Mi travesía Oceánica (7)
Volviendo a tierra.
Disculpas a todos por haber tardado tanto en continuar con esta historia y sobretodo, muchas gracias a todos y todas por los mails, comentarios y valoraciones que hicieron de los anteriores.
Durante toda la maniobra y el arribo a puerto, nos quedamos en el puente viendo como el practico con hábiles indicaciones hacia los remolcadores y el timón, lograba poner el barco en una amarra como si se tratara de un auto. Una vez que el barco estuvo completamente amarrado, el capitán lo invito a tomar unas copas y unos masajes de relajación. Bajamos todos juntos hasta la cubierta privada del capitán. Allí, nos servimos y comenzamos a ponernos más cómodos, comenzamos un sutil streap tease con la poca ropa que teníamos puesta y cuando solo nos quedaba la tanga nos volvieron a bañar en champagne. El capitán y el práctico, rápidamente hicieron un sándwich con Joanna , mientras que yo, comencé a mamársela al primer oficial. Me encontraba totalmente embriagada degustando del sabor del champagne junto con sus juguitos, cuando me levanta, se sienta, y yo rápidamente, me empalo con ese enorme pedazo de tranca. Ese placer es algo que una no puede describir con palabras .. Allí agarrada por la cintura, comencé un furioso sube y baja. Cuanto tiempo estuve disfrutando, realmente es algo que no puedo dimensionar, este placer solo fue interrumpido cuando, sin sacármela me dio vuelta y dejándome espaldas a el, nos volvimos a sentar en la misma silla.
Allí, la imagen me dejo con la boca abierta, Joanna estaba sentada sobre la mesa con las piernas abiertas y una botella de champagne metida en la concha. El práctico, se puso debajo de ella y cuando el capitán le saco la botella, un chorro de champagne fue a dar a la boca del practico, quien no solamente lo bebió, si no que se la chupo hasta dejársela limpia.
El primer oficial, desde atrás, me pregunto si quería probar, y como siempre ando caliente y en busca de nuevas experiencias, me levante, le di un piquito, y tan rápido como pude, me puse al lado de ella en la misma posición.
Desde la silla, el primer oficial le dijo al capitán, que primero me tenían que lavar un poco. Yo pensé que querían que me fuera a hacer un lavaje, pero que equivocada que estaba. Sin tiempo si quiera para pensar, el capitán agita una nueva botella, la descorcha y la comienza a meter en mi cola. El liquido a presión se metió hasta los más recóndito de mis entrañas, por suerte no estaba muy frio. Cuando emití el primer quejido de dolor, me saco la botella de un tirón, y sin poder contenerme, comenzó a salir ese liquido amarillo de mi interior cayendo al piso. Volvió a agitar la botella, y repitió el proceso dos veces más. En ese momento el practico dijo que ya estaba lista, que quería beber de su nueva copa. Ahora sí, tomaron una botella del hielo, pero al repetir el proceso, una puntada muy fuerte me invadió desde la cola todo el cuerpo. Como buena señorita, disimule lo máximo posible mientras el practico tomaba la burbujeante bebida que salía de mi interior. Luego de que limpiara mi cola, pedí las disculpas del caso, y me retire para verlo al doctor.
Llegue a su camarote, pero estaba cerrado, por lo que me fui al nuestro a darme una ducha, ponerme el remedio y recostarme. Habían pasado ya unos horas de sueño, cuando me despierta el ruido de la ducha, media somnolienta, pero con mucho menos dolor, saludo a mi amiga, quien como siempre me invita acompañarla en el baño. Entre caricias y besos, Joanna me dijo que el barco estaría por 24 hrs en puerto así que debíamos aprovechar para ir a comprar toda mi ropa. Nos cambiamos y salimos rápido hacia un shopping. En el puerto en el que estábamos, no había shoppings, solo una calle céntrica con varios negocios. Entramos al primero, y me compre dos jeans muy ajustados, una minifalda, varias remeras ajustadas y tops . Pero cada vez que me probaba la ropa, me desilusionaba lo que veía en el espejo, ya que si bien tenía mis buenos pechitos, parecían los de una teenager y mi cintura, por más que ajustara el cinturón no me satisfacía.
