Mi travesía Oceánica (6)
Mi rescatadores convierten la travesía en un crucero de placer.
Ya se estaba haciendo de noche, y con Joanna nos fuimos al camarote a cambiarnos. No me había dado cuenta, pero tenia en el pantalón una aureola marcada de la leche que había perdido. Llegamos, nos desnudamos las dos, ahí note algunas marcas sobre su cuerpo, pero no le quise preguntar. Lo primero que hicimos fue buscar que ropa nos pondríamos a la noche. Ella eligió un conjunto de color blanco (que contrastaba mucho con su piel oscura dorada por el sol, y yo solamente un culoté amarillo fluo de encaje que se perdía en mi cola. Luego para ella unas medias blancas de ligas con encaje en los bordes, yo unas bucaneras rojas y un portaligas del mismo color. Las dos nos elegimos el mismo tipo de vestido, enterizo muy ajustado para ella blanco y rojo para mi. Eligiendo finalmente zapatos de 10cm de plataforma para ella y para mi de tipo aguja.
Estaba por empezar a vestirme cuan Joanna me dijo que debíamos hacer el tratamiento previamente. Este era nada menos que un enema lavativo. Primero me lo puso ella a mi, explicándome como tenia que hacerlo, para que luego yo pudiera hacérselo a ella. Esta situación me calentó bastante, y obviamente, nos desquitamos cuando nos fuimos a bañar.
Entramos las dos juntas a la ducha, y mientras nos enjabonábamos mutuamente nos acariciamos todo el cuerpo. Luego, comencé a chupar esos grandes pezones para hacerla acabar con mi lengua totalmente dentro de su sexo. Ella quiso que devolverme el favor , así que se agacho y comenzó a chupar mi clítoris, pretendía que se endureciera para que yo la penetrara, pero por mas que se esforzó, no logro su objetivo. Yo me sentí muy frustrada, no había tomado conciencia hasta ese momento que ya jamás podría volver a usarlo. Pero ella rápidamente se levanto me dio un beso y me pidió que la esperara. Salió de la ducha y unos minutos después estaba devuelta con un gran pene de silicona adosado a un arnés que llevaba puesto. Sin darme tiempo a decir que no, puso mis manos sobre la pared, y sin muchos preludios lo dejo ir dentro mío. Estuvo dándome todo el tiempo necesario para que llegara a un orgasmo increíble. Mientras acababa, ella me besaba como si estuviéramos totalmente enamoradas.
Terminamos de bañarnos y salimos a cambiarnos. Una vez vestidas, las dos parecíamos a mujeres de cabaret esperando poder sacarle alguna copa a un cliente, para rematar esta imagen, nos pintamos como tales.
Al mirarnos a espejo vimos a dos mujeres listas para la guerra. En realidad, a mi no se me marcaba tanto la cintura, y tenia algunas facciones características de los hombres que se me notaban. Igualmente, estaba feliz con mi imagen. Salimos cual gatas del camarote, y nos dirigimos al comedor. Al llegar , las luces estaban apagadas, pero de golpe y al grito de "Sorpresa", se prendieron, y vi los carteles pegados de bienvenida. Me emocione y me puse a llorar como una tonta. Pasado el estupor inicial, me sentaron al lado del capitán en la cabecera de la mesa y comenzaron a servir la comida. Para mi sorpresa, el cocinero me había preparado mi plato favorito, Suprema Maryland. Para los que no la conocen, es una milanesa de Pollo, con salsa de choclo , papas Fritas y una banana frita. Mientras comíamos, Joanna agarro la banana y se la comenzó a comer muy sensualmente, cosa que yo trate de imitar.
El almuerzo fue muy divertido, como postre trajeron una torta de bienvenida con un gran Pene dibujado sobre ella y el mensaje "Bienvenida Cyntia" debajo.
Mientras tomábamos el café con la torta, todos empezaron a corear el nombre de Joanna. Ella, rápidamente, apago algunas luces, puso música y empezó un Strip tease extremadamente sensual. Cuando solo había quedado con la tanga puesta, me invito a ir con ella. Me dio mucha vergüenza, y no quería ir, pero todos los tripulantes me reclamaban, así que fui donde estaba ella, y empecé copiar sus movimientos. Con ayuda, pero bastante naturalmente, quede tan solo vestida con el Culoté , portaligas y medias.
