Mi vecina lo hace de nuevo

Mi vecina lo vuelve a hacer

Ya hace un tiempo de mi último relato, ahora les contaré de mi primer contacto con mis suegros. Estaba saliendo con un chico muy chulo, que por supuesto no es Armando (del primer relato) y me invitó a comer con sus padres, esto pintaba para ser algo más formal y serio, accedí a acudir a su casa para una comida casual, ustedes sabrán que uno no puede ir como prostituta a estas reuniones por lo que iba con un vestido no tan corto muy lindo, pegadito pero bastante lindo y tierno.

La realidad es que llegue a la reunión y nos compartamos bastante decentes, yo me sentía observada por sus padres y bueno la relación fluía bastante bien, llegó el fin de la comida y nosotros pasamos a la sala de TV, la realidad es que este niño me encantaba por lo que portarme mal cerca de sus padres no estaba en la lista, sin embargo el parecía no importarle tanto, traía un calenturón de muerte, por lo que pues obviamente nos empezamos a besar con un poco de tono, tocarnos solo un poco y bueno se me ocurrió meter su mano en la entrepierna para que viera que no traía nada debajo de ese vestido lo que hizo que este encanto intentará todo, claro sin lograrlo ya que de repente escuchamos a alguien bajar las escaleras dándonos tiempo de separarnos, era su padre que nos invitaba a quedarnos a cenar, a lo que por cortesía aceptamos sin ningún problema por mí parte, pero mi chiquillo sentía que moría y no podría aguantar las ganas de quitarme todo lo que traía.

Al fin pudimos salir de casa de sus padres, nos dirigimos al auto donde nos dimos unos besos que solo hacían que el calor fuera más intenso cada momento, por mi parte tenía toda la concha mojada y los pezones duros, necesitaba tenerlo dentro.

Arrancamos el auto, y el comenzó a manejar aún no definíamos a donde, yo no pude más y saque su enorme pene, me agache y lo metí a mi boca me escurría la saliva todo alrededor, estamos más que calientes, el ya la tenía dura y no podía contenerse por tanto tiempo.

Así seguimos por un buen rato, hasta que paramos en mi casa, generalmente no hacíamos nada ahí porque siempre estaba mi compañera de cuarto, pero en esta ocasión nada pudo detenernos, nos bajamos del auto y subimos a mi departamento.

Como siempre estaba ahí mi compañera de cuarto, llegamos la saludamos y nos tomamos unos minutos platicando el pidió pasar al baño, se retiró y mi compañera lo siguió aparentemente para ir a su cuarto, pero no me percaté que al entrar el al baño ella también había entrado.

Le detuvo la puerta y suavemente se metió al baño con el, lo tomo del pene y le dijo: - No esperaba que la tuvieras tan grande y tan parada, me he contenido mucho pero hoy no puedo más, desde que entraste te la he visto y tengo que verla.

Se hincó y comenzó a chupársela toda, empecé a escuchar unos gemidos, decidí entrar al baño para ver que pasaba y ví como se lo estaba cogiendo a mí chico.

Ellos parecieron no inmutarse al verme y siguieron cogiéndose con mucha pasión, poco a poco fueron saliendo a una de las habitaciones, donde había una silla, mientras el la ponía en la cama y le comenzaba a quitar el pantalón que traía puesto super pegado y la blusa de tirantes, dejándola solo en pantis y un top que dejaba sus pezones asomarse de lo duros que estaban, yo me sentaba en la silla a observar lo que pasaba con estos dos.

Él se agachó y comenzó a chupársela, toda su concha, se oía como succionaba sus fluidos y ella jadeaba incansablemente, el se movía y la lengüeteaba toda, se la acomodaba hasta que sin decir más la agarró de la cintura la volteó, la puso en cuatro, se echó saliva la miembro y se la metió, ella solo gimió y comenzó a moverse como una gata en celo.

Yo por mi parte, me encontraba tan excitada que me subí el vestido y comencé con mi dedo a tocarme el clítoris, lo tenía duro y con la otra mano bajé el escote del vestido y metí la mano para poder tocarme los pezones que ya tenía a reventar.

Con su jadeo y sus movimientos yo también me movía, empecé también a jadear sin poder controlarme lo que veía me encantaba, así ellos se acomodaban en diferentes posiciones, el le besaba los pezones, le cuello, las orejas, mientras ella no dejaba de contonearse para alcanzar su climax, así fueron terminando, el se la sacó y ella se la lamio toda dejándola limpia y mi chico volteo a verme yo estaba en la silla con los dedos dentro de la vagina y con la otra mano jalaba mis pezones, me preguntó si me había gustado verlo como lo hacía con la puta de mi vecina, solo moví un poco la cara y le dije si y quiero que lo hagas conmigo y me la metas.

Se acercó me paró de la silla y me puso encima de el, me la metió duramente, no podía dejar de gemir, la tenía tan grande y dura, que yo solo podía empujarme contra el de arriba abajo, el me agarraba de la cintura, me chupaba los pezones, me mordía los pechos, en eso mi compañera se acercó y comenzó a besarme y tocarme los pechos, veía como ella se metía el dedo en su vágina y volvía a prender y con las manos tocaba sus senos y los pellizcaba, hasta que no pude más me vine con tanta fuerza que sentía que moría, salían tantos líquidos de mí, se vino mi chico tan fuerte que no podíamos parar de movernos y comenzamos los dos a besar a mí vecina que parecía no poder contenerse por mucho, el le metía los dedos en la vagina y yo con mi lengua tocaba su clítoris, ella se jalaba los pezones tan fuerte que gritaba entre el dolor y el placer, finalmente metí mi lengua en la vagina hasta que mi compañera también se vino.

Terminamos los tres acostados en el piso, sin más que decir.