MI ULTIMO AÑO BISIESTO parte 3

Me ponen nombre de animal, en lugar de Laura soy Cebra. me engordan 50 kg. ahora peso creo 115, para ser esposa del jefe de tribu

MI ÚLTIMO AÑO BISIESTO

3ª parte

Mis piernas temblaban para llegar a él. Más de una vez Fierecilla tuvo que agarrarme del brazo por algún tropezón. No era que verdaderamente tropezara, sino que del miedo, pánico y terror que sentía, temblaban mis piernas. Un sudor frio recorría mi espalda y mis manos estaban mojadas también.

Me pararon delante del jefe, con Fierecilla a mi lado y las otras dos detrás mío. A una seña de este la bruja se me acerco y la verdad asustaba de lejos, de cerca era terrorífica. Una mujer toda pintarrajeada y encima echaba sobre uno polvillos no se de que, como queriendo alejar de mi los malos espíritus. Me di cuenta ahí, que ella seria mi espada de Damocles. Tenía y ejercía el mismo poder que su hermano el jefe. Eran los únicos jefes, además de la tribu, del clan familiar y la palabra de ellos era sagrada, para el resto.

Tomándome del brazo me hizo girar hasta dar mi espalda al jefe. Con su mano tomo mi cabellera y examino el rubio de ella. Tiro fuertemente del pelo que sino no me tenia Fierecilla, me tira atrás. Mis lágrimas por ese efecto saltaron de mis ojos. Ella ofreció a su hermano mi pelo para que tocara y tirara. Este lo hizo y provoco más dolor en mí. Luego ella paso su áspera mano por mi espalda hasta el comienzo de mi culo. Luego toco y estrujo a voluntad mis nalgas y ayudada por las dos custodias que abrieron mis piernas, recorrió con sus dedos la línea de mi culo. Bajo tocando y apretando mis piernas hasta llegar a mis pies.

Yo mordía mis labios de la humillación que pasaba. Humillación y odio, por estar en esa situación. Me hizo girar y quedar de frente al jefe nuevamente. Pensé que ahora vendría lo peor. Me tomo del pelo nuevamente y acerco su cara a la mía a fin de ver el color de mis ojos. Al comprobar que eran azules, distintos al resto de la tribu, sonrió satisfecha y le comento algo al jefe. Fue tocando mi cara, centímetro a centímetro. Luego bajo por mi cuello hasta mis tetas a las que apretó y movió a gusto de un lado a otro. Tomo con sus manos mis duros pezones y se sintió satisfecha por los sobresalidos del botónes.

Luego bajo por estomago y llego a lo mas temido por mi. Paso sus dedos por el largo de mi concha, que ya sentía mojada. En el último mes y pico no me había depilado ninguna parte de mi cuerpo y ella tiraba de los pelitos de la concha con fuerza. Luego miro mis axilas y lo mismo. Por fin vi que terminaba y me alivie un poco. Miro al jefe y hablaron entre si. Yo miraba a Fierecilla a que dijeran de qué hablaban pero esta solo miraba. En un momento me pareció que discutían sobre mi y no sabia de que. La bruja le dijo algo a Fierecilla y se fue, antes lo había hecho el jefe y sus mujeres. Fierecilla me indico de ir a la cueva

LAURA: que dijeron de mí?  Que va pasar conmigo?

FIERECILLA: espera, ahora hablaremos de vos.

Llegamos a la cueva y entramos, yo estaba que me llevaba el viento, nerviosa, ansiosa, quería saber mi futuro. Mi anterior vida ya prácticamente no existía, estaba en África en medio de la violencia. No podía sacarme de la cabeza la ejecución de los cuatro tipos. Pobres como murieron, aunque a mi me hicieron todo el mal posible y merecían un castigo, pero no de esa forma. Y ahora que pasara conmigo, la bruja palpo mi cuerpo centímetro por centímetro. Después discutió con el hermano, el jefe, y no se de que. Y ahora me enviaban a la cuerva de nuevo con Fierecilla.

LAURA: Fierecilla por favor explícame que pasa, no entiendo nada, ni las muertes, ni lo mío

FIERECILLA: es sencillo, tengo siete lunas para enseñarte cosas a una guerrera. La muerte de esos fue una venta de Silvia por más diamantes y tu entrega por lo mismo. Pero olvídate de ella, nunca mas en tu vida la veras ni a ella y nada de tu vida anterior. Debes hacer de cuenta que naciste hoy que eres una guerrera como yo.

LAURA: es cruel eso, yo tenia una vida antes, como puedo vivir así, acá y de esta forma.

FIERECILLA: hazte a la esa idea y no pienses más. Espero no quieras escapar, sabes es inútil, solo Silvia lo hizo pero por la dejaron acá hacerlo. Además si intentas un escape te buscare hasta debajo de las piedras.

LAURA: oh no, estoy perdida.

FIERECILLA: lo estas. Después de las siete lunas decidirán que harán contigo. Por vos discutieron el jefe y la bruja.