Durante el tiempo que duro el baile, vi que algunos tripulantes se retiraron del salón, mientras que los que se quedaban, comenzaron a desvestirse. El cocinero nos alcanzo dos grandes palanganas y nos pidió que nos paráramos dentro de ellas. Entonces, dos de los tripulantes aparecieron con Grandes botellas de champagne en sus manos y tras agitarlas un poco y descorcharlas, las derramaron sobre nuestros cuerpos. Estaba muy fría, pero me resulto extremadamente excitante. Inmediatamente, todos los tripulantes se nos vinieron encima y empezaron a tomar el Champagne directamente de nuestros cuerpos. A partir de ese momento se armo un orgia exquisita. Las últimas gotas de esta bebida, las utilizaron para derramarlas en los tremendos penes de los portadores de las botellas, así que ni lerdas ni perezosas, Joanna y yo nos agachamos y comenzamos a saborear esos majares.
Agachada como estaba, comencé a sentir como me pasaban una legua por la cola, mientras otro se apoderaba de mis pezones. No paso mucho tiempo, hasta que sentí que me corrían el culoté y me penetraban. Por primera vez pude disfrutar de una en mi boca y otra en mi cola. Quien me estaba penetrando, no duro mucho y acabo rápidamente, pero fue reemplazado por otro cuya herramienta era bastante mas grande, y que tuvo que hacer varios esfuerzos para que la tuviera toda adentro. Mientras este me la ponía, sentí como la que tenia en mi boca se agrandaba y estallaba en un tremendo chorro de leche que no pude contener completo en mi boca. Cuando este se separo de mi boca, el marinero que estaba detrás mío me llevo hasta una silla y se sentó conmigo arriba (obviamente, en ningún momento me la saco). Así como estaba y mientras cabalgaba al morocho que me empalaba, pude ver a Joanna que estaba en el aire siendo penetrada por dos al va vez.
Yo estuve cabalgando a mi tremendo macho hasta que el me paro, y levantando mis piernas lo mas posible me hiso girar sobre su herramienta hasta que quedamos de frente. Ahí me di cuenta lo grande que era ese hombre, ya que aun estando sobre sus piernas, solo llegaba hasta su pecho. Agarrando mi cabeza, comenzó a besarme apasionadamente, hasta que acabo tremendas cantidades de leche dentro mío. Tuve que pararme para que ese pedazo de carne saliera de dentro mío. Y luego de hacerle una graciosa reverencia cual si fuera un dios, comencé a chuparlos hasta que quedo completamente limpio. Durante esta limpieza, sentí como alguien metía su lengua dentro de mi cola dándome un placer inmenso. Quien otra podía ser mas que Joanna que mientras era culeada, se dedicaba a limpiar mi cola. Después que me senté , comenzó a saborear mi clítoris como si fuera el majar mas exquisito. No se si fue el olor sexo en el ambiente, o lo bien que lo hacia, pero esta ves si logro que acabara.
Tanto sexo junto me dio ganas de ir al baño, así que como dos señoritas, nos fuimos juntas al baño. Allí, nos arreglamos un poco, retocamos nuestra pintura y volvimos al comedor.
Al entrar no encontramos con que algunos estaban jugando una partida de póker. Mientras que otros estaban bebiendo. Los que estaban bebiendo, me invitaron a compartir su bebidas,. mientras que mi compañera se quedo viendo la partida. Ya con varias copas encima, se me cayo la mía sobre uno de los tripulantes que estaban conmigo. Rápidamente me vi obligada a limpiar el enchastre que había echo, pero obviamente, su entrepierna mereció una limpieza profunda y delicada con mi lengua. Estaba muy concentrada en mi tarea cuando siendo que me toman de la cintura y me vuelven a encular de una sola envestida. Este rápido movimiento, izo que gimiera y por unos momentos de distrajera de la tarea de limpieza, pero cuando quise continuar el ya no estaba delante mío. En ese instante, mi penetrador, se detuvo y emitió un terrible gemido . El también estaba siendo penetrado por quien hasta hacia unos momentos estaba recibiendo mi mamada. Fue fantástico, mi primer trencito y yo, como me gusta, al frete.
