Mi vecina Sandra (3)

La preparacion de una fiesta, el alcohol y una zorra...

Mi vecina Sandra (III)

Todo había pasado muy rápido, pero para mi fue toda una experiencia. No había pasado mucho tiempo desde que Sandra se mudó aquí y acabo convirtiéndose en mi esclava, y cada día la cosa iba a mejor. Mis planes eran muy simples, humillar al marido de Sandra por arrebatárnosla en el pasado, Sandra era nuestra zorra y siempre lo iba a ser, casada o no. Quedaban un par de meses para las navidades y mi plan era el de humillar a Roberto en mi casa durante la celebración de esas fiestas. Para poder planearlo todo mas tranquilamente hice que Sandra convenciera a Roberto de que les hacia falta un poco de ingreso extra de dinero para la familia y así Sandra comenzó a trabajar como limpiadora por la mañanas en mi casa, pero claro eso era una tapadera compuesta por mi.

El primer día que Sandra llamó a la puerta de mi casa me quede bastante aturdido, venia con el pelo recogido en una coleta, ropa bastante vieja, y un cubito con varios productos de limpieza, ni decir tiene que la cosa en parte me ponía bastante cachondo, la hice pasar con la mejor de mis sonrisas por si alguno de los vecinos miraba, cerré la puerta y mi expresión se torno en lujuria. Sandra entraba tan tranquila en mi casa pensando que iríamos a mi cuarto o algo por el estilo, la aborde por detrás y la tire encima de uno de mis muebles, ella intentaba liberarse en ese momento haciéndome creer que no le gustaba ser forzada o que no le gustaba esa posición, pero estaba claro que no era así precisamente. Mientras ella se retorcía intentando liberarse de mi yo le agarraba las manos con mi brazo izquierdo y con el derecho le subía el vestido viejo que tenia, cual fue mi sorpresa al ir levantándole el vestido y ver sus preciosos muslos blanquitos que la muy zorra no llevaba ropa interior, termine de levantarle el vestido y tenia ante mi un par de gloriosas y blanquitas nalgas y un chochito y un culito que pedían a gritos polla:

J - Si, si, mucho retorcerte pero bien que me vienes sin bragas eh zorra.

S - Pero así no, vamos a tu cama cabrón y allí te dejo que me folles como quieras, pero así no, no me gusta, déjame, vamos a tu cama hijodeputa, que así no quiero ostias.

J - Pero serás zorra, tu boca puede decir lo que quieras, pero tienes el coño empapado pidiendo polla a gritos y por supuesto que te la voy a dar.

Antes de que pudiera seguir quejándose, con la mano libre que tenia me saque la polla como pude, y acercándosela a su caliente y hambriento coñito se la enterré de una sentada hasta el fondo, Sandra intentaba seguir fingiendo que así no le gustaba pero sus gemidos y el que su culazo acompañase el ritmo de mi follada dejaban bastante claro que a la muy puta le encantaba follar así. Sin temer a que hiciera ninguna tontería deje libres sus manos, y ella en vez de apartarme y alejarse como sus quejidos decían hace unos minutos, apoyo las manos en el mueble y acompañaba mas bestia si cabía el movimiento de sus caderas contra mi polla, entraba y salía a una velocidad estupenda, y nuestros gemidos cada vez iban a mas. La cosa es muy simple, el día acababa de comenzar, tenia mi polla en el coño de una tía que me ponía cachondo desde que éramos pequeñitos y la tenia gimiendo a mas no poder, y como un tío normal que soy hice lo que cualquiera en ese momento, avisarla de que me corría por que no podía mas:

J - Joder joder como me pones maldita puta, no voy a aguantar mas Sandra, estoy a puntito de correrme, ponte de rodillas que me quiero correr en tu cara.