De allí, nos fuimos a un negocio donde vendían ropa interior , compramos varios conjuntos de algodón y lycra pero nada muy censual. También llevamos muchos pares de medias para portaligas con y sin encaje, rojos, negro y piel. Mi frustración fue grande, ya que ni siquiera pude encontrar una tanga hilo dental que tanto me gustan.
Con todos los paquetes nos sentamos a tomar un café, cuando Joanna me muestra un negocio ubicado en el primer piso de la galería de enfrente. Era un pornoshop, no parecía muy grande , pero seguro que podríamos encontrar algo excitante. Cuando entramos, nos dimos cuenta que era enorme, estaba dividido en sectores, Sado, fetichismo, disfraces y lencería, dominación y un sector muy completo de vibradores ,consoladores , juguetes, etc. .
Primero nos dirigimos al sector de sado, allí pude ver un corset de cuero que llegaba debajo de los pechos pero que marcaba una cintura muy estrecha y unas muñequeras para dejar fijas las manos por los costados. Incluía una tanga con un plug anal incorporado que se enganchaba al corset. Mi amiga eligió un equipo de Poni que incluía una cola de caballo. con un plug anal y uno de perrita. De fetichismo, nos llevamos varios conjuntos de Latex, rojo y negro. Algunos con polleras o pantalones, totalmente cerrados o con todos los agujeros para que pudiéramos disfrutar. También nos llevamos 3 pares distintos de disfraces. Unos de mucamita francesa, otro de enfermera y el ultimo de colegialas. Ahí pude seleccionar un montón de Tangas como a mí me gustan, corset con portaligas, portaligas solo y algunos baby dolls.
Finalmente, nos llevamos varios consoladores (uno con 2 puntas ara jugar las dos), un juego de bolas chinas (para mí), Plug anales y un arnés con penes intercambiables que empezaban en los 15 x 3 y terminaban en los 28 x 7.
El cajero del local era un morocho africano de cómo 2 metros de alto con una espala que no pasaba por la puerta. Luego de hacernos la cuenta, nos dijo que por el monto de la compra teníamos un regalo. Nos pregunto si éramos lesbianas (entre risas le dijimos que si) y nos regalo un perfume a cada una. No era muy rico, pero por solo olerlo me puse a mil y le di un chupón a Joanna que la dejo dura. Antes de salir, Joanna le pregunto si podía pasar al baño, pidiéndome que la acompañe. Ni bien cerró la puerta me dijo "Así que la putita está caliente" y dándome vuelta , me bajo el pantalón, corrió la tanga ensartándome con las bolas chinas. Luego mientras nos besábamos y me subía el pantalón, entro el cajero al baño. "Son todas igual de calentonas" nos dijo mientras se bajaba y short y nos mostraba una tripa que a medio parar parecía la de un caballo. Las dos nos reímos, y nos agachamos rápidamente a saborear ese manjar que nos ofrecían. Estábamos muy concentradas degustando esa barra de carne, cuando el negó me levanta de los pelos para darme un beso y comenzar a desvestirme. Cuando quiso bajarme el pantalón, rápidamente mi amiga lo paro diciendo que yo estaba con la regla y que ese día no podía, pero que ella si estaba dispuesta a darle todo. Yo largue una carcajada y volví a mamar ese majar, mientras ella se subía la mini y se sacaba la Tanga.
El cajero se sentó en una silla , asombrosamente , su herramienta llegaba arriba de su obligo. Joanna no me dio mucho tiempo para admirar ese instrumento ya que rápidamente, se lo ensarto hasta donde pudo. Yo me dedique a lamer los huevos, los 10 o 15 cm que quedaban afuera y el clítoris de mi amiga. Estaba recaliente, las bolas en mi cola me ponían a mil y no podía hacer nada. De repente, el cajero le subió las piernas poniéndolas paralelas a su cuerpo, y como si fuera una muñeca, la dio vueltas sin sacársela de adentro. Ya no aguante mas, quería participar, me saque el pantalón, y me puse el arnés. Luego ponerle un poco de saliva para lubricarlo, empecé a empalar a mi amiga por la cola con él. Mientras el me besaba, y mi amiga subía y bajaba, las sensaciones en mi interior (por las bolas) se amplificaban hasta hacerme llegar a un orgasmo espectacular. Pocos segundos después el empezó a bufar y sacudirla más rápido hasta que acabo llenándola de leche.
