Mi trabajo como vigilante de seguridad

Mi primer destino en solitario como vigilante de seguridad tuvo incidencias que nunca habría imaginado.

Después de tres intentos fallidos presentándome a las oposiciones para policía municipal y ya superado el límite de edad, con 31 años, sin cargas familiares y viviendo aún en casa de mis padres, me había acabado decidiendo por labrarme un futuro en el mundo de la seguridad privada.

Acabada mi formación y tras seis meses acompañado por un veterano me habían asignado mi primer destino en solitario que me obligaba a pasar las noches en las oficinas de una constructora. Poco había allí de valor, ordenadores y material de oficina, lo que me presagiaba tranquilidad y también algo de aburrimiento.

Después de unos meses me había acostumbrado a la monotonía de mi trabajo, relevar a un compañero a la una de la mañana y permanecer en aquel enorme local de dos plantas totalmente vacío hasta las nueve y media en que entraban los oficinistas.

Para distraerme tenía una radio pero a veces no podía evitar acabar dando alguna cabezada.

Aquel jueves por la noche estaba quedándome medio dormido cuando me sobresaltó un ruido. Antes de llamar a la policía fui a comprobar de que se trataba, me asomé con sigilo y pude ver a dos chicos que habían forzado la puerta colándose en la oficina. Eran dos chavaletes desgarbados vestidos con vaqueros y ropa deportiva holgada, tendrían 15 o 16 años, 170 mas o menos de altura, muy delgados, no iba a tener problemas con ellos ya que mi 180 correspondía con un cuerpo trabajado por los años de preparación de las oposiciones, además tenia algún conocimiento de artes marciales por lo que decidí enfrentarme directamente a ellos.

Les rodeé hasta colocarme cerrándoles el paso hacia la puerta de salida.

  • ¡Quietos donde estáis! ¡Echaros al suelo ahora mismo o disparo! – les grité de farol ya que no tenía arma

  • ¡Mierda, un segurata! – Gritó uno de ellos - ¡corre Oscar!

Intentaron salir acercándose a mi uno por cada lado, pude agarrarlos por sus sudaderas pero eran mas fuertes de lo que pensaba y tuve que soltar a uno para ejercer toda mi fuerza sobre el otro, echando mi cuerpo encima de él para inmovilizarlo boca abajo con mi peso mientras el otro escapaba. Era mas fuerte de lo que parecía, luchaba por escapar pero al final conseguí sujetarle los brazos a la espalda sentándome encima de él.

-¡Déjame cabrón! ¡Suéltame! – Chillaba desesperado - ¡te vas a enterar como no me dejes ir! – continuó gritando que le soltase hasta que le tuve bien sujeto

  • Al que se le va a caer el pelo es a ti por entrar en propiedad privada, a ti y a tu amigo porque le tengo grabado con la cámara de vigilancia y también le voy a pillar.

  • ¡A quien vamos a pillar es a ti cabrón! ¡Suéltame o te arrepentirás!

El chico no paraba de gritar e intentar soltarse. Tenía rasgos latinos, pendientes en ambas ojeras y parecía amenazar con clavarme su pelo moreno peinado en punta echando la cabeza hacia atrás para intentar golpearme. A pesar de su edad tenía cara de chico duro, de macarrilla del barrio.

Saqué como pude las esposas para intentar ponérselas cuando oí voces a mi espalda.

  • ¡Suéltale ahora mismo! – me ordenó una voz mas grave que la de aquellos chicos

Me volví y pude ver a un chaval algo mayor que ellos, tendría 20 o 21 años, de mi estatura, pecho depilado y brazos muy marcados, con una especie de serpiente tatuada en el derecho según dejaba entrever el chaleco recortado que vestía. Tenía la piel muy morena y el pelo casi rapado.

