Mi vecino (1)

Como mi vecino desperto en mi a la puta jamas imagine, sometiemdome y doblegandome a sus deseos y a mi placer.

Les platicaré como inicio todo

Soy una mujer de 1.64, con 57 Kg. de peso, morena, cabello largo, que a pesar de mis 38 años casi nunca me calculan mas de 30, mis piernas son largas y torneadas con unas tetas medianas, pero redonditas y con pezones duros y generalmente turgentes, y mi culo es paradito que luce muy bien en jeans.

Soy casada desde hace 16 años, mi vida sexual era tranquila y un poco aburrida, mi esposo no es muy creativo en el sexo, es muy conservador y además de un lívido muy bajo, por lo cual yo fantaseaba leyendo relatos eróticos por Internet, mas nunca pensé que algún día mis fantasías cobraran realidad.

Conocía a mi vecino desde hace como 2 años, siempre tan atento y amable, solía usar jeans ajustados y playeras deportistas que dejaban sus hermosos bíceps a la vista. Su cabello largo dejaba ver en el algo de chico malo que me atraía en exceso.

Aunque nuestro trato era de lo mas inocente, pude percatarme de sus miradas… de como me recorría el cuerpo y me hacia virar la mirada hasta donde el estaba, aunque inmediatamente al sentirse descubierto por mi, giraba su cabeza a otro lado o me saludaba cortésmente haciéndose el desentendido. Ese juego continuo unos meses hasta que en una ocasión me atreví y después de ser recorrida por su mirada, proyecte mis ojos a el, y cuando me vio le sonreí coqueta y provocativa, sin apartar durante varios segundos mi mirada de sus ojos.

Después de eso nuestros flirteos continuaron, y cada vez me desnudaba más con la mirada, pero cuando lo descubría ya no lo ocultaba, me sonreía al mismo tiempo que nuestros ojos se encontraban cada vez más tiempo.

Nunca creí que pasaríamos a más, lo tomaba como un juego inocente. Pero mi libido aumentaba y empezaba a sentir una humedad en mi interior, cada vez que lo veía.

Una tarde que mi esposo llamo para decir que saliendo de la oficina tenía que salir a ver a un cliente a 4hrs de la casa y no regresaría hasta el día siguiente. Me dispuse a pasar una noche tranquila tumbada viendo la tele.

Pero esa tarde el destino me jugo una treta. De repente se fue la luz, pero pude comprobar por las luces afuera que había sido el apagón solo en mi casa, baje al garaje a checar las pastillas, pero nada al abrir el swich me di cuenta que se había quemado un fusible, y recordé que no tenia otro de repuesto.

Ese día llevaba un vestido, rojo de algodón, de los que se ciñen al cuerpo, una tanga y sujetador de satín blanco y sandalias altas. Como empezaba el otoño y antes estaba recostada en mi cama viendo una película, no me puse nada para cubrirme, mis pezones se pusieron erectos al momento dejándose ver a través de mi vestido dos preciosas protuberancias que parecían querer saltar fuera.

Abrí la puerta del garaje para que pudiera entrar un poco más de luz, mientras analizaba la situación. Tendría que conseguir un fusible ya estaba próximo a anochecer. Solo basto salir un paso fuera del garaje para verlo, ahí estaba mi vecino, después de recorrer mi cuerpo y saludarme, me aproxime a el pidiéndole de favor que si tenia un fusible. Me dijo que revisaría en su casa, acto seguido desapareció y regreso con una sonrisa que pensándolo bien era de maliciosa lujuria.

Al regresar me dijo que a pesar de vivir a un lado por fin me había atrevido a pedirle un favor después de 2 años, a lo que conteste es que mi esposo no estaba y que como no iba a llegar no quería pasar la noche a obscuras.

Temblé al percatarme de mi respuesta, ¿era una invitación? Preferí no voltear a ver su cara y camine hacia mi casa.

