Mi vecino André (I)

Sumisión y dominación en el vecindario

Mi vecino André

Antes de presentar a mi vecino y de contaros esta tremenda historia me gustaría presentarme. Me llamo Pablo, mido 1,70 metros y me gusta mucho cuidar mi aspecto físico. Acudo al gym a diario y a mis 28 años he desarrollado mis músculos en aquellas partes de mi cuerpo que atraen a los hombres que a mi me gustan. Me paso las tardes trabajando mi tren inferior y tengo unas piernas y un culo de infarto. Las sentadillas son lo mío aunque también trabajo mi abdomen y mis brazos y salgo a patinar los fines de semana para quemar calorías. Como habréis podido adivinar soy pasivo, muy pasivo y me encantan los hombres altos, fuertes, dominantes que me den duro y me hagan sentirme a su merced y como un simple objeto para su uso y disfrute. Me encanta obedecer y me gusta sentirme humillado en el sexo. Y mi mayor fetiche además de las pollas grandes, gordas y venosas son los tíos heteros. Bueno los que van de heteros y más bien guardan dentro de ellos a ese bisexual al que a veces dejan escapar. Y ahí estoy yo, al acecho de ese momento.

Mi vecino André es hetero, no me lo ha confesado directamente pero no ha hecho falta. Su mujer y sus 2 hijas pequeñas hablan por sí solas. Él y su familia se mudaron al edificio hará unos 2 meses, como a principios de mayo y desde entonces es el objeto de todas mis fantasías. Es francés pero habla castellano a la perfección porque su mujer es de aquí de Madrid, pero eso no es lo que importa, de hecho no me hubiera importado que no me dirigiese la palabra nunca si con eso pudiera haberme follado la primera vez que lo vi.

Recuerdo perfectamente ese momento y mi culo también, porque me hizo un guiño casi instantáneo. Fue en el portal del edificio, una tarde calurosa. Yo bajaba en el ascensor enfundado en mis mallas camino del gym, cuando le vi cargando cajas muy pesadas en el rellano. Fue como una aparición. 1,90 de estatura, pelo castaño en media melena, perfectamente cortado, barba poblada, espaldas muy anchas, brazos de Thor, unos pectorales con pelo que se adivinan debajo de la camisa estrecha que llevaba y unas piernas que asomaban debajo de las bermudas que parecían de un gladiador. Como en un acto reflejo apagué la música de mis cascos y me dispuse a echarle una mano. Intuía que se mudaba al piso de abajo del mío y quería conocerle desde el minuto uno. Me sonrío, me derretí y le ayude a cargar todas sus cajas aprovechando para hacerle un escáner de arriba abajo. Cuando terminamos me dió las gracias y se presentó.

-Soy André, te debo una, ahora parece que tenías pensado ir al Gym no?, pero pásate por mi casa esta noche y te invito a un vino de mi país que te va a encantar para compensarte, soy francés.

-Yo soy Pablo. Como en 2 horas estaré de vuelta. ¿Cuál es tu piso?

-Es el tercero A el de la terraza enorme. Perfecto nos vemos luego Pablo, has sido muy amable, mi mujer y mis hijas no llegan hasta dentro de 3 días y me voy a comer la mudanza yo sólo. Afortunadamente esas eran las últimas cajas y ya casi tenemos el piso montado. Te agradezco mucho tu ayuda.

-Genial André nos vemos luego.

Nos despedimos en el portal, él se montó en su coche y a pesar del mazazo que recibí al enterarme de lo de su familia decidí girarme para verle de nuevo. Me sorprendió ver que me seguía con la mirada. Parecía estar mirándome el culo y me guiñó un ojo desde el coche.Igual sólo eran fantasías mías, pero que tremendo sería que me follara durante esos 3 días en esa casa a medio hacer. En el gym no podía concentrarme, era estúpido, sólo me había invitado a una copa de vino tras haberle ayudado con sus cajas, pero mi mente ya pensaba en que me reventase el culo con esa potencia y ese acento diciéndome guarradas mientras me penetraba. Tan caliente andaba, que en lugar de entrenar como debía, volví antes a casa, pasé por la ducha y como un iluso esperanzado, me asee como es debido y me depilé entero. Me vestí con un pantalón corto muy apretado y una camiseta de tirantes, me afeité la barba y me eché perfume de mujer. Eran las 20h y decidí bajar, dispuesto a no subir hasta haberle dejado saciado. Que tonto que eres me dije, cerré la puerta y bajé por las escaleras.

Llamé al timbre y escuché sus pasos. Cuando abrió casi me desmayo.

-Salut Pablo, pasa por favor.

