Mi vecina 3ª parte
Estaba preciosa , no estaba seguro si ella sabía lo follable que se era ¿o sí?
Mi vecina 3ª parte
Hola Amparo, buenos días
Buenos días, Carlos
¿Crees que esta tarde a las 5 podremos vernos?
Por mi parte sí, en casa estaré
Pues a las 5, a tu puerta llamaré
A las 5 te espero
Ahhh, una última cosa Amparo, te importaría estar vestida de calle cuando vaya, ya te contaré…
Muy bien, así te esperaré
Sonreí satisfecho, y acto seguido borré la conversación de wasap, mejor no dejar pruebas en el móvil de mis romances…
Ya estaba nervioso, y no sabía como imaginarme a Amparo, mi vecina de 70 años con ropa de calle, y eso que la había visto en multitud de ocasiones…, pero esta iba a ser distinta…
5 de la tarde, nadie en el descansillo de la escalera que pueda verme y nadie en mi casa que pueda ver por la mirilla, hago sonar el timbre con el típico “ding dong”…
Hola Amparo
Adelante, pasa…
Pasamos al salón, y una vez dentro se da una vueltecita muy graciosa con los bracitos pegados al talle y sus manitas levantadas…
¿Es así como querías?
Estás perfecta
¿Te gusto? –dijo sonriendo con mirada maliciosa
No sabes cuánto Amparo, ni te lo imaginas…
Su pelo corto (pero no tanto) y casi blanco lo llevaba perfectamente peinado, como si estuviera recién salida de la peluquería, los ojos algo más pintados de lo habitual, color en las mejillas y sus labios con aquel rosa suave con el que solía pintárselos…
Llevaba una blusa blanca sin mangas y abotonada por delante a falta de los dos botones superiores, se entreveía a su través un sujetador blanco que ya puso mi imaginación en marcha…
Sus piernas las cubría con una falda larga hasta los tobillos de tela muy fina, y remataba su vestimenta con unas sandalias muy veraniegas con tres dedos de tacón, estaba preciosa…, no estaba seguro si ella sabía lo follable que se era ¿o sí?
Se acercó despacio a mí, un paso, dos pasos…, y me tiró los brazos al cuello colgándose de él…
¿Es así como me esperabas?
Me sorprendes…, gratamente…
Bueno, tú dirás para que me querías vestida
Para poder desnudarte ¿Qué te parece?
Me parece muy bien…, sonrió maliciosa
Apenas dejé que terminara de responderme poniendo un beso en sus labios, y luego otro y otro más…, su vestimenta y forma de mirarme me habían excitado sobremanera, cogí su cara con ambas manos y la bese, la besé con pasión y mucho deseo, por un momento estuve fuera de mí, le di el beso más morboso y caliente que creo haber dado en mi vida…
Cuando separamos nuestros labios un hilo de saliva seguía uniéndolos… - te has comido todo el pintalabios, bruto – dijo sonriendo – vuelvo enseguida-
Y la escuché alejarse con un rápido taconeo, apenas un minuto después volvió al salón con sus labios recompuestos…
Se paró delante frente a mí, le di la mano – vamos – le dije…
La conduje hasta el dormitorio…, me paré junto a su cama y la dispuse justo delante de mí…, ella no apartaba la mirada de mis ojos…, yo no apartaba la mirada de su blusa…
Mis dedos fueron hasta ese tercer botón, que desabroché con facilidad, dejando al descubierto el puente de su sujetador con un pequeño lacito de tela…, observé que esperaba una respuesta por mi parte, la miré e hice un gesto de aprobación…
Bajé cuarto botón, este dejó casi al descubierto las copas del sujetador, y la puntilla que lo bordeaba, no pude evitarlo e introduje mi mano, comenzando a acariciar sus tetas por encima del sujetador, me encanta ese tacto de la tela, y la sensación de lo prohibido que siempre me transmite esta prenda, acaricié la porción de pecho que asomaba por encima del encaje, estaba suave y flaneaba al menor roce de mis dedos, lo sentí directamente en la presión de mi bragueta…
Desabroché el quinto y último botón, separé la tela dejando al descubierto su sostén de blanco inmaculado…, volví a acariciarle el pecho cubierto…
Me quité el polo que llevaba dejando desnudo mi torso y la apreté contra mí, deseaba sentir en mi pecho el contacto de sus tetas con el sujetador…, pasé mis dedos por sus tirantes, su cierre…, puse mi mano y apreté con fuerza su trasero contra mí, quería que sintiera la presión mi polla en su vientre…
Me senté en la cama, puse mis manos en sus caderas…, ahora ya no la miraba a ella, solo miraba sus ojos en los míos, necesitaba no solo sentir sus reacciones si no también verla en sus facciones, en su mirada…, la acerqué hacia mí, dando ella un pasito muy corto..., mis manos en sus caderas palpaban el borde de superior de sus braguitas, fui bajando mis manos hasta sus rodillas, levanté un poco su falda de fina tela y metí mis manos bajo de ella, acariciando sus piernas…
Pronto llegué a sus braguitas, descubriendo al tacto que eran pequeñas, como las que vi el primer día que, que tuvimos sexo, eran pequeñas, jamás hubiera pensado que una mujer de 70 años, usara braguitas tan ¿jóvenes?...
