Mi vecino
Después de un año de habernos comprado la casa y haber entablado amistad con nuestros vecinos, les pedimos ayuda para la reforma que queremos realizar en la cocina
Mi mujer Paula y yo (David) llevamos casados diez años, hace aproximadamente un año nos compramos una casa adosada en el pueblo, a diez minutos de la ciudad donde tenemos nuestro trabajo.
Es una zona residencial muy familiar y tranquila, durante el transcurso del primer año conocimos a los vecinos colindantes a nuestra casa, unos eran un matrimonio de jubilados y los otros una pareja de entre treinta y treinta cinco años ambos, sin hijos también, él se llamaba Jorge y ella Silvia.
Silvia es dentista y Jorge es albañil por cuenta propia, mi mujer y yo somos funcionarios, ella hace de profesora de primaria y yo soy policía municipal.
Como era de esperar, tras varias comidas y cenas con nuestros nuevos vecinos surgió una amistad, durante la última barbacoa que hicimos por la noche en verano, mientras nuestras mujeres miraban videos y páginas webs de moda y cosméticos, nosotros habíamos preparado la brasa acompañados por nuestras rubias preferidas, que sería de esas barbacoas por la noche sin nuestra cerveza. Le comenté a Jorge la reforma que queríamos hacer en la cocina y le pregunte si nos podría ayudar en algunas cosas, Jorge dijo que iba desbordado con la faena, pero que ahora tenía tres semanas de vacaciones y la primera semana iban a estar en casa, así que me dijo que podría ir viniendo algunos días.
La cena fue muy amena, no tardamos en irnos a la cama ya que Silvia tenía que atender a un paciente de forma extraordinaria al día siguiente.
Ya en la cama le expuse a mi mujer lo que había acordado con Jorge, le comenté que al trabajar de mañanas esa semana, tendría que enseñarle a Jorge lo que queríamos hacer, al estar en mes de julio mi mujer tenía vacaciones y no había ningún problema por su parte en poder estar atenta a la reforma.
- ¿Y te ha dicho cuanto nos va a costar?
- No, primero se lo tendrá que mirar y ya nos dirá el que supongo.
- Ok
El lunes sobre las 09:30h apareció Jorge por casa, mi mujer iba vestida con un pantalón corto negro de chándal y una camiseta de tirantes blanca.
- Que fresquita que vas paula
- Tu dirás con este calor que hace
- Ni que lo digas, que con este oficio que me buscado en verano adelgazo por día de lo que sudo jaja.
- Qué envidia, así no engordas nunca.
- No lo dirás por ti, si estas estupenda, no te falta ni sobra ningún kilo.
- Gracias por el cumplido, bueno pues a por faena, veras queremos quitar las baldosas de esas dos paredes y del suelo, quitar todos los muebles viejos y mover el fregadero hacia ese lado.
- Ok eso es fácil, los muebles nuevos y electrodomésticos ya los tenéis mirados?
- Si, ya vino un chico de la tienda a medir y nos los hicieron a mida, mira tengo aquí los planos.
- A vale perfecto, entonces los muebles os los montan ellos y ya os instalan la nevera y lo demás, ¿solo queréis que deje todo listo para cuando vengan a montaros todo no?
- Exacto
- Bueno, mañana traerá el martillo hidráulico para quitar las baldosas, lo que vais a tener que ir a comprar la baldosa nueva.
- Bueno solo vamos a poner por el suelo, en esas paredes pondremos yeso y en las otras el mármol y muebles.
- Ok, pues comprar las baldosas y todo el material que el miércoles ya alicato el suelo.
- Vale, entre hoy y mañana vamos, entonces ¿hoy no puedes avanzar en nada?
- Depende, si quieres tengo el desatornillador eléctrico y alguna herramienta más en casa, si no tenéis que cocinas puedo desmontar-os los muebles, y si tenéis ganas y no he terminado los acabáis de desmontar esta tarde.
- Vale perfecto, pues tú mismo.
Jorge se fue a su casa a buscar las herramientas, al volver mi mujer le abrió y se fue al comedor.
Sobre la una y media del mediodía, Jorge aviso a Paula para que fuera a la cocina, mi mujer se sorprendió ya que había desmontado todos los muebles.