LAURA: vi que parecían discutir los dos, pero como no se el idioma, no podía darme cuenta.

FIERECILLA: discutieron porque la bruja quiere que no seas mujer del jefe y él quiere tenerte. Ella prefiere para vos un guerrero mas joven y que te preñe varias veces.

LAURA: y yo no cuento?

FIERECILLA: nosotras no contamos para nada. Tu primera lección es: debes saber que primero esta el guerrero, luego los chicos y por ultimo nosotras. Si hay hambre en la tribu, comen en ese orden, nosotras si queda algo.

LAURA: todo es cruel. No resistiré esta vida

FIERECILLA: calla y obedece. Ahora duerme mañana tenemos mucho trabajo.

A la mañana siguiente comí unas semillas de maíz y de girasol con unas hojas silvestres que ella recogió. A medida que me enseñaba los trabajos de una mujer en la tribu, me enseñaba también el idioma que hablaban. La verdad aprendí rápido el idioma de ellos. En cuando a mis tareas como mujer en la tribu eran bastantes pesadas.

De la mujer dependía el armado de la choza o arreglo de la cuerva, según lo que fuese. El buscar ramas para el fuego de todos los días, encenderlo y cocinar lo que el macho traía. Conseguir semillas de diversas clases para comer y/o sembrar, hojas verdes y hongos, saber cual era o no venenoso. Ayudar al macho a sembrar y cosechar. Moler las semillas traídas y alimentar los escasos animales que se tenían, productos de los robos a aldeas enemigas.

Encargarse en exclusividad de la crianza de los niños y estar dispuesta al sexo cuando y como el macho quisiera. En este punto si era al revés y el macho no quería, no se hacia.

Las tareas del macho eran: primero preñar a su hembra todas las veces posibles. La caza y la pesca para la alimentación de la familia.

En el caso de Fierecilla era distinto. Ella había tenido un marido del cual quedo viuda, con 3 hijos. Ella era la encargada de todas las tareas descriptas anteriormente para cada uno, todas en ella sola, hasta tanto el jefe del clan le consiguiera nuevo marido. Mientras estaba en viudez en el sexo podía visitar a machos en su situación o ya viejos descartados para mantener una familia. Fierecilla tenía solo 30 años.

Al término de las nueve lunas vino la bruja a ver como estaba todos y se quedo de un palmo cuando me escucho contestarle en su idioma. A la mañana siguiente teníamos que presentarnos ante el jefe.

Dentro de la tribu había un chico de 12 años que me miraba constantemente. Ese día que baje, con Fierecilla a ver al jefe y la bruja, estaba presente, porque al padre lo habían nombrado jefe de un clan y se irían en la noche a otra zona. Mientras tanto el jefe me observaba y le dijo a su hermana, la hechicera.

JEFE: me gusta la extraña (por ser extranjera). Pero era flaca y con este tiempo de trabajo y aprendizaje esta más flaca. La tomo pero antes hay que engordarla un poco.

No se, parecía se refería a una vaca a engordar cuando se refería a mi. La bruja estuvo de acuerdo y me metieron en la jaula, que apenas podía moverme. A mi costado tenia un recipiente grande de agua y colgando de la jaula una bolsa de alimentos. Era mandioca, mi único alimento hasta nueva orden. Mis necesidades las hacia en la jaula así como estaba sentada. Cerraron bien la jaula y entre dos guerreros. Ataron la jaula a una dura liana y me elevaron a 5 metros de altura sobre un lago y colgada de un árbol. Al poco rato de estar ahí tenia hambre y sed y empecé a tomar y beber. No sabia que esa comida y con agua aumentaba el deseo de seguir comiendo y bebiendo. La primera noche la pase comiendo y bebiendo. Cada mañana bajaban la jaula, sacaban la bolsa de comida y la completaban, cambiaban el agua y antes de ubicarlas en sus lugares me elevaban con jaula y todo y me sumergían en el lago para que yo misma me bañara y aseara la jaula. A la mañana temprano el agua no estaba cálida. Colocaban la bolsa y el agua y me enviaban arriba otra vez. Cada vez que me bajaban había muchos mirando y comentando. Me tiraban comida y los chicos tomaban mi pelo, me lo tiraban y escupían. Me toque la cintura y la panza y note rollitos, por lo que me dije de no comer más que lo necesario. Pero era inútil, lo poco que quería comer, con esa mezcla, se hacia mucho y rogaba me sacaran de la jaula. Por la noche empecé a sentirme mas pesada en el escaso movimiento que podía hacer y sola lloraba en la oscuridad de la noche. Para colmo a Fierecilla no la vi más. Luego de diez días me sacaron de la jaula entre dos. Al no tener ejercicio me costo quedarme parada sola. Trate de mirarme y había engordado, no se calculo 15 kilos. Estaba pesada para caminar y mis movimientos eran lentos. Apareció Fierecilla, me miro y rio a carcajadas.

