Mi triste vida

Una pequeña reseña de mi vida como chica.

Hola a todos, mi nombre es Amanda, en la actualidad tengo 26 años y soy travesti de closet, al igual que muchas otras chicas el sentirme una niña me empezó a temprana edad. Vivía con mis abuelos en el campo, junto con mis primos y mi tía menor, no me vestía de niña en ese momento que era cuando tenia menos de 6 años, pero al tener que ir así de pequeño a trabajar al campo me empezó en la mente el gusto de ser mujer, pues las mujeres se quedaban en casa y no eran regañadas como nosotros.

También cuando veía las telenovelas, pues no se veían canales de caricaturas en la casa, me llegue a identificar con los personajes hechos por mujeres, me gustaba esa forma delicada de ser.

Además tenia un tío, el único hermano de mi padre que era travesti, aunque en ese momento era muy chico para entender por que le decíamos tío y el se vestía de mujer.

Ya cuando cumplí 6 años me fui a vivir con una tía, y cuando se reunía con sus amigas en alguna fiesta pequeña que hacia en la casa veía que esas mujeres que se veían muy normales a diario, por arte de magia se veían muy bonitas, llegue a la conclusión de que las mujeres tenían la ventaja de arreglarse bien, ponerse linda ropa y nosotros no.

Hasta que llegó el gran día, estaba bañándome cuando vi que mi tía había dejado una pantie y un sujetador, eran blancos de encaje, me los puse y me bañe con ellos puestos, no puedo explicar lo que sentí en ese momento, mi cuerpo se enchinó, me sentía más delicada, deseada como las chicas malas de las telenovelas.

Desde entonces tuve sueños en los que era una chica, soñaba quedarme sola en casa y poder andar como chica siempre, pero no me atreví.

Después de un tiempo regresé a casa de mis abuelos, ya tenia como 11 años, y mi tía menor tenia cerca de 14, se había puesto muy linda y era muy noviera. Igual que había pasado antes, como dejaba la ropa que se quitaba en el baño aprovechaba para ponérmela, fue la primera vez que me vestí completamente con unas pantimedias blancas, una minifalda azul cielo y una blusita blanca.

En ese entonces llegó también mi tío, bueno mejor dicho mi tía, y la verdad ya no era como antes, había engordado mucho, pero lo mejor de todo es que llegó con algo muy especial. Unas zapatillas que me quedaban.

Toda mi adolescencia me seguí travistiendo muy seguido, pero jamás llegué a nada más allá de eso, aunque ya empezaba a soñar con hacerlo con algún chico, ser una chica como mi tío, nunca me atreví.

Y solo he tenido un encuentro con un chico, que no quiso que me vistiera de nena.

Pero aquí sigo en mi búsqueda de ser una chica, aunque tengo un camino muy largo por delante, pues no es fácil cuando una esta sola para pelear contra sus miedos, y peor aun contra una misma.

La vida como chico que he llevado es un gran lastre para la chica que quiero ser, les agradecería mucho si me pueden aconsejar que hacer, pues se que ustedes han pasado por lo mismo que yo.