Mi vendedora regalona (3)
Cinco horas de locura en un hotel.
Mi vendedora regalona III
Patricia me pidió que pasáramos todo un día juntos y para ello con el fin de no despertar sospechas invente una citación al tribunal por una estafa que afectaba a la empresa. Ella encambio solicita un día libre ya que estaba gestionado un cambio de puesto y supuestamente ese día tenía tramites que realizar.
El lugar elegido en donde nos encontraríamos era una estación del metro y la hora 8:30.Me empece a desesperar ya que no llegaba y luego el flujo de personas aumentaría y nos podrían ver.
Con unos 15 minutos de retraso apareció con unos jeans desteñidos y una solera que insinuaba bastante, me acerque y la salude de manera normal ya que ella siempre me lo pedía que fuese así, por temor a que algún conocido nos estuviera viendo y comentara la situación. Caminamos como dos amigos comentando él por que del atraso y a que lugar iriamos, la respuesta fue rápida ya que el día anterior me dedique a buscar un hotel en donde nadie nos podría ver y no seriamos molestados.
Ella se deja llevar, caminamos por la principal calle de la ciudad hasta llegar al costado de una antigua iglesia, frente a ella un hotel que reunía todo lo que nosotros buscamos, privacidad y comodidad.
Pedimos la pieza, esta estaba en el 6 piso, no quiso utilizar el ascensor, Patricia quería saber como era el ambiente y en cada piso se detenía a mirar la decoración. La nuestra tenía alfombra de muro a muro con 2 grandes espejos uno frente a la cama y otro en el techo.
Al cerrar la puerta no hubo nada que decir lo primero fue abrazarnos y comenzamos a besarnos con gran deseo, Patricia empezó con su coquetería y me pidió le dejara ir al baño. No demoró mucho en volver pero mi sorpresa fue grande cuando la vi solo con una pequeña ropa interior de color rojo con uno zapatos tacos altos del mismo color, se paro a los pies de la cama y con voz muy sexy me dijo": te gustan mis zapatos", claro esta que los zapatos estaban muy lejos de mi vista, ya que lo transparente de su ropa no permitía que mis ojos pudieran ver otra cosa.
Se paseó por la pieza muy coqueta y encendió el televisor que mostraba una película de sexo que le llamó la atención ya que la mujer estaba siendo penetrada por dos negros con mucho fuerza. Unos minutos se queda parada frente al aparato y luego me miro y me dijo que eso lo quería sentir ella, pero solo conmigo.
Me puse de pie y comencé a desvestirme mientras ella se metió a la cama y se tapo con la sabana, recuerdo que afuera el día estaba nublado especial para quedarse en cama, ya sin nada encima me metí debajo de la sabana y Patricia me da la espalda para que la abrace por detrás murmurando que le diera calor ya que tenía frío. Comencé a darle besos en el cuello mientras ella restregaba su culo en mi pene.
De las caricias pasamos a los besos mientras le quitaba el sostén y el colales, ella empezó a escabullirse bajo la sabana dondome besos por todos lados en búsqueda de mi pene, antes de lograrlo la tome del pelo evitando su objetivo. Patricia me pedía que la tratará como una puta, que le diera ordenes se quería sentir dominada, entonces me pare y le dije que se arrodillara y que metiera mi pene en su boca, cosa que rápidamente hizo mientras yo la mantenía tomada del pelo moviendo su cabeza al ritmo que quería.
Le tire de este y la tumbe de espalda en la cama mientras habría sus piernas me agache y le metí mi lengua en su concha la cual ya estaba muy húmeda y con el aroma que ella sabía tener en estas ocasiones. Se retorcía cada vez que la mordía e introducía mis dedos en su interior a lo cual se convulsionaba y dejaba escapar suaves gemidos de placer.
Ya estabamos muy caliente cuando la tomé y le ordene se sentara en su pene regalón, claro esta, que antes de hacerlo le dio una buena mamada para clavarlo suavemente en su interior comenzando un movimiento lento del cual escapaban gemidos cada vez más fuertes, mientras la tomaba de las caderas intentaba hacer más rápido el acto pero lo que ella quería era sentir poco a poco el placer y me llevó las manos a sus pequeños senos que se perdían en ellas, los besé y chupe con tal fuerza que sus gritos no tardaron en aparecer, mi leona ya estaba gozando el momento como a ella le gustaba.
Me clavo sus uñas en mi pecho al momento de tener su primer orgasmo ante lo cual quiso tumbarse a un costado mío cosa que no le permití ya que mis deseos aún se mantenían, esta vez si la tome de las caderas y con rápido movimiento ella no dejaba de gritar de placer al cabo de un rato ella llegaba a un nuevo orgasmo y yo tenía el mío.
Nos encontramos muy cansados, Patricia se levanto y comenzó a mojarse en el lavamanos dejando una vista espectacular de su concha y su culo mojados, no despegue mis ojos de tal objetivo y como mi calentura y mi pene se mantenían en forma me puse detrás de ella y la abrace sintiendo su cuerpo con piel de gallina, con esto ella se inclina un poco permitiendo que le clave mi arma un su pequeño ollito dejando escapar un grito que no se si es de dolor y placer. Cada vez los movimientos eran más fuertes al igual que sus gritos lo que me llevo descargar mi leche en su interior.
No había duda que lo que estamos viviendo era espectacular para ambos, nos tendimos en la cama un rato y observamos el televisor en donde los negros seguían gozando con la mujer. En eso estabamos cuando la ventanilla de servicio se abrió solo se podía divisar una sombra en el pasillo, alguien nos estaba observando y Patricia se calentó con esta situación se puso de pie en la cama y comenzó a tocarse por todos lados piendome que le chupara su concha, la sombra estaba mas cerca y nos observaba. Sus gritos de placer y el ambiente existente le llevaran a tener su tercer orgasmo, la sombra se desapareció y la puerta del lado se abrió.
Ahora nosotros seriamos quienes espiarían a nuestro vecino, sin nada que nos tapara salimos al pasillo y nos paramos en la puerta a escuchar, después de un rato unos fuertes gritos nos indicaban que otra pareja gozaba.
Pasamos cinco locas horas haciendo el amor, probamos todas las poses, pero de algo estoy cada vez mas seguro, Patricia es una leona en la cama, una diosa para chupar el pene y la mujer mas caliente e imaginativa para el sexo. Es una pena que su esposo no sepa valorar a la mujer que tiene a su lado, aún que yo soy muy feliz haciendo gozar a su mujer.