Pasamos un par de horas mas , a mi ya me dolía la mandíbula ( y la cola) de todo lo que habíamos echo, cuando Joanna se me acerca y con un piquito lleno de leche me dice que nos vallamos a dormir. Juntamos toda la ropa y nos retiramos.
Ya en el camarote, me pongo un babydoll para dormir , y como solo había una sola cama King size, dormimos las dos juntas.
A la mañana siguiente , me desperté primero, pero me dolía mucho la cola, así que luego de un rápido baño, me puse una remera una minifalda y fui a verlo al doctor. Entre a su consultorio, y le explique el problema, me pidió que me sacara la ropa y me acostara boca abajo en la camilla. Allí, comenzó a revisar mi cola, metiendo uno y dos dedos sin problema dentro de ella. Yo me empezaba a excitar, pero casi inmediatamente, me pidió que me levantara me vistiera y lo fuera a ver a su escritorio. Ya sentada frente a el me explico que mi abusado de mi cola y estaba muy irritada, me dio una crema para que me pusiera 4 veces por día y me dijo que por lo menos durante dos días no tuviera sexo anal.
Luego comenzamos a hablar sobre mi, y me pregunto si me gustaría feminizar todavía mas mi cuerpo. Me explico que el tenia un cirujano plástico amigo que se especializaba en operaciones para mujeres como yo. Me hablo de sacarme una costilla flotante para tener mas cintura, operarme la cara, el cuello, ponerme prótesis mamarias , etc. También me explico que todas estas operaciones llevarían algún tiempo, pero que no me preocupara por el costo ya que el presupuesto del barco se encargaría de todo.
Salí muy contenta de allí, y fui a despertar a Joanna para contarle todo. Ella estaba todavía estaba dormida, así que la desperté con un beso. Rápidamente le conté todo se vistió y nos fuimos a desayunar.
Durante este, continuamos hablando de nuestra vida. Ella me siguió contando sobre la suya, de cómo había sido violada por su padrastro a muy temprana edad y cuando su madre no le creyó, decidió abandonar su hogar. Cuando llego al barco, como parte de l arreglo de su estadía en el, le propusieron que se agregara busto , afinara sus facciones faciales y cintura, una lipo completa, y por un agregado en la cola. Yo bromee con ella diciendo que la habían echo de nuevo, a lo que ella me contesto que cuando lleguemos a Tailandia, me tocaría a mi.
Durante la mañana nos pusimos unas tangas sin corpiño y nos fuimos a tomar sol. Pasamos toda la mañana cual lagartijas disfrutando de sol, cuando recordé que tenia que ponerme nuevamente la cremita. Joanna se ofreció a ponérmela ella, así que me dio vueltas , me puso en cuatro patas, y comenzó con el placentero trabajo de ponerme la cremita desde lo mas profundo de mi cuevita hasta todo su perímetro. Obviamente, este masaje me puso como loca, pero siempre hay algún marinero dispuesto darnos nuestra ración diaria de poronga. Estaba allí concentrada sintiendo los dedos de mi amiga, cuando un tripulante africano, se me acerca y pone toda su tremenda masculinidad en mi boca. Comienzo a pasarle mi lengua desde la base hasta la punta, para luego darle un besito sobre esta y volver a empezar. Estando en esta tarea, me amiga abandona mi cola y se acerca cual gata en celo, y comienza a comerse todo el glande. No había caído en la dimensión del monstruo que degustábamos, cómodamente yo podía saborear el tronco, teniendo Joanna el glande ocupando toda su boca. Tan concentrada estábamos, que nos asusto cuando el africano no la saco de la boca, Junto nuestras cabezas, y tras una breve masturbada no rego la cara con su leche. Como es habitual, no desperdiciamos ni una gota, lo que no cayo en nuestras bocas, fue lamido, para luego limpiar ese ejemplar de verga que parecía mas la de un burro quela de un hombre.
Ya se acercaba la hora de la comida, así que decidimos pegarnos una ducha para luego ir al comedor. Mientras, me estaba duchando, entro mi compañera y me pregunto si a la tarde quería ver algo especial. Le pregunte de que se trataba, pero negándose a contestarme, solo me dijo que era algo "muy especial".
Luego de almorzar, me pidió que fuéramos a cambiarnos al camarote. Aclare mis dudas, cuando de dentro de una caja comenzó a sacar ropas de cuero y látex poniéndola sobre la cama. Yo me quede maravillada con un corset emballenado negro y unas botas de taco aguja muy largas. Comencé a cambiarme, empezando por ponerme una tanga hilo dental negra que me quedaba pintada. Luego, con ayuda , me puse el corset que después de ajustado, redujo mi cintura unos 10 cm o mas , finalizando con las botas, que me llegaban a medio muslo. Joanna se puso un conjunto de chaqueta y short de latex muy ajustado color rojo combinándolo con unas medias negras de red, que eran sujetadas por unas ligas que salían debajo del ajustadísimo pantaloncito. Unas sandalias rojas, la elevaban del suelo unos 12 cm.
Cuando nos miramos al espejo, quede asombrada de la cintura que tenia , me gustaba mucho ( aunque me costara respirar un poco). Para rematarla, me puse un collar en el cuello de cuero negro.
Así, vestidas nos dirigimos hacia las escaleras, subimos tan solo una cubierta, y entramos a un cuarto cuyas luces estaban apagadas. Yo pregunte porque no prendíamos las luces, la respuesta me dejo helada " Callate, ponete de rodillas y espera" . Rápidamente, me puse de rodillas, cuando se encendió una fuerte luz que daba directamente a nuestra cara segándonos momentáneamente. Dos personas agarraron a mi amiga , y se la llevaron de mi vista. Escuche algunos gemidos junto con sonidos metálicos , que me produjeron un poco de miedo. Casi inmediatamente que se produjo silencio, aparecieron de nuevo las mismas personas y levantándome por los brazos, me llevaron, depositándome sobre una mesa. Allí, bajaron mis piernas y las agarraron por los muslos primero y luego por los tobillos dejando solo mi torso recostado . luego dos grandes cinturones me apretaron contra la mesa impidiéndome moverme, estiraron mis manos hacia delante, atándolas . Esto me produjo un dolor muy fuerte por lo que intente pedir que las aflojaran, pero a mi primera palabra, recibí una fuerte nalgada cuyo objetivo fue que cerrara la boca . Aparentemente no estaban dispuestos a que hablara, porque también me pusieron una pelota en la boca que se ataba a tras de mi cabeza impidiéndome mover la mandíbula ni hablar. Unos minutos después se encendieron todas las luces. Ahí pude ver finalmente donde nos encontrábamos. Era un salón bdsm completamente preparado. Había aislante acústico en las paredes y techo, ganchos y cadenas por todos lados potros, cepos , cruses y una vitrina con todo tipo de elementos. Me llamo la atención unos aparatos que estaban colgando del techo, en la parte de abajo eran semicírculos, y arriba casi triangulares. Tiempo después aprendí para que servían. Cuando di vuelta la cabeza, la vi a Joanna que estaba en un cepo, y sus pies estaba atados a la base. Quedaba en una especie de triangulo con su cola expuesta.
Fue en ese momento que sentí que un fino pero frio cañito entraba por mi cola y tiraba algún liquido. Lo sacaron e inmediatamente me metieron algo un poco mas grueso e igual de frio. Luego ataron algo a la cola que tenia echa con el pelo, y empezaron tirar hasta que mi cabeza quedo totalmente levantada dejándome en esa posición. Cuando quise bajar un poco la cabeza, (estaba muy incomoda), sentí que lo que tenia en la cola se metía mas adentro e impedía moverla sin dolor. Luego vi, que era como un gancho, una punta se metió en mi cola, y la otra la usaron para atármela al pelo. Giraron un poco la mesa, y quede de frente viendo a mi amiga. Ahí comenzaron con ella. Para hacerla corta, le dieron con una pala en la cola, luego, le metieron todo tipo de cosas, pero cuando estaban poniéndole pinzas en los pechos escuche un teléfono.
Todo este tiempo yo seguía atada. La sesión se suspendió cuando, rápidamente uno de los dos tripulantes se fue, y el otro procedió a desatarnos y tras agradecernos nos explico que estábamos llegando a puerto.
Aparentemente, el buen clima, corrientes favorables y un cambio de puerto habían cambiado nuestro tiempo de arribo.
Si les gusto mi relato y quieren escribirme, mi email es Cyntia_tv@hotmail.com