Mi vecino viejito y yo (29)
Del encuentro con una amiga de la niñez, hemos sufrido un gran cambio, casi somos iguales.
Mi vecino viejito y yo (29)
Hola amigos, soy Lucia, se acuerdan de mí? Claro que si, he relatado mucha de mis aventuras con lujo de detalles. Hoy les quiero contar un “encuentro” que tuve con una amiga de mi niñez, lo cual hacía más de 15 años que no veía. Natalia, se había ido con su familia teniendo unos 6 o 7 años de la ciudad a otra provincia, por el traslado de trabajo de su papá. Me dijo que tenía unos días libres con su familia y nada mejor que venir a su “vieja” ciudad y ver los amigos. Cuando la vi, la reconocí de inmediato, aunque estaba mucho más bonita, era toda una mujer y se me hizo agua la boca. Nos dimos un abrazo apretado y nos dimos un beso, no sé si fue mi imaginación pero creo que busco estar cerca de mis labios, cosa que me agradó mucho y para ver si estaba en lo correcto dejé que mi mano recorriera su brazo y finalizara en la suya tomándola unos instantes, sintiendo un pequeño apretón de su parte. Nos miramos a los ojos y creo que ahí ambas sabíamos que tendríamos sexo. Fue algo espontaneo que dije, que esa noche se quedaría en casa así recordaríamos nuestra niñez, cosa que fue aceptada por ella de manera contundente que así sería. Cuando sus papás asintieron, mi conchita se mojó, créanlo pero fue así. Disfrutamos mucho de esa tarde, salimos a recorrer amistades de nuestra niñez, recordamos el colegio y otras instituciones. Estábamos felices, ninguna de las dos mencionó para nada lo que nos gustaría hacer esa noche, yo no podía parar el líquido pre seminal que salía por mi conchita, incluso en algún momento con disimulo llevé mi mano a mi pierna para ver si estaba mojada. En una mi amiga me dice: -“no te preocupes, yo estoy igual ”- y soltamos la risa.
De vuelta en casa, subimos a mi habitación para refrescarnos algo y poner en orden donde dormiría mi amiga. No voy a negar que estaba nerviosa igual que ella, cuando finalizamos de arreglar todo, me acerqué por detrás, la atraje hacia mí, rodeando con mis brazos su cadera, buscando su orejita le susurré:-“ Como has crecido, putita ”- ella de inmediato tomó mis manos y sacó colita rozándome, se dio vuelta me rodeo por el cuello y busco mi boca, nos dimos un precioso beso húmedo. :-“ Me parece que somos igual de putas, te gustan las mujeres como a mí ”-
:-“ No te voy a negar que me gustan, pero una buena verga no la desprecio ”- acoté y otro beso con lengua nos estampamos, y como estábamos de confidencias me contó que tenía una “novia” lo cual gozaban mucho y desde que salían juntas, no la había engañado hasta hoy. Y como entramos en confidencias le comenté de mi vecino sin dientes, y tanto se entusiasmó que quiso conocerlo, diciéndole que si había ocasión se lo presentaría y lo podría usar tanto como macho que como hembra. Y así bajamos para estar un ratito con mis papas, pues los de Natalia ya se habían marchado a la casa de algún familiar a pernoctar. Conversamos de temas varios, sobre todo mi mamá tratando de escrudiñar el pasado de mi amiga, que fue muy recatada en informaciones. Nuestras conchitas, mojadas al máximo, no veíamos la hora de estar juntas y podernos amar, queríamos estar de piernas abiertas ofreciendo todo nuestro encanto a las caricias de la otra. Hicimos algún mandado, pero solo para tratar de ver a mi viejito cosa que conseguimos por suerte, se lo presenté y quedó a gusto con él o ella, le dije en el momento de conocerlo que era una putita muy linda,-“ vamos a ser tres mujeres deseosas una de otra ”- dijo mi amiga y al viejito se le iluminaron los ojos. Entonces le dije que cuando pudiéramos vendríamos pero tendría que esperarnos como toda una nenita. Sabiendo que esto sería así, continuamos a finalizar el