Introduje mis dedos por el borde inferior de su prenda íntima sin apartar la mirada de su rostro, de sus ojos, yo sentía la suya escrutándome de la misma forma…, mis dedos cubiertos por el borde inferior de sus braguitas fueron hacia atrás acariciando sus nalgas hasta llegar justo donde se unían a sus piernas, hice un poco de presión para despegarlas de ella, justo en ese momento sentí que Amparo separaba un poquito las piernas, siempre tan atenta a los detalles, observé como sonreía con malicia…, volví a mirar sus tetas cubiertas de blanco pero desde abajo, su vista era magnifica…
Sin deshacerme de la presión de mis dedos por su braguita, estos ahora fueron hacia delante, volviendo a acariciar su trasero de piel muy suave, su cadera y poco a poco hacia su ingle, ahí me acerqué muy despacio, como haciéndome de rogar…, mis dedos se deslizaron casi sin querer queriendo hacia su monte jugando con su escaso vello…, volví a ahuecar la prenda hacia abajo, quería que cayera sin dificultad…
Subí mis dedos y comencé a tirar hacia debajo de ellas, las fui deslizando, no caían con la facilidad que yo pensaba, pero Amparo lo tenía todo resuelto y con un ligero movimiento de cadera cayeron encima de sus pies aún cubiertos por sus sandalias…
Primero un pie y luego el otro, una patadita y la braguita se alejó de nosotros, todo ello sin dejar de mirarme, de estudiarme, de desearme…
- Ahora la blusa – le dije
Arqueó un poco los hombros y la blusa se deslizó entre la espalda y sus brazos cayendo al suelo…, volví a introducir mis manos bajo de su falda, acariciando sus piernas, sus muslos, su culo…, lo amasaba, separaba sus nalgas y las juntaba…, introduje mis dedos donde se junta sus glúteos, y bajé y bajé y acaricié la entrada de su ano sintiendo el clásico y habitual respingo de quien no espera ese contaco, se dejaba hacer…, mi otra mano la acariciaba por delante, la cara interna de sus muslos, subía hacia su coño, notaba sus labios en el dorso de mis dedos…
Hice que separara un poquito las piernas, lo justo para poder acariciarla bien, sobarla como es debido, una mano no se apartaba de su culo y la otra de su coño, esta más atrevida jugaba con sus labios, los abría, el dedo corazón exploraba su interior introduciéndose en su vagina, Amparo comenzaba a gemir...
Saqué mi mano debajo de su falda y busqué su cremallera que encontré sin dificultad, la falda cayó rápidamente…
- Sal de ella – dije
Amparo dio un pasito y luego otro, saliendo de ella y apartándola con el pie…
Estaba preciosa y muy sensual, completamente desnuda a excepción del sujetador, ese lo quería en su lugar el mayor tiempo posible…, que ganas de follarla tenia…
- Siéntate – le dije
Se sentó y me puse justo delante de ella…, no hizo falta ningún comentario por mi parte, y por una vez alejo sus ojos de los míos para mirar lo iba a hacer…
Puso sus dedos en el cinturón y despasó la hebilla, luego el botón y seguidamente la cremallera…, introdujo su mano y sentí un caliente escalofrío recorrer mí cuerpo hasta mi verga y en ese momento justo levantó la vista a mirarme, sonrió maliciosa y volvió a lo suyo…
Apretaba mi polla a través del bóxer, la recorría con su mano como comprobando su longitud, me bajó el pantalón hasta bajo de las rodillas…
- Sal de él – me dijo con una sonrisa, que me hizo sonreír…
Una pierna y luego otra, una patada y alejé el pantalón de nosotros, me quedé solo con el bóxer delante de ella…
Mi rabo se marcaba de una forma muy sensual, y ella lo acariciaba, comenzó a sobarme por encima de la tela, el culo, los muslos y la polla, ajustó el bóxer hasta que se quedó marcado mi capullo en él, paso la yema de sus dedos por él, haciendo de la caricia una delicia…
Puso sus dedos en la parte superior del gayumbo y tiro hacia abajo, no tardó mi polla en saltar como un resorte…, ella apenas la miró, pero si rozó con ella su mejilla al terminar de bajar la prenda que como con el pantalón me deshice rápidamente…
Mi polla se situaba frente a su cara, dura como una roca y totalmente descapullada, la cogió con su mano y la acarició muy suave, todo el tronco, hasta el pubis…, jugó con el vello que lo cubría enredando sus dedos en él, bajo la otra mano a mis huevos y después de sopesarlos comenzó a acariciarlos también muy suave, y con esa mano en los cojones se introdujo mi rabo en la boca, sentí su lengua jugar con mi glande…, estaba en la gloria…
La sacó un momento de la boca y comenzó a pasar muy suave la yema de sus dedos por mi capullo ensalivado, una caricia muy suave y muy efectiva, la otra mano no soltaba mis huevos…, después de acariciarme bien la punta de mi verga, se la volvió a introducir en la boca, bajé mi mano, la puse bajo de su barbilla y la levanté para que me miraba y su mirada era de placer, su imagen con la boca llena de mi polla no la olvidaré jamás…!!
