Mi vecino Jacinto (2)

La servicial nueva novia de mi vecino

Mi vida cambió para siempre, todas las tardes mi vecino bajaba a follarme como si no hubiera un mañana. Me tenía a su merced, me paseaba en lencería que el me hacía comprarme, me disfrazaba para cumplir todas sus fantasía y hacía lo que el me decía sin rechistar. Me satisfaccía plenamente y orgasmo tras orgasmo me volví su esclava sexual.

  • Mañana por la tarde, tu y yo nos vamos de viaje, cuatro días, pasaré a buscarte a las 4 cuando salgas de trabajar, apáñatelas

No me fue dificil convencer a mi marido de que me iría cuatro días a unos cursos de formación a otra ciudad, estariamos en contacto y sin más estaba metida en un coche con mi vecino de 72 años camino a no se donde.

Al llegar a nuestro destino, un motel de otra ciudad, me tiré sobre el, estaba tan a su merced que solo quería que me follase a todas horas.

  • Quieta loba, hoy no eres para mí. Hoy te voy a dejar que compares para que veas que solo yo se follarte

  • No entiendo

  • Tengo entradas para una fiesta especial, es de intercambios, yo mando y yo elegiré

  • Lo que tu me digas...

Me vestí con mi vestido verde de una pieza, minifaldero y con buen escote. El con un traje de señor viejo cualquiera. Al entrar me di cuenta de que la media de edad era muy alta y creo que mis 29 años eran un caramelo para todo el mundo. Mi vecino entró agarrado a mi cintura y fuimos hacia la barra.

  • Veamos el material y que pareja nos puede servir, contigo aquí creo que cualquiera querría

Las parejas cuchicheaban a nuestro alrededor. Se notaba que los hombres querian ser los elegidos.

  • Te dejo elegir a ti perra, ahora mismo me vale cualquiera

Empecé a mirar a mi alrededor, me estaba excitando la situación de poder chascar los dedos y elegir el hombre que yo quisiese aunque me doblara la edad me sentía con poder, cosa que Jacinto me había quitado de un soplido.

A mi izquierda, al fondo, pude verle. Era un viejo mas o menos de la edad de Jacinto, gran coronilla calva, delgado y feo. A su lado una mujer, más joven, unos 60. No muy agraciada pero con buenas tetas.

  • Allí!

  • Te va la marcha cerda

Jacinto se dirigió allí y en un par de minutos habló con la pareja a la que me señalaba. El hombre me miraba con incredulidad y lujuria al mismo tiempo. La mujer dudaba solo hasta el momento en que Jacinto le cogió su mano y le hizo notar su paquete. La mujer morreó a mi Jacinto, lo cogió de la mano y se acercaron. Jacinto me dio las llaves de la habitación del motel y me susurró al oído. "Todo tuyo el viejo, iros a donde querais, no me dejes quedar mal, haz lo que te enseñé". La mujer apretaba el culo de Jacinto mientras cruzaban la puerda del local.

Me acerque al viejo, que titubeante y muy nervioso me saludó con dos besos

  • Me llamo Alicia

  • Yo Amancio, encantado, no sé que decir...

Las palabras de Jacinto "...haz lo que te enseñé" significaban que tenía que dominar al viejo y hacerlo comer de mi mano y mis otras cosas

  • No tienes nada que decir, solo mirar lo que te vas a comer hoy

  • Hija mía, soy muy viejo, no creo que pueda darte nada

  • No te gusto?, le dije mientras me sentaba en su regazo

  • Mucho hija mucho, eres demasiada hembra para mi

Me acerque a su oído y le susurré. "Mi novio se está empotrando a tu mujer y yo quiero que me folles a mi"

El viejo estaba asustado, estaba muy nervioso y yo iba demasiado deprisa, pero mi calentura era mayor pensando en Jacinto y la mujer que por mi situación. Cogi su mano y la puse en mi coño, empapado... le mentí diciendo "mira como me pones joder, este cuerpo es para ti viejo... sacame de aquí y comeme"

Como si de un resorte se tratara el viejo se levantó me agarró de la mano y me llevó hasta su coche. Mientras conducía yo lo pajeaba, no tenía ni la mitad de la polla de mi Jacinto pero me daba igual, yo quería follar.

Aparcó el coche en un polígono y me mandó bajar para meternos en una obra sin acabar. Me bajé y el con su mano en mi culo me acompañaba.

Cuando entramos me levanté el vestido me bajé el tanga y le dije "comeme". Empezó a comerme el coño con torpeza pero fue mejorando y empezó a hacerlo con bastante habilidad.

  • Come viejo, coño joven para ti

"Quién anda ahí", nos sobresaltó una voz femenina. La vigilante de seguridad del polígono nos enfocaba con la linterna mientras Amancio de rodillas y yo con las bragas en los tobillos la mirabamos.

  • Ah, eres tu Amancio... JOOOODER esto estaba en el club, así me gusta que bajeis la media de edad, pedazo pivón... tu mujer estará con un joven por fin

  • No, su novio es de mi edad

  • Una folla viejos... la tiene enorme verdad tesoro?

Estaba paralizada, Amancio siguió comiéndome el coño mientras la vigilanta me rodeaba, volvía a estar empapadisima e incluso tuve que jadear con la comida del viejo.

  • Joder que buena está, pedazo pieza, esta te hace correrte en la primera eh Amancio.

La vigilanta empezó a desabrocharse el uniforme y sacó al aire un par de tetas de la talla 100 como mínimo y mientras se palpaba su coño me agarró mi mano poniendola encima de sus tetas y me morreó. No me lo podía creer, un viejo comiendome el coño y una vigilanta de seguridad fea y tetona besándome con lengua y me estaba encantando... era una puñetera zorra, Alicia la profe de guarderia era una puta.

  • Comeme el coño guarrilla.

Me agaché para comenzar a meterle la lengua a la vigilanta mientras Amancio me levantaba el vestido y por detras me metía su polla en mi coño. Empezó a bombear lentamente. Me giré y mirandole a los ojos le pedí más y más quería que me follase fuerte.

  • Dale más fuerte, puto viejo, o eres un pichafloja

Al decirle eso el viejo sacó su polla y me la metió por mi culo lo que me hizo estallar de placer. Bombeó con ritmo.

  • Si joder follame así dale a esta puta su merecido, y tu trae tu coño aquí guarra

Comía y metía mi dedo en su coño con esmero. El primer orgasmo de la vigilanta se escuchó en todo el planeta mientras Amancio se corría dentro de mi culo. Me trague los flujos de la tetona mientras Amancio extasiado se apartó.

  • Llevame a casa puto viejo

  • Este es mi telefóno, si quieres follar de verdad me llamas guarrilla. Y le di mi telefóno a la vigilanta mientras Amancio y yo volvíamos al coche.