Mi vecina Irene, necesitada.

Las leyes del gobierno por el coronavirus y la necesidad de sexo de mi vecina provocan que acabe con mi polla incrustada en lo más profundo de su culo.

Hola a todos, lectores de Todorelatos.

Soy Marcos, muchos ya me conocéis, y los que no, podéis acceder a mi perfil y desde el primer relato hasta el último he ido desvelando información sobre mi, toda real. Como siempre digo, no considero un relato decente si no es real. No le veo gracia a inventar historias, para eso ya están los videos de Brazzers. En mi caso, hablo siempre sin pelos en la lengua y sin inventar nada (salvo algún diálogo que no me acuerde exactamente).

¿Recordáis mi relación con Marta, la limpiadora de mi facultad? Se acabó de golpe. La cosa iba perfectamente, y podría inventarme 10 relatos más porque la serie estaba funcionando bien, pero la realidad es que se acabó. Me bloqueó de Whatsapp y no volvimos a hablar desde hace unos meses. Después un día la vi en la facultad montándose en el coche de un hombre, al que le dió un beso, así que supongo que se echó pareja. No la culpo, de hecho hasta me alegro por ella, no es lógico tener una relación con una persona tan joven que tú si buscais cosas diferentes. Solo tengo dos espinas clavadas, la primera es no haberle clavado mi espina en el culo (me quedé a punto, de hecho me lo ofreció para la siguiente vez que nos viéramos), y la segunda es que no haya dejado una "puerta abierta" a poder follar juntos alguna vez en el futuro, aunque sea en secreto, imagino que quiere tener una relación seria.

Una vez explicado todo esto, os cuento la situación en la que me he visto envuelto en las últimas semanas, la cual está siendo incluso mejor que mi fugaz relación con Marta.

MI VECINA IRENE, ¿Quién es?

Irene es una mujer de unos 40 años, no se exactamente el número, pero que está muy muy buena. Lleva viviendo en mi edificio aproximadamente 6 años creo, vino con su marido y su hijo pequeño desde otra ciudad. El marido trabajaba con mi padre hace años, y debido a que mi padre le contó que había un piso disponible en el edificio porque el anterior dueño lo vendía, y dada la buena zona en la que vivimos, decidieron venir. Y gracias a dios.

Irene siempre ha sido la típica vecina/profesora que te pone cachondo cuando eres joven, y eso nos ha pasado a todos. Esa señora que es mayor que tú, que sabes que está muy buena, pero que te da verguenza demostrarlo porque si se entera imaginas que te va a dar una hostia. Más de una vez me he empalmado en el ascensor yendo con ella, porque además es muy cariñosa, y tiene comentarios que te alegran el día. Le gusta salir a correr por la zona del río, aquí en mi ciudad, y se mantiene en forma. Ni recuerdo la de veces que la he visto entrar al portal con las mallas deportivas marcándole el culo y he acelerado el paso para entrar detrás de ella. Por terminar de describirla, sus tetas están bien, no diré que son enormes porque sería mentir, y yo no miento chavales. Calculo que tendrá una 90, lo importante es que no las tiene caidas, lo cual ya es perfecto. Aunque si tuvieramos que destacar algo de ellas, serían dos:

  • Sus labios. Parecen de prostituta, de verdad lo digo. Los típicos labios que parece que te has infiltrado botox, pues igual. No me quiero imaginar lo incómodo que se sentirá su hijo de 7 años cuando tengo 14-15 y sus amigos vean a su madre y se maten a pajas con ella. Esos labios deben chupar la polla de su marido con una fuerza de succión que seguro que casi le absorbe un testículo.

  • Su culo. Culazo tremendo de señora de 40 años que hace deporte. La mujer de esa edad, si no se cuida, empieza a perder figura muy muy rápidamente. En cambio, si es la típica que está en constante actividad, puede rivalizar sexualmente con chicas de 25 años, con el añadido de que tiene más experiencia, maestría y está abierta a probar (o ha probado) muchas más cosas follando.

Bueno, ahora que ya conocemos un poco más a Irene, vamos a la clave de la cuestión. ¿Por qué estoy escribiendo este relato? ¿Que coño te ha pasado ahora Marcos? ¿Cómo fuerzas estas situaciones? Como ya os he dicho en más de una ocasión, soy muy muy abierto con el sexo, y me gusta forzar alguna situación que otra de vez en cuando. Hay muchas veces que me han rechazado y he quedado como un gilipollas, no os voy a engañar, pero otras ha salido genial la cosa y suele acabar en relato.