- No veas, menuda maquina estas hecho
- Bueno destruir y desmontar siempre es algo fácil y divertido, esto ya lo llevareis a un punto limpio, así mañana puedo ponerme a quitar baldosas tranquilamente.
- Vale tranquilo, ya veo que has cogido alguna cerveza de la nevera
- Hay que meter gasolina al cuerpo de vez en cuando.
- Lo que no hemos hablado ha sido del precio, te has puesto aquí a trabajar y no hemos hablado de lo más importante.
- Bueno tranquila mujer, os puedo salir muy barato
- A que te refieres con os puedo, ¿vas a salir barato o no?
- Depende de ti paula
- ¿Como?
- Lo de hoy ha sido un trabajo fácil, como fácil sería por tu parte dejarme ver esas preciosas y enormes tetas que tienes, y no te sorprendas que me has pillado en más de una ocasión mirándotelas.
- De que vas tío
- No te enfades paula, esto lo podemos negociar tu y yo, nadie más se va a enterar mujer, que tiene de malo que me dejes ver tus gemelas, además que lo de hoy te saldría gratis.
- Y cuando me pregunte mi marido de porque nos sale gratis ¿qué le digo?
- Que os lo hago gratis por ser nuestros amigos, y así si algún día me pilla bebido me deberá una jaja
- Pobre de ti que se lo cuentes a alguien esto
- Soy una tumba paula.
Mi mujer se quitó la camiseta dejando a la vista su sujetador blanco, los ojos de Jorge parecían no querer parpadear para no perder detalle alguno de los pechos de paula en el preciso momento en que se desprendió del sujetador.
- Wooow, menudo par de tetas niña, son más grandes de lo que había imaginado madre mía.
- Qué vergüenza por dios, y ¿cuánto rato se supone que tengo que estar así?
- Que buena que estas Paula, acércate un poco que quiero verlas de más cerca.
Mi mujer se acercó quedándose a escasos centímetros de Jorge, el aprovecho para levantar una mano y acariciarle un pecho.
- Ey! Habías dicho solo mirar
- Vamos no seas sosa, con todo lo que he trabajado creo que me lo he ganado.
Al ver que paula no le decía nada, Jorge empezó a sobar ambos pechos con las manos y posteriormente los beso.
- Venga va ya está, te he dejado más de lo que habíamos acordado
- ¿A caso no te ha gustado que te tocara y chupara?
- Esa no es la cuestión
- ¿Te ha gustado o no?
- Sí, pero ya está bien.
- Tranquila que no voy hacerte nada paula, aunque si me dejaras verte el culito, mañana vendría mucho más motivado.
- Que morro tienes
Mi mujer se dio la vuelta y empezó a bajarse los shorts quedando solamente la tanga a la vista, Jorge se acercó y le agarro las nalgas con las dos manos, se agacho y empezó a lamer las nalgas de paula.
- Menuda retaguardia gastas paula, que envidia le estoy pillando a tu marido en estos momentos.
- Pobre, si supiera todo esto me mata.
- Pues será nuestro secreto de vecinos
Jorge se levantó y se despidió de paula, diciendo que tenía muchas ganas de volver mañana.
Al llegar al mediodía, mi mujer me enseño todo lo que se había hecho en la cocina, y nos dedicamos a pasar la tarde trasladando los muebles viejos, al terminar nos dimos una ducha y cenamos.
Como tenía que madrugar le dije a paula que me iba a dormir ja que ella quería quedarse en el sofá mirando una película.
- Espera ven amor
- ¿Qué quieres?
- Siéntate en el sofá
- ¿Por?
- Tu hazlo que te va a gustar
- Vale
Sin saber muy bien porque, mi mujer decidió regalarme una buena mamada para luego ponerse encima de mí, cabalgándome como una vaquera, me acercaba sus tetas para que se las comiera mientras me ponía las manos a su culo. Mi mujer jadeaba de placer y no tardó en hacerme correr dentro de su empapado coño.
- Te quiero amor mío, ahora seguro que dormirás mejor.
Nos fundimos entre abrazos y besos y me fui a dormir muy feliz (de haber sabido que la excitación de mi mujer provenía de lo acontecido esa mañana seguramente no estaría tan feliz)
Al día siguiente Jorge aparecía a la misma hora en casa, mi mujer le abrió la puerta, llevaba puesto un vestido corto de tirantes de color azul cielo con un estampado de círculos blancos.
