Mi trabajo de invierno 6

Jaime deja que sus socios me utilicen para cobrar su parte del trato.

Al día siguiente los doctores llegaron a mi habitación por la mañana y me conectaron un suero en el brazo. Mientras tanto, yo seguía boca abajo con el dildo en mi culito

Yo: ¿Qué es esto?

Doctor 1: Te estamos hidratando porque hoy no vas a poder hacerlo.

Yo: ¿A qué se refieren?

Doctor 1: En un momento te explica el señor.

Jaime entró a la habitación y me examinó por unos minutos.

Jaime: Ayer después de jugar contigo fui a ver a unos socios, les presenté una propuesta que me hará ganar mucho dinero pero a cambio querían algo. Así que hoy a medio día vendrán a utilizarte y serás suya hasta la media noche.

Doctor 1: ¿Puedo preguntarle cuáles socios vienen?

Jaime: Vienen “los hermanos”.

Doctor 1: Uff pobre de ella.

Jaime: En el fondo ella lo ansía.

Era cierto, ya había sentido lo que era ser utilizada por varios hombres pero había sido bajo el mando de Jaime y yo de cierta forma le importaba. Esta vez me iban a utilizar 2 hombres que solo querían cobrar su parte del trato conmigo, eso me excitaba mucho.

Jaime: Mira, ya se está mojando de nuevo. Es hora de sacarle este dildo.

Jaime tomó el dildo y lo sacó bruscamente de mí. Fue doloroso pero de mi boca solo salió un gemido.

Jaime: Ve a comer algo putita, que mis socios solo te darán su leche.

Me desamarraron y fui a desayunar con Jaime.

Jaime: Sera mejor que te comportes y te dejes hacer lo que ellos quieran.

Yo: Sí, señor.

Jaime: Si te portas bien te daré un regalo.

Después de desayunar, me bañé y Jaime me dio un conjunto de lencería de color negro. Era una tanga negra y un brasier transparente. Me los puse delante de él y eso lo excitó bastante. Sacó su polla del pantalón y comenzó a masturbarse, así que yo me hinqué delante de él y se la comencé a chupar. Agarré su polla con mis manos y comencé a lamer la cabeza. Después de unos segundos él tomó mi cabeza y me ensartó su polla en mi boca. Le di una buena mamada hasta que se vino dentro de mi boca. Entonces me tragué toda su lechita y en ese momento tocaron la puerta de la casa.

Jaime: Te voy a extrañar hoy, putita. Lo bueno es a que voy a ver todo lo que te hagan por las cámaras.

Jaime recibió a los hombres mientras yo los esperaba en mi habitación. Llegaron dos hombres altos y morenos que estaban en sus 50s.

Hermano 2: Pero mira qué bonita putita te conseguiste.

Hermano 1: Aunque no creo que resista, está muy pequeña.

Jaime: Sí resiste, ya la he estado entrenando.

Hermano 2: Eso ya lo veremos.

Jaime: Bueno señores, yo me retiro, mis hombres les darán todo lo que necesitan.

Jaime se retiró y los doctores les entregaron un frasco con la droga y una maleta negra. El hermano 1 cerró la puerta y puso el cerrojo.

Hermano 2: Quiero que te masturbes putita.

Yo: Sí señor.

Me subí a mi cama y comencé a montar una almohada. Abrí las piernas todo lo que puse para que me tanga se pusiera entre los labios de mis cosita y sintiera más fricción. Estaba a punto de tener un orgasmo cuando el hermano 1 me detuvo con su mano.

Hermano 1: No te vienes hasta que nosotros lo digamos.

Voltee a ver a los hermanos y estos habían aprovechado para examinar el contenido de la maleta y desnudarse. Tenían las pollas más grandes que había visto en mi vida y el hermano 1 se veía más fuerte y corpulento. Entonces el hermano 2 amarró mis manos en mi espalda y cubrió mis ojos con un venda. Me pusieron de pie y me colocaron contra una pared. Uno de los hermanos me quitó el brasier y me comenzó a pellizcar los pezones. Al principio sentí dolor pero después comencé a sentir muy rico y me dejé llevar. Dejé salir un gemido y en ese momento siento que el otro jala el elástico de mi tanga hacia arriba, haciendo que esta se enterrara en mi cosita.

Yo: Aaah duele mucho.

Hermano 1: Cállate.

Y prácticamente me levantó del piso con mi tanga. Me dolió tanto que comencé a sollozar. Intenté librarme pero al mover mis piernas solo logré que la tanga quedara justo sobre mi clitoris, haciendo el dolor insoportable. Después de unos minutos el hermano 1 soltó mi ropa interior y yo caí al piso muy adolorida.