¿QUÉ HA OCURRIDO?

La situación del coronavirus ha sido una putada en muchas cosas. Dejé de ver a mi novia y me pasé mucho tiempo sin follar. Tampoco podía salir a que algún contacto de internet, o algún amigo antiguo, me follara a mi (no soy homosexual, pero si queréis enteraos un poco más de qué me gusta, leed mis demás relatos). Por tanto, he estado más de un mes y medio, casi 2 meses, matándome a pajas. Desde el 11 de Marzo hasta principios de Mayo (aquí en España, Murcia) yo no he salido a la calle, para nada.

Pero, al final... Mayo se ha convertido en el mes más especial del año. Y no por haber podido salir a la calle algún día, ver a mi novia, o quedar con mis amigos de la universidad. A principios de Mayo descubrí que mi vecina Irene era muy, muy guarra, y os voy a contar por qué a día de hoy su marido no se entera ni se va a enterar de nada.

Un día a principios de Mayo, creo que el día 3, a eso de las 11 de la mañana, bajé a casa de mi vecina Irene a preguntarle a su marido si iba a ir a la reunión del edificio. Mi padre me pidió que bajara yo porque él estaba teletrabajando y no podía. Bajé y me coloqué a dos metros de distancia de la puerta, la verdad que estaba bastante nervioso porque todo el tema de las enfermedades me da mal rollo. Abrió la puerta mi vecina, Irene, en pantalón de pijama corto y camiseta que le marcaba todos los pezones. Primera cagada: me puse cachondo instantáneamente. Ella lo notó porque sonrió de una forma que no sabría explicar, la verdad, es la típica sonrisa que sabes que no es normal.

  • Hola, Marcos, qué pasa? Qué haces aquí muchacho que te vas a infectar! - me dijo desde detrás de la puerta, la luz era tenue.

  • Hola Irene, a ver.. es que mira, mi padre me ha preguntado si tu marido o tú vais a asistir a la reunión de la comunidad de vecinos de esta tarde, para hablar de los gastos de la comunidad con todo el tema este de que no salimos y eso - le contesté, intentando mirarla a la cara, la verdad.

  • Pasa y te cuento la situación, que me has pillado en un mal momento - me contestó mientras abría más la puerta, invitándome a entrar.

Yo venía únicamente a preguntar una cosa y estaba dentro de una casa en la que nunca había estado, por cierto. Se parecía mucho a la mía porque la disposición de las habitaciones era idéntica (es el piso de abajo). Irené echó a correr por el pasillo y me pidió que la siguiera, resulta que estaba cociendo pasta y tenía varias sartenes en el fuego en ese momento.

  • Sientaté Marcos, mientras termino esto que estaba haciendo. Con esto del teletrabajo estoy trabajando más que antes. Todo el día llamadas, todo el día correos. Tengo que cocinar mucha comida de una vez y la voy guardando para los siguientes días - me dijo, mientras movía las sartenes con la mano.

Desde detrás podía ver el pedazo de culo que Irene tenía. Estaba de espaldas a mi, y cuando ella hacía movimientos con la mano, su pantalón del pijama se movía al compás. Claramente tenía un tanga debajo, o no tenía nada, porque el pantalón se le metía perfectamente por la raja del culo. Yo empezaba a estar nervioso, me caliento mucho en estas situaciones, y. además llevaba bastante tiempo sin sexo. Demasiado.

En otra situación ya me habría insinuado, buscando echar un polvo. Pero ahora la cosa era diferente, aunque esa mujer era una diosa, era mi puta vecina. Conocía a mis padres, y aunque ya tengo 25 años, podría decirles cualquier cosa, su marido me podría partir la cara, y mil problemas posibles más. Lo mejor de todo, es que estos problemas fueron desapareciendo muy poco a poco, delante de mí, a medida que pasaba el tiempo, y todo gracias a Irene.

  • Bueno, pues eso, que vais a asistir a la reunión - le pregunté de nuevo, sin apartar la vista de su culo.

  • Pues si, tendré que ir yo. Antonio no está aqui desde hace dos meses, así que no me queda otra.

  • No está? Madre mia, dos meses, esto del virus es una putada. Y donde está? Como está trabajando?