- Buenos días paula, vaya que guapa estas
- Buenos días Jorge, tienes la cocina despejada de cacharros, voy a estar en el estudio haciendo cosas en el pc, cualquier cosa me avisas.
- Recibido.
Cerca de la uno del mediodía, Jorge le digo a paula que ya había terminado, solamente quedaba poner algunos trozos de runa en sacos y llevarlos al punto limpio.
- Vale perfecto, yo he estado hablando con los de la tienda y mañana esta tarde nos traen las baldosas y el material para mañana.
- Genial, has visto con qué rapidez se avanza con gente cualificada como yo jaja
- Si, lo único que tienes unos métodos de pago un poco extraños
- No te creas, solo para clientes muy especiales, los demás tienen que pagar sin descuento alguno.
- Y entonces ¿qué te debemos?
- Que me debes más bien jeje
- Dime.
- Pues como puedes observar, sacar todas las baldosas me ha dejado bien sudado y con las manos trinchadas pese a usar guantes, así que no se me ocurre mejor manera de pagar que haciendo que uses tus manitas suaves para hacerme una paja como dios manda.
- ¿En serio me estas pidiendo eso?
- Te lo digo muy en serio paula, bueno que ¿te animas a una manualidad o paso factura?
- Vamos al comedor anda.
- Ya sabía yo que te gusta jugar
- Calladito estas más guapo
Jorge se secó el sudor con una toalla que mi mujer le prestó, luego se bajó el pantalón y se sentó en el sofá con los calzoncillos puestos, mi mujer se arrodillo en frente suyo y le bajo los boxers dejando al descubierto la polla aun flácida de Jorge, tenía el miembro y los huevos completamente rasurados como le gusta a mi mujer. Mi mujer empezó a manosear con nervios el miembro de Jorge mientras que con la otra acariciaba los testículos, la polla de Jorge empezó a ponerse dura poco a poco, hasta dejar a mi mujer sorprendida por el gran tamaño y grosos del miembro. Cuando ya tenía la polla completamente erecta aumento el ritmo de masturbación para intentar hacer que se corriera lo más rápido posible, pero Jorge le interrumpió.
- Paula si dejas tus tetas a la vista quizá haces que me corra más rápido
Sin contestarle se desprendió del vestido y del sujetador quedándose solamente en bragas.
- Paula, si me dejas poner la polla entre tus tetas y follarmelas me llevo yo los sacos de runa.
Mi mujer acepto el trato sin decirle nada, tan solo agarro sus tetas con las manos y las coloco en su polla.
Jorge aparto las manos de mi mujer de las tetas y puso las suyas, tras un minuto de tener las tetas de paula subiendo y bajando acabo corriéndose entre sus tetas.
- Vaya gozada de tetas que tienes paula.
- Ya me doy cuenta que te gustan mucho, nos lavamos y te toca cumplir el trato, así que no quiero ni un saco en casa.
- Yo nunca engaño a nadie paula, un trato es un trato.
Y tras cargar todos los sacos en la furgoneta, Jorge se despidió de mi mujer.
Al llegar yo a casa, nos echamos la siesta y luego esperamos mirando una serie a que llegaran los de la tienda con el material.
Después de cenar nos fuimos a mirar la televisión al dormitorio, empezó el capítulo de la serie que estábamos siguiendo, a los quince minutos mi mujer decidió empezar a sobarme la polla hasta conseguir ponerla dura para luego sin decir yo nada, bajar y darme una mamada hasta hacerme correr en su boca tragándose toda mi leche.
- No sé qué te pasa estos días por la noche, pero vamos ojalá sigas así de animada.
- No me pasa nada tonto, solo que me gusta hacerte disfrutar porque te amo.
- Yo también te amo cielo.
Al día siguiente Jorge se presento media hora antes que los otros días y eso hizo pillar a paula desprevenida, haciendo que le abriera la puerta solamente con una camiseta larga que usa de pijama.
- Buenos días, hoy se nos han pegado las sabanas e paula.
- Eres tú que has venido antes.
- Hombre porque hoy la faena es más delicada, ¿tienes todo el material en la cocina?
- Si, el que falta está en la terraza de la cocina.
