Mi vagina había estado vacía hasta que tú ...

Ardor y alivio

El día había llegado, iba tan nerviosa que pensaba que el corazón me saldría del pecho, había pasado mucho tiempo desde que empezaste a ser el objeto de mis fantasías hasta que llegó el día en que pude verte, tocarte y sentirte

Cuando las circunstancias fueron propicias y reuní valor para pedírtelo, te escribi un mensaje y te dije que me gustaría verte

Me dijiste que si, aunque estaba dispuesta a suplicarte y arrastrarme pues había perdido el control sobre mi mente y mi cuerpo

Llame a la puerta de tu casa, tenias una mirada tan profunda que podía perderme en ello, mi corazón latía con mucha fuerza, empezamos una conversación estúpida pero mi mente solo pensaba en que meterte las manos debajo de la ropa, me acerque a ti y me quite la camiseta y el sujetador y te rodee con mis brazos, mis bragas estaban empapadas y y sabía que en cuanto me tocarás que iba a correr en ese mismo instante

Me cogiste ambos pechos con tus manos mientras los apretadas, empezaste a chuparme los pezones haciendo círculos con tu lengua y succionando, necesitaba tus dedos dentro de mí coño y jadeando te suplique que me tocarás, que me metieras los dedos, por favor, por favor, por favoooor

Con tus dedos en mi vagina empecé a desnudarte, con tus pantalones en los tobillos, introduje todo tu polla en mi boca, que bien olía, que bien sabía, que rica estaba, pero mi coño estaba totalmente empapado y sentía un picor y un hormigueo que solo podría aliviar las embestidas rápidas de tu polla, me subiste sobre la encimera de la cocina tus manos agarraban mi culo, mientras mis piernas descansaban sobre tus brazos, sabía que en cuanto me la metieras me iba a correr, grite como una perra cuando lo hiciste, pues era como si mi vagina hubiera estado vacía hasta que tú la llenaste, me dolía la garganta, me ardía la vagina y el cuerpo entero pero solo tu polla podía aliviar el ardor, más ardía y más deprisa entrabas y salias de mi cuerpo, más alivio y más ardor, más alivio y más ardor

Te corriste, y yo pensé que el corazón se me iba a salir del pecho

Estaba cansada, me tumbaste sobre tu cama y te subiste sobre mi, me dijiste tú solo disfruta, y me follaste de la forma más salvaje que nunca había echo ningún hombre

Sabía que debía volver a Salou pues allí me esperaba mi hijo, me vestí, te bese muy despacio y te dije Mohamed ojalá que volvamos a vernos