Mi tío y Yo. (4) Capitulo especial.

Historia de como mi tío se llevó mi inocencia, y me enseño el buen sexo.

NOTA INICIAL: Si quieren leer los relatos anteriores a este aquí les dejo los links:

http://www.todorelatos.com/relato/121997/

http://www.todorelatos.com/relato/121996/

http://www.todorelatos.com/relato/122009/


Después de la última vez, mi tío y yo habíamos utilizado muchas cosas para masturbarme y dilatarme como era correcto, hasta que un día consiguió un consolador pequeño, mucho más pequeño que su pene, de no más de 13 cm, me lo regalo y pidió que masturbara a diario con él, me costaba usarlo, estaba acostumbrada a masturbarme solo superficialmente, y siempre tenía miedo de que alguien lo encontrara, pero con un poco de tiempo ese consolador se volvió indispensable para mí, lo usaba casi a diario, y disfrutaba jugar con mi clítoris mientras lo tenía dentro. Obviamente también lo usaba cuando me veía con mi tío, él me ponía en distintas posiciones para masturbarme con él, pero sabíamos que aún no estaba preparada para su pene, ya que casi doblaba su tamaño y grosor.

Pasaron varios meses así, ambos solíamos darnos placer casual, una o dos veces por semana, nos encontrábamos cuando salía de la escuela, que al menos tres veces por semana al llegar a casa y no había nadie, el salía del taller supuestamente a comer y venía a mi casa, ya que trabajaba a unas pocas cuadras de mi casa, lo esperaba muy ansiosa, nunca sabía que día iba a venir, así que siempre estaba ansiosa de su llegada.

Para fin de año, nos volvimos a juntar todos en mi casa, hicimos asado y había mucho alcohol, nunca había visto a mi tío beber más de un vaso de cerveza, era muy cuidadoso con eso, pero esa noche, antes de las 12, ya estaban todos ebrios, menos mi tía claro, y los niños que no bebíamos. A las 12 salimos a ver los fuegos artificiales a la calle, pero mi tío nos llevó a todos los niños a la terraza para verlos mejor, mientras los adultos tiraban en la vereda. Me había estado manoseando muy fuerte toda la noche, supongo por el exceso de alcohol. Pero nadie lo noto demasiado. Pasado el espectáculo, pasamos a la mesa dulce, y ya no había más alcohol, mi papá solo había comprado envases no retornables, mi tío se enojó y le reclamó que iba a tener que ir a buscar sus envases a su casa, como sus hijas y mi hermano se habían dormido me dijo y los adultos, incluyendo mi tía estaban por empezar una partida de canasta, dijo.

-       Pulga agarra una bolsa! Acompañame a buscar los envases… Te jode si me la llevo? Pasa que los demás se durmieron y no quiero interrumpir sus apuestas… -Se excusó ante mi papá, y él le hizo una seña con la mano de que nos fuéramos-

Supuse que lo haríamos en su camioneta, estaba muy mojada por todo lo que me había tocado, pero no paró hasta llegar a su casa, así que baje mis expectativas y supuse que era más importante el alcohol. Estaba enojada, no hablamos en todo el viaje (unos cuantos minutos) y encima estaba incomoda por estar tan mojada y que él no hiciera nada, baje de la camioneta con la bolsa en la mano, y me dirigí a la puerta de su casa, pero él fue por el pasillo que da al fondo y lo seguí, entramos directo al patio trasero y podíamos ver su lavadero y varias botellas de cerveza vacías ahí. Definitivamente el alcohol parecía más importante.

Abrí la bosa y puse dos o tres botellas cuando sentí que me agarro de la cintura y me alzó y me sentó al lado del fregadero, me abrió de piernas y apoyo muy fuerte su pene bien duro contra mi vagina, mi ropa interior y su pantalón intervenían, de un tirón me bajo mi bombacha y comenzó a masturbarme, no hizo falta mucho estimulo, realmente estaba muy mojada, me miro a los ojos, estaba muy excitado podía verlo, y por un momento tuve miedo, entendí perfectamente porque no bebía tanto alcohol, ahora era una bestia sedienta… de mí.

Quise forcejear, me estaba asustando, pero me sujeto fuerte, y se bajó desesperadamente el pantalón y el calzón. Pude ver su verga, estaba enorme y palpitaba de deseo, la posó sobre los labios de mí vagina que aunque asustada se abría para él. Me volvió a mirar a los ojos y susurro.