  • Como no se puede cambiar de provincia, se ha tenido que quedar en Madrid. Le pilló justo de viaje de trabajo cuando saltó todo esto, y lleva en casa de un amigo de allí dos meses. Muy surrealista todo - me comentó, apagando los fuegos de la cocina.

Irene se acercó, apartó una silla y se sentó enfrente mio mientras bebía agua.

  • Joder, encima ahora tienes que cargar con la casa tu sola, las compras, limpiar, trabajar, como te da el tiempo?

  • Bueno bueno, el Antonio no ha hecho nada nunca tampoco, es más vago que la hostia en casa. Que no te engañe ahí como lo ves tan simpático, que luego aquí se tira al sofá y no hace una mierda jajaja - me dijo con una amplia y bella sonrisa, que guapa es la cabrona, joder.

  • Jajajaja, bueno, imagino que es igual en todas las casas. En la mia pasa igual, es una pena pero es así. Y yo estoy a punto de irme de casa a vivir fuera, y aunque imagino que no, quizás me acabe pasando igual...

  • Aaaaaay... hombres... que huevos más gordos tenéis! - dijo riendose, la verdad que los tenía bastante gordos sí, y más aquí con ella.

Faltaba un elemento en la ecuación. Su hijo. ¿Donde coño estaba?

  • Jajajaja.. oye, y hablando de hombres, donde está tu hijo Pablo? - dije mirando alrededor, no lo oía y el chaval es bastante escandaloso, al menos en el edificio.

  • El terremoto ese está con sus abuelos en la casa de campo, y allí está mejor. Como es tan pequeño apenas tiene deberes, y en el campo le hace compañía a mis padres y no están solos. Además, prefiero que esté allí, al aire libre y no aquí encerrado.

  • Una buena decisión, mis padres también van al campo a ver a mi abuela todos los días, y se pasan allí un par de horas. Aprovechan para que les de el aire un poco, y como dos personas pueden ir en el mismo coche, y en el campo no hay nadie, pues van y desconectan.

  • Y tú no vas? No te gusta?

  • Si, claro que me gusta, pero estoy liado con el TFG de la universidad, en el tiempo libre que tengo me pongo a jugar con mis amigos al ordenador, y al final nunca termino de ir al campo, jajajaja.

  • Te entiendo, si es que al final hay que hacer lo que a uno le gusta nene. Si te dijera yo las cosas que me gustaria hacer y no puedo, te quedas muerta. Aaay señor..

Algo hizo click en mi cabeza. He estado en situaciones como esta otras veces, se lo que se avecina...

  • Jajaja, bueno, en realidad tengo que irme que estaba ocupado, pero cuentame sin problemas Ire (así la llamamos en el bloque).

  • Pues... imaginate, mi marido dos meses en Madrid. Menos mal que se que tampoco puede salir, que si no seguro que me habría puesto los cuernos el jodio!

Me quedé de piedra. Efectivamente, había llegado la hora de hablar de sexo con una diosa del olimpo.

  • Ah bueno, que ibas por ahí.. no me digas más. Jajajajaja, yo tambien llevo dos meses sin ver a mi novia, y lo mio es más traumático, porque soy más joven y porque está a 5 calles de aquí, no en Madrid!

  • Bueno bueno bueno, que eres más joven, pero niño tú que te has creido? Que solo follan los de veinte años?

  • Veinticinco.

  • Ah veinticinco, usted perdone, jajaja. Marquitos, yo soy una mujer muy activa sexualmente, mi marido también, esto nos ha pillado por sorpresa a todos, tonto.

  • Ya ya, si me imagino, y tienes razón, a mi también.

  • Anda, vete de aquí, que cada minuto que pasa te estoy viendo más guapo joder, jajajaja.

  • Jajajaja, que dices? Bueno pues me voy, yo donde no me quieren no estoy.

  • Yo no he dicho eso, la verdad que si te dijera lo que me apetece, quizás te subes para arriba corriendo, no se...

Todas las cartas estaban sobre la mesa, ya sabéis lo que va a ocurrir, yo en ese momento también lo sabía y el corazón me iba a mil por hora. Imaginarme en esa casa, acostado en la cama de esa mujer, con ella saltando encima mío, estaba haciendo que casi empezara a sudar.