Detrás de él estaba el otro chico, Oscar con el pelo rubio liso, piercings en una oreja y otro en el labio inferior y vistiendo ropa bastante holgada como el chico que aún tenia sujeto

  • ¡Por fin has llegado Iván, dale una paliza a este tio! – dijo el chico inmovilizado

  • ¡Suelta a Jony ahora mismo segurata de mierda! – me volvió a ordenar muy autoritario

  • ¿Crees que voy a dejarle marchar así sin mas? Será mejor que te vayas – dije envalentonado aunque aquel chico no iba a ser presa tan fácil – he llamado a la policía y vendrán enseguida – intentaba asustarlos con aquella mentira

  • De aquí no se va a ir nadie hasta que yo lo diga – el tal Ivan no parecía ponerse nervioso con mis amenazas – vamos a divertirnos un poco contigo segurata y será mejor que no aparezca la poli o lo vas a pasar muy mal

Sus palabras y su firmeza me asustaron un poco. Aquel chico parecía demasiado seguro de si mismo.

Sin querer había aflojado la presión sobre Jony que tenía un brazo suelto y sin darme cuenta había cogido mis esposas. De repente me empujó hasta liberarse por completo y caí delante de Iván que se colocó a mi espalda, me levanté pero él pasó un brazo alrededor de mi cuello estrangulándome con su presión. Tenía una fuerza increíble y no conseguía liberarme, aunque él tampoco conseguía inmovilizarme del todo.

Los otros chicos se lanzaron en su ayuda agarrándome cada uno un brazo, ahora no tenía escapatoria, me empezaba a faltar el aire y cada vez era mas difícil luchar.

Mis piernas flaqueaban y caí de rodillas mientras Iván seguía con su presión sobre mi cuello que no soltó hasta que Jony descargó su ira sobre mi dándome un fuerte puñetazo en el estómago que acabó por vaciar las pocas fuerzas que me quedaban. Un segundo puñetazo me hizo caer inconsciente a los pies de los tres asaltantes. Me tenían a su merced.

Mientras recuperaba el conocimiento deseaba que todo hubiese sido un mal sueño, pero cuando abrí los ojos me di cuenta que la pesadilla estaba a punto de empezar. No se cuanto tiempo había pasado pero, para mi sorpresa me encontraba totalmente desnudo, sentado en un sillón de la oficina con los brazos inmovilizados por detrás del respaldo, sujetos por las muñecas con mis propias esposas y atados de forma que no podía liberarlos. Mis piernas estaban abiertas, rodillas flexionadas y atadas a los apoyabrazos del sillón. Prácticamente solo podía mover los pies y la cabeza.

Con aquella postura y mi desnudez mi culo quedaba totalmente expuesto, no podía cerrar las piernas. Empecé a ponerme más nervioso y a forcejear sin ningún éxito para intentar soltarme.

Para colmo, desde esa posición contemplaba en primera fila como desordenaban la oficina buscando algo de valor y ya tenían preparado alguno de los ordenadores para llevárselo ante mis propias narices.

Mi humillación era total, desnudo, totalmente inmovilizado, viendo como aquellos tres intrusos robaban lo que querían. Con mi forcejeo, Jony se dio cuenta de mi consciencia.

  • Mira Iván, el segurata ya está despierto ¿Qué dices ahora cabrón?

  • ¡Soltarme! Ya tenéis lo que queríais, ahora dejarme libre

  • De eso nada, ya verás cuando te encuentren todos así jajaja – rió Jony

No había pensado en eso. Cuando entrase el personal a trabajar me iban a encontrar atado desnudo. No podía dejar que eso sucediese

  • No por favor, no me dejéis así

  • No te preocupes segurata – dijo Iván acercándose a mi – no vamos a dejarte "así", jejeje. Antes tenemos que disfrutar con ese culito que tienes – dijo acariciando con un dedo mi ano

  • ¿Queeeeee? No, eso no, Dejarme cabrones, soltarme

Movía mi cuerpo todo lo que podía intentando escapar del contacto de aquel dedo pero Ivan seguía jugando con mi culo que ahora acariciaba con toda su mano, presionando con uno de sus dedos en mi agujero intentando hundirlo dentro.

Mis suplicas no tenían ningún efecto – Por favor, déjame, déjame. Escapar ahora, sino os van a pillar

  • ¡Callate! No nos vamos a ningún sitio. Hoy vas a ser nuestra puta – sentenció Iván mientras conseguía el objetivo de su presión, introducir uno de sus dedos en mi esfínter.

Al sentir aquel dedo penetrando mi culo virgen empecé a gritar de ira, ni siquiera recuerdo lo que decía, alternaba insultos con súplicas para que me soltasen.