Hermano 1: Ahora sí la amarramos.

Me quitaron la tanga y me amarraron sobre la cama con las piernas totalmente abiertas. Entonces siento el látigo sobre mi clitoris, solo que esta vez mi clitoris estaba demasiado sensible.

Yo: Aaah por favor no.

Hermano 1: ¡Que te calles!

Y entonces siento como el hermano 2 me mete la tanga en la boca, y el hermano 1 comienza a pegarme más fuerte con el látigo. Esta vez no lograba sentir placer, solo dolor.

Hermano 2: Veamos cómo funciona esto.

El hermano 1 dejó de golpearme con el látigo y de repente siento que alguien pasa su mano empapada en la droga por mi cosita. E inmediatamente después el hermano 1 continua golpeándome con el látigo. Poco a poco la droga fue haciendo efecto y entonces comencé a sentir mucho placer con los latigazos, de nuevo estaba a punto de venirme cuando se detuvo.

Hermano 1: Solo te puedes venir cuando te follemos.

Entonces me desamarraron y como yo estaba bajo el efecto de la droga, se me ocurrió volver a frotarme sobre las almohadas. Pero el hermano 1 me empujó de la cama y terminé en el piso. Entonces me hinqué con las piernas abiertas, dejando que mi clitoris tocara la alfombra peluda. De nuevo empecé a sentir rico pero entonces siento que el hermano 1 me jala del pelo y me lleva sobre la cama en donde ya se encontraba el hermano 2 acostado boca arriba. Sin pensarlo, me ensarté su polla en mi vagina y comencé a montarlo. Pero de repente siento que el hermano 1 se me pone encima y empieza a meter dos dedos a mi culito. Aah sentí delicioso pues sus dedos estaban empapados en droga, pero se detuvo y me sostuvo para que me dejara de mover. Entonces me ensartó su polla en mi culo y me empezó a follar mientras el hermano 2 también me follaba mi vagina.

Hermano 1: Ya te puedes venir.

Y sentí un orgasmo muy intenso que aunque me dejó temblando, no hizo que los hermanos se detuvieron. Me follaron y me follaron hasta que primero se vino el hermano 1 en mi vagina y luego el hermano 2 me llenó mi culito. Me tiraron de la cama y me dejaron temblando en el piso mientras ellos se adueñaban de mi cama. Los tres nos quedamos dormidos y me despertaron cuando ya era de noche.

Hermano 1: Ahora vamos a jugar un poco contigo, hace un rato no dejamos venirte y ahora no vas a dejar de venirte.

Me pusieron al borde de la cama y entonces vi que traían un plug anal aún más grande de los que había utilizado. Lo pusieron sobre la mesa y entre los dos me cargaron. Pusieron mi culito encima del plug y comenzaron a soltarme sobre él. Como seguía bajo el efecto de la droga sentí muy rico y dejé salir varios gemidos mientras el plug entraba. Entonces me acostaron boca arriba y me amarraron con mis piernas en 180º. Colocaron el vibrador cubierto en más droga sobre mi clitoris y lo prendieron.

Yo: Aaah aaah me vengo.

Apenas pasados unos segundos comencé a eyacular y a venirme, sentí un placer impresionante. Mi mente quedó totalmente en blanco y mi cuerpo solo tenía una gran cantidad de espasmos. Entonces pararon el vibrador y un hermano me folló mi vagina mientras el otro folló mi boca. Ambos se venían dentro de mí y mientras descansaban, prendían el vibrador. Repitieron eso unas 3 veces, intercambiándose entre follar mi cara y mi vagina. Mi espalda se arqueaba, mis piernas estaban totalmente estiradas y no paraban de temblar y mis manos solo se lograban agarrar a las sábanas. Cuando por fin terminaron, apagaron el vibrador, los hermanos se vistieron y entró Jaime a la habitación.

Hermano 1: Qué rico estuvo putita, esta vez sí cobramos muy bien nuestra parte del trato.

Hermano 2: Me ha encantado como se contrae su conchita cuando se viene.

Jaime: Qué bueno que estén contentos señores, por ahora la dejaré descansar.

Yo estaba tan exhausta que me quedé dormida inmediatamente en la posición que me habían dejado amarrada. Solo escuché en el fondo algo que solo me hizo eco hasta el día siguiente:

Hermano 1 o 2 (no recuerdo): ¿Se queda embarazada?