis amigas, cuando oí la puerta abrirse y le vi.

Era Lucas, estaba en la puerta, parado, mirando mi cuerpo primero y rápidamente aparto la vista.

-lo siento Miriam olvide llamar y olvide que ya no eres la nena que dormía con esos absurdos pijamas.

Me puse la camiseta, encantada al ver su incomodidad

-no te avergüences y por cierto sigo llevándolos

-el qué?

-los absurdos pijamas, más grandes pero sigo siendo fan de ellos.

Reímos ambos, enfriando el momento.

-tu madre me ha pedido que te diga que ya ha llamado tu amiga

-ahora bajo

Mientras me quitaba las braguitas y me ponía el bikini recordé como su mirada recorrió mi cuerpo. En ese momento decidí que quería gustarle, quería que me deseara.

Vino conmigo a la playa y note durante toda la mañana que de vez en cuando me miraba de una manera que no me había mirado nunca.

Al llegar a casa, comimos todos juntos y nuestros padres se fueron a descansar un rato, nosotros nos quedamos viendo la tele.

Antes subí y me quite el bikini, volví a ponerme braguitas y una camiseta. Me tumbe en el sofá y desde donde él estaba podía verme perfectamente, decidí jugar un rato y me hice la dormida, dejando subir un poco la camiseta, así solo moviéndome un poco él podía ver mis braguitas.

Note como me miraba, me gire un poco más y seguí fingiendo dormir. Al notar y creer que dormía ya no disimulaba, se incorporó un poco más y miraba fijamente, diez minutos después se sentó en el sofá donde estaba yo y le puse los pies encima de sus piernas, fingí que me despertaba un poco y me dijo.

-lo siento, duerme, pero es que desde allí no se ve bien la tele.

-no me molestas

Dos minutos después fingí haberme dormido de nuevo y de nuevo el, sabiendo que nadie le veía, volvió a recorrer mi cuerpo con su mirada. Al momento su mano empezó a acariciar mis tobillos, subió por mis pantorrillas y llego hasta mis muslos.

Yo estaba encantada, por fin conseguía sus anheladas caricias, por fin Lucas me veía como a una mujer.

No pasó de ahí, no fue a más pero lo tome como un inicio y aún más al notar su erección bajo mis pies.

Dejo la mano en mi muslo, sus dedos no dejar de rozar mi piel, calentándome, haciendo que mi cuerpo quisiera más.

Al rato un ruido le hizo no solo retirar la mano sino que se levantó y excusándose ante mi madre, salió diciendo que volvería tarde, que cenáramos sin él, había quedado.

A media noche me negaba a irme a dormir sin verle, me quede en el jardín esperándole. Una mano en mi hombro me despertó.

-que haces aun aquí?

-te esperaba

-no hacía falta Miriam

-estas enfadado conmigo?

-no Miriam contigo no, conmigo, vete a dormir

Me levante y le abraza, el me empujo separándome y casi me caigo

-lo siento, perdona no quería ser tan brusco

-no pasa nada estás en tu derecho de no querer que te abrace, no volverá a pasar.

-no es eso Miriam, tú no tienes la culpa, ven

Me abrazo y yo le abrace, subí la cabeza y estábamos tan cerca, que no se quien empezó, pero nos besamos, fugazmente, solo un segundo y me aparto.

-no Miriam, eres mi hermana, mi padre nunca me perdonaría esto

-y lo que yo quiera, sigue sin importar?

Le deje allí y subí llorando, me desnude y me metí en la cama, frustrada me desnude y sentándome en la cama frente al espejo, me abrí de piernas y empecé a masturbarme furiosamente, la puerta se abrió y de nuevo un asombrado Lucas se quedó petrificado.

No dijo nada, cerró la puerta se sentó a mi lado y miro hacia el espejo.

-venía a pedirte perdón, desde que esta mañana, cuando te vi en bragas y descubrí la mujer tan deseable en que te has convertido no he dejado de desearte.

-yo siempre lo he hecho

-siempre?

-si

-sigue Miriam, sigue tocándote

Había desacelerado, mis dedos se movían por mi rajita lentamente, sin prisas, para él.