Yo nunca había tenido ningún tipo de contacto homosexual, ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Tampoco es que tuviese demasiadas relaciones ya que hacía unos años que no salía con ninguna chica y de hecho hacia dos que no tenía una relación sexual pero en ningún caso pensaba en probar aquel tipo de cosas.

Mi desesperación creció al ver que mis pataleos solo servían para que aquel dedo invasor se adentrase aún más en mi interior. Ivan lo movía dentro de mi, apretaba el culo pero eso solo hacía que sintiese aún mas su contacto

  • ¡Que cerrado tiene el culo el segurata! No como el tuyo Oscar, habrá que hacerle un agujero bien grande para que entren nuestras pollas, jajaja

  • Deja que me folle a esta cabrón – dijo Oscar mientras se desnudaba – ya estoy harto de poner el culo para vosotros

No lo podía creer, estaban acostumbrados a aquello. No iban de farol. No solo querían jugar conmigo. Estaba claro que querían llegar hasta el final.

  • Esta bien, follatelo tu primero que tienes la polla mas pequeña y nos lo vas preparando - dijo Iván

  • De eso nada – protestó Jony que también se había despojado de su ropa – este cabrón es mió, yo seré el primero en follármelo

Mis protestas no hacían mella en ellos, asustado vi como Jony se acercaba a mi totalmente empalmado amenazándome con 14 cm de dura carne que apuntaban a la entrada de mi orificio.

  • Espera, deja que Oscar le coma un poco el culo o lo destrozarás enseguida – sugirió Ivan

  • ¿Por qué no se lo come Jony?

  • ¡Vamos, haz lo que digo! – ordenó Ivan cogiendo la cabeza de Oscar y metiéndosela entre mis piernas

Un respingo recorrió mi cuerpo al sentir la punta de la lengua caliente de Oscar acariciando mi ano, recorriendo la raja de mi culo de arriba abajo.

No se si instintivamente, mientras intentaba penetrarme con su lengua, Oscar agarró mi polla flácida para iniciar una suave masturbación. Estaba claro que aquel niñato había comido más culos porque lo hacía con gran maestría y notaba cierta reacción en mi polla.

Había disminuido mis protestas cuando Jony me dio un fuerte tirón de pelo haciendo que le mirase y cortándome aquella especie de excitación

  • ¿Qué pasa cabrón? ¿Te gusta que te coman el culo? Eres una puta maricona

  • ¡Vete a la mierda! ¡Vais a ir todos a la cárcel! Soltarme ahora mismo y dejaré que os vayáis - recuperé el ritmo de mis protestas.

Pero la distracción de Jony había hecho que relajase el culo lo suficiente para que Oscar consiguiese hundir su lengua en mi ano. Me sentí tremendamente humillado con esa nueva invasión. Nunca mi culo había sido profanado por nada ni nadie hasta aquel momento en que el dedo de Ivan y la lengua de Oscar habían explorado mi interior. Oscar empezó a meter y sacarme la lengua, en una especie de follada. Mi ira se transformó en vergüenza y me entraron unas tremendas ganas de llorar. No sentía ningún dolor físico pero estaban destrozando mi hombría con aquella vejación.

Si no fuera por la situación en que me encontraba podía decir que la sensación que me provocaba aquella lengua follándome era incluso agradable y mi polla parecía querer reaccionar en la mano de Oscar.

Notaba como la punta de su lengua rodeaba la entrada de mi ano introducirse de golpe dentro de mi estremeciendo mi cuerpo. Nunca había tenido aquella sensación extrañamente placentera. Pero no duró demasiado.

  • Ya está listo – dijo Ivan apartando a Oscar de golpe y dejándome una impresión de cierto vacío en el culo

Sin apenas tiempo para reaccionar ví como Jony se acercaba a mí amenazante con su polla en la mano, apuntándome como un cuchillo

  • No, no por favor. No me hagáis esto. No, eso nooo

Mis protestas se tornaron en grito de dolor cuando la punta de la polla de Jony consiguió introducirse en el agujero de mi culo hasta desaparecer dentro de él.

Oscar había hecho bien su trabajo lubrificando mi entrada y así Jony me había podido meter la punta de su polla en el primer empujón. El dolor aumentó hasta límites que no había ni soñado cuando continuó hundiéndomela hasta perforarme el ano ¡Me estaba rompiendo el culo!

