Mi vecina Celeste 2

Tras un tiempo sin verla, mi vecinita y yo pasamos la noche entera en un hotel.

MI VECINA CELESTE II PARTE

Hola como están, soy nuevamente Jon, y hoy les vengo a contar la segunda parte de mi historia sexual con mi linda vecinita Celeste. Bueno vamos de frente al grano.

Pasó un mes desde aquella vez que follé con mi vecina en su cocina y desde entonces he tenido sueños húmedos con ella. Pero desde esa fecha no me llamaron para nada a su casa y yo me estaba preocupando ( más bien desesperando por volver a ver su culo y su conchita grande y rica ) y nada de nada. Entonces recuerdo que fue un viernes y el marido de ella me llama diciendo que tenían problemas con la cañería del baño y que no tenían agua en la casa (más bien tu caño no sirve dije entre mí) y le contesté que iría a ver el problema. Llegué y me abrió la puerta el vecino y allí apareció Celeste, ella como que no quiso verme, pero luego cruzamos nuestras miradas y eso fue todo. Estaba vestida con un sniker color negro de esos para jugar vóley, un polo de Colombia y tenía su cabello pintado y algo cortado, pero así seguía viéndose divina.

El vecino me llevó hacia el baño donde estaba la cañería principal y vi que el problema era una llave que no estaba bien conectada y eso hacía que no hubiese agua. Le pedí que fuera a comprar una llave de agua y un teflón para arreglarlo, Celeste quería ir a comprarlo, pero su esposo le dijo que él iría y que ella debía estar cuidando y preparar el almuerzo, que tal vez yo me demore trabajando ( yo me reí cuando escuche, y dije: si supieras que ya me almorcé a tu mujer ) pero no dije nada. Él se fue y yo me acerqué a ella y le dije:

-          ¿Qué paso mi amor, ya no me llamas, ni me escribes, que te pasa? ¿No te gustó lo de ese día?

-          Por favor, acá no sí.

-          ¿Vamos quiero verte y sentirte de nuevo? (Me acerqué a abrazarla)

-          No, mi hija podría vernos y

-          No nos va a ver, ella está en la escuela. Vamos solo dame un beso.

-          ¡NO!

-          Sí, sé que lo deseas (me acerco y la abrasó)

-          ¡NO POR FAVOR! ¡NO! (nuestras bocas se unen intensamente y ella corresponde)

-          Lo ves, te hacías la difícil (le doy una palmada al culo)

-          Ya suficiente.

-          Sólo agárramela y no insisto

-          ¡ESTÁS LOCO! Si me ve mi marido.

-          Ya deja de hablar y agarra (cojo su mano y la aprieto contra mi pinga, que estaba semi parada)

-          OHHHHH.

-          Te gusta, se ve que la extrañaste.

-          No es eso, ¿solo qué?

-          Nada de qué. Te gusta agarrarla (me bajé un poco el cierre del jean y le enseñé el tronco, ella lo agarro y gimió)

-          Mira te llamaré más tarde te lo prometo. Pero ya no sigas sí por favor

-          Está bien. (me cierro el cierre y sentimos que la puerta de la calle, se abre)

Precisamente llegó el cornudo de su marido y comencé a trabajar. Ella de vez en cuando venía a ver mi trabajo, y yo aprovechaba para enseñarle mis brazos o me levantaba tipo sexy, incluso me saque el polo, diciendo que me lo iba a ensuciar. Vi que la había provocado, pero después que terminé, y quedo todo instalado, cobré mi trabajo y me fui. Pero antes, ante un descuido del cornudo, le hice la señal de llámame a Celeste y ella movió la cabeza en señal de sí.

Llegué a mi casa, y estaba recontra arrecho. Me desnudé y me puse a ver una película porno por la señal cable que tenía contratado, cuando a la media hora, sonó mi otro celular y era mi adorada vecinita, que me llamó diciendo que, como haríamos, para vernos. Yo le dije que inventara una excusa y que venga a mi casa, pero me contestó que en mi casa ni loca (por qué nos verían los vecinos) Yo le respondí que está bien, pero que quería quedarme como mínimo una noche entera (para recuperar el mes que la extrañe) al final aceptó y me confirmó que me llamaría.

Bueno pasó una semana y la espera me estaba matando, hasta que un jueves en la noche me llamó diciendo que había encontrado una excusa. Supuestamente una prima por parte de su familia materna estaba muy delicada, y que le prometió que iría a cuidarla (todo eso era falso). Cuando escuché eso, me arreché mucho y le dije que estaba bien, y que nos veríamos el viernes). Ese día alisté todo y quedamos de encontrarnos cerca por Gamarra, a las 8 de la noche.

Salí de mi casa a las 7 para nuestro encuentro y la esperé, ella llegó 10 minutos después de la hora, estaba con un lee azul claro, y una polera con capucha negra. Me saludó y caminamos y le dije como lo había hecho para salir y me contó que su marido sabía lo de su prima y que él se creyó el cuento que iría a cuidarla y por eso se quedó con la niña, además no era la primera vez que lo hacía y que muchas veces si había ido a cuidar a la enferma mencionada. Caminamos un poco, la abracé como si fuera mi novia y ella me agarró de la cintura, llegamos a un hotel cerca de la zona, entramos, nos registramos y pedimos una habitación con cable porno. Ingresamos y de frente la besé con mucha lujuria, ella también me comía la boca, me quité el polo y ella la polera, vi que tenía un polito blanco forma escote y se lo sacó mostrándome sus tetitas blanquitas y redonditas, me las lancé a chuparlas y la volteé y comencé a comerle la espalda.