  • Nada, ya hemos sacado los trapos sucios, ahora hablas y me lo cuentas, jajaja - le dije estando de pie, apoyado en la puerta, quizás hasta con algo de erección en mi pantalón...

  • Pues darte un meneo Marcos, para que nos vamos a engañar. Tú sabes lo que son dos meses sola en esta casa? Sin ver a nadie prácticamente salvo cuando salgo a comprar? Estoy que me subo por las paredes, tengo el Satysfier que se va a poner en huelga, jajajaja.

  • Mujeeeeer, como me dices esas cosas? Me pones muy nervioso, qué hago yo ahora? Estás buenísima, pero conoces a mis padres, has visto incluso a mi novia varias veces por aquí...

  • Tienes razón, se me ha ido la cabeza, no me hagas ca... - la corté, no la dejé terminar la frase.

  • Espera espera, qué crees, que yo no quiero? Jajajaja, no me conoces bien entonces. Estoy deseando follarte, pero hay un problema. - le dije, claramente con un bulto en el pantalón, ahora si.

  • Cu.. cual? - dijo pasándose el pelo por detrás de las orejas, y tragando saliva, ella también estaba nerviosa.

  • Pues que llevo aquí diez minutos y se supone que venía a preguntarte una cosa solamente. Me temo que ahora no va a poder ser, pero si quieres esta tarde cuando mis padres se vayan al campo, bajo y echamos un rato interesante, vale?

  • Genial, por mi perfecto, voy a estar todo el dia cachonda perdida pero perfecto. Madre mia, que locura, estoy nerviosísima. Yo madre, tu un chaval... de esto ni se te ocurra decir nada, vale?

  • Que va Ire, nos estamos ayudando mutuamente, son momentos muy duros no? jajajaja, anda no te preocupes, que tampoco soy un crio.

  • Bueno bueno, ya te diré yo luego si eres un crio o no, pillín.

Poca más conversación hubo. Me fui de la casa y estuve todo el día con un empalme de miedo. Deseaba que el tiempo volase, iba a acostarme con semejante leona y tenía los huevos super cargados. Pensé en hacerme una paja varias veces, no sabía si sería bueno o no, y al final me la hice. No quería bajar y que al mismo empezar me corriera.

Cuando mis padres se fueron, bajé corriendo. Acababa de ducharme y tenía unas ganas locas de embestir a la puta de mi vecina. Oí como se acercaba a la puerta, se paró delante (supongo que para mirar por la mirilla) y me abrió muy poco la puerta. Cuando entré estaba en tanga y sujetador. No hubo mucha conversación, al mismo entrar nos pusimos a comernos la boca y yo puse mis manos sobre uno de los culos que más ganas tenía de tocar en este mundo.

  • Joder Marquitos vienes lanzado eh? Que ganas tenia de que alguien me tocase por dios...

  • Yo llevo desde que viniste al edificio queriendo follar contigo, estás muy buena Ire coño...

  • Más de una vez me he dado cuenta de tus miraditas si, que las mujeres no somos tontas, jajaja - dijo mientras andaba hacia atrás, hacia el sofá, nos tiramos encima.

En el sofa seguimos comiendonos la boca, yo empecé a acariciar sus tetas y su coñito por encima de la tela del tanga. Ire me quitaba el pantalón y la camiseta mientras tanto. Sus primeros gemidos no se hicieron esperar, esa mujer estaba empapada, mi mano estaba super húmeda y únicamente la había tocado por encima de la ropa interior. Mi sorpresa fue nula cuando vi que mi polla, al salir del pantalón, estaba babeante también. Me lo esperaba, estaba más cachondo que en toda mi vida.

  • Oye pues... no calzas mal, por lo visto... No creas que te estoy lanzando un cumplido porque sí, pero... la tienes más grande y gorda que Antonio... jejeje - dijo agarrándo mi polla con la mano.

  • Si, la verdad que no me puedo quejar. Supongo que te vendrá bien que sea grande y gorda si estás taaaaaaan necesitada como decías no? - le dije mientras le acariciaba el chocho más rápido que antes.

  • Uffff.. si... te aseguro que me la voy a gozar... te lo... aseguro... mmmm - gemía Irene, derritiéndose.

Se sentó en el sofa y me apartó hacia atrás, agarró mi polla con las dos manos y se la metió en la boca. Vi las estrellas. Esa mujer y sus labios de prostituta me estaban haciendo una de las mejores mamadas que recuerdo haber experimentado, quizás por los meses de cuarentena, quizás por ser una musa desde mi juventud...

