Mi vecina Sandra (1)
Cuando vuelves a encontrarte con la zorrita que te dejaba seco cuando eras un jovencito.
Mi vecina Sandra (I)
Hola a todos me llamo Jesús, tengo 22 años y vivo en un pueblecito de Málaga que no diré para que nadie deduzca quien soy. Vivo en un bloque de cinco plantas y mi casa se encuentra en la tercera planta, vivo solo y debido a que tengo varios negocios alquilados puedo vivir tranquilamente sin trabajar.
Sandra y su marido viven en la quinta planta, Sandra tiene 25 años y su matrimonio puede definirse tranquilamente como matrimonio a la fuerza por embarazo. El marido de Sandra, Roberto, es de ese tipo de persona que se cree sumamente inteligente y triunfador pero que la verdad es que es bastante idiota y con poquísimas luces. Sandra trabaja de cajera en un supermercado en el turno de tarde y su marido en la construcción durante toda la mañana.
Mi pasión por Sandra viene desde hace muchos años, ya que en mi barrio las chicas escaseaban y Sandra desarrolló los pechos a una edad bastante temprana, por lo que con una certeza del 100% se podría decir que Sandra era la musa de las pajas de todo el barrio. Una vez en la adolescencia y con los juegos de construir cabañas y pasar allí las tardes, Sandra fue demostrando poco a poco lo que era, una completa zorra. Con 15 años nos juntábamos por las tardes en nuestra cabaña con Sandra y ella tranquilamente y uno a uno nos exprimía con suculentas pajas mientras le toqueteábamos las tetas. Pasado un año el grupo se fue cerrando a un grupito de tres amigos, Sandra y yo, pero ya no eran solo pajas, Sandra todas las tardes nos dejaba secos a mamadas y pajas cubanas (metiendo nuestras pollas en su suculento canalillo), por lo que Sandra le cogió rápidamente el gusto a tomar diariamente una abundante ración de leche recién exprimida y nosotros éramos sus vaquitas. Se podía decir que eran veranos perfectos pero todo lo bueno se acaba.
Nuestra historia con Sandra acaba cuando cumple los 17, debido a la incultura sexual Sandra se hace novia de Roberto y follan a pelo, por lo que al poco tiempo se queda embarazada y nos joden los planes a todos los demás. Nueve meses después nace una bonita niña, y la pareja se acaba casando y nuestros escarceos sexuales desaparecen por completo. Así transcurrieron los siguientes años en los que cada uno vivíamos nuestras vidas, pero al final llegó un rayo de esperanza, Sandra y Roberto se mudaban a un piso nuevo de alquiler y resulta que ese piso estaba en mi bloque, ella por el trabajo y la guardería de la niña estaba toda la mañana sola, y yo tenia todo el día libre, algo se me ocurriría
Mi primer contacto con Sandra se dio en el ascensor de nuestro bloque un día tranquilo por la mañana, yo subía para mi casa y ella para la suya con la compra, no había cambiado nada, seguía estando guapísima, su melena negra seguía tan lisa y brillante como siempre, el embarazo para nada estropeo su cuerpo, le añadió las tallas justas para que su culito tuviera unas redondeces perfectas, su cadera seguía siendo la de una avispa y sus tetas tenían ahora mas volumen si cabe del que disfrutaba mi polla años atrás cuando me la exprimía con ellas, y ella lo sabia por que llevaba un escote de órdago, nada mas verla con la compra abrí la puerta del ascensor gentilmente y ella entro dentro y mientras yo me metía también comenzó a hablar:
S - Gracias Jesús.
J - Veo que no te has olvidado de mi Sandra, ¿que tal estas? - Dije tras darle al botón del tercero y apuntar directamente con mis ojos al escotazo de Sandra.
S - Pues atareada con la mudanza, pero vamos nada grave - Me respondió ella con una sonrisa que me hipnotizaba.
