Mi Vecinita de enfrente --- Secretos compartidos
Las vemos en la calle, ; disfrutamos viendo su juventud y belleza al caminar, nos preguntamos de forma oculta y vergonzosa quien será el afortunado que la tendrá en sus brazos algún día o más al rato. Que secretos compartirán en la intimidad.
Mi Vecinita de enfrente --> Secretos compartidos
Las vemos en la calle, ensimismadas en ellas mismas; disfrutamos viendo su juventud y belleza al caminar, nos preguntamos de forma oculta y vergonzosa quien será el afortunado que la tendrá en sus brazos algún día o más al rato. Disfrutamos el placer culpable de ver ese movimiento de vaivén que cautiva nuestra imaginación, y enmarca en esas curvas nuestro deseo.
Mi vecinita es consciente de que los hombres no la voltean a ver por la ropa que utiliza (siempre floja y sin mostrar nada) sin embargo no conocen que debajo de esa fachada existe un delgado cuerpo con dos senos bien puestos que desafían a la gravedad que destacan por si solos pero van acompañados de una retaguardia bien formada pero compacta.
Lo que solo veo yo es como esas curvas se estremecen cuando estamos juntos; pues ella es mi pasional amante aunque a todos los demás les sea desconocido. Mi casa es nuestro escondite y ahí tiene su refugio; en el esconde sus secretos entre ellos 3 cambios de ropa. Si así es: cambios de ropa dejen me explico.
Proveniente de una familia muy conservadora nuestra relación era por demás prohibida pues ella es muy joven y yo no soy tan religioso. Ella sufre un constante acoso de su forma de vestir y en alguna ocasión me había comentado con amargura como envidiaba la ropa juvenil de sus compañeras cuando las encontraba en la calle cuando ella estaba obligada a llevar todo el día su uniforme (de niña estudiosa).
Aprovechando que sabia que el siguiente sábado era de aquellas en que raras ocasiones sus padres la dejaban sola todo el día hasta caer el sol para asistir a sus cursos religiosos visite el viernes una tienda de ropa.
Llego temprano el sábado con una sonrisa en el rostro, nos besamos y acariciamos pero esta vez no deje que la pasión me arrastrara hacia la cama. Tenia planes aun mas calientes que mi dulce lecho. La tome de la mano y bajamos las escaleras rápidamente. Nos subimos a una camioneta cerrada que rente un día anterior; conduje hasta un parque deportivo bastante concurrido pero lejos de nuestro escondite.
Me estacione bajo un árbol. Nos besamos y la empecé a desnudar;
-"¿¿entonces lo vamos hacer aquí??";
- No aun mejor.
La desnude por completo y antes de que se recostara saque una bolsa de donde saque un short de correr de color gris con un estampado en color negro simulando líneas que daban contorno al cuerpo. Me ayudo a colocárselo, (tal vez me costo caro por ser de buena marca pero la tela era lo importante) al subírselo con mis manos la acariciaba y dejaba que este se hundiera y separara sus carnes. No imaginan (bueno tal vez si) que delicioso se marcaban esas dos carnes redondas por detrás bien separadas por la tela que seguía el ejemplo de la naturaleza mientras por delante marcaban los labios íntimos (el famoso camel toe).
Para completar le di el top a juego que era de tela de licra gruesa que marcaba disimuladamente el pezón (pero aun visible) todo sumado a una gorra y unos lentes que cubrían casi toda su cara.
-Ahora si, sal a correr
Le dije mientras la acariciaba. Se bajo por un lado de la camioneta y yo por el otro. Me senté estratégicamente con una buena cámara digital y comencé a tomar fotografías. No solo de lo buena que se veía sino también de las caras que hacían los hombres al voltear a verla. Dio dos vueltas trotando lento, al pasar me hizo una rápida seña, se detuvo frente a mi y nos dimos un beso son un tremendo faje donde la tome de donde la espalda ya no lo es y la atraje hacia mi.
Tomados de la mano nos dirigimos a la salida del parque; pero no subimos a la camioneta, cruzamos la calle y entramos a un pequeño hotel.