-separa más los labios de tu coñito, deja que vea bien todo

Verle en el espejo, pendiente de mi mano hizo que me corriera enseguida, sacudidas de placer recorrían mi cuerpo, cuando volví a la tierra mire el espejo y vi como Lucas se había sacado la polla y la masajeaba deprisa, con brío mirándome. Abrí las piernas, estire el torso y sus ojos vagaron por todo mi cuerpo, mis tetas, mi estómago y de nuevo volvió a mi rajita, su respiración era más agitada y de repente dos chorros de semen salieron de su polla estrellándose en el espejo. Estaba tan caliente que poniéndome de rodillas lamí el espejo sin dejar de mirarle, suspiro aun con su polla en su mano

-Miriam por dios no hagas eso.

No le hice caso y lamí todo su semen de mi espejo, luego relamí mis labios y volví a mi cama, me tumbe y le di la espalda.

Oí la puerta que se cerraba y me dormí feliz recordando su mirada de deseo.

Al día siguiente nos comportamos ambos como si nada hubiera pasado, pero los dos estábamos más contentos que de costumbre, no hablamos del tema, el día paso volando y por la noche cuando me tumbe en la cama espere, solo tres minutos y oí la puerta.

Lucas se desabrocho el pantalón a los pies de mi cama, yo me quite lentamente las bragas bajo su atenta mirada, sabía lo que quería y se lo di.

Abrí las piernas todo lo que pude y empecé a acariciarme, él se acariciaba al mismo ritmo que lo hacía yo, mirando mi coñito, oyendo mi respiración, que se juntaba con la suya.

-más deprisa Miriam, estoy a punto. Llevo todo el día empalmado joder.

Me enloquecía la urgencia que note en su voz y frote fuerte mi clítoris, cuando estaba a punto se lo dije

-Lucas voy a correrme

-si Miriam yo también hermanita.

Su semen cayó en mi estómago y rápidamente mis dedos recogieron un poco y lo lleve a mi boca, los chupe con avidez sin dejar en ningún momento de mirarle.

-eso que estás haciendo me vuelve loco Mirian y hace que no deje de pensar en la cara de golfa que pones cuando lo haces

-por eso lo hago hermanito.

Así empezó nuestra rutina, durante el día como mucho nos dedicábamos alguna mirada, por las noches el venía a mi habitación y juntos nos masturbábamos hasta el final, entonces él se corría para mí y yo devoraba su semen para él.

Supongo que así nos parecía menos comprometido lo cierto es que ni siquiera nos tocábamos, tan solo mirábamos.

Una noche mientras dejaba caer su pantalón me dijo:

-Miriam con cuantos te has acostado de los que conocemos los dos

-con cuatro

-quien fue el primero?

-Carlos

-mi amigo? Porque el?

-porque me recordaba a ti.

Empezó lentamente a meneársela mientras me preguntaba más intimidades, por el tamaño de su polla deduje que le excitaba el juego.

-que te gustaba mas de lo que te hacia Carlos?

-me gusta la rapidez con que me desnuda y me la mete

-te gusta?, en presente?

-sí, es solo sexo.

-cuando fue la última vez?

-el día de tu llegada, en los baños del local.

-que golfa eres hermanita

Fue lo último que me dijo antes de correrse esta vez sobre mis tetas e hizo algo diferente, antes de que yo como siempre lamiera su semen, me cogió la mano con la que me había masturbado y la llevo a sus labios, lamio cada uno de mis dedos.

-hermanita, si quieres seguir jugando conmigo tendrás que elegir, o tus rolletes o esto. No me gusta que jueguen a dos bandas.

-bien dejare el sexo, solo este juego hasta que llegue tu novia, porque supongo que a ella te la follaras no?

-no quiero pensar en eso

Fue lo último que me dijo antes de salir dando un portazo.

Al día siguiente, estábamos en la playa, Carlos me perseguía y me arrinconaba continuamente, cada vez que lo hacía buscaba a Lucas y este nos miraba.

Me ponía a cien cabrear a mi hermanito y por eso al final ya de la tarde opte, por dejar que Carlos se colara en mi bikini, su mano acaricio mi rajita, tan solo acariciada por mí en semanas, me deje llevar unos minutos y cuando mire hacia Lucas la sangre se me helo en las venas. Estaba furioso, salió del agua y se despedía de todos cuando salí, dos minutos después correteaba tras de él.

-Lucas espérame, no te enfades, solo ha sido un momento, llevaba todo el día insistiendo

Se paró y casi me empotre contra él.

-eres tan puta hermanita que no sabes decir que no?

-por que debería hacerlo Lucas?

