Mi tío y Yo. (9)

Una vez instalada en lo de mi tío, el sexo se vuelve monótono, pero un partido de poker lo cambia todo.

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Una vez instalada en mi habitación, el acostumbrarme a vivir con mi tío no fue difícil. Me comentó que el tenía novia, y su poca relación con su ex mujer y mis primas. Y a la vez yo le conté sobre mis relaciones durante esos años, también le conté que en los últimos años había visto mucha zoofilia en Internet, y que me causaba mucho morbo intentar.

Con el tiempo, nuestros días se volvieron monótonos, teníamos sexo mínimo una vez al día, pero no había el morbo que nos causaba lo prohibido.

Pero un jueves, me pidió si podía cocinar que todos los meses el y sus amigos se juntaban a comer y jugar poker. Así que esa tarde, comencé a amasar y a preparar la cena, iba a hacer pizzas. Iban a venir cuatro de sus amigos, a los cuales ya conocía pero con los que nunca había tenido mucha relación. La mayoría pasaban ya los 50, y se tomaban ese día como el día que comían y bebían todo lo que quisiesen sin que sus mujeres o hijas los reten por ello.

A eso de las 7 pm empezaron a llegar, se sentaron al rededor de la mesa, y una vez que estuvieron todos sacaron las cartas. Lleve un par de cervezas Corona bien frías y les serví. Yo estaba vestida con un vestido de tela muy liviana y volátil, sin ropa interior, lo que resaltaba mis pechos, que son mi orgullo y el vestido moldeaba mi trasero. Cada vez que salía de la habitación entre ellos comentaban cosas respecto a mí, lo que me calentaba mucho. Primero pensaron que era una puta que mi tío había contratado para la noche, pero entre risas comentó que era su sobrina, cosa que a algunos los puso incómodos porque como había dicho antes, me conocían, a mi y a mi papá.

A eso de las 9 pm saqué las primeras pizzas, una fugaceta y una de muzarela con tomate, mientras que otras dos se seguía haciendo al horno, así que aproveche y me senté en la mesa con ellos. Alabaron mis pizzas y mi cuerpo, pero conforme la noche avanzaba ellos estaban un poco mas ebrios, lo que le soltó un poco la boca, y las manos. Cuando les traía una pizza me rozaban las piernas, o directamente me metían mano. Diciéndole entre risas a mi tío que solo eran bromas que no se ofendiera. Pero podía verlo en sus ojos, estaba excitado, toda esa atención que recaía en mi lo calentaba al saber que el si podía meterme mano cuando quisiera, así que no los paraba, y yo, adoraba toda esa atención que me brindaban esos hombres. Estaba toda mojada y me acercaba a ellos apropósito para provocarlos. No sabía como terminaría eso. Pero no me importaba de alguna u otra manera saldría beneficiada. Así que cuando ya eran las 11:30 algunos ya no tenían nada que apostar así que empezaron a apostar cosas materiales como relojes y esas cosas. En ese momento mi tío me miro, me sonrió y dijo.

_ Yo apuesto un revolcón con ella... -Y me señaló-

Todos se quedaron callados un rato, yo solo sonreí, y los mire, primero dudaron, pero sin decir una palabra siguieron el juego. Estaban todos muy concentrados, solo quitaban la vista de sus cartas para mirarse entre ellos o beber, y de vez en cuando miraban hacia mí, supongo para motivarse. En menos de medía hora ya había un ganador. No era mi tío, si no uno de sus amigos, era más callado, el único que no me había dicho nada. Luego de un par de disputas, los perdedores, menos mi tío se fueron. Y él, y Carlos (su amigo) se habían quedado a la mesa. Yo estaba sentada en el sillón haciendo zapping mientras esperaba que ellos se decidieran. Ellos estaban discutiendo algo, no sabía qué, pero estaba muy caliente y quería acción ya, así que me acerque a la mesa. Mi tío me vió acercarme.

_ Carlos está algo nervioso, y dice que no quiere reclamar su premio.

_ Que?! Pero si lo gano limpiamente.

No quería obligar a alguien a tener sexo conmigo, pero podría persuadirlo para que aceptara. Así que me senté en sus piernas y lo mire a los ojos.