Ni bien entramos al cuarto nos comíamos a besos, nos desnudamos y tal era tu excitación que sin decir nada y sin dolor alguno ya éramos uno. Me comenzó a besar aun mas fuerte y cuando se separo de mi empezó a gritar "cógete a la que todos en el parque querían cogerse, dame mas, quiero mas , ya no me aguanto". Ni bien paso un minuto cuando el orgasmo la alcanzo.
Abrazados sin despegarnos estire mi mano por la cámara y le comencé a mostrar las fotos. Era increíble pues aunque estaba exhausta y no quería o no podía moverse cada vez que veía una foto donde salía un hombre deseándola tenia un leve orgasmo. Deseándola todo lo que podía desearla la tome de la cintura y así de lado comenzamos a subir el ritmo hasta que alcanzamos el anhelado descanso.
Mas calmados y con hambre salimos del hotel pero no la deje subirse a la camioneta le pedí que diera una vuelta mas. Si vieran las fotos de los hombres cuando volteaban a ver la leve mancha en la entrepierna se sorprenderían (si fueran mujeres) o se reirían (si fueran hombres). El colmo de la buena suerte fue captar como una chica abofeteo a su chico por voltear a ver descaradamente a mi vecinita.
Nos subimos a la camioneta y partimos a una placita donde se reúne la gente en pequeños restaurantes. De nuevo en la parte trasera nos dimos un buen morreo lejos de la vista de las personas y habiéndola desnudado saque otra bolsa.
Esta vez fueron unas mallas color carne, con un blusón con un buen escote y la espalda solo cubierta por un amplio encaje. El cinturón grueso enmarcaba su figura, y aseguraba que el blusón no cubriera pero si adornara su entrepierna y su traserito. Pero no crean que fui inconsciente también le había comprado un tanga y un bra de látex (que son dos gomas que se pegan a los pezones para que no resalten). Y para completar unos lentes de moda delgados junto a una peluca rubia. (aclaro que mi vecinita salió buena para ponerse ese chisme solo con el espejo retrovisor) Y bajamos muy tomados de la mano.
Paseábamos y ella pegada a mi me decía al odio cuanto la excitaba las miradas de los hombres y mas aun las caras de fuchi de las mujeres.
Comimos de pie recargados en la barra de un restaurante muy juntos. Cada vez que frente al espejo detectábamos a alguien deseándola me acariciaba por encima de la bragueta.
Estábamos a punto de acabar la porción que nos habían servido y de buen humor íbamos a regresar a la camioneta cuando vi que puso una mueca de casi terror. Instintivamente la abrace y me puse a vez que la tenia así.
No podía creerlo: mis suegros estaban detrás de nosotros eligiendo donde comer; para mi mala suerte elegí precisamente la plaza cerca de la iglesia donde fueron los ejercicios. Estábamos a punto de fugarnos cuando paso lo increíble, mi suegro volteo a ver el culo de su hija de manera fija, suspiro fuertemente y se saboreo. Impulsado por algo que aun no identifico baje mi mano, acaricie su traserito y me di media vuelta para besarla en la boca sin que mostrara su cara.
Me dio un beso muy apasionado "mi papa nos esta mirando y se acaba de acomodar el pantalón", dijo eso entre suspiro y gemido y me dio un beso aun mas fuerte. En ese momento su madre llamo a su padre y el se alejo.
Ella rápidamente aflojo el cinturón me tomo de la mano y me llevo a la camioneta. Estaba completamente empapada y uso el blusón para cubrirse. Nos dimos dos besos y eso basto para que tuviera un orgasmo cuyos aullidos se ahogaron en mi boca.
Fuimos hasta mi casa y subimos a nuestro escondite; nos besamos y acariciamos; al final la desnude de nuevo pero saque una ultima y tercera bolsa. Era un teddy (aclaro no un osito de felpa sino un conjunto intimo) se alejo de mi y se lo coloco, lo modelo para mi y al final se lo quito.
En el corto tiempo que nos quedaba simplemente me senté en una silla y ella arriba de mi. Fue corto, rápido, intenso y sobre todo placentero.
Esos fueron los tres cambios de ropa. Aun debo mencionar que nunca fue para ella otra vez tema de vergüenza su ropa pues ya sabia de que pasiones podía levantar tan solo con unos pedazos de tela adecuados.