FIERECILLA: vaya como engordaste, estas redondita. Ahora si el jefe te va llevar con el.

LAURA: me siento gorda y siempre fui de no engordar. Me miro y no puedo creerlo

FIERECILLA: te dije no comas mandioca con agua.

LAURA: es lo único que había y al empezar no dejas hasta vaciar la bolsa. Debo haber aumentado 50 kilos. Espero no me haga engordar mas y tratare de bajarlos moviéndome.

FIERECILLA: hubo novedades en estos días. El jefe le ordeno a la bruja que organice su casamiento contigo para mañana.

LAURA: para mañana? No puedes demorarlo

FIERECILLA: estas loca! Como quieres que le diga mañana no. Mañana serás una nueva concubina de él, y eso debía enorgullecerte de que vas a tener hijos del jefe. Además te bautizaron, no eres mas Laura ahora te llamas, y recuérdalo, “CEBRA”

LAURA: CEBRA? Como el animal. Porque no me dejaron Laura

Ni siquiera contesto mi pregunta

FIERECILLA: hubo peleas con otra tribu lejos de acá y trajeron más mujeres de esa tribu. También hubo muertos de ambos lados. La bruja me asigno nuevo marido y me casara dentro de dos días.

LAURA: esa noticia es importante para vos, bravo

FIERECILLA: bien, Cebra, esta noche la vas a pasar conmigo y mañana te preparare para la boda.

Pasarla con ella, fue un decir. A media noche entro un guerrero para coger con ella y lo hicieron delante mío, sin importarles si miraba y escuchaba o no. Trate de pensar en otra cosa, pero era imposible y me tape los oídos y cerré los ojos.

Y yo que? Mañana a la noche debía entregarme a un hombre, nada menos que el jefe de la tribu. Iba a ser su quinta concubina y calculaba que en poco tiempo iba a estar preñada. Pensé en mi vida anterior, con todos mi familiares fallecidos incluido el hombre que ame y que fue asesinado unos días antes de casarse conmigo.

Escape del lugar era imposible. El único y muy vigilado lugar eran las canoas sobre el gran rio, pero para una mujer era peligroso por la zona de saltos. Entonces me dije si quería vivir o no y pensé

“tengo recién 22 años cumplidos hacia menos de un mes, aun no viví nada en realidad. Ahora estaba en otro mundo, muy distinto y salvaje. Un mundo que tenia que luchar a diario para sobrevivir. Y elegí vivir. No importaba si tenia que acostarme con quien sea y tener hijos. Lo voy a hacer y disfrutar. Tendría que pelear todos los días por comer y lo hare. No me importaba que al jefe le gustaran mujeres gordas. Recuerdo antes pesaba 56 o 57 kilos y ahora, pocos meses después estaría en 115 kilos, por pedido del que seria mi concubino. Me sentía rara con ese peso, pesada, ya no corría como antes. Pero el quería así y así fui. Sino me hubiera tomado en lugar de él otro, seguiría siendo flaca. Pero el lo ordeno y yo cumplí y si me hacia aumentar mas lo haría. La cuestión era sobrevivir. No quería morir. Tenía que tratar de disfrutar de la vida salvaje que iba a tener, pero VIVA. Así que me mentalice de cumplir con todo lo que me decían de hacer y si podía mas.”

Fierecilla me preparo para la boda. Bueno es un decir, no había ni siquiera trapos para cubrir lo mínimo del sexo. Siempre desnuda y ya me había acostumbrado. Solo me lleno de collares de huesos y semillas. Pintura en mi cara y ya estaba lista. Era la única mujer blanca de la tribu, de ahí mi nuevo nombre. Fui llevada ante el jefe y la bruja, quien unió nuestras manos y ya esta, era la nueva concubina. Entre la gente, mucha, que había mirando estaba ese chico de 12 años cuya familia y él partían luego de mi boda hacia su nuevo destino. Era un chico con una mirada fuerte y dominante. A mi me producía un poco de temor y me alegre se fuera. Después del baile, el jefe me tomo de la mano y tiro de mí hacia la cuerva, cuando vi que las otras cuatro concubinas iban con nosotros. Le dije por lo bajo a Fierecilla, que estaba acompañándome en la boda.

CEBRA: Fierecilla, voy a mi noche de bodas y vienen todas las esposas?

FIERECILLA: es costumbre, son sus concubinas.

Me despedí de ella y entre tirada de la mano. La cueva parecía limpia, un lugar amplio.       Lógico sin muebles, solo el piso era de hierbas. No había divisiones y parecía dormiríamos todos juntos. Eso inhibía, por lo menos a mi. Nunca había cogido delante de nadie y ahora, parece lo haría ante cuatro y nada menos que concubinas de mi nuevo macho. Él estaba exultante ante esa posibilidad y la de tener cinco mujeres y una de ellas blanca. Yo misma me alentaba con un fuerte y adelante Laura.

Ellas se ubicaron y acostaron frente a nosotros y desde ahí podían observar todo.