Mi travesía Oceánica (3)

la soledad nos une ... y yo cada vez mas femenina.

Habiendo pasado ya casi una semana totalmente solos en altamar, las cosas se iban sucediendo como ya casi por rutina. Me levantaba, le hacia el desayuno mientras me cambiaba y me ponía un traje de baño. Mayormente utilizaba un conjuntos de tanga y corpiño, pero que me tapaban la cola. Se los subía en bandeja, y el después de desayunar,  me daba mi primera ración de sexo. Luego , lavaba todo, y me iba sobre la proa a dedicarme a ponerme todas las cremas  que estaban haciendo mi piel mas suave, mis pechos crecer, y poner mucho mas sensibles mis pezones. Después la comida, sol , lluvia dorada, el te, la cena y a dormir.

Una mañana, me levante y en vez de ponerme las mismas y tangas de siempre, me decidí por la malla enteriza que nunca había usado. Esta era verde Fluo y se me metía totalmente en la cola. No lo podía creer, me quedaba como pintada, tenia una linda cintura, una cola muy redondita, unos pechos insipientes que se marcaba sobre ella y no se porque , pero ya casi ni se me marcaba los pequeños atributos de hombre. Por primera vez me sentí totalmente mujer, y como tal, decidí conquistar nuevamente a mi señor. Le prepare un desayuno digno de un rey, y subí . Lo primero fue un chiflido que me dejo helada,  creí que se había enojado. Esperando sumisamente lo peor, me quede quieta, pero se me acerco me abrazo por detrás, me ayudo a dejar la bandeja, y acariciándome me dio un largo y tierno beso. Desayunamos sentados juntos  dándonos muchos besos y mimos. Y luego hicimos el amor como nuca antes.

A partir de ese momento, todo dio un vuelco, yo seguía haciendo mis tarea  con mi collar de perrita,  pero el siempre se acercaba , me acariciaba la cola,  me besaba y por supuesto, me hacia el amor. Ahora el jugaba a calentarme antes de hacerlo. Para ello, a veces me llamaba, me besaba y mientras hacia esto, me hacia que se la agarre, yo me agachaba y se la empezaba a chupar, pero después de unos minutos me la sacaba y me decía “No perrita golosa todavía no, tenes que esperar”. Yo  por otro lado aun teniendo poca ropa, procuraba estar todo el tiempo excitándolo, algunas mañanas, no me cambiaba y me dejaba el body de encaje hasta el mediodía, algunas noches, me ponía mi tanguita hilo dental y corpiño de encaje negro con un portaligas de encaje rojo y sus correspondientes medias bucaneras, también rojas.

En estos casos, la sesión de sexo duraba varias horas, siempre comenzábamos con una mamada que lo dejaba listo para poseerme, a partir de ahí, el me hacia el amor en todas las poses que nos permitía la comodidad del barco hasta llenarme la cola, y como siempre, la limpieza se su maravillosa barra de placer hasta dejarla reluciente.  Pero la cosa no terminaba ahí, los juegos continuaban con Igor (al consolador le habíamos puesto ese nombre en honor al amigo brasilero) yo solita, sensualmente me subia arriba de la cama y me lo empezaba a meter y sacar, entonces, el se me acercaba, y empezaba a hacerlo el por un rato, lo sacaba lleno de su leche, me lo daba para mamar, y me lo volvía a poner un rato mas.  Este era uno de los jueguitos que mas lo volvían loco, y después de un par de veces ya estaba listo para una nueva sesión.  Entonces, siempre el se acostaba boca arriba yo me acercaba sensualmente, hacia a un costado la tanguita y procedía a empalarme muy despacito sintiendo esa barra entrar milímetro a milímetro cabalgándolo hasta sacarle hasta la ultima gota de su preciada lechita.