Estaba sin camiseta y la vista de ese pecho peludo me dejó sin aliento. Para colmo llevaba un pantaloncito corto de lycra y no llevaba ropa interior. Se le notaba la polla perfectamente, se le marcaban casi hasta las venas, y aquello parecía descomunal. Aunque no pasara nada, la visita ya había merecido la pena. Me invitó a pasar a la terraza, mientras él iba a la cocina y me senté en una de las 2 tumbonas que había en la terraza. Empecé a sudar. Escuché como volvía y me giré para ver como ese ejemplar de macho se movía y como semejante polla se movía mientras andaba. Estaba salivando. Tumbado como estaba, al acercarse con las copas y con una fantástica botella de champán, su polla quedó a escasos centímetros de mi cara. El corcho salió disparado y unas pequeñas gotas me cayeron en la cara. Noté su olor a sudor y empecé a ponerme muy burro, me sirvió la copa y se sentó en la tumbona que estaba junto a la mía.

-Espero que te guste, es un champán muy bueno. Lo reservaba para cuando llegara mi familia, pero tu ayuda esta tarde bien merece que brindemos.

-Gracias André me encanta el champán.

Mentí como un cabrón pero me hubiera bebido cualquier cosa con tal de poder estar ahí. Ahora André me regalaba una fantástica perspectiva de sus piernas y de sus pies. Antes no lo había mencionado, pero otra de mis debilidades son los pies y aquellos eran enormes. Además tenía un dedo gordo que casi parecía una polla. Si tenía así los pies, como tendría la herramienta.

-Perdona que te haya recibido de esta forma, pero el aire acondicionado no funciona, y dentro de casa y trabajando en la mudanza, moría de calor, espero que no te importe, cuando has entrado estaba pensando en darme una ducha. Tu hueles muy bien y yo aquí tumbado, sudado, semidesnudo y bebiendo champán.

-No te preocupes por mí. Además se te ve que te cuidas muchísimo.

Mierda, ya me había delatado. Después de aquella copa, me mandaría a casa. Pero lo que hizo me dejó desconcertado. Se irguió se levantó y cogiéndome del cuello me levantó de la tumbona. Me quedé aterrorizado y temblando.

-Desde que has llegado, no has parado de mirarme la polla, eres muy descarado. Te la estás comiendo con la mirada. ¿Qué te crees que no me he dado cuenta?

Y entonces me arreó una hostia en la cara que me hizo ver las estrellas

-Sólo me ha hecho falta una tarde para saber que eres la más puta del bloque. Hasta hueles como mi mujer.

Y entonces me pegó en la otra mejilla y se me derramaron 2 lagrimones. Fue entonces cuando me soltó un lapo en toda la boca. Volvió a cogerme del cuello y me puso de rodillas. Restregándome su paquete contra mi cara. Yo estaba acojonado y a su merced. Me encantaba lo que estaba pasando pero no sabia cómo iba a acabar aquello.

-Huele mi polla puta. Saca la lengua y lámela por fuera, hazla crecer.

No daba crédito. Estaba consiguiendo lo que había llevaba pensando toda la tarde y prácticamente no había hecho nada. Bueno ser muy puta y escanearlo de arriba a abajo, Además, para más inri estaba siendo más agresivo de lo que hubiera soñado. Joder era Mi día de suerte. Aquella polla están empezando a responder a mi lengua y empezaba a crecer. Era muy gorda. Era todo un pollón. Sin palparla, calculé 25 centímetros. Al agrandarse el cabezón de aquel monstruo empezaba a asomar por el pantalón y mi lengua se fue directa para allí. Entonces me separó de él y me soltó 2 bofetones en el mismo movimiento con la palma en la mejilla derecha y con el envés en la izquierda --

-¿Quién te ha dicho que me comas la polla maricón? ¿Quién?

-Nadir señor. Perdómeme, yo creía que...

Pare de hablar porque empezó a apretarme la garganta.

-En esta casa harás lo que yo te diga, cuando yo lo diga y cómo yo lo diga.¿Lo has entendido?

Asentí y entonces con la otra mano cogió la copa dió un trago largo y me lo escupió entero en la cara.Me mojó entero.

-Ahora arrodillate, ponte a cuatro patas y entra en el piso y cámbiate que das asco.

Obedecí y le seguí al interior. Una vez dentro. Bajo las persianas. Encendió la luz y de una caja, me tiró un jockstrap y un neceser de mujer.

-Ve al baño, dúchate, límpiate y maquíllate como una fulana. Dentro del neceser tienes además todo lo que te hará falta para ésta y las futuras sesiones. No tardes! Y sigue caminando a 4 patas.

Continuará