- Ok, pues ves hacer lo que quieras que ya no te molesto más.
- Vale
Durante la mañana Jorge logro arreglar el movimiento que queríamos hacer del fregadero y pudo alicatar todo el suelo. Al terminar llamo a paula para negociar el pago como habían hecho los dos días anteriores.
- Ha quedado muy bonito
- Una mujer tan bonita no podía escoger unas baldosas que quedaran mal, eso esta claro
- Y ahora viene el momento en el que me vas a contar una historia para decirme como tengo que pagarte, a que sí.
- No se te escapa una jaja.
- Bueno como puedes observar, alicatar y que queden todas las baldosas bien es un arte, y lo de mover los tubos del fregadero es una faena que si lo haces mal acabas empapado, así que había pensado que me podías hacer una obra de arte con esos labios tan húmedos empapándome la polla con saliva.
- Vamos que quieres que te la chupe.
- Resumiendo, sí.
- Pues ves al baño y límpiatela bien sino no va haber ninguna mamada.
Al volver Jorge se había desnudado completamente y llevaba la polla dura y limpia.
- Mira Paula, recién lavada para la ocasión, como ves hoy ya viene preparada.
- Ya lo veo, no te lo tendría que decir, pero tienes una polla enorme, es la más grande que he visto en mi vida.
- No está mal la verdad, Silvia también me lo dice.
- No esperes que me la trague entera
- Tu ponte de rodillas y empieza a comer.
Mi mujer obedeció y se arrodillo para contemplar el enorme miembro de Jorge a centímetros de su cara, sin pensárselo demasiado empezó chupando la cabeza, luego bajo por el tronco hasta lamerle los testículos, acto seguido volvió a subir dando besos por el tronco hasta llegar a la cabeza donde ya decidida se la introdujo en la boca.
Jorge permanecía de pie en el comedor, mientras Paula había empezado acompañar los movimientos de su cabeza y boca con las manos, el aprovecho para quitarle la camiseta que llevaba puesta, le sorprendió ver que esta vez paula no llevaba sujetador.
- Las has dejado libres sabiendo que vena visita e
- Sabía que acabarían al descubierto, solo he acelerado los pasos.
- Joder que manera de chupar tienes, menuda comepollas estas hecha paula.
- ¿Te gusta más que las que te hace Silvia?
- No sabría decirte, las dos lo hacéis muy bien, solo que ella tiene el plus que se la mete enterita.
- Pues ya le preguntare como porque yo semejante pollon no puedo
- ¿Te gusta más que la de tu marido?
- Aun que me duela decirlo si, tienes un pollon espectacular.
- Pues aprovecha y comételo bien que ya estoy a punto de correrme
Mi mujer seguía mamando como podía el enorme trozo de carne que Jorge tenia entre las piernas, este le dijo que se iba a correr y paula abrió bien la boca, saco la lengua y cerró los ojos esperando a que aquella polla le bañara la cara con leche, cosa de Jorge no dudo en hacer.
Al terminar Jorge trajo un pañuelo para limpiar la cara de paula, luego se vistieron y quedaron para el día siguiente.
Al llegar a casa mi mujer me mostro todos los avances, decidimos ir a la tienda de muebles y electrodomésticos por la tarde para terminar de decidir el color y marca de algunas cosas. Después nos fuimos a cenar a un restaurante de comida rápida y de camino a casa mi mujer me empezó a chupar la polla con el coche en marcha, como pude llegue a casa y nos fuimos a la cama a rematar la faena.
Como era costumbre, Jorge fue puntual y esta vez a las nueve volvía a estar en la puerta de casa, mi mujer le abrió y Jorge no daba crédito a lo que veía, Paula estaba con un corsé de lencería negro.
- Madre mía, esto sí que es alegrarle a uno la mañana, así se motiva a los trabajadores sí señor.
- Buenos días, como sabemos cómo acabara esto pues he decidido ponerte un poco más nervioso durante la mañana.
- Que malvada eres, me encanta, pues si todo va bien hoy pongo el yeso y ya solo os quedara pintar y que os vengan a montar todo.
- Pues ya puedes empezar.
Durante la mañana, Paula a diferencia del resto de días entraba a menudo a la cocina con la intención de distraer a Jorge, una de las veces entro y se puso a comer un plátano haciendo ver que realizaba una mamada. Jorge con dificultad intentaba no distraerse demasiado, sabía que si no terminaba la faena no podría exigir el pago.