Al regresar ya empezaba a obscurecer y al cerrar la puerta hube que ir a buscar una vela para alumbrar. El me acompaño hasta la cocina, su proximidad me ponía nerviosa y me mojaba también.

Ya no atinaba a devolverle la mirada, pero podia sentir como me acariciaba mi cuerpo con sus ojos, y me empezaba a sentir acalorada.

Volvimos a bajar al garaje sintiendo una reconfortante oleada de viento recorrer nuestros cuerpos, con lo que me percate que mis pezones me empezaban a saltar de entre mi vestido como nunca lo habían hecho.

El me dijo que este favor mínimo me iba a costar un café, a lo que yo sonreí nerviosa. Acto seguido otra vez tuvimos luz, con lo cual tuve un suspiro de alivio, tal vez tratando de sacar un poco de ansiedad. Quedando sumidos en un embarazoso silencio.

--- ¿Qué paso? ¿No me he ganado mi café?

---Cla… claro, claro, sube.---Dije dudando, este juego empezaba a cobrar un ganador, y no estaba segura si quería continuar, por una parte mi conchita ya estaba destilando humedad y mis pezones se ofrecían erguidos pidiendo ser devorados, pero yo nunca había sido infiel….

Subimos hasta el descanso de las escaleras, había ahí un cuadro y el se detuvo a admirarlo, yo pude observarlo, estaba pensativo, sus ojos eran penetrantes, sus labios carnosos y había una protuberancia en su pantalón

Al momento volvió su vista a mi y se pudo percatar que mi vista no estaba precisamente en el cuadro, algo turbada, intente continuar mi asenso por las escaleras al mismo tiempo que el, por lo que nuestros cuerpos chocaron y yo tuve que asirme a la pared. Acto seguido me tomo de la cintura y recargándome a la pared, poso su hermoso cuerpo encima del mío, pude sentir su miembro rozándome el abdomen sus fuertes músculos rodeándome, haciéndome sentir chiquita, doblegando mi voluntad.

Aproximo su boca a la mía, besándome con tanta pasión y deseo que yo tuve que hacer a un lado mi escasa resistencia, abrí mis labios y su lengua se introdujo en mi boca indicándome quien era el que mandaba, yo me dejaba hacer, mi cuerpo empezaba a temblar de conocer tanto placer prohibido.

Sus manos empezaban a recorrerme encima de mi vestido, las sentía tan impacientes, demandantes a darse placer, que empecé a gemir, solo quería que me penetrara al momento y poder disfrutarlo completo. Mas sin embargo el es un experto en someterme a sus deseos empezaba a morderme los labios y a pellizcar mis tetas encima de la ropa, o mis nalgas, masajeándolas como nadie lo había hecho, acerque mi mano a su polla quería sentirla, empecé a acariciarla encima de su pantalón, pero al querer sacarla me detuvo.

---No, aun no te la mereces, te la haz pasado tanto tiempo calentándola y me he tenido que hacer tantas pajas a tu salud, que justo es que lo hagamos a mi gusto.

---Oh, si, házmelo como tú prefieras, me gustas mucho. Tómame.

---¿Es una orden? Porque aquí el único que ordena soy yo, soy tu macho, tu hombre, tu dueño, tú me perteneces, y si quieres mas placer tendrás que obedecerme en todo.

---Si, lo que tu ordenes, soy tuya, are lo que tu mandes…--- La excitación me ponía palabras en la boca, solo quería que no parara y poder disfrutar de este placer que me estaba dando.

Pude observar su cara de satisfacción y su sonrisa en el rostro, y ver como dirigía su boca hacia uno de mis pechos propinándole una buena mordida sobre la ropa, mordida que me hizo gritar de sorpresa y placer. Su boca me estaba succionando encima de mi vestido y podía sentir su saliva caliente en mi piel, me hacia daño, pero a la vez me estaba proporcionando un placer como nunca lo había sentido, sus manos pellizcaban mis nalgas, y yo no podía parar de gemir, sentí como me corría sin que me hubiera todavía tocado mi coñito, fue un gran orgasmo, que me ayudo a liberar algo de mi ansiedad, pero que sin embargo deseaba llegar a mas con el.

