Mi tío y Yo. (2)
Historia de como mi tío se llevó mi inocencia, y me enseño el buen sexo.
Luego de esa excitante noche en el camping con mi tío, había quedado como loca, me masturbaba varias veces diarias, mientras me bañaba o cuando iba a dormir, aprovechaba cualquier momento a solas para hacerlo, y la verdad, pasaba mucho tiempo a solas en casa. Mi madre trabajaba todo el día, mi padre también, y mi hermanito después de clases tenía entrenamiento, mi padre quería que jugara en algún gran equipo de futbol, por lo tanto le exigía mucho. Así que desde la 1pm hasta las 5pm estaba sola en casa.
Había pensado mucho en lo que mi tío y yo habíamos hecho, y quería repetirlo.
Pasaron dos semanas hasta que mi tío y yo nos volvimos a ver, la ocasión se dio en el cumpleaños de mi abuela, como siempre, mi abuela cocinaba empanadas y mi abuelo hacía asado, y comíamos toda la familia junta. A eso de las 5 de la tarde, después de la sobre mesa, mi tío sugirió comprar helado, y me pidió que lo acompañara, nadie sospechó.
Mi tío le pidió la camioneta a papá para ir, ya que mi abuela vivía bastante apartada de los negocios, y había que conducir entre 20 minutos y media hora para llegar al centro de José C. Paz. Nos subimos a la camioneta, él traía una mochila, yo estaba muy nerviosa, mi panza se sentía llena de mariposas y quería que pasara algo ya. Mi tío condujo como 5 minutos por la ruta (197) y se desvió por una calle pequeña y de tierra que había a un costado y se introdujo por un barrio que apenas estaba en construcción, y al ser domingo, no había nadie ahí, estacionó en un baldío.
- Bueno, acá nadie nos va a molestar, no tenemos mucho tiempo antes de que se preocupen. –Estaba bastante ansiosa, y al parecer, él tenía todo planeado-
- Bueno –Dije con timidez- Qué hago?
- Banca (espera) que prepare las cosas. –Dijo, tapó el parabrisas con el cartón que mi padre usaba para tapar el sol y agarró su mochila, saco una toalla, la puso en el piso de la camioneta, que estaba recubierto con alfombra-
Cuando terminó me acerqué, él se sentó en el asiento que estaba frente a la toalla, y me sentó en sus piernas, y me besó, nunca nos habíamos besado antes, y nunca había besado a nadie, su lengua se sentía suave, él jugaba con ella dentro de mi boca, me separe abruptamente para respirar.
- Nunca habías besado a nadie no?
- No.
- Bueno, tus besos ahora son míos.
Me volvió a besar, era extraño, pero eso también me gustaba, mientras me besaba con una mano había comenzado a masajearme entre las piernas, sobre mi ropa interior. Eso me excitaba, y con una mano comencé a rozarme los pezones, pronto sentí como volvía a mojarme toda, y mojando también mi ropa interior y los dedos de mi tío.
Él me bajo al piso, sobre la toalla, y quedé justo frente a su abultado pantalón, se bajó el cierre, mientras yo me moría de ganas de ver su pene otra vez, se terminó de sacar el pantalón, y quedo en bóxer, no aguanté, y comencé a tocarlo, se sentía muy duro, y yo lo apretaba, mientras el gemía y me miraba lascivamente, acercó su mano, y se bajó el bóxer.
- Agarralo, agarralo bien fuerte. Hoy te voy a enseñar algo bien rico.
Agarré bien fuerte su pene con ambas manos, y comencé a masturbarlo, se veía en su cara que le gustaba, y no paraba de gemir.
- Dale un beso. –Me dijo con emoción, y yo me acomodé, acerque mi boca a su pene, y le di un beso, olía raro, olía fuerte, pero no de manera desagradable.- Dale otro, uno más grande, bien fuerte… -Me volví a acercar y mientras con una mano me lo acercaba a la boca, con mi rostro me acercaba a él, le di un beso, un beso bien grande.- mmm si… si... que rico… ahora con tu lengüita, lame la puntita… -Saque mi lengua y me acerqué a esa punta que aún seguía arrugada y la lamí, él se estremecía y gemía de placer y yo jugaba fascinada con su pene, sabía raro, pero me gustaba.- Babéalo, llenalo todo de baba… sí que rico así… ahora abrí la boca pulguita, abrila bien grande, pone los dientes atrás de los labios… esto te va a gustar… -Me agarro la cabeza, y yo hice lo que dijo.-
Y despacio metió su pene en mi boca y comenzó a embestir en mi boca, al principio era suave, pero de a poco comenzó a hacerlo más rápido, más fuerte, y más adentro, yo trataba de resistir y apretar, porque sabía que eso le gustaba, pero era difícil, su pene era muy grande, y mi boca no era demasiado profunda. Supongo que no podía resistirse, y trataba de meterlo bien adentro en mi boca, me costaba, pero a la vez me mojaba más y más con cada embestida. Pero fue muy profundo, y me ahogué, el paró y la sacó rápidamente.
- Estas bien?
- Si –Dije después de toser un poco-
- Perdón, es difícil contenerse. –No dije nada, pero le sonreí- Acóstate. –Me ordenó, y lo hice.-
Me saco mi ropa interior, y me levantó el vestido que traía hasta arriba del pecho, estaba toda mojada, había arruinado totalmente mi ropa interior, y el con sus dedos empezó a esparcir mis fluidos, me agarró las dos piernas, las unió y las levanto, y puso su pene en el medio, bien cerca de mi conchita mojada, sentía como lo mojaba a él también, y volvió a comenzar con las embestidas. En esa posición su pene rozaba mi clítoris en cada embestida, haciéndome gozar de placer. Y el apretaba más y más mis piernas, mientras las apoyaba en su hombro, estaba muy encorvado, pero gemía, y me miraba directo a los ojos. Pronto lo volví a sentir, como en el camping, ese calor que se extendía desde mi clítoris al resto de mi cuerpo, me estremecí mientras un escalofrío recorría mi espalda, di un gran gemido, como de alivio. Pero él no paró, siguió envistiéndome, y cada embestida me provocaba otro escalofrío, sentía como cosquillas, una sensación extraña, quería que parara, pero él siguió, y aumentó la velocidad, cada vez más rápidas, y fuertes, intente concentrarme, pero esa sensación que tenía no me dejaba, solo podía ver su cara, mientras el me miraba fijo a los ojos, como poseído respirando fuerte y gimiendo, cuando de una última y fuerte embestida su pene desprendió su semen por mi cuerpo. El semen había quedado esparcido por mi panza y mi pecho, manchando un poco el vestido, pero era la primera vez que lo veía, y con una mano, comencé a tocarlo, y sentir su consistencia, eso también me gustaba.
Mi tío abrió mis piernas, y saco su pene, todavía estaba grande, y palpitaba, mientras que a él se lo vía agitado.
- Te gustó?
- Sí, eso último, fue genial.
- Jaja, sabía que eso te iba a gustar. Pero todavía hay cosas que te tengo que enseñar.
Me limpió, me acomodó el vestido, y de su mochila sacó una bombacha limpia, al parecer de una de sus hijas y me la puse, acomodó todo, y puso la toalla, que había quedado toda manchada, y mi bombacha en una bolsa de residuos y la tiró por la ventana. Él se sentó arrancó la camioneta, y nos fuimos, tardamos como una hora y media, había planeado una excusa, pero no fue necesaria, ya que nadie había notado nuestro retraso.
NOTA: Esta es la segunda parte de mi historia. En cuanto pueda estaré subiendo lo que sigue, espero que si les gusta me lo hagan saber, gracias.