Pese a los esfuerzos de Paula para que Jorge no terminara la faena, este lo logro y ahora estaba dispuesto a exigir un gran pago.
- Visto las grandes dificultades que se me han presentado durante la mañana y que he terminado por completo todas las tareas que se me propusieron a principios de semana, creo que hoy toca un pago excepcional, ¿tú que piensas?
- Soy todo oídos.
- Pues lo suyo seria que follasemos en tu cama.
- Vale, pero con dos condiciones
- Dime
- Una, que uses preservativo y dos, que me comas el coño hasta que me corra.
- Acepto sin regañadientes tus condiciones.
Ambos se fueron al dormitorio, Jorge la tiro encima del colchón y empezó a besarla con lujuria, sus hábiles manos desabotonaron rápidamente la parte inferior del corsé, y con sus dedos tubo vía libre para tocar el coño de Paula.
Se detuvieron los besos en el momento que el empezó a ir bajando, empezando por el cuello acompañados de besos cada centímetro que recorría, al llegar a los pechos, los libero del corsé y dedico unos segundos a cada pezón con su lengua, prosiguió avanzando por el vientre hasta llegar al monte de venus, paula respiro hondo a sabiendas de lo que se acontecía, sin más preámbulos Jorge hundió su rostro en el coño de paula y con su lengua y dedos hacían estallar y retorcerse de placer a Paula, Jorge después de varios minutos degustando el manjar que Paula le había ofrecido, empezó a usar sus manos para provocar que Paula se corriera anunciándolo con jadeos y gritos de placer.
Al reponerse, Paula estaba ya completamente fuera de sí, puso a Jorge tumbado y le empezó a chupar la polla como quien come algo tras semanas hambriento, la enorme polla tenía que hacer grandes esfuerzos para aguantar tal ritmo, Jorge a sabiendas que se iba a correr detuvo a Paula.
- Quiero que me metas ese pollon dentro, metemelo todo, follame bien duro.
Jorge aprovecho la situación que le brindaban para poner a cuatro patas a Paula y empezar a embestirla con fuerza, con cada acometida Paula soltaba jadeos, no contento con eso, la puso tumbada boca abajo y el desde arriba empezó a taladrarla sin tregua, hasta que debido al cansancio de la postura le dijo a Paula de cambiar de posición.
- Quiero ver tus tetas botando mientras me follas Paula.
- Túmbate aquí que vas a ver qué bien se mueven.
Y así con el tumbado, mi mujer a ritmo rápido empezó a cabalgar introduciendo por completo con cada embiste la polla de Jorge.
- ¿Quieres que te folle el culo?
- Me encantaría, pero no estoy preparada para que me metas eso, mi culo es virgen.
- Que me dices, eso no puede ser.
- Hasta que no lo estrene mi marido no lo vas a poder catar.
- Joder que lastima, bueno creo que va siendo hora de terminar que se nos esta echando la hora encima.
- Pues venga dame tu lechita.
Jorge puso a paula tumbada boca arriba en la cama, luego le subió las piernas para posteriormente volverla a penetrar, tras un par de minutos dando profundas embestidas y viendo cómo se movían las tetas de paula con cada una de ellas, Jorge saco su polla y se deshizo del preservativo tirándolo encima del colchón, se acercó a las tetas y empezó a masturbarse para acabar corriéndose encima de las tetas y cara de Paula.
- Que zorra eres Paula, menuda máquina de dar placer niña.
- Pues que sepas que hoy voy a ser aún más zorra con mi marido
- Que cabrona eres.
- Ale vete que me tengo que ir a duchar.
Entre todo eso se olvidaron del preservativo que quedo oculto tras las sabanas, al llegar a casa mi mujer se quedó en el comedor y yo me fui a tumbar un rato, llevándome la sorpresa de encontrar ese preservativo usado, ya que había restos de líquido pre seminal, no podía ser de otro que Jorge pensé.
Lo guarde en el cajón de mi mesita, ahora ya entendía el exceso de excitación de mi mujer, todo había empezado desde la llegada de Jorge a casa, decidí que no le diría nada ya que prefería vengarme de la misma manera.
To be continued.