  • Hostia Ire... aaarggg.. por dios, como tragas... sigue... sigue chupando zorra... - le dije mientras le agarraba su cabecita y la ayudaba a succionar.

  • Mmmm... glup, glup... que rica... esto sabe mucho mejor que... mis consoladores - susurraba mientras le hacía un traje de saliva a mi polla.

Irene era, como había imaginado toda mi vida, una experta chupando pollas. Se la metía hasta el fondo de la garganta y la dejaba ahí unos segundos, después la sacaba y toda la saliva acumulada la echaba por encima del capullo. A continuación, recogía toda la saliva con su boca, y volvía a incrustársela hasta el fondo. Yo me retorcía del gusto y tenía los pelos de punta.

  • Vas a hacer que me corr.. - y la frase no terminó. Me acuerdo perfectamente. Le llené la garganta de leche y ella abrió los ojos como dos platos.

  • Glup, glup, glup.

La muy zorra se tragó toda la corrida que le solté, pero sus ojos dejaban claro que le había pillado por sorpresa. A mi también, no os voy a engañar. Las habilidades bucales de Irene provocaron que mi cuerpo reaccionara a esa mamada como una explosión, y después de tantas semanas a pajas era normal. Yo me retorcía de gusto y apretaba los dedos de los pies.

  • Joooooder niño.. que poco me has durado no? Ves como si eras un crio? Jjajajaja... y ahora que hacemos, vas a dejar a tu pobre vecina así?

Me abalancé sobre ella. No quería quedar como un niñato, y le iba a demostrar de lo que era capaz, que no es por ser fantasma, pero no es poco precisamente.

  • Problemas del directo, mucho tiempo de cuarentena, pero ahora verás las veces que te vas a correr tú, te aseguro que van a ser el triple que yo... - le dije mientras bajaba su tanga y le abría las piernas bien.

Me puse a lamer su coñito de arriba abajo, el cual estaba absolutamente empapado, fruto de mis toqueteos anteriores y de la mamada que me había dado, seguro que la muy zorra se habría puesto cachondísima de tragarse toda mi leche. Mi lengua hacía movimientos rápidos en su clítoris, y con mi mano derecha fui metiendo varios dedos en su agujero, de forma simultánea. Irene respiraba muy muy rápido mientras se agachaba al sofá. Mis dedos cada vez iban más rápido y mi lengua le empezaba a succionar el clítoris como quien absorbe un cigarro.

  • Hijo de puta... argggg... joder... me... me estás matando.. me voy a corr... aaaaaaahhhhhhhhhh - gemía mientras se tapaba la boca, como una posesa.

Irene se corrió, ella tampoco pudo terminar la frase, como yo antes. Su chocho empezó a soltar agua que gustosamente yo lamía. Mis manos le agarraban el culo por detrás y la atraían más hacia mi, para que mi boca pudiera empaparse al máximo de ese nectar. De reojo veía como la puta de mi vecina agarraba el sofá y sus uñas casi rompían la piel del mismo.

  • Por dios, yo tampoco he durado mucho madre mia... a ver si vas a ser más que un crio... tienes práctica por lo que veo... - dijo incorporándose en el sofá.

  • Sabes lo que vamos a hacer ahora no, señor 25 años? Vamos a echar un polvo como no te han echado en la vida, te voy a dejar seco - me dijo mientras me conducía con la mano hacia el pasillo.

Estaba nervioso, la verdad. Mi polla iba a reventar, y quería estar a la altura de esa diosa del sexo. Quería dejarle todos los agujeros de su cuerpo bien satisfechos, para cuidársela bien a su marido y que ella no estuviera necesitada. Era una labor difícil pero esperaba cumplir. Llegamos a su habitación y la zorra de Irene me empujó a la cama, con en las películas. Se subió gateando a la cama, sonriente, y se puso encima mio. Era un auténtico placer sentir su chocho mojado moviéndose por toda mi polla, empapándola bien para después poder reventarla más fácilmente.

Estaba en el cielo, y más lo iba a estar, pero no lo sabía hasta que oí las siguientes palabras salir por esos labios de zorrón:

  • Te importa que me la meta en el culo? Te gusta? Es que mi coñito ya acaba de tener fiesta - dijo poniendo morritos.

