Mi última oportunidad
Mi hermana estaba a punto de casarse y yo no la había disfrutado aún sexualmente . Le ate las manos y le puse la pistola en su sien y le dije
Kristy es su nombre. Mi hermana dos años más grande que yo estaba por casarse con un completo idiota y yo que había soñado tantas veces con ella en la cama estaba que me moría de la envidia de saber que ese estúpido gozaría de sus encantos y yo no. El hecho es que Kristy siempre me había gustado mucho, era insano el sentimiento que yo tenía por ella, pues lejos de ser un amor filial, era una cuestión sexual; nadie en mi casa lo sabía, pues desde niños siempre estuvimos los dos solos porque nuestros padres trabajaban mucho para mantenernos en las mejores escuelas y dándonos lo mejor. Bueno, pero pasaré a lo importante, no sin antes describir a mi hermana: Ella es morena clara, de cabello negro muy oscuro; tiene dos ojos grandes color café claro, su cara es redonda, mide 1.69 y ha de pesar como unos 52 o 53 kilos, siempre ha sido esbelta, pero con buena cadera y grandes nalgas, así como unos pechos fenomenales; en varias ocasiones la vi vestida de minifalda o con ropa entallada y tenía que luchar por contener la erección de mi verga cuando la veía de esa manera. Una semana antes de que se casara, le organizaron una despedida de soltera en la casa; yo me encerré en mi cuarto ese día, escuchando el relajo y la diversión que tuvieron. Los días pasaban y me aterraba la idea de que mi hermana se iba a ir a vivir a otro lado y yo jamás podría hacerla mía. No podía decirle a Kristy lo que sentía y menos a mis papás, mi papá me hubiera matado solo de saberlo y mi mamá me hubiera excomulgado yo creo. Así que un día antes de la boda me decidí por el último recurso que me quedaba: forzar a Kristy. Ese día pasó rápido; Kristy y su novio estaban como locos terminando los preparativos de la boda; recibían y hacían llamadas; mis papás también estaban nerviosos y eso hizo que nadie reparara en mí, así que yo me di a la tarea de preparar muy bien mi plan; en un descuido, fui a sacar una copia de la llave de la recámara de Kristy; luego escondí en la recámara de Kristy algunas cosas que iba a necesitar y esperé a que se fuera el estúpido del novio. Ya era tarde cuando el novio se fue y mis papás agotados se fueron a descansar; Kristy aún hacía algunas cosas en la sala mientras yo me desesperaba de que no se fuera a dormir.
Me acerqué y le dije que se veía cansada, que mejor se fuera a dormir porque si no al día siguiente todos notarían sus ojeras en la boda; no saben que buen truco fue ese, apenas se lo dije, se despidió de mí y se fue a acostar. Todo estaba listo; me asomé a la recámara de mis papás; papá roncaba como un león y mamá estaba profundamente dormida; esperé media hora para que Kristy cayera en sueño profundo y puse manos a la obra. Me puse una ropa negra y un pasamontañas que solo dejaba al descubierto mis ojos; preparé la pistola y con mucho cuidado y sin hacer ruido, abrí la recámara de Kristy; entré sigiloso; Kristy estaba profundamente dormida y cuando ella duerme es casi imposible despertarla, para fortuna mía; así que saqué las cosas de donde las había escondido; con mucho cuidado, até le extremo de una cuerda a la muñeca izquierda de Kristy, luego, pasé la cuerda por debajo de su cama y até le otro extremo de la cuerda a su muñeca derecha, haciéndola quedar con los brazos en cruz; ella solo dio pequeños suspiros, pero no despertó. Después tomé un pañuelo y lo doblé; le vendé los ojos con sumo cuidado, pero ella despertó; alcanzó a soltar un grito antes de que le tapara la boca; me encimé en ella y tuve que ponerle la pistola en la sien para que entendiera; le dije al oído: "Cállate cabrona, si vuelves a gritar te vuelo los sesos y quédate quieta". Me quedé quieto unos segundos para ver si alguien la había escuchado, pero todo permaneció en silencio, así que continué. Fingiendo la voz le dije a Kristy: "Mira, sé que mañana te casas, así que vamos a pasarla bien por última vez y si te portas bien, tal vez mañana te deje llegar al altar, si no, mañana tu familia y tu novio tendrán que ir a un velorio en lugar de una boda, ¿entendiste?"; Kristy, aunque temblaba, movió la cabeza diciendo que sí y gimió: "Mjm". Me levanté un momento y rápidamente me desnudé, no me quité el pasamontañas por si la venda se llegaba a mover. Kristy se había dormido solo con una playera y su calzoncito blanco; tomé unas tijeras y empecé a cortar la playera, ella empezó a lloriquear y le ordené que se callara; le dije que se relajara y lo disfrutara; una vez que quité la playera, le bajé el calzoncito; mi verga estaba parada en toda su extensión; el ver a Kristy desnuda era un sueño hecho realidad, excepto por la vez que la había