Mi tío y Yo. (3)
Historia de como mi tío se llevó mi inocencia, y me enseño el buen sexo.
NOTA INICIAL: Si quieren leer los relatos anteriores a este aquí les dejo los links:
http://www.todorelatos.com/relato/121997/
http://www.todorelatos.com/relato/121996/
Las semanas pasaron, mi tío y yo fuimos encontrando huecos para vernos, no pasamos de la masturbación mutua por un largo tiempo, varios meses a decir verdad. Pero darnos amor mutuo era algo que habíamos descubierto que nos encantaba, casi como si hubiésemos nacido para eso.
Un sábado después de almorzar me vino a buscar sin previo aviso a mi casa le dijo a mi padre que sus hijas estaban estrenando un juego de mesa y que querían invitarme, mi papá no sospecho, tenía mucha confianza en su hermano mayor. Me cambié me puse unos pantalón largo una remera y un abrigo, estábamos en otoño casi llegando al invierno.
Caminamos las 10 cuadras a su casa de la mano, y cuando llegué mis primas me esperaban, jugamos juntas hasta las 4pm aproximadamente vino su madre, mi tía era una mujer muy religiosa, era morena, con pechos muy grandes por estar amantando a su hijo más pequeño de casi un año, era muy linda, pero amargada, de esas mujeres que solo recurren al sexo si quieren hijos, nunca me quiso. Las bañó, las vistió, y peino y las llevó a la iglesia. Me ofreció ir, pero sabía que mi familia no era de iglesias, y no insistió demasiado.
Esperamos unos 10 minutos por si volvía, sentados en el sillón viendo la tele, di la iniciativa yo, sentándome en sus piernas y rodeando con mis brazos su cuello, besándolo. El me correspondió por supuesto, sabía que era algo que no podía resistir, y sentada abierta de piernas sobre él, podía sentí como ese delicioso pene comenzaba a crecer. Me fascinaba cada vez más.
- Acá no –Me dijo entre besos- Hoy quiero algo especial
Me cargó, estaba algo sorprendida, pensé que íbamos hacerlo ahí, pero subió las escaleras, abrió la puerta de su habitación y me tumbó en su cama, en la misma en la que dormía con su mujer, la cuna de su reciente hijo estaba ahí, pero no pareció importarle, y a mi tampoco. Me quito los pantalones y el abrigo, se subió a la cama conmigo y se acostó a un lado, siguió besándome, y de a poco comenzó a tocarme, recorrió mis piernas con sus manos, y siguió hasta llegar a mis tetitas, las rozó mientras me estremecía. Bajó sus manos y las metió bajo mi ropa interior, comenzó a masturbarme, con su índice y su pulgar agarró mi clítoris y comenzó a presionarlo, tuve que dejar de besarlo, comencé a gemir.
- Así no! –Dije enojada- Cuando haces eso, acabo muy rápido…
- No te enojes, necesito que estés bien mojada hoy pulguita, vamos a probar algo nuevo.
Con esas palabras continuó masturbándome, mientras yo tocaba su pene que ya estaba bien duro, quería probarlo. Se quitó los pantalones y el bóxer, y mientras yo lo masturbaba, el me masturbaba a mí, me encantaba.
- Chupalo, hasta que te acabe en la boquita.
Me acomode sobre él, me senté sobre sus piernas, dejando mi cabeza justo sobre su pene, y comencé a lamerlo, tenía que humedecerlo antes de meterlo, porque si no me costaba mucho. Lo oía gemir despacio, le gustaba. De a poco abrí la boca, y él me agarro del pelo, empecé a chupárselo mientras él me agarraba de la coleta que llevaba en el pelo, iba muy fuerte, pero ya me había acostumbrado. De pronto, sentí que su pene se estremecía en mi boca, palpitaba, y yo me mojaba todavía más, manchando a mi tío, me chorreaba por las piernas. De repente, derramó su leche directo a mi garganta, me sacudí pero él no me dejó sacar su pene de mi boca, me mantuvo ahí unos segundos, y luego tiró de mi pelo con fuerza. Yo tosí un poco, estaba algo ahogada. Me saboreé los labios, el me miro sonriendo, y de un movimiento me tumbó a la cama, bajo su cara pasando por mis pechos, mi panza, y finalmente quedó frente a mi lampiña vagina, que apenas le estaba saliendo vello. Con su lengua empezó a jugar con su clítoris, era rico, su lengua era rasposa, en encantaba. También empezó a jugar con sus dedos, estaba a punto de llegar al orgasmo, cuando se detuvo, lo miré, y se acostó a mi lado, me beso, podía sentir mi sabor en su boca, y jugaba despacio con sus dedos, pero sentí que los movió, un poco más abajo, nunca había tocado ahí, al parecer vio mi cara de susto y dijo.
- No te asustes pulguita, si hago esto vamos a estar un paso más cerca del sexo… Tengo que hacerlo.
Lo mire no muy segura, pero asentí, y le sonreí, sabía que iba a doler, él ya me lo había dicho antes, y por eso estaba asustada. Con uno de sus dedos jugó en la puerta de mi vagina, y lo empezó a meter. Dolió, mucho, tanto que se me llenaron los ojos de lágrimas, y el empezó a meter y sacar el dedo. Me dolía tanto que para soportarlo comencé a masturbarme, se mezclaba el placer y el dolor, y mi visión nublada por mis lágrimas no me dejaba ver la cara de mi tío, que estaba ahí viéndome.
El siguió, y cuando el dolor iba disminuyendo, metió otro de sus dedos, bien adentro, y los movió, eso sí era rico, que moviera sus dedos dentro mío, pero aun así había dolor. El volvió a besarme mientras sus dedos seguían dentro de mí, los sacó, estaban empapados en mis jugos, y se podían ver hilitos de sangre. Me asusté, pero él me tranquilizó besándome nuevamente, aparto mis dedos, y me masturbó hasta hacerme acabar.
- Te gustó?
- Dolió un poquito.
- Bueno, pero tenía que hacerlo, si lo hacía con mi pene te iba a doler más, te estoy preparando…
Me cambié, y él también acomodo todo, y volvimos al comedor a ver la tele, nos besamos un ratito hasta que sentimos que abrían la reja, mi tía y primas habían vuelto, esa noche me quede a cenar, y mi papá volvió por mí a la noche para llevarme a casa.
NOTA FINAL: Espero que les haya gustado, si quieren pueden mandarme mail para comentarme que le ha parecido, y hablar. Yo tratare de subir el siguiente capítulo la semana que entra... Besito♥