J - Tenemos mucho que hablar de los viejos tiempos y de cómo te va la vida ahora, algún día si quieres podríamos tomar un café con tu marido y charlar un poquito - Me la jugué rápidamente para ver como respondía y las posibilidades del acercamiento.
S - Pues a Roberto esos planes no le gustan mucho que digamos, pero vamos que si no estas ocupado te puedes venir a casa ahora mismo y nos tomamos un café - En ese momento ya divisaba la mirada de zorra que siempre ponía Sandra en aquella antigua cabaña cuando nos exprimía las pollas con sus expertas manos.
J - Pues no tengo nada que hacer, así que por mi estupendo - Le dije con la mejor de mis sonrisas y con un cosquilleo en el nabo.
Tras llegar al quinto ayude a Sandra a meter las bolsas en su casa y nos sentamos en la cocina mientras ella preparaba el café:
J - Pues la verdad es que lo poco que se sobre ti es de escuchar a mi familia en las comidas de los domingos, por que chica apenas te hemos visto desde hace algunos años.
S - Desde esos veranos - Dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja.
J - Bueno, si, no quería decirlo por el tema de que estas casada y tal ya sabes.
S - Pues será ahora por que de siempre fuiste el mas bruto de la pandilla, bien que decías las cosas claras
J - No se a que te refieres, ya hace varios años de eso - Dije mas o menos sabiendo cual iba a ser su respuesta.
S - Pues chico que estas dos que no paras de mirar hicieron muchas cosas a petición tuya - Dijo Sandra mientras se tocaba las tetas.
J - La verdad es que ahora las tienes mas grandes jejeje
S - Y mas blanditas pero eso no lo vas a poder comprobar - pero que zorra que eres Sandra.
J - Una cosa es que me fije en ellas y otra que quiera hacer nada con ellas chica - También tengo mi orgullo y no me iba a dejar vacilar por ella.
S - Pero Jesús si no hace falta que digas nada ya lo dice tu amigo que cada vez esta mas alto jajá jajá - la muy zorra apuntaba con una mano mi abultado paquete mientras con la otra se acariciaba el pelo mientras se reía a mas no poder.
J - Sigues siendo tan loca como cuando éramos mas jóvenes, y si joder, normal que se me ponga dura ¿tu te has visto lo buena que estas?
S - Pero ya no es lo mismo que antes, por que si esto fuese hace algunos años - Decía mientras se acercaba y me acariciaba el nabo por encima del pantalón con sus largas uñas - me habrías dicho que hiciera algo para remediar esto
J - Eres una zorra Sandra, nada mas verte la cara en el ascensor sabia que no habías cambiado lo mas mínimo, pero yo no te voy a decir nada que aquí la casada eres tu, si quieres polla ya sabes lo que tienes que hacer zorra - Le dije amenazante, o me daba de ostias y luego posiblemente tendría que pelearme con su marido, o me lo pasaría en grande.
S - Hijo de puta, nadie me había chuleado desde que empecé con Roberto, y no sabes como extrañaba esta forma tan cabrona de ponerme cachonda que tienes, claro que quiero polla, y tu me la vas a dar cabrón.
Sandra tardó pocos segundos en sacarme la polla del pantalón y comenzar a acariciarla mientras me miraba con una expresión de puta que hacia años que no veía, y joder como la extrañaba. Mientras yo recordaba con cierta añoranza todo lo ocurrido en años pasados las suaves manos de Sandra recorrían de arriba hacía bajo toda la extensión de mi polla, yo no podía creerme que fuese tan fácil llegar a esta situación, pero también pensándolo Sandra siempre se caracterizó por ser muy puta.
J - Sandra espera, antes de seguir quítate la parte de arriba que me muero por verte las tetazas, zorra.