  • Aggggggggg, noooo- casi me desmayo del dolor. Su polla parecía ser eterna y no se detuvo hasta que sentí sus huevos chocar contra mi

  • Mírame bien cabrón – dijo obligándome a mirarle a los ojos mientras se detenía con su polla totalmente insertada en mi culo – mira al tío que te está desvirgando. A partir de hoy eres mi puta

Sus ojos se clavaron en los míos, húmedos por las lágrimas de dolor, asustándome con su frialdad impropia de su edad. Mientras empezaba a mover su polla dentro de mi como intentando introducirla aún mas dentro en mi dolor empecé a sentirme dominado por aquel chico que sonreía con malicia mientras me penetraba

  • Toma puta, toma ¿Quién manda ahora? – me gritaba sin dejar de mirarme mientras sacaba su polla para volverla a meter de golpe una y otra vez destrozándome el culo – di que eres mi puta, dilo

  • Para, aggg, por favor, déjame – suplicaba impotente mientras aumentaba la fuerza de sus embestidas

  • ¡Di que eres mi puta! ¡Dilo y paro!

  • Basta, por favor, me estas destrozando – apretaba los dedos de mis manos y pies intentando soportar el dolor

  • Dilo segurata, di que eres mi puta y dejo de follarte ¡Dilo! – sentía su polla entrando y saliendo muy rápido de mi culo, como un taladro

  • Po.. por favor, po favor – me había desgarrado el culo y el roce de su polla seguía provocándome dolor a cada embestida – basta por favor

  • Deja de quejarte, solo tienes que decir que eres mi puta ¡vamos!

  • Lo que quieras, pero para por favor

  • Di que eres mi puta y te saco la polla, vamos dilo

  • so.. soy tu puta, po..por favor para – balbuceé rendido

  • ¡No te oigo!

  • soy tu puta, soy tu puta – esta vez quedaba claro que me rendía completamente a mi violador - ¡sácamela por favor!

  • Así me gusta puta, jejeje – dijo deteniéndose y sacándome su polla

Al hacerlo noté una especie de calor dentro de mi y líquido que chorreaba por mi abierto agujero ¡el muy cerdo ya se había corrido en mi culo!. Me había obligado a decir que era su puta solo para humillarme aún mas.

  • ¿Qué pasa puta? No pongas esa cara te dije que sacaría mi polla, pero aún te faltan otras dos por probar, jejeje

¡Ni siquiera me acordaba de mis otros dos secuestradores!

Sin tiempo para acostumbrarse al vacío, mi culo se vio de nuevo invadido, esta vez por la polla de Oscar.

Al menos no era tan grande como la de Jony, debía andar por los 12 cm que me entraron sin problemas ya que había quedado totalmente dilatado.

Parecía moverse a cámara lenta haciendo que me acostumbrase a cada centímetro de su polla que iba metiéndome.

A pesar de que aún me dolía el culo por la violación anterior, la suavidad de la penetración de Oscar y el hecho de que volvía a coger mi polla para acompañar su follada con una masturbación mitigaban el dolor y me daban cierto placer.

No tenía nada que ver con Jony, aquel chico rubito era totalmente distinto, incluso sus facciones eran más suaves casi como las de una chica. Me miraba con ternura mientras me penetraba y noté como mi polla reaccionaba intentando endurecerse. Cerré los ojos y eso no hizo mas que aumentar mi sensación de placer

  • ¡Mira que maricón! Se le está poniendo dura, jejeje. Parece que a la puta le gusta que la folle otra puta

Oscar no se inmutaba con los comentarios de Jony. Seguía con sus movimientos de cadera follandome con mucha suavidad y mi erección seguía creciendo ¡Pero si yo era heterosexual! No podía estar gustándome aquello, era imposible.

Sin embargo mi polla parecía tener vida propia y ya había alcanzado los 15 cm que mide en su plenitud. Empecé a emitir gemidos de placer acompañando cada embestida de mi rubio follador.

Ya no prestaba atención a las palabras de Jony "mira como disfruta la puta" "mira como gime" "puta maricona", sonaban lejanas.