mandado, estábamos nerviosas, felices y por sobre todas las cosas, con nuestras panochas húmedas. En la hora de la cena, lo hicimos tipo pajaritos como dijo mi mamá, pues solo picoteamos poco, sabiendo lo que nos esperaba esa noche. Luego de la sobremesa, nos retiramos a nuestros “aposentos”, y no bien entramos nos fundimos en un abrazo con mucha lengua, nos metimos manos por todos lados tanteando lo que más tarde sería intenso. Nos fuimos desvistiendo de a poco, sacándonos una a una nuestras prendas, y cuando llegamos a las intimas, fue con los dientes que lo hicimos. Natalia se me tiró encima cayendo ambas en la cama, me abrí de piernas sin dejar de besarnos, y ella puso su rodilla en mi panocha queriendo meterla, de inmediato comencé a mover mis caderas produciéndome un goce infinito. Nuestra respiración se hizo entrecortada y daba la impresión que nos faltaba el aire, luego se sentó en mi boca moviendo su rasurada conchita sobre mi cara, hasta que la pinto toda, me la puso justo en la boca, y ahí pude besar, chupar morder a placer hasta que dio la sensación que estaba orinando por la cantidad de acabada que le produje. Luego me tocó gozar a mí, me acostó con la espalda sobre la cama, me abrió bien las piernas y se hizo un banquete con mi panocha, la manejó a su antojo haciéndome de todo y por supuesto, también eyaculando con mucho ahínco y con mi respiración muy rápida. Descansamos un rato entre arrumacos y besos, por lo cual casi sin pausa ya estábamos súper calientes de nuevo, me interrogó si no tenía algo para satisfacernos de otro modo, le sonreí con picardía y le señalé la parte cerrada de mi ropero, fue a buscar al “amigo” se lo calzó bien, mordiendo su labio inferior cuando introdujo una parte en su conchita, gozando el contacto, con la mirada la llevé a la mesa de luz, la abrió y saco un pote con cremita, pasó su dedo y luego me embetunó la colita, de arriba abajo, metiendo una falange dentro, ahí saque mis nalgas para afuera y abrí bien el agujerito, cosa que lo hacía bastante bien, no untó para nada la verga postiza y suavemente tocó mi conchita, produciéndome un estremecimiento que por supuesto lo notó, pero no lo dejo ahí, sino que lo llevo hacia arriba, buscando mi culito, cuando llegó a él, poso la cabeza y me lo metió hasta la mitad, esperaba algo así, y goce mucho a la envestida, saque más aun mis nalgas y comencé un lento movimiento circular tratando de empujarla más adentro, Natalia se posó sobre mi espalda, paso sus manos por debajo de mi brazo y se agarró fuerte en mis hombros empujando con todo sus caderas y así metiendo la verga postiza toda dentro de mi culo :-“ que hermoso es cogerte amor ”- me decía –“ estas bien ensartada, putita ” iniciando el movimiento de vaivén con la pija en mi ojete. En cada envestida más gozábamos, ella por tener la otra parte metida en su panocha y yo porque me estaba haciendo feliz. :-“que bien me lo haces Nati, me haces gozar putona ”- exclamaba yo, sintiendo cada metida de pija en mi culo y el dedo en mi conchita apretando fuerte mi clítoris y metiendo algo adentro. Así estuvimos un buen rato yo sintiendo que más me agrandaba el culo y más me apretaba el granito haciéndome feliz y lo mismo ella sintiendo a cada embestida un estímulo en su conchita. Hasta que vino lo inevitable, ambas acabamos como locas, no podíamos hablar por la desesperación de largar leche y el cosquilleo que sentíamos a poder ser felices. En el momento de finalizar sentía claramente la verga que quería abrir más mi ojete y el dedo de ella queriendo ensanchar más mi concha, la desesperación nos invadía a ambas hasta que vino la paz, cayó encima mío pero teniendo cuidado de no sacar la pija de mi culo. Asi estuvimos un rato largo, yo soportando su peso y la pija, su respiración entrecortada