-por nada Miriam, por nada. Todo esto es una locura

Esa noche no vino, ni la siguiente, ni el resto de la semana, estaba muy enfadada y frustrada, solo quedaba una semana antes de que su novia viniera, me evito toda la semana y yo cansada de sus rarezas decidí seguir con mi vida.

El fin de semana salí con los amigos y termine en la cama con Carlos, pero a pesar de correrme volví a casa de lo más frustrada. Me beso en la puerta y entre en casa sin hacer ruido, eran las cuatro de la madrugada. Nada más entrar en mi habitación oí la puerta, era el.

-vienes de follar con Carlos?

-si

-puta

Me cogió del brazo y me metió en la ducha de mi cuarto, completamente vestida, abrió el agua y me puso debajo, mientras esta caía y nos mojaba a ambos iba desnudándome, me arrancaba la ropa literalmente.

Me desnudo completamente, yo estaba anonada ante su enfado y mas excitada que nunca en mi vida.

Me lavo concienzudamente, abrí mis piernas y me lleno la rajita de jabón, me frotaba fuerte, aun así producía un exquisito placer. Me aclaro, me saco de la ducha y completamente mojada me lanzo a mi cama, se desnudó a los pies de esta, donde tantas veces se había masturbado.

Me abrió las piernas, se arrodillo entre mis muslos y sin darme tiempo a hacerme a la idea me la metió de un solo movimiento, dios mío que placer, por fin mi hermano me follaba y vaya si me follaba.

Entraba y salía de mi interior mirándome, fuertemente, salía por completo solo para volver a empotrarse dentro, abriéndome la vagina que apretaba su durísima polla, la más grande que había estado dentro de mí.

-hermanita follarte es indescriptible voy a dejarte sin ganas de ir por ahí follándote a mis amigos, debería haberte dado polla incluso antes de haberme ido.

-si Lucas, sigue.

Me corrí entre jadeos controlándolos lo mejor que podía.

-noto como te corres golfilla, que placer sentir como me humedeces la polla.

Empujo fuerte, yo levante el culo y se corrió dentro de mí. Note los tibios chorros de su semen en mi interior y volví a correrme agarrada a él.

Descansamos un rato, él estaba en tensión, notaba su cuerpo rígido a mi lado, me gire y de lado me abrace a su cuerpo, este enseguida reacciono

-mira lo que haces conmigo, ya vuelvo a estar a punto hermanita

-pues no desaprovechemos nada, hermanito.

-si Miriam, no quiero pensar en nada

Se levantó y regreso con una toallita, la pasó entre mis piernas y mientras yo agarre su polla, y empecé a lamérsela, tiró la toalla al suelo y se dejó hacer.

Lamí tranquilamente su polla, sus huevos y sus muslos, la no paraba de jadear bajito

-como la chupas hermanita, no me extraña que tengas locos a mis amigos

-ya sabias lo de Carlos antes de que te lo contara?

-sí, me lo contaron, entre ese relato y haberte visto desnuda no dejaba de estar duro en tu presencia

Yo seguía a lo mismo, le sonreí y me la metí hasta el fondo de mi garganta

-Miriam me matas, me matas

Me empujo, me dio la vuelta y subió mis caderas, me agarro de ellas y de pie en el suelo me la metió desde atrás. Dos envites que me deshicieron, luego salió y lamio desde mi culo a mi clítoris varias veces pasando su lengua por toda mi rajita, luego se incorporaba y volvía a metérmela de golpe, dentro, fuera, dentro fuera… y abajo, volvía a sentir su lengua en mi culo, en mi coñito, mordisqueaba mi carne caliente y anhelante, dos ves y de nuevo…. Su polla dentro, que placer. Madre mía, me corrí como una posesa agarrada a mis sabanas.

Se sentó y me monte sobre él, le abrace las caderas con mis piernas y el me agarro del culo, su polla entraba y salía mientras el hacía hasta el balancín agarrándome yo a su cuello.

-Miriam voy a volver a regar tu coñito hermanita.

-si Lucas córrete de nuevo en mi coñito hermano.

Desperté sola en la cama, pero su olor estaba en cada rincón de mi cama, de mi habitación… de mi piel.

Baje a desayunar y me sonrió, nos metimos en su coche, pero pasamos la playa donde íbamos a ir a reunirnos con los demás, condujo largo rato y paro, nos miramos.

Baje del coche ante su atenta mirada, me baje la braga del bikini y abrí su puerta, metí la mano y descubrí una ya excitada polla.

me puse en cucliyas y me la metí en la boca…