Mi excitación iba en aumento, ya no podía pensar en mi situación, el placer nublaba mi razón. Aquel chico me había seducido con su sensualidad y yo me había abandonado al placer que me estaba dando. Yo acompañaba sus movimientos, cerraba el culo cuando su polla estaba totalmente dentro de mi aprisionándola para no dejarla salir.

Cuando la retiraba me rozaba un poco pero no hacía caso al dolor, el placer era demasiado intenso. Me sentía totalmente entregado a aquel jovencito y cuando descargó su semen dentro de mi no pude evitar acompañarle corriéndome en su mano. No recordaba haber descargado nunca tanto semen.

Pero poco a poco fuí recuperando la razón ¡Había tenido un orgasmo con la polla de un tío dentro de mi!

Cuando abrí los ojos me horrorizó ver a Ivan y Jony sonrientes con sus miradas clavadas en mi polla. Las palabras de Ivan asaltaron mi mente - Eres nuestro – Fueron sus palabras y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Ese escalofrío se transformó en miedo al ver el monstruo de 20 cm que apareció bajo sus boxer.

No tenía fuerzas para suplicar. Además si no me habían hecho caso antes, ahora muchos menos después de mi comportamiento. Ya tenía las piernas y brazos medio dormidos por las ataduras y no era capaz de luchar mas.

La penetración de Ivan me recordó la violación de Jony por el dolor que me había provocado. Su polla era enorme y el dolor muy intenso cuando empezó a metérmela.

Iba despacio pero era demasiado grande y gruesa. Sentía como llegaba donde no habían llegado mis anteriores folladores, mi culo se abría hasta límites insospechados.

Cuando tuve hasta el último cm dentro de mi quedó quieto mirándome a los ojos

  • Bésame puta – me dijo

  • ¿Estas loco? ¿Me estás violando y quieres que te bese? – dije avergonzado por su petición y retirando la cara, aún me quedaba algo de dignidad

Me cogió del cuello para no dejarme mover la cabeza y posó sus labios sobre los míos mientras daba ligeros movimientos con sus caderas para introducir totalmente su polla dentro de mi.

  • Devuélveme el beso, lo estás deseando – dijo mirándome con una sonrisa maliciosa y volviendo a posar sus labios en los míos – sabes que eres nuestro, solo te estoy dando lo que deseas

  • Nunca cabrón, nunca

Seguía besando mis labios sin dejar que me liberase y moviendo su polla en mi culo con suavidad para que me acostumbrase a tenerla dentro.

Su polla había tocado algún punto sensible dentro de mi porque la mía volvía a reaccionar aprisionada entre nuestros abdómenes que la rozaban en una leve masturbación. Ivan estaba consiguiendo que me volviese a excitar.

La presión en mi cuello iba disminuyendo pero aún así no retiré la boca mientras continuaba con sus besos.

Continuaba dándome pequeños besos en la boca y penetrándome con movimientos muy cortos, manteniendo siempre su polla dentro de mi culo con mi excitación en aumento.

Iván también era un autentico experto y me estaba haciendo caer en sus redes.

Su penetración me daba ahora un placer que iba en aumento.

Poco a poco consiguió que le devolviese alguno de los besos y finalmente su lengua se abrió camino en mi boca para juntarse con la mía.

Cerré los ojos y me abandoné a mis sensaciones mientras él aceleraba sus movimientos. Mi polla estaba totalmente erecta y empecé a gemir con su follada – ahhhhh, ahhhh –

De repente, en plena follada se detuvo. Abrí los ojos y ví como me miraba divertido - Eres un puton, jajaja – y de repente empezó a embestirme con mucha fuerza provocándome una mezcla de daño y placer que no era capaz de asimilar

  • toma puta, toma polla ¿te gusta puta?

Yo protestaba y gemía al mismo tiempo. Me dolía un poco, pero era mayor el placer que me daba. Estaba totalmente en sus manos.

Casi no me enteré de que me habían soltado manos y piernas, las tenía adormecidas pero libres de ataduras.

Ivan me había puesto las piernas en sus hombros y empujaba muy fuerte dentro de mi.

Seguía follándome y besándome con pasión y con mis manos rodeé instintivamente su cabeza para abrazarle y ayudarle en su follada.

Con una fuerza asombrosa agarró mi cuerpo y consiguió levantarlo haciendo que me quedase sentado sobre su polla. Me levantaba y dejaba caer sobre su polla para metérmela muy adentro. Me manejaba como un muñeco a su antojo y me encantaba.