  • Perdón? jajajajaja, como no me va a gustar, por dios... Llevo años mirándote el culo todos los días, pedazo de puta.

  • Si... por eso lo digo... se que te va a gustar... está muy apretadito... hace meses que no le dan mucho de comer... jo - decía suavemente, mientras movía mi polla con la mano derecha, y se la iba acercando a su agujero.

  • No te va a doler? Así de repente?

  • Tu no sabes con quién estás hablando tonto... me he duchado antes de que vinieras y... me he dilatado bien con un juguete que tengo yo... tu relájate.

Estaba en el puto cielo. Ese culo de infarto me iba a exprimir la polla como nunca, y estaba deseando que empezara la función. Con mis manos agarré sus tetas y jugué con sus pezones, que estaban muy muy duros.

  • Ahora... poco a poco.. la pongo aquí y... - entró, de golpe, plof. Ambos vimos las estrellas, y soltamos a la vez un muy agradable "ooouuuhh....".

El calor del ojete de Irene estaba abrazando mi polla de arriba hasta abajo. Por poco se me saltan las lágrimas, pero preferí agarrar bien su culo y ayudarla poco a poco a botar encima mio. Los gemidos y el olor a sexo en la habitación no se hicieron esperar, y ambos empezamos a disfrutar como locos.

  • Auhhhh... mmmmm.... si joder, rompemé el culo, ufffff, toma cabrón - gemía la zorra de Irene mientras se ensartaba hasta el final con mi rabo.

  • Sigue, sigue puta, matamé del gusto.

  • Te gusta, niñato? Te gusta como me muevo? Mira, ahora en círculos... - empezó a moverse en círculos, y mi polla estaba cerca de reventar.

Decidí levantarme, comerle la boca mientras mi polla aún seguía atorada en su culo. La saqué de aquel fantástico agujero, y la puse a cuatro patas. Las vistas eran espectaculares, cada vez que pienso en aquel ojete bien abierto delante mio me dan ganas de llorar. Le escupí en el ojete y se la metí de golpe. Empecé a percutirla bien fuerte porque sabía que le gustaría, esa mujer era una auténtica puta con todas las letras y no se iba a quejar, como las buenas putas hacen.

  • Ouhhhhh.. si, si, si, si, si, así, partemé en dos hijo de puta, dame bien fuerte - decía Irene agarrada al colchón con las uñas de gata.

  • No voy a aguan..tar... mucho más. Ufffff... que culo tienes, como traga.

  • Es tragón eh? Mmmmmm... correte dentro, vaciaté..

  • Uffffffff... aaaaahhhh, me corro joder, me corro!

Me pegué a su culo con mi cuerpo y la polla incrustada hasta el fondo. Solté como 5 o 6 trallazos de leche, mucha más que en la mamada, y parecía imposible que mis huevos pudieran almacenar tanta. Irene gemía y me pedía más lefa, era insaciable la cabrona.

Todo lo bueno tiene su final, nos quedamos exhaustos en la cama y nos fumamos un cigarro. Como en las películas, pero esta película no es ficticia, sino muy real, con la puta de mi vecina, que vive a 10 metros del ordenador donde se están escribiendo estas lineas. El final de la tarde fue con Irene y yo viendo un rato la tele en la cama mientras, desnudos, hablábamos sobre la vida.

Acordamos que más veces durante ese mes nos ibamos a dar un festín follando. Y así ha sido. Cada dos días, como mucho, hemos vuelto a follar y la situación está siendo increíble. A día de hoy ya tengo que quedar con mi novia más veces y no podemos vernos tanto, además de que está muy muy liada trabajando. Pero su marido todavía no ha vuelto porque no se puede cambiar de provincia en España aún, y mucho menos si esa provincia es Madrid.

Así que mañana he vuelto a quedar con ella y bajaré a darle a ese culo su ración de polla. No se qué haré cuando su marido vuelva o si volveremos a follar en algún sitio, no creo que quiera poner su relación en peligro, aunque sabe que mi rabo es más grande que el de su marido y es una tia bastante bastante cachonda, os diría que le noto hasta comentarios de ninfomana algunas veces, pero bueno, mejor para mí supongo.

Os mantendré informados, cracks. Os quiero, no me olvido de vosotros. 1 de Junio del 2020.

Marcos.