_ Que pasa? No te parezco bonita? -Pregunte haciendome la inocente, lo sentí muy tenso, y pude ver que estaba muy nervioso-

_ No es eso, es que, me dejé llevar, no- eh yo estoy casado, soy grande, y no- no me parece que esté bien. Yo- eh tengo una nieta como de tu edad... -Se ponía nervioso por que con mis manos había comenzado a acariciarlo-

Era un hombre robusto, de unos 60 y pico de años, tenía un bigote enorme, me recordaba mucho al personaje de “Pablo Morsa” y había dicho las palabras mágicas “tengo una nieta como de tu edad” a parte de que estaba totalmente mojada de la calentura que tenía y realmente quería tener sexo esa noche.

_ No veo cual es el problema...

_ Es toda una putita mi sobrina, y prácticamente te esta rogando...

No sabía a donde quería llegar mi tío pero lo estaba persuadiendo también. Pero Carlos seguía titubeando, aunque sin decir nada, también podía notarlo algo mareado, por el alcohol supongo. Así que llevé su mano a mi entre pierna, y no se resistió.

_ No ves como me pones? Esto es tu culpa y tenés que ayudarme...

Y sentí en mi muslo como su pene se movía bajo sus pantalones. Y sin más, me levante, lo agarre de la mano y lo llevé al sofá, le desprendí el pantalón le baje el cierre y lo senté. Él no decía nada solo se dejaba llevar, me arrodillé entre sus piernas y comencé a chupársela, aún estaba algo dormida, pero podía ver por su tamaño que era prometedor. Estuve chupándosela un rato, me costó mucho más que a mi tío ponérsela bien dura, supongo que hacía mucho que no la usaba. Se mantenía sumiso, solo se movía si yo lo incitaba, así que cuando logre ponérsela lo bastante dura para penetrarme, me pare, levanté la falda que me cubría las piernas, me acomode sobre sus piernas, y rodeando su cuello con mis brazos, me dejé caer lentamente sobre su verga, me costó que entrara, tal vez porque era muy gorda, o tal vez, a pesar de mi actividad sexual, siempre me mantuve bastante estrecha. Pero una vez adentro, pude comenzar a disfrutarla, miraba directamente a su rostro mientras comencé a moverme, pero el cerraba los ojos, era como si no quisiera estar allí, pero a la vez gemía y se movía al compás de mis movimientos. Hice mis movimientos más rápidos, y lleve sus manos a mis pechos, los cuales acarició más con ternura que con pasión, pero gracias a eso abrió los ojos, y miraba directamente a mi escote con cierta fascinación. Me enternecía y me calentaba al mismo tiempo, era como estar haciéndolo con un virgen, y eso me calentaba más.

En ese momento me percaté que mi tío me miraba con lujuria desde el otro lado de los sillones, y con su pene en la mano veía como me cogía a su amigo. Le sonreí y el se acercó, a la mesa y se sentó en ella. Yo paré de complacer a su amigo, me saqué su pene y mirándolo directamente a los ojos camine hacia mi tío. Me acomodé para chupársela y a la vez quedar dispuesta a que su amigo se acercara, el cual dudó, y nos miró extrañados, pero no tardo mucho en decidirse y meter su pene de parado mientras yo estaba inclinada sobre el pene de mi tío, el cual me decía ricas groserías las que me calentaban mas. Por primera vez, podía sentir la potencia de Carlos embistiendome, primero era suave, pero pronto la lujuria lo consumió y comenzó a metérmela como loco. Podía sentirlo gemir detrás de mi, mientras los fluidos de mi vagina mojaban su pene. Y a la vez disfrutaba del rico pene de mi tío en mi boca. Pasaron unos minutos cuando Carlos acabó, pero antes de hacerlo, saco su pene y me mancho las piernas de semen. Mi tío se río, y le dijo que era un marica por no haberlo hecho adentro, y me empujo sobre la mesa me abrió de piernas y comenzó a penetrarme, Carlos solo se dedicó a mirar, entre perturbado y fascinado como mi tío me penetraba. Y por fin acababa dentro mío.

Carlos solo nos miro y me agradeció, y amablemente le conteste que cuando guste, que para mi era un placer.

Y esa fue la primer noche que el juego de poker de mi tío y sus amigos cambió, ya que a partir de ese momento el premio iba a ser siempre el mismo. Al final, ganamos todos.


Nota Final: Perdón si no subo relatos regularmente, en la casa en la que estoy ahora no hay internet... Pero espero que lo disfruten y que me lo hagan saber. Gracias.