susurrándome :-“ hermoso polvo putita, sos una buena hembra, estas bien enseñada, puta y degenerada, como me gustan ”-y diciendo esto de un sacudón me sacó el pene, produciéndome un espasmo, quedando mi culito abierto y bien grande, cansado y dolorido. De ahí fue directo al baño a lavarlo, pues había salido con algo de los intestinos, luego de higienizarlo y secarlo, lo dejó sobre la cama, donde aún estaba yo, pero ahora con la pepa para arriba. Se acercó y se acostó junto a mí, y ahí comencé mi trabajo, suaves besos, tiernas caricias:-“ ahora vas a gozar putita degenerada, vas a sentir lo que es tener una mujer encima ”- le dije al oído, chupando su lóbulo, aproveche para meterle un dedo en su panocha, estando muy mojada, entrando sin dificultad, busqué de inmediato su punto G, cosa que encontré fácil, y comencé a apretar suavemente al principio y fuerte a medida que pasaba el tiempo y veía como abría la boca buscando aire. Me apoderé de las tetas, alternativamente, primero una y luego la otra aprisionando con mis labios, busqué su boca y nos fundimos en un beso con lengua profundo y largo, nuestra saliva se juntaba y salía por nuestras comisuras de los labios, pero no nos importaba nada estábamos gozando. Mi dedo seguía haciendo estragos en la pepita de mi amiga, la abri bien de piernas, y fui bajando, besando y lamiendo hasta llegar a su concha saliendo mucho fluidos de ella, de nuevo lamí, succioné muy fuerte su clítoris sacando un quejido de su garganta, sin dejar de hacer esto agarré la pija postiza de encima de la cama y me la puse, sintiendo un alivio para mi conchita sentirme penetrada por la parte posterior, me levante un poco y fui haciendo todo a la inversa cuando llegue a sus tetas con mi labios roce suavemente y continué hacia su boca, ya en esa posición la cabeza del pene estaba en la puerta de su concha, penetre un hasta la mitad de la cabeza y ella arqueo su cintura y tomo una bocanada de aire, fue cuando de un solo golpe se la enterré, solo atino a mirarme sorprendida y dolorida, me agarro muy fuerte de mis brazos pero no me importaba nada, allí estaba para gozar y esa era la manera de hacerlo, haciendo daño, la saque hasta la mitad y otra vez entera para adentro, solo abrió la boca y los ojos grandes, un sudor frio cubrió su piel y otra vez el vaivén con fuerza y velocidad, hora abrió la boca y trato de decirme que no con la cabeza, pero no me importaba nada casi con desesperación comencé a hacer círculos y meterla me gustaba así :-“ aguanta puta, abrí bien tus piernas que quiere entrar más…. lo sentís ?”- interrogaba feliz porque sabía que sufría. :-“ Si putita no tienes tan abierta tu concha…ahora la tendrás..toma aguanta puta ”- repetía yo feliz de estar gozando. Así estuve un buen rato hasta que mi amiga comenzó a gozar también, nos acabamos en abundancia ambas, no podíamos hablar de las ganas que teníamos, nos besamos con desesperación hasta quedar inerte yo arriba de ella, saque de un solo golpe la pija y mire su concha, pudiendo ver el agujero regular que había hecho. Le di unos besitos y unas caricias y listo, nos dimos ambas las gracias por el momento muy bueno que habíamos pasado, me toco limpiar a mí y desinfestar al pene, volviendo a la cama con ella y ahí si nos contamos todo lo que habíamos hecho, que por lejos le gane en “bandidiadas”. Abría grandes los ojos cuando le comentaba sobre cuando fui esclava y cuando me culiaron los traba, picándole el bichito de la curiosidad. Y nos dormimos muy tarde, planeando lo que haríamos con la nenita de mi vecino sin dientes.
Pero eso lo dejo para una próxima entrega, gracias por leerme y reitero como siempre, todo lo que escribo me ha pasado, gracias por darme ánimo a través de mi correo
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Un beso.