Mi tío y Yo.

Historia de como mi tío se llevo mi inocencia y me enseño lo que es el buen sexo.

Para introducirlos, todo comenzó un verano, gracias a ser la hija mayor de mi padre, pude acercarme muchísimo a el y a mi tío, ganándome sus confianzas y logrando aprender cosas que normalmente no se les enseña a las niñas, cosas de autos, deportes, pero sobre todo pesca. Ese verano, mi tío y mi padre iban a ir de pesca, como de costumbre iban a llevarme, pero era especial, ya que sería la primera salida de pesca de mi hermano menor. Las hijas de mi tío no se interesaban en estas cosas, su madre, una mujer ultra religiosa, solo les permitía hacer cosas de niñas.

Nos levantamos de viernes para sábado a las cuatro de la mañana, mi tío había dormido en el sillón de mi casa, y salimos los cuatro juntos, hizo frío, durante todo el viaje y mi hermano y yo dormimos en la parte de atrás de la camioneta (tipo vans) modificada por dentro, con dos asientos a un costado. Llegamos tipo 5:30 al camping "El Faro" en Paraná de las Palmas, en Buenos Aires Argentina, bajamos las cosas de la camioneta, armamos la carpa y fuimos a pescar, pescamos bajo el sol hasta la 1, que decidimos ponernos a cocinar, y luego de comer, seguimos con la pesca, tipo 8pm mi hermano comenzó a sentirse algo mal, y para luego de la cena ya había levantado fiebre, mi padre decidió irse en la camioneta y dejarnos a mi tío y a mí, preparando todo por si volvía, pero con la carpa armada para que pudiésemos dormir por si no llegaba rápido. A eso de las 10 mi tío y yo entramos en la carpa dispuestos a dormir.

Mi tío era mayor que mi padre, unos 40 largos para esa época, alto y robusto, con el típico cuerpo de un hombre entrado en edad. Y yo era una niña pequeña, no tenía ningún atributo de mujer aún formado, y con mi pelo corto, perecía mas un niño que una niña, nunca supe que habrá visto mi tií en mi esa noche, o si solo fue la calentura del momento...

Había estado llorando preocupada por mi hermano, cuando mi tío me llevo a la carpa, me abrazó muy fuerte y me calmo, me comenzó a contar historias de cuando era joven con papá, y salían juntos, historias que casual, e incómodamente terminaban con sexo, para cuando terminó con una de sus historias, yo estaba muy excitada, era una niña muy adelantada en el sexo, me masturbaba muy seguido desde mi etapa preescolar, y siempre trataba de averiguar sobre sexo, en revistas, películas, y todo lo que pudiera. Cosa difícil en aquellas épocas donde no todos teníamos acceso a internet. La calentura y la curiosidad me llevaron a preguntarle a mi tío.

  • Cómo se siente?

  • Qué cosa?

  • El sexo?

  • Jaja, por qué queres saber?

  • No te rías! No sé, solo quiero saber!

  • Esta bien... Es muy rico, si saben como hacerlo...

Mi tío se había acercado mucho a mí, y yo sabía que había una extraña atmosfera a nuestro alrededor, pero no sabía descifrarla. Estaba tan cerca que me rozaba, y sentía su respiración.

  • Qué querés decir con rico?

  • Rico! No se como describirlo, tendrías que sentirlo...

Era incomodo, pero quería seguir, iba a seguir, podía sentirlo me había apoyado en el, usándolo como respaldo, mientras el estaba acostado de costado.

  • Yo quiero sentir eso... -Dije con algo de timidez, pero decidida-

  • Pero eso lo tenés que sentir en otro momento... -Me dijo sentándose, con las piernas abiertas y poniéndome en ese espacio, medio abrazándome, sentí algo duro en mi espalda-

  • Por qué?

  • Porque sos muy chica, y yo no debería ayudarte con esas cosas...