- Espera – le dije con voz entrecortada…
Me fui a la cama y me recosté buscando el medio del catre…
Ven – le dije, - sube-
Hoy me vas a follar tu a mí – volví a decirle
Yo estaba tumbado en la cama, boca arriba con mi nabo apuntando al techo, ella se subió lentamente, pero sin dificultad, pasó una pierna por encima de mí, quedando su coño bastante cerca de mi polla, la cogió con la mano y poco a poco se la fue metiendo dentro…, no sé si fue por la ensalivada anterior o porque la jodida estaba mojada, pero mi rabo le entró hasta el fondo sin la menor dificultad…
Allí estaba ella, encima de mí, con 15 cm de polla dentro de su coño, mirándome con cara de placer, con cara de vicio, con cara de puta…, con su sujetador blanco que yo me negaba a quitarle…
- Follame – le dije
Y comenzó un movimiento de cadera adelante – atrás, no arriba y abajo como sería lo más natural, no…, me estaba follando pero dándose placer, pude sentir como rozaba su clítoris contra el vello de mi pubis…
Comencé a acariciarle las tetas por encima del sujetador, introducía mi mano dentro de él, acariciaba sus pezones, las amasaba y las juntaba…, deslicé un tirante por su brazo y luego el otro, estuve admirándola así durante unos instantes, me parecía muy erótica y sensual, sentía su cadera moverse con mi rabo dentro y la veía a ella casi desnuda para mí, para mi placer, pero llegó el momento que además necesitaba chuparlas, mamarlas…
- Ahora puedes quitarte el suje – le dije
Sonrió y sin dejar de mirarme, llevo sus manos hacia detrás, lo desabrochó…
- Quítalo tú – dijo sonriendo
Las copas se habían ahuecado, estiré de ellas y el sujetador salió de su lugar, dejando al descubierto sus tetitas blancas y caídas con su pezón oscurito en medio de ellas…
- Necesito mamarlas –
Ella sin dejar el movimiento cadencioso de su cadera, inclino su cuerpo dejando sus tetas caer encima de mi boca, de mi cara…, las chupe, las succione, las acaricié y pellizque sus pezones, ella estaba muy excitada…, yo también…
Sentí la presión en mi pubis mucho más intensa, ya no me miraba tanto, los ojos se le cerraban de placer, me olvide de sus tetas y volví a su culo, acaricie sus nalgas…, mojé un dedo con mi saliva y lo llevé a la entrada de su ano, otro pequeño respingo, y ahí comencé un masaje suave, rodeando su abertura y presionando lo justo para que no entrara pero haciéndose de notar…
Amparo estaba fuera de sí, sus manos estaban apoyadas en mi pecho y su cadera era cada vez más violenta, creí sentir la dureza de su clítoris entre el vello de mi pubis, sus ojos estaban cerrados y sus gemidos eran altos y claros…
Quiero que me avises de tu corrida – le dije
Avísame cuando te corras – volví a decirle
Quiero que me lo digas – dije imperativamente
Amparo se venía sin remisión
Me voy a correr – dijo despacito
Más fuerte – dije yo
Me corrooooooo – dijo esta vez levantando la voz…
Y se dejó caer bruscamente encima de mí, aplastando sus tetas contra mi pecho, pude sentirlas y ese fue el momento clave para mi…
La sujete por la cadera, la levanté un poco para que mi polla pudiera tener juego, y comencé a follarla despacio para ni interrumpir su corrida…
Me voy a correr yo – le dije
Te voy a llenar de leche
Lléname, lléname – dijo susurrando
Me corroooooo
Y me vacié dentro de ella, estuvimos unos minutos así, ella recostada en mi pecho, yo normalizando mi respiración y con mi polla aún incrustada dentro de su coño…
Sentía que poco a poco los tres nos íbamos relajando, ella, mi verga y yo…, nuestras respiraciones se ralentizaron y mi polla comenzaba a salir flácida de su interior…, con mucho cuidado la dejé caer a mi lado…, tenía los ojos cerrados y una sonrisa de felicidad en su rostro…
Continuará