Cuando me dejaba caer, sentía como si la punta de su polla me fuese a llegar hasta el estómago. Yo me abrazaba a su cuello y movía el culo clavándome yo mismo su polla.

No aguantó mucho en aquella posición y tuvo que sentarse, aunque sin sacarme en ningún momento sus 20 cm de mi cuerpo. Ahora era yo quien trotaba sobre aquel mástil.

  • Así puta, lo haces muy bien - ya no me importaban sus insultos, la sobredosis de placer que me estaba dando anulaba totalmente mi voluntad y solo podía contestar con gemidos - Ahhh, ahhhhhh

Movía mi culo lo mas rápido que podía apretándolo para darle mas placer y masturbándome al mismo tiempo. Era como una autentica puta, yo me estaba ensartando su polla, gozando y haciendo que Ivan gozase de mi cuerpo hasta llegar incluso a correrme antes que él, manchando su pecho con mis trallazos.

No tuve que esperarle demasiado y pronto sentí su semen llenándome el culo.

Detuve mis movimientos y quedé abrazado a él con su polla dentro de mi hasta que su flacidez hizo que saliese sola.

¡Que había hecho! ¡Me había comportado como un autentico putón! Pero nunca antes en mis experiencias hetero había sentido aquel placer.

No pude evitar echarme a llorar. Hacia muchos años que no lloraba pero la situación me superaba por completo

  • Tranquila putita – me susurró Ivan – no llores que esta no será la última vez que te folle

  • ¿Qué .. qué me has hecho? – dije entre sollozos – yo no soy así

  • Claro que si, has visto que eres una putita golosa que le gusta tener una polla dentro. No pasa nada, a Oscar también le gusta y a lo mejor algún día te deja que se la metas. Claro que siempre deberás tener tu culo dispuesto para mi. A partir de hoy me pertenecerás y así te daré placer – dijo acariciando mis mejillas para secarme las lágrimas

Nunca antes me había sentido tan frágil, tan dependiente. Yo era un tío fuerte físicamente y con la madurez que me había dado la edad ¿tanto me había cambiado Ivan en apenas unas horas?

  • Ahora será mejor que recojas bien todo – continuó Ivan mientras se limpiaba y vestía- que no se note que hemos estado aquí, no nos llevaremos nada porque contigo ya nos conformamos. Bueno solo la cinta de seguridad así podremos recordar como perdiste la virginidad, jejeje.

Yo permanecía desnudo, sentado en el sillón, atónito con la naturalidad con la que se preparaban para irse mientras Ivan seguía hablando.

  • Cuando acabes el turno irás a una dirección que te daremos, te mudarás con nosotros. Necesitamos una puta a quien follarnos de vez en cuando. A partir de hoy nos perteneces totalmente y limpiate bien, jejeje

Mientras hablaba posó su mano en mi polla para acariciármela y a pesar de estar totalmente libre no fui capaz a retirársela. Se acercó para despedirse con un beso que tampoco rechacé

  • Vamos Ivan, deja a la puta ya irá por casa para que te la folles – gritó Jony ya desde la calle

Oscar también se despidió con un beso que acepte sin resistencia.

Antes de marchar Ivan se volvió hacia mí sonriendo

  • Bueno putito te espero mañana que todavía te tengo que enseñar muchas cosas. Ven a partir de las siete ¿entendido? – me miró fijamente a los ojos esperando mi respuesta

  • Si, lo que digas

Me había poseído de tal forma que no me quedaba otra respuesta que dar.

Limpié la oficina como pude e inventé una historia sobre un ladrón que había forzado la cerradura pero a quien había ahuyentado evitando que nos desvalijase. Quedé como un buen héroe cuando la realidad es que me había convertido en una puta.

Al llegar a casa me duché y limpié. No pude evitar alguna lágrima en la ducha pensando en lo que había pasado.

Sin embargo en la cama empecé a darle vueltas a mi violación, excitándome al recordarlo ¿Qué habían hecho conmigo? ¿Me había convertido en gay de repente o simplemente habían despertado en mí instintos que tenía ocultos?

Me prometí a mi mismo que intentaría olvidar aquel día y seguir con mi vida. Nunca repetiría aquella experiencia.