Me tomo de las manos, y las levanto, quedando así mis pechos mas ofrecidos.

---No bajes las manos, te lo ordeno.

Yo no podía hacer otra cosa mas que obedecer mis manos se quedaron como pegadas a la pared, arriba de mi cabeza, en lo que las suyas tomaron mis tetas y empezaron a estrujarlas con fuerza, con dominio en ellas y su boca a morder la punta de mis pezones que estaban totalmente endurecidos y sobresalían del vestido, yo no podía parar de gemir, en eso una de sus manos se deslizo hacia abajo levantando mi vestido, dejando ver mi braga blanca totalmente inundada. El cansancio, la desesperación hizo que bajara mis manos y las posara en sus hombros, cuando volví a sentir una fuerte mordida en uno de mis pechos, que me hizo gritar de dolor.

--- No te he dado permiso de bajar las manos, ahora tendré que castigarte por no obedecer mis ordenes.

---Perdona, no te enfades, es que nunca me habían ordenado que hacer, pero te aseguro que te obedeceré….. por favor… ---- ahí estaba yo disculpándome, a pesar del dolor que tenia en mi pecho, quería poder sóbramelo, pero a la vez, me gustaba lo que me estaba haciendo, era un placer que nunca me había imaginado.

El continuo besándome, su boca era exigente, exigía que respondiera con la misma pasión que el lo hacia, sus dientes aprisionaron mi lengua mientras una de sus manos empezaba a deslizarse adentro de mi braga, sus manos eran grandes y fuertes, sabían lo que hacían, llego a mi raja sintiéndola húmeda siguió rozándome firmemente, yo me sentía nuevamente a estallar de placer, cuando introdujo uno de sus dedos, sentí como mis líquidos se volvían a derramar esta vez en su mano.

El no se detuvo ante mi orgasmo sino que continúo con más ímpetu que antes, después eran dos los dedos que tenia en mi interior y por fin tres, los introducía y los abría dentro de mí, mi cadera no paraba de moverse, quería sentir a plenitud esos tres intrusos en su interior,

La otra mano se posa en uno de mis pechos y lo sujeta, mientras con sus dedos adentro de mi empieza a levantarme de piso, y me bambolea, sujeta de mi teta y de mi coño siento como me desliza por la pared hasta que mis pies no tocan el piso, mi teta me duele y ya son 4 los dedos que tengo dentro, me levanta y me baja cada vez con mas rapidez, mientras saca su lengua y me ensaliva toda la cara, los momentos que no toco el suelo me siento en la gloria y el infierno, el dolor es casi tan fuerte como el placer que me da, mis gemidos son intensos y mi tercer orgasmo es aun mas.

Veo como sonríe de satisfacción al verme desecha y satisfecha. Y eso me hace sentirme toda una hembra que cumple las expectativas de su Sr. Me siento realizada, cansada, pero el no me da un segundo de respiro y termina quitándome la baga acercando su cara a mi coñito adolorido, empieza a lamerlo suavemente, como recompensando el castigo que antes me propino, sus caricias son suaves tiernas, pero poco a poco se hacen mas demandantes siento como me folla con su lengua, como muerde mi clítoris, creí que ya no era capaz de volver a reaccionar mas de repente inundo su boca con mis flujos y me convulsiono como una loca.

Se levanta y me besa, depositando en mi boca mis fluidos que nunca había probado, pero que son una delicia cuando el me los trae con su boca. Mis manos permanecen arriba de mi cabeza y el las guía alrededor de su hombros, es una delicia poder estrecharlo contra mi y seguir besándolo.

---Muy bien putita, veo que haz disfrutado, y a mi me produce placer ver como disfrutas, pero también me produce placer otras cosas….

Me toma de la mano y me guía hacia arriba, subo satisfecha y deseando complacerlo en todo…..