Luego de desempalarse, mi amiga se sentó en la silla con las piernas abiertas chorreando leche por su concha. No quería desperdiciar ese manjar, pero cuando me agache para empezar a tomarlo de su fuente, Joanna me paro y me pidió que no lo hiciera ya que si no nos tendrían que poner a las dos en Cuarentena.
No entendí de que me hablaba, pero luego de pasar la agitación, me explico que el acuerdo que existía en el barco, es que todos debían tener sexo seguro (con preservativo), y en el caso de no tenerlo, debería entrar en una cuarentena hasta poder verificar que no se hubiese contagiado de ninguna enfermedad. Rápidamente pusimos un poco de lo que escurría de su interior en un preservativo(no entendí porque), nos vestimos y salimos del local tras despedirnos del cajero con un beso a cada una.
Ni bien volvimos al barco, nos dirigimos a ver al médico. Lo primero que izo mi amiga al entrar fue mostrarle el preservativo. "Otra vez lo mismo, que calentona que sos, un día te vas a joder por eso" le dijo el Doc tras ver el preservativo. Rápidamente lo puso en la heladera y le dijo que comenzaría con los test, pero que no tendría el resultado hasta el día siguiente. Yo le dije que conmigo no habíamos pasado de los besos, lo que lo dejo tranquilo. El Doc le pidió a mi amiga que se retirara porque necesitaba conversar conmigo.
Comenzó la charla comentándome que se había pasado casi todo el día llamando a colegas y haciendo averiguaciones para saber cuáles eran los mejores remedios y lugares para hacerme las intervenciones. Lo primero que me dijo, es que si yo toleraba que me inyectaran todos los días, el tratamiento hormonal sería mucho más rápido y efectivo. Que también debería empezar a usar unas cremas para suavizar mi piel, eliminar cualquier resto de bello y ayudando también con el tratamiento. Respecto de las operaciones, me comento que era muy recomendable que me pusiera siliconas, que el tamaño por mi cuerpo que era recomendable era para dejarme un busto de 90 pero podía llevarlo a 100 si quería. Mas de eso no era saludable. También me conto las complicaciones que tendría el sacarme una costilla flotante para afinar mi cintura y por ultimo me explico como se hacía una operación para extirpar mi pequeño pene y dejar en su lugar una vagina.
Quedamos de acuerdo en comenzar el tratamiento con inyecciones, que me pondría 95 de busto y que me sacarían una costilla flotante de cada lado. Para la extirpación, preferí esperar ya que según me dijo, Si bien iba a parecer una mujer completa, el placer en las relaciones sexuales disminuirían mucho.
En ese mismo momento comenzamos con las inyecciones, me pidió que me baje el pantalón y me suba a la camilla boca abajo. Estando en esa posición lista para el primer de muchos pinchazos, el Doc me habré un poco las piernas "Que nena juguetona, esto no lo podes usar mientras te aplico la inyección" y corriendo un poquito la tirita de la tanga, procede a sacarme las bolas de mi interior. La inyección duro una eternidad y fue muy dolorosa, pero el Doc, me masajeo la cola por un largo rato hasta que se paso. Cuando me estaba por levantar para irme, me paro y me dijo que faltaba un par de cosas o. Pensé que había otra aplicación, pero nuevamente el me abrió las piernas y volvió a ponerme suavemente las bolas en mi interior empujando cada una hasta donde su dedo llegaba. Por último, tomo una cámara de fotos y me saco varias fotos directamente de mi cara, frente, perfil derecho y perfil izquierdo.
Me llamo mucho la atención esta actitud ya que él nunca participaba de ningún tipo de acercamiento en la nave, pero lo que más me desconcertó fue el cariñoso beso que me dio en la mejilla al salir de su consultorio.
Fui a nuestro camarote, donde Joanna ya se encontraba cambiada con el uniforme de chacha, me dijo que esta noche le tendríamos que hacer y servir nostras la comida a toda la tripulación. Mientras me sacaba la ropa le comente todo lo que había charlado con el Doc. Antes de empezar aponerme el disfraz , Mi amiga me retiro las bolas y me la chupo hasta hacerme acabar. Me vestí yo también y nos fuimos a la cocina a prepara todo.
Si les gusto mi relato y quieren escribirme, mi email es Cyntia_tv@hotmail.com