A Sandra le gustaba la dominación hasta cierto punto ya que ella siempre había sido muy sumisa, y como tal enseguida se salio de mi y se puso de rodillas delante mía, con una de sus manos machacaba mi polla lo mas rápido que podía, con la otra masajeaba mis huevos de una manera magistral, fruto de los muchos años de pajas que había realizado, y con la boca lamía y sorbía alegremente la punta de mi nabo. Cuando no pude mas le saque la polla de la boca y se la coloque en la mejilla, mientras frotaba mi capullo contra su suave piel, los chorros de esperma salían de mi nabo chocando contra la cara de mi zorrita Sandra, ella mantenía los ojos cerrados para que no le diera ninguno de mis trallazos y con la lengua se relamía de gusto la muy zorra.

Una vez acaba de correrme Sandra no tardo ni dos segundos en volver a llevarse mi polla a la boca para dejármela bien limpia, después de eso ella miraba hacia arriba golosa mientras con la lengua buscaba restos de mi corrida en su mejilla, yo no pude hacer otra cosa que sonreír y acariciarle la otra mejilla mientras le decía que se fuera a dar una ducha.

Y los días iban pasando tranquilamente, Sandra subía todas las mañanas a mi casa para ``limpiar´´ y nos pasábamos horas jugando, poco a poco la relación dejo de ser solo sexo, y también veíamos pelis, incluso jugábamos a la consola de vez en cuando, pero claro esta el sexo era la mayor parte de esa relación, Sandra estaba acostumbrada ya a que cada vez que llegaba se tenia que poner de rodillas y chuparme la polla mientras estaba sentado en el sofá viendo alguna película o serie. En las siguientes semanas creo que no hubo ni un solo mueble o lugar de mi casa en el que Sandra no se apoyase para que le reventase su chochito a pollazos

Y así pasaron los días hasta que llego el día de Navidad, había invitado a mi casa a unos cuantos amigos y amigas, y a Sandra y Roberto por supuesto, al principio Roberto se negaba, pero Sandra lo logro convencer como solo ella sabia, (luego descubrí que fue con una paja cubana), además de ellos venían Eva y Silvia, dos amigas mías lesbianas que cada vez que se emborrachaban se ponían amorosas y se comían la boca descaradamente delante de todo el mundo, Paula y Quique un matrimonio donde Quique era un cornudo consentido y Paula su ``dueña´´ y tres de mis mejores amigos, Pablo, Manolo y Oscar.

La celebración comenzó como todas, una buena comida (que para una celebración así había preparado yo) acompañada de un vino excelente, luego pasamos a una mini fiesta con juegos tipo Karaoke y cubatas para que todo el mundo fuese pillando tono y divertirnos un rato, y después el típico programa de música que ponen en la tele donde todos nos animamos a bailar, para esas alturas Eva y Silvia estaban en una esquina morreándose a lo bestia mientras la mano de Silvia se perdía en el pantalón de Eva, Paula tonteaba descaradamente con Manolo delante de Quique, Pablo y Manolo disfrutaban de mi consola en otra de las televisiones de mi casa jugando a la Xbox y yo hablaba tranquilamente con Sandra mientras veíamos como su marido dormía tranquilamente en el sofá con las mejillas y las orejas rojas como tomates debido al mucho alcohol que había ingerido.

Eran las tres de la mañana cuando Eva, Silvia, Paula y Quique se habían ido a sus respectivas casas, solo quedábamos Pablo, Manolo, Oscar, Sandra, el borracho de Roberto y yo, los llame a todos para que vinieran al salón y descaradamente me comencé a morrear con Sandra delante de los demás, no había muchas sorpresas ya que mis tres amigos también lo eran de Sandra cuando jugábamos en la cabaña todos juntos, antes de que Sandra pudiera quejarse le baje los tirantes y sus tetas se mostraban ante todos, a Sandra se la veía caliente por que no hacia ningún remilgo ante esa situación y con mis tres colegas ya estaba todo dicho hace semanas, el plan no era follarme a Sandra delante de Roberto, era que nos la follásemos toda la pandilla en su puta cara.

J - Bien Sandra, ponte de rodillas y a tragar pollas jejeje.

La respuesta de Sandra fue una sonrisa de puro vicio y arrodillarse entre nosotros cuatro, comienza la orgía