Mientras la besaba, metí sus dedos debajo de su pantalón y comencé a acariciarle su panochita, ella gemía y de pronto la aventé contra la cama, le saqué sus zapatillas, sus medias y su pantalón, quedándose en calzón color blanco. Yo también me quité el lee y me quedé en trusa, ella me tomó de la mano, me atrajo hacia ella y seguíamos besándonos mientras la película seguía. Luego le saqué su ropa interior y se liberó su conchita rica (la había extrañado) y comencé a chuparla con mi lengua, mis dientes, Celeste gemía como loca y me decía “SIGUE MI AMOR” “SIGUE” y yo seguía en lo mío. Me paré y mi vecinita, me sacó la trusa y mi pinga se liberó, lo agarró con ambas manos y comenzó a chupar primero con una mano y luego con las dos, yo estaba echado y disfrutaba de la mamada, mientras se la tragaba por completo, me pedía que le diga palabras feas y le dije: VAMOS ZORRITA, VAMOS CHUPALA, ERES LA MEJOR CHUPADORA DE PINGAS QUE HE CONOCIDO. Terminó y nos besamos locamente, luego ella se abrió las piernitas y yo a puntearla, una metidita, y salió, y así otra vez y otra. Mi vecinita solo gemía hasta que entró con todo, estuve penetrándola en pose de misionero, nos besábamos como dos poseídos, me agarraba de los pectorales, los mordía y la levanté un poquito las piernas, su rasurada conchita entraba y salía fácil, me quiso agarrar el pene para colocárselo, y le dije que no, seguí con piernas al hombro y el choque piel a piel de su panocha y mi pichula, era notoria, estaba en el paraíso con ella. Luego la hice de costadito, y comencé a darle más duro, mientras gemía ricamente, casi al acto me eché en la cama y ella se sentó dándome la espalda y cabalgándome duro, mientras sentía que mi pinga, se bañaba con sus jugos y nuestras salivas. Ella se sentó un rato, se movía como una licuadora y comenzó a mover ese rico potito sin que yo se le diga.

Ella me decía: “OH SI PAPI, RICO, RICO” y le di de cachetadas, y ella gozaba, acto seguido se puso al filo de la cama, me enseñó su culito, se lo lamí y le metí dedos, ella gritaba como loca, y se la clavé de un golpe, con ayuda de saliva. La penetraba muy fuerte, ella decía que yo era su marido y ella mi perra personal, que desde que la caché en la cocina de su casa, su culo me volvía loco y ella también que desde que me la tiré ese día, cada vez que el inútil de su marido la penetraba, no sentía el mismo placer que conmigo. Escuchar esto me alocó más y le agarré de los cabellos y seguí más fuerte, ella gritaba mientras chocaba piel a piel mis huevos con sus nalgas. De pronto la volteé le dije CHUPA PERRITA CHUPA, ella se lo metía en la boca, hasta que hice presión y AHHHHHHH boté mi leche en su boca y parte de su cara. Ella luego fue al baño a lavarse y botar mi lefa. Regresó y se acostó a mi lado y nos abrazamos entrelazados. Le dije que era una rica mujer y ella me decía que conmigo ha sentido lo que en 6 años de casada no ha sentido. De pronto sonó su celular y era su marido, preguntándole como estaba y ella decía que bien, que su prima ya estaba durmiendo y ella por descansar (me quería morir de risa, pero me lance a tocarle la panochita mientras hablaba). Colgó y seguí en lo mismo.

Celeste buscó papel higiénico y no había, y llamé a recepción y nos dijeron que en los mesas y gabanes habían. Ella buscó y para su sorpresa, encontró un consolador de goma. Me reí y le dije de quién se había olvidado y de pronto ella se lo comenzó a meter y le entró. Comprendí el juego. La eché en la cama, le metía el consolador y gemía, de pronto mi pinga se puso al palo de nuevo y la penetré en su conchita que había sido dilatado con el juguete. Luego la senté en mi pichula y la penetré de culito, mientras le colocaba el consolador en su conchita, ella gemía como una perra en celo y yo lo disfrutaba, cambiamos de pose, ella se echó encima de mí, dándome su panochita y yo a meterle el consolador por su culito y así estuvimos un buen rato, hasta que me vine de nuevo pero esta vez en su ombligo. Nos limpiamos, nos besamos y a mirar la película, mientras jugaba con su juguete nuevo.  Luego a eso de la 1 de la madrugada lo volvimos a hacer como en las anteriores sesiones, y con ayuda de esa pichula de goma.

Así estuvimos toda la noche, (me acuerdo que 6 veces en total) hasta que llegó las 6 am y me dijo para irnos. Yo estaba jato de tanto sexo, pero me desperté, nos cambiamos y nos fuimos, dejando el consolador en donde lo encontramos. Llegamos a nuestro distrito y ella se fue directo a su casa y yo primero a tomar un jugo para reponer fuerzas y a dormir. Cerca al medio día me llamó y me dijo que no se dio cuenta su esposo y que lo había disfrutado mucho. Como favor me pidió que le regale un consolador y yo acepté, como parte de nuestro morbo.

Y esa es la segunda parte, espero que les haya gustado, para la siguiente parte contaré como en la fiesta del barrio, mi vecina y yo tiramos en su casa y también que le rompí el hocico a un chibolo que la quiso afanar, pero será para la próxima. Nos vemos.