espiado mientras se bañaba. Para mí, mi hermana era la mujer más perfecta de este mundo y verla desnuda y a mi merced me excitó como nunca antes lo había estado, por eso no sentí remordimiento por lo que iba a hacer, dejé que me dominara el instinto salvaje. Me acerqué a Kristy y la besé en los labios, ella ponía resistencia, pero la hice abrir la boca y recibir mi lengua, jugueteé con la suya y empecé a acariciar su cuerpo desnudo; me detuve un momento en sus pechos para darle pequeños pellizquitos a los pezones, ella respingó un poco, pero tuvo que aguantarse; besé su cuello y bajé hasta su pecho, mientras mi mano derecha bajaba hasta su entrepierna, sintiendo el calor de la zona y empecé a jugar con su clítoris; había metido la pistola en su boca para evitar que gritara, pero noté que Kristy empezaba a disfrutar con mis caricias y saqué la pistola; ella empezó a dar pequeños gemidos: "mmm ahhh mmm"; mordisqueé sus pechos y metí un dedo en su concha; la sentí húmeda y noté que ella misma abría las piernas. Me levanté y coloqué mi verga en su boca, le ordené que me la chupara, pero ella apretó la boca (yo sabía que el sexo oral le daba mucho asco por comentarios que había hecho en varias ocasiones); con una mano le apreté las mejillas y con la otra le puse la pistola en la sien; no tuvo opción y abrió la boca; metí mi verga en ella y con las dos manos la tomé del cabello, la obligué a mover la cabeza adelante y atrás mamándome la verga; así la tuve un buen rato hasta que sentí que me llegaba el orgasmo; me vine llenando su boca de leche y la hice que se la tragara. Tuve que descansar un rato para reponerme, con tanta agitación y sudor, no aguanté el pasamontañas y me lo quité, asegurándome primero que la venda estuviera bien puesta. No tardé en ponerme firmes otra vez, claro con la colaboración de una chupadita de mi hermana y la visión de su cuerpo desnudo con los brazos abiertos. Noté que Kristy se había enfriado, por lo que empecé a lamerle el clítoris y a acariciarla de nuevo; luego me coloqué encima de ella en posición de 69 y la hice que me chupara de nuevo la verga, pues le coloqué la pistola en la entrada de su conchita; después de un rato de lamerla, me di cuenta de que ella estaba mojada de nuevo y aproveché la oportunidad. Me levanté y me coloqué entre sus piernas en posición del misionero; le tapé la boca y de un solo empujón le metí toda la verga hasta el fondo; hice bien en taparle la boca porque ella soltó un gran quejido: "MMMMM" que se ahogó en la palma de mi mano. Empecé a bombear y volví a besarla en la boca; Kristy se retorcía, no sé si de placer o de dolor, pero tampoco me importaba, yo estaba gozando por fin esa panochita con la que me había masturbado tantas veces soñando en hacerla mía. Kristy me rodeó con sus piernas y empezó a empujarme, en ese momento me di cuenta que ella también lo estaba gozando, ella gemía contra la palma de mi mano: "Mmm, mmm, mmm". Seguí bombeando más y más fuerte hasta que me vine con una tremenda descarga dentro de mi hermana; ella también se puso tiesa y gimió fuerte, tuvimos el orgasmo al mismo tiempo. Me quedé unos segundos encima de ella y después me deslicé hacia fuera de la cama, totalmente extasiado. Me levanté, me vestí y le desaté una mano a Kristy mientras le decía que nadie debería enterarse de lo sucedido o la mataría a ella, a su familia y a su novio; y que si gritaba o trataba de seguirme en ese momento, la mataría enseguida; que deseaba que fuera muy feliz en su matrimonio y que nunca la olvidaría. Salí rápidamente de su cuarto y me fui al mío, velozmente me cambié y tiré la ropa negra con el pasamontañas por la ventana, para que pareciera que el violador se había cambiado en el patio; me acosté esperando que se produjera el gran escándalo, pero nada ocurría; el sueño me fue venciendo y cuando me desperté ya eran las nueve de la mañana Me levanté rapidísimo y me vestí; salí a ver como iba todo y grande fue mi sorpresa cuando vi que ya todos se alistaban para la boda; Kristy era ayudad por mi madre a ponerse el vestido y mi papá me llamó para que nos arregláramos. Durante todo el día no pude cruzar palabra alguna con mi hermana, pero noté que estaba muy feliz, aún con las tremendas ojeras que le disimularon con maquillaje. Después de la ceremonia, me acerqué a felicitar a los novios; cuando abracé a Kristy me dijo al oído: "Eres todo un hombre hermanito, espero no extrañarte mucho, pero nos visitaremos seguido si tu quieres"; esas palabras que podrían ser tan normales, me hicieron ponerme un poco nervioso, pues en ese momento para mí tuvieron otro significado. Siempre he tenido la duda de saber si mi hermana me descubrió o no; ya veré cuando la vaya a visitar en su cumpleaños, que es ahora en Julio.