  • Pero soy la más grande... Y sos mi familia! tendrías que poder ayudarme siempre...

  • Jaja por eso mismo no puedo ayudarte! somos familia! Dios dice que está mal...

  • Y? -Dije moviéndome un poco, quería sentirlo más de cerca- Nosotros no somos de creer esas cosas no? -No sabía que iba a pasar, pero quería que pasara.

  • Bueno, si tanto queres...

Me abrazó con fuerza, y sentí su pene en mi espalda, era muy duro, y grande, yo me sentía emocionada, quería tocarme, calmarme, pero me dejé llevar. Me recostó sobre las bolsas de dormir, y comenzó a acariciarme, la cara, los labios, metió su mano bajo mi remera y comenzó a acariciarme mi pecho, que para ese entonces era bastante plano. Eso hacía que me excitara aún más, tomó mi mano, y la posó sobre su pene, estaba muy duro.

  • Quiero tocarlo

Dije emocionada, nunca había visto un pene, y realmente quería verlo. Se arrodillo a mi lado, y se bajó los pantalones, tenía un bóxer, me arrodille frente suyo, mi altura llegaba un poco más debajo de su pecho. Bajo lentamente el bóxer, poniéndome ansiosa, seguramente se notó en mi rostro, porque volvió a reír. Y lo ví, era grande, mi fascinación me llevo a querer tocarlo, la punta estaba arrugada, pero firme y venoso, hasta llegar a una mata de pelos entre negros y blancos, puse una mano sobre él, y él agarro mi otra mano, las puso a las dos juntas, con una no llegaba a rodearlo, y junto con él, comencé a masturbarlo, subían y bajaban nuestras manos, mientras veía que medio sonreía, y luego gemía con furia, estuve así un rato, hasta que mi tío de un saque, me quito el pantalón y la bombacha, estaba toda mojada, nunca había entendido porque me mojaba así cuando me excitaba, pero esta vez era la peor, estaba toda mojada, me chorreaba por las piernas, y él me sonrió, me volvió a tumbar sobre las bolsas de dormir, y se me agacho y comenzó a lamerme fue lo más rico que había sentido, nunca, ni cuando me masturbaba sentía algo así, algo tan placentero que me hacía gemir, me lamía y tocaba con una mano, mientras que con la otra se masturbaba, pronto sentí que un calor me llegaba desde mi vagina, lo podía sentir, iba a acabar, (aunque en realidad no sabía bien que era un orgasmo) intenté pedirle que pare, pero hablar me costaba, y ahí lo sentí, nunca lo había sentido así, el calor se extendió a todo mi cuerpo, y comencé a sentir como cosquillas en donde el posaba su lengua, entre gemidos le dije que pare, que no podía más.

  • Acabaste?

Preguntó, pero no conteste, ya que no sabía a qué se refería, el siguió masturbándose, viéndome medio desnuda sobre las bolsas, y acabo sobre un trapo.

  • El sexo es rico… -Dije en un suspiro-

  • Eso no es sexo… pero no te preocupes, algún día te voy a enseñar qué es…

Lo mire limpiarse el pene con una toalla, pero pronto me dormí profundamente.

Me desperté cuando ya había sol, y mi tío estaba al lado mío.

  • Sabes que esto no se lo podes contar a nadie, no?

  • Más o menos…

  • Bueno, no se te ocurra contárselo a nadie, nunca.

  • Bueno.

  • Que linda, te gusto?

  • Si! Fue lo mejor!

Luego del desayuno llego mi padre, había dejado a mi hermano en casa, al parecer solo estaba insolado, desarmamos todo y fuimos a nuestra casa. Pero no se terminó ahí, ese era solo el comienzo de esta vida lujuriosa. Y por supuesto, no estaba dispuesta a parar.

Nota final: Este es solo el primero de una serie de relatos, pero primero quiero que me digan si les gustó, si quieren saber más sobre la historia, la continuaré pronto.