Sandra al oír eso se levantó del todo y poco a poco se fue abriendo la camisa que tenia puesta y ante mi se veían un par de tetas bastante grandes aprisionadas en un sujetador de encaje negro, no hay que decir que mientras ella se iba quitando la ropa yo me pajeaba a un ritmo frenético mientras la miraba a la cara y ella sonreía y se pasaba la lengua por los labios. Cuando sus manos quitaron con maestría su sujetador sus dos tetazas quedaron libres y tarde una milésima de segundo en abalanzarme a lamerlas como si fuera lo ultimo que me quedaba por hacer en la vida, mientras le comía las tetas ella me tocaba la polla y gemía de gusto al recibir mi lengua en los pezones:
S - Hijo de puta que bien me las lames, sigue así cabrón que me tienes cachondísima.
J - Te jodes zorra, yo ahora lo que quiero es que me comas la polla que hace años que esa boquita de puta no prueba una corrida mía y quiero llenártela de leche ya, venga chúpamela putón.
Sandra sin dudarlo se puso de rodillas y comenzó a pajearme a un ritmo mas rápido, para después introducirse mi polla en la boca y comenzar una mamada salvaje, yo mientras le magreaba las tetas con una mano y con la otra apoyada en su cabeza la obligaba a chupármela mas rápido. Ella se veía que hacia tiempo que no cataba un buen rabo por que la chupaba con ansia y se la veía disfrutar muchísimo con esto:
J - Joder como la chupas maldita zorra, dime que esto no va a terminar con hoy, que poder venir mas veces a que me dejes seco como hacías hace años.
S - Puedes venir todas las mañanas si quieres para darme polla cabrón - Dijo Sandra un segundo tras sacarse mi polla de la boca.
J - Y tu coñito también lo voy a catar zorra, que es lo único que no pude hacerte, pero te voy a follar por que eres una zorra, eres mi zorra, quiero que lo digas.
S - Joder, eres un cabrón, pero si, soy una zorra y si me das rabo todos los días puedo ser tu zorra perfectamente hijo de puta, venga dame leche que tengo sed, córrete en mi boca desgraciado.
No hacia falta que me lo pidiera, llevaba años esperando que algo así volviera a pasar, y tenia a la zorra de Sandra de nuevo chupándome la polla y por supuesto que le iba a dar su ración de leche. Le cogí la cabeza con las dos manos y empecé a embestirle la boca con mi polla lo mas rápido que podía, mientras veía como la zorra tenia una mano debajo de la faldita y se masturbaba a un ritmo brutal, cuando yo ya notaba que me venia saque mi nabo de su boca y agarrándola del mentón me machacaba la polla para darle lo que ella ansiaba:
J - ¿Quieres leche? Pues toma leche zorra, voy a venir todos los días a dártela, me corro hija de puta, bébetelo todo!!!
Varios trallazos de mi corrida salieron disparados de la punta de mi polla, el primero le dio de lleno en la boca, y los siguientes en la lengua ya que le pegue la polla a la boca para que se lo bebiera todo, ella por supuesto no rechistaba y miraba con lujuria como terminaba de correrme en su boquita de puta. Tras acabar de correrme la golosa de Sandra metió su lengua en la boca y se lo tragó todo, después me limpio la polla con mimo y me sobaba los huevos mientras me besaba el pecho.
S - ¿Bueno ahora es cuando vas a follarme no cabrón? - Decía la muy zorra con una sonrisa mientras sus uñas acariciaban mis pelotas.
J - Por supuesto que si zo - No me dio tiempo a terminar la frase cuando mi móvil comenzó a sonar, le hice una seña a Sandra y conteste la llamada.
J - ¿Ahora?, joder vale ya voy
S - ¿Qué pasa?
J - Que hay un accidente al lado de una de las tiendas y tengo que ir allí, lo siento pero esto vamos a tener que aplazarlo hasta mañana, así que mañana sobre esta hora pegare en tu puerta, entrare y te follare, ¿entendido zorra?
S - A ver si es verdad, por que me dejas bastante cachonda y mi chochito se a quedado con ganas de rabo.
J - Mañana comerá todo el que quiera
Me fui de su casa algo mosqueado por la llamada pero con una sonrisa de oreja a oreja por volver a tener a la putita de Sandra conmigo, mañana le voy a hacer de todo