-       Perdón Pulguita, hasta acá llego mi paciencia…

Y si dijo algo más no lo sé, mi vista se nublo al sentir que su enorme verga me entraba enterita de un tirón, mis oídos se taparon y solo sentía un fuerte zumbido, y mucho dolor, casi pierdo el conocimiento, pero cuando volví en sí, mi primer instinto fue el de llorar, gritar, me dolía, y mucho, el me sostenía de las caderas, mientras yo estaba recostada en esa mesada, cuando vio que estaba por gritar, me tapó la boca con la mano.

-       Shh shh, solo no grites… si bebé?

Estaba agitado, estada disfrutando, gemía con fuerza con cada embestida, mientras yo ahogaba un grito, me esforzaba por no gritar, pero no podía evitar que mis lágrimas, caían de mis ojos y recorrían mis mejillas hasta perderse. De a poco, el dolor fue pasando, poco a poco se iba tornando en algo rico, algo que mi vagina ya había detectado porque había comenzado a mojarse otra vez.

-       Que rica tu conchita bien mojada… te la quería meter bien adentro desde hace tanto…

Con esas palabras mis lágrimas se volvieron gemidos, gemidos de placer, mientras él seguía penetrándome, cada vez se movía más fuerte y rápido, y aunque seguía algo aturdida, y el zumbido seguía, comencé a disfrutar, de repente la sacó, acercó un banco, y me hizo parar en él, recostando todo mi torso en la mesada, me dejo con la cola bien parada y alta, volvió a jugar en la entrada de mi vagina y me penetro sin compasión una vez más, pero esta vez pude apreciarlo, era delicioso era otra sensación, y pronto volví a gemir, mientras me tomaba del pelo y tiraba de él, las piernas me temblaban y de a ratos parecía que me iba a caer. Él la volvió a sacar, me giro, y volvió a levantar, me sentó en la mesada, sin recostarme, y la volvió a meter.

-       Esto te va a encantar bebé!

Me separó de la mesada, y comenzó a subirme y bajarme en su verga, sin apoyarme en nada, podía sentir su pecho peludo en mi cara, esa experiencia me marcó de por vida. Y su verga entraba más y más estaba totalmente enloquecida de placer.

-       Tus jugos me chorrean las piernas, te gusta mucho eh? –dijo bajando la velocidad de sus embestidas-

-       Si –deje salir en un gemido-

-       Bueno, pero tu tío no va a aguantar mucho bebé

Me volvió a apoyar en la mesada y ralentizó sus movimientos, no quería acabar era evidente, pero tampoco podía aguantar mucho.

-       Dios esa conchita aprieta tanto!

Y con esas palabras la velocidad volvió, más fuerte que antes, me quemaba por dentro, me volvía loca de placer, y de pronto la sentí, a la lechita de mi tío recorriendo mi interior, era tanta que se derramó por mi vagina, goteando hasta mi colita, un escalofrío me recorrió, mientras su pene seguía dentro mío. Cuando lo sacó, había vuelto a su tamaño normal, y palpitaba, igual que todo mi cuerpo, como si hubiese acabado, pero no recordaba el momento. En ese momento fue lo único que sentí, cuando me desperté, ya era medio día del 1ero de enero. Y mi cuerpo temblaba, me levanté y estaba sola en mi pieza. Baje las escaleras y estaban preparando la mesa. Al parecer me había desmayado, o dormido muy profundamente unas horas. Estaba terriblemente cansada, pero tenía una sensación rica en el cuerpo. Luego de eso, solo comimos y nos reímos, pero cada vez que miraba de reojo a mi tío sentado del otro lado de la mesa, él me sonreía y recordaba su gran pene dentro de mí. Lo íbamos a repetir, no podía quedar así, ya lo había probado, y quería más.


NOTA FINAL: Espero que les haya gustado este capitulo, lo seguiré contando algunas historias que le siguieron a esa. A los que se comunican conmigo por skype o outlook, espero sepan perdonar mis demoras, son muchos y mi celular mou antiguo, pero siempre trato de contestarles. Esta semana comence volví a la universidad así que puede que este algo ausente, no se enojen por favor, intentaré contestar lo mas que pueda, cumpliendo sus peticiones. Gracias y besos!