Mi vecina TV

De como conocí e hice mia a una vecina travesti con un gran trasero.

Me acababa de cambiar a un nuevo departamento, por el centro de la ciudad, era en verdad uno muy modesto. La verdad nunca le tomo mucha atención a los vecinos, pero apenas me había instalado, un travesti que vivía en el mismo piso donde yo  me hizo voltear a verla.

Iba yo llegando y mientras abría la puerta de mi departamento, escuché el sonido de tacones detras mío, voltee a ver, y era ella. Cruzamos miradas y ella

siguió de largo hacia su departamento. Ella movía su grande y parado trasero de

manera exageradamente sensual, tal vez lo hizo porque se dió cuenta que me quedé ahí, parado como estúpido con mi mano en el picaporte de la puerta a medio  abrir.

"Que travesti tan bueno", pensé, viendo su culo moverse de izquierda a derecha, sin perder detalle de sus generosas piernas y miniatura cintura que dejaban ver

sus entallados jeans. Ella tenía la espalda un poco amplia, pero sus delgadízimos brazos y cintura así como sus grandes piernas y trasero la hacian

verse fenomenal.

Finalmente, entró a su casa dando una última mirada hacia atrás, esbozando una leve sonrisa. Me sentí avergonzado y entré rápidamente a mi nuevo hogar, completamente excitado, y en el peor de los mundos: solo, y con una erección.

Pasaron algunos dias y, súmamente interesado en mi vecina, detecté sus horas de salida y llegada. Me di cuenta que regularmente salía un poco entrada la noche,

y me dispuse a arreglármelas para forzar un encuentro, pues se empezaba a hacer

una obsesión para mi estar cerca de ella y hacer de su gran trasero un resguardo  para mi pene.

Un dia, escuché sus pasos, y dejé que se adelantara un poco, salí de mi

departamento a paso veloz. Ella llevaba una falda muy pegada y medias negras,

y una blusa muy ligera también; de solo verla sentí una erección inmediata.

La seguí hasta que ella se quedó esperando en la banqueta. Y yo sentía que el corazón se me salia. Parecia un sueño, ver ese cuerpo y yo acercandome sin saber

todavía que decir ni como reaccionar. Los latidos de mi corazón parecían ser tan escandalosos que pense que alguien más podría escucharlos.

  • "Hola, ¿ Necesitas que te lleven?",  comencé.  - "Hm, ¿Te conozco?", me respondió, con una mueca de indiferencia.  - "Soy tu vecino", pude contestar, no muy brillantemente. Ella me miró de abajo hacia arriba y, obviamente, pudo notar el bulto en mi pantalón. Esbozó una leve

sonrisa y contestó:   - "Espero un taxi, gracias".   - "Mi carro esta aquí a media cuadra", conteste rápidamente.   - "¿Dónde esta tu carro?", dijo finalmente. Le indiqué donde, y comenzamos a caminar, no pude decir palabra, pero cuando podía le miraba su cuerpo mientras caminaba, que sensual!, que piernas!, que culo!. Le abrí la puerta y ya adentro  me puse en marcha hacia donde ella me dijo que queria ir. Yo sabía que cerca habian un par de calles muy oscuras y decidí tomar ese camino y, manejando muy

lento, le dije:  - "¿ Vas a ver a tu novio?".  - "No tengo, y tu no tienes novia tampoco verdad?", me dijo un poco burlona, viendo el bulto de mi pantalon otra vez. Me armé de valor, tomé su mano y la puse justo donde sus ojos me veían.  - "Vienes bien erecto", dijo de manera libidinosa.

Ella me tomó el bulto bruscamente, sarandeándolo un poco, y cuando me di cuenta ya había desabrochado mi cinturón, abria el cierre de mi pantalón y sacaba mi  pene que estaba punsando de tan parado que estaba.

Estacione el carro como pude, y, pasando mi mano por su espalda, la atraje hacia mi para besarla. Con mis labios abrí los suyos y le metí la lengua hasta

el fondo, mientras ella apretaba muy duro mi pene, y lo comenzaba a jalar con la  mano muy apretada.

Mientras mi lengua jugaba con la suya, bajé mi mano hasta su falda, abriéndole el cierre. Empecé a tocarle su enorme trasero, exprimiéndolo y agarrandolo con

fuerza.

En ese momento me la jaló mas rápido, parecía querer ahorcar mi pene de tan fuerte que lo apretaba.

Se separó de mi, me miró a los ojos con una lasiva mirada y me dijo  - "Déjame chupártela".

Al oir eso puse rápidamente mi mano en su cabeza y la movi con fuerza hasta que le metí mi pene en su boca, no quería dejarla ni respirar e hice que se tragara  casi todo mi pene. Ello no reparó, y se lo metió casi completo en su boca, se quedó unos segundos así, como queriendo tocar con sus labios la base de mi pene, abriendo su boca más, quriéndolo abarcar todo.

Su culo se veía magnifico en esa posición, parado y grande, esplendido

contraste con su esbelta cintura.

Sabía mamarla muy bien, se notaba gran experiencia, procuraba lamerme todo el cuerpo del pene, luego sostenía y lo jalaba un poco mientras su lengua apenas

tocaba la punta, para después metérselo nuevamente en la boca masajeándolo entre

la lengua y su paladar. De cuando en cuando tocaba la parte baja de mi escroto muy suavemente.

Estaba a punto de venirme cuando se detuvo, me empujó y me dijo:  - "Hecha para atrás tu asiento y el respaldo"

Mientras yo lo hacía, con una gran rapidez se quito la falda y me puso un condón. Pude ver su pene completamente parado, era delgado y largo, muy largo;

me dieron ganas de masturbarla y chupársela, pero apenas se me ocurría, se había subido encima de mi y se metía mi verga en su ano. Con dificultades y algunos sentones se lo metió completo. Proceso que disfruté segundo a segundo.

Yo solo podía gozar como apretaba mi pene, desde la punta hasta la base, con su  gran culo, no podía moverme mucho, pero sentía perfectectamente como ella movía  su culo circularmente disfrutandome dentro de ella.

Ella me tomó la mano y me la puso en su pene, y apenas lo hizo se la empecé a jalar fuertísimo durante un par de minutos, hasta que me dijo:  - "Esperate, ya no me la jales, porque me vengo".

Yo estaba a punto de venirme, así que no le hice caso, se la seguí jalando y en unos segundos le brotaba el semen, y volaba, y escurría.

Ella arqueo su espalda apenas se vino, y me apretó tanto con su culo, que no pude más y me vine dentro de ella, mientras ella seguia moviéndolo. Apenas podía  subir mi semen de tan apretado que tenía el pene, pero disfrute de cada chorro que salía y se quedaba en el condón.

Se la saqué, ella se recargo en mi poniendo su rostro cerca al mio y nos besamos por un par de minutos mientras su semen escurría por mi mano, que todavía le masajeaba su pene.