Varias veces, durante estas sesiones intentamos una doble penetración para ello, lubricábamos especialmente a Igor y a mi señor. Probamos primero metiendo a Igor y luego mi señor intentaba ponérmela, y en otras , el me la ponía primero y luego metía a Igor. Todos estos intentos, fueron frustrantes tanto para mi señor como para mi ya que me dolía demasiado y llorando siempre le pedía que no siguiera. El mayor logro en esto fue tener la de mi señor  toda adentro y meter la cabeza completa de Igor. Si bien, siempre que se frustraba con esto, me daba nalgadas en la cola diciéndome que era una perrita muy mala, el continuaba hasta dejarme completamente llena.

Absolutamente siempre después de nuestras sesiones de sexo, yo procedía a ponerme mi toallita femenina para no mancharme ni manchar nada.

Pero… como dicen, la felicidad no es eterna… si bien el barco estaba muy bien equipado y era extremadamente seguro, recibimos un aviso por radio de una tormenta muy fuerte con la recomendación de volver a tierra o cambiar rumbo. Mi señor, y en este caso yo, coincidimos con que  el barco podría lidiar con cualquier tormenta, así que comenzamos con los preparativos  para esperarla. Amarinamos absolutamente todo en el interior del barco, cambiamos las velas dejando  tan solo un tormentín y la mayor con los 3 rizos posibles.

También, subimos y dejamos agarrado pero sin inflar el bote  salvavidas de emergencia que llevamos. Adentro pusimos algunos víveres  enlatados y varias botellas de agua.

Pasamos la primera noche, con mucho miedo pero sin noticias de la tormenta. Al levantarnos el siguiente día, el sol estaba brillante, el cielo despejado y sin señales de tormenta, lo que nos relajo bastante. Para festejar, que la tormenta no estaba a la vista, me puse mi Body negro con ligas y medias con puño de encaje. Mientras hacíamos el amor sobre cubierta, empezamos a ver un frente de tormenta muy grande.

A medida que pasaba la tarde, se empezó a levantar el viento, y las horas se pusieron muy altas. Para las 10 de la noche, ya el barco se sacudía , las olas pasaban por sobre cubierta   y se escuchaban los ruidos que hacia el barco cuando pegaba en cada ola.

Para las 4 de la mañana, el barco dio dos vueltas  de campana seguidas,  asustada salí a cubierta a ver como estaba mi señor, primero no lo vi, pero si vi que  nuestro barco ya no tenia arboladura,  y que toda la cubierta tenia una rajadura muy grande.  Enganche mi arnés a un cabo de seguridad y empecé a buscar entre las olas a mi señor. Después de unos minutos,  y un par de olas que casi me sacan por la borda,  vi que el estaba subiendo por la otra banda. Corrí y lo ayude a abordar. A esa altura las cosas estaban muy feas. Mi señor me ordeno que bajara y me quedara allí, pero cuando mire dentro del barco, este tenia mucho agua adentro y ya no se podía estar ahí. Finalmente, dimos  la señal de emergencia con nuestra posición por radio y se apagaron todas las luces. Volvimos a cubierta y decidimos soltar el bote salvavidas pero dejarlo amarrado al velero . Por suerte, este se inflo sin problemas, y yo rápidamente me subí a el. Ahí se produjo el desastre , el cabo que me unía al barco se corto y nos empezamos a separar rápidamente. Lo ultimo que vi fue al barco hacer una nueva vuelta de campana. Yo me quede dormida llorando y  muerta de frio   ya que solo llevaba puesta una tanguita de encaje negro, el body y las medias bucaneras mientras la balsa era llevada a la deriva por las olas.

Al  despertarme por el calor del sol, me encontraba sola en un mar totalmente sereno y sin ninguna señal de nadie a la vista.  De las provisiones que habíamos puesto en la balsa, solo quedaban dos botellas de agua, y una lata de sopa.

Les agradezco a todos los comentarios y mails que me enviaron. Si quieren escribirme